Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

Tomochika volvió sola a su habitación de hotel cerca del palacio. Era la habitación que habían conseguido por primera vez al llegar a la capital. Al ser un edificio bastante alto, había sobrevivido a la mayor parte del mar de carne, por lo que había vuelto a buscar su equipaje.

“Me pregunto si venir aquí sola fue un error”.

Su espíritu guardián Mokomoko era la única que la acompañaba.

Es ciertamente un poco peligroso, pero estar sola facilita mucho los desplazamientos. Habría sido más difícil traer al niño.

Tomochika había sido capaz de navegar por la ciudad a pesar del mar de carne podrida que la cubría gracias a su traje de batalla. Le permitía moverse a gran velocidad y saltar distancias que de otro modo serían imposibles para los humanos. También podía transformarse para permitirle adherirse a las paredes, e incluso podía extenderlo como una cuerda durante una corta distancia y utilizarlo para levantarse.

No es que entienda por qué estás aquí en primer lugar. ¿Realmente necesitas tanto tu equipaje?

“Podríamos volver a comprar la mayoría de estas cosas, pero no si estamos arruinados”. La idea de intentar arreglárselas con lo que le quedaba en la cartera la incomodaba. Si iban a continuar su viaje, necesitarían más dinero.

Tomochika confirmó el contenido de la mochila que estaba en un rincón de la habitación. El tesoro que habían recibido de Hanakawa estaba casi intacto. Explicar cómo habían adquirido una riqueza tan grande les parecía una molestia, así que lo habían guardado aquí para ocultarlo a sus compañeros.

“Y luego está ella”. Miró a la chica tumbada en la cama. Era un robot, pero no se podía decir eso sólo con mirarla. Estaba diseñada para tener la apariencia de la amiga de Yogiri, Enju Sumeragi.

Hm. Si sólo vamos a traer a una sola persona…

“¿No podría llevarla yo?”

Innecesario. Puede que tenga una idea.

Mokomoko miró fijamente la cara de Enju, sumida en sus pensamientos. De repente, uno de los dedos del androide se movió.

“¿Eh?”

“Bien. Parece que es posible”, dijo Enju, sonando exactamente igual que Mokomoko. Luego se sentó, mirando a su alrededor. “He conseguido hackear el cuerpo de Enju. Ahora puedo controlarla libremente”.

“¿Hay algo que no puedas hacer? ¿La has poseído o algo así?”

No, en absoluto. La estoy controlando a distancia. Esta vez, fue la propia Mokomoko quien habló.

“Claro, ¿porque puedes enviar esas ondas eléctricas o lo que sea?”

Su guardián familiar podía enviar y recibir señales electromagnéticas, lo que presumiblemente permitía controlar el robot a distancia, pero Tomochika había renunciado a intentar entender cómo.

“Ya que puedo moverme usando su propio poder, eso debería facilitar las cosas un poco. ¿Has encontrado todo lo que buscabas?”

“Lo hice, pero… todavía puede haber gente aquí arriba”. La carne no había llegado hasta el último piso del edificio, así que siempre cabía la posibilidad de que algunos lugareños hubieran logrado sobrevivir.

“¿Lo comprobamos?” preguntó “Enju” mientras se levantaba de la cama. “Por supuesto, aunque los encontremos, difícilmente podremos llevarlos con nosotros”.

“Pero no podemos dejarlos aquí, ¿verdad?” Tomochika no podía esperar salvar ella misma a todas las personas que quedaban en la capital, pero si había alguien cerca, sentía que al menos debía intentar ayudarles. Abandonarlos se sentía un poco despiadado.

Hm. Permíteme echar un vistazo. Si simplemente te presentas ante ellos, las cosas podrían complicarse. Sentando a Enju en la cama, el fantasma se deslizó a través de la pared hasta la habitación contigua. Parecía que no podía controlar a Enju mientras ella misma se movía.

“Enju, ¿fue así?”

Tomochika tocó tímidamente la mejilla del robot. La piel suave y flexible no se sentía como algo que pudiera estar hecho en un laboratorio. Aunque era difícil de creer que existiera un androide tan elaborado, debía de ser exactamente igual a la chica real. Parecía ser un poco más joven que Tomochika, pero su aspecto casi artificial era suficiente para darle envidia.

“Quiero decir, supongo que es artificial. Hombre, eso es raro”.

“¡Oye!”

“¡Guau!”

Enju había gritado de repente, tomando a Tomochika por sorpresa. Y entonces Mokomoko se deslizó a través de la pared de vuelta a la habitación.

“¿Había alguna razón para hacerla gritar así?”

Sólo quería asustarte.

“¡Ahora no es momento de bromas! ¿Has encontrado a alguien?”

Sí, bueno. Hubo varios sobrevivientes, pero no creo que debamos preocuparnos por ellos. Ya ha llegado alguien a rescatarlos.

“¿Los han rescatado? ¿Quién podría salvarlos de esto?”

Recuerdas al Rey Divino que conocimos en la torre, ¿no? Ella está aquí. Así que no hay necesidad de que nos involucremos.

“¿Ah, sí?” El Rey Divino fue el responsable de sellar al Dios Oscuro Albagarma. Tenía una posición superior a la del Maestro de la Espada. Parecía razonable que apareciera para empezar a ayudar a la gente, y probablemente sería capaz de hacerlo por sí misma.

“Debería ir a saludar”.

No lo hagas.

“¿Por qué no?”

Es difícil de explicar. Pero parece que algo está mal con ella. Tiene un aura extraña.

Dado el tono inusualmente sombrío de Mokomoko, Tomochika decidió obedecer.

“El Rey Divino está debajo de nosotros. Escapemos por la azotea”, sugirió el robot.

Siguiendo las indicaciones de su compañera, Tomochika cogió su equipaje y se dirigió hacia arriba. Escaparían de la misma manera que antes, deslizándose por la ciudad. “Enju” se puso el equipaje a la espalda y se aferró a Tomochika.

“No es que no confíe en ti por este traje de batalla, pero esto sigue siendo un poco aterrador”.

Con eso, Tomochika saltó tan fuerte como pudo desde el borde del techo. De su espalda surgieron unas alas que rápidamente atraparon el aire. En poco tiempo se deslizaron suavemente sobre la capital.

Tomochika miró hacia atrás. Entre sus alas, pudo ver el hotel detrás de ellos. El Rey Divino estaba allí, mirándola desde una ventana. Sólo se habían encontrado brevemente en la torre, pero aun así, el aura sublime de nobleza de la mujer había quedado clara a simple vista. Uno podía sentir inconscientemente que era una especie de santa sólo con mirarla.

Pero ahora su visión inquietaba a Tomochika. Se trataba, en efecto, del Rey Divino; eso estaba claro incluso a su distancia actual. Pero también parecía estar mal, como si le faltara algo vital.

◇ ◇ ◇

Cuando Tomochika volvió con sus pertenencias, Yogiri seguía durmiendo. El grupo sentado en el interior del vagón que se mecía suavemente estaba en silencio. Aunque habían escuchado un resumen de la situación de Risley, parecía que el verdadero meollo de la discusión tendría que esperar hasta que Yogiri se despertara. Desde la perspectiva de Ryouko y Carol, Risley y sus dos asistentes eran unos completos desconocidos, así que no había mucho de lo que hablar.

“Entonces, ¿a dónde se dirige este carruaje?” De repente, Tomochika se dio cuenta de que no tenía ni idea de adónde iban realmente.

“Bueno, en primer lugar, nos estamos alejando de la capital. Somos un grupo bastante numeroso, así que queremos evitar cualquier posible conflicto con los refugiados”, explicó Theodisia.

“¿Cómo que un grupo grande?” Los únicos que estaban allí eran Risley, Eufemia y Theodisia. Más allá de eso, supuso que estaba al menos la persona que conducía el carruaje, pero eso era todo.

“Te dije que estábamos viajando mientras buscábamos a nuestra gente, ¿verdad?”

Según las historias de las hermanas, Yuuki Tachibana había atacado su pueblo de semidemonios, llevándose a las mujeres más atractivas para él. Tras su muerte, el resto de los semidemonios se habían perdido.

“En realidad hemos conseguido encontrar un número sorprendente de ellos. Están montados en otros carruajes”.

Como su grupo era tan numeroso, las hermanas se habían adelantado con Risley para contactar con Yogiri.

“¿Son realmente tantos?”

“No hemos encontrado mucha gente de nuestra propia aldea, pero hemos encontrado más semidemonios capturados de los que esperábamos”. Theodisia tenía una mirada preocupada. Quería salvar a la gente de su aldea, pero no podía abandonar a otros de su raza, extraños o no. “En este momento, tenemos un centenar de personas con nosotros, y esperamos que ese número siga creciendo”.

“¡¿Un centenar?!”

“Las habilidades de detección de Euphemia son realmente increíbles. Y una vez que los encontremos, difícilmente podremos alejarnos”

Tanto si los semidemonios que encontraron eran los que buscaban específicamente, no podían simplemente dejarlos a su suerte. Sin embargo, cuanta más gente reunieran, más difícil sería mantener todo bajo control. Al menos, esa era la preocupación de Theodisia.

“Lain dejó mucho dinero, y yo soy bastante rica. Así que no tenemos problemas con las finanzas, pero si seguimos creciendo, será difícil moverse…” Risley también parecía preocupada. Los semidemonios eran temidos y odiados. Un centenar o más de ellos trabajando juntos sería visto como una amenaza, incluso si no estaban haciendo nada malo.

“Ya nos han atacado varias veces. No ha sido nada que Euphemia y yo no podamos manejar hasta ahora, pero…” Su raza era naturalmente más fuerte que la humana, pero no en un grado insuperable. Si un grupo dedicado se unía para deshacerse de ellos, era bastante probable que lo consiguieran.

“Bueno”, dijo Eufemia, “ahora que hemos conocido a Sir Takatou, hemos conseguido el objetivo de Risley. Tendremos que pensar en lo que viene después. Oh, he encontrado una”.

“¿Encontrado qué?”

“Una fuente termal”.

“¡¿Por qué estabas buscando una?!”

“Querías visitar una, ¿verdad?”

“¿Eh? Uhh, no lo sé. No es que no me interese, supongo…” Tomochika miró por la ventana. Los árboles se movían. A medida que el carruaje avanzaba, la vida vegetal se deslizaba literalmente fuera del camino, formando un sendero para ellos.

“¡¿Qué…?! ¿A dónde vamos?”

“Las aguas termales están en el desierto, ¿verdad?”

“¡Espera, espera, espera! Esto es demasiado ridículo para decirlo.” Un carruaje como el suyo no debería ser capaz de moverse a través de una zona tan densamente arbolada, pero continuaron cabalgando como si los árboles no estuvieran allí.

“Desde que se convirtió en vampiro, Euphemia puede controlar los árboles”, añadió Risley.

“¿Hay algo que los vampiros no puedan hacer?”

Pronto salieron del bosque y entraron en un valle. Un río fluía por el espacio entre dos montañas, creando un pequeño claro allí. De varios puntos de la ribera salían chorros de vapor.

Habían encontrado una fuente termal secreta.

◇ ◇ ◇

“Entonces, ahora tenemos que comparar el tamaño de nuestros pechos, ¿no?”

“¡¿Es normal decir cosas raras como esa en América?!” Sintiendo el peligro de la mirada de Carol, Tomochika se cubrió instintivamente el pecho con los brazos.

“¿Qué? Lo veo todo el tiempo en el anime. Las chicas siempre hacen cosas así”.

Era de noche. Tomochika, Carol y Ryouko estaban en las aguas termales. Había un conjunto de manantiales cerca del río que corría entre las montañas, así que habían decidido acampar allí. Como estaba lejos de cualquier asentamiento humano, también era lo mejor para los semidemonios. Los otros carruajes se habían reunido con ellos, y ahora estaban montando sus tiendas. Como las tres chicas no tenían nada en particular que hacer en ese momento, habían decidido darse un chapuzón.

“Pero en serio, ¿qué tiene de divertido?”

“Oh, ¿se supone que esa es la dignidad de una chica que está segura de que ya ha ganado? ¿O simplemente odias a Ryouko?”

“No me metas en esto”.

“Oye, Tomochika, ¿realmente flotan en el agua?”

“¡¿No puedes decirlo con el tuyo?!”

“Oh, bueno. Ahora que por fin tengo la oportunidad, ¡intentemos frotarlos!”

“¡¿Cómo que por fin?!”

“Parece que te estás divirtiendo”, comentó Risley al llegar.

“Oh, ¿ya has terminado de prepararte?”

“Todavía no, pero en realidad no tengo nada que hacer”.

“¿Verdad?”

En tu caso, aunque quisieras ayudar, no sabrías cómo, comentó Mokomoko.

“¡Pues lo siento!” respondió Tomochika. No pudo evitar sentirse culpable por no ser muy útil a los demás. “De todos modos, ¿estás segura de que deberías perder el tiempo aquí con nosotros?”

“Mi objetivo era conocer a Yogiri. No tengo prisa por hacer nada más. Sin embargo, tal vez Euphemia y los demás tengan cosas que hacer”.

“¿Te refieres a ser atacado de vez en cuando?” preguntó Ryouko con curiosidad. Obviamente, sentarse a relajarse en una fuente termal mientras su grupo era atacado no era algo que ella se permitiría hacer.

“Oh, eso no es un problema. Euphemia puso una barrera para mantener a la gente alejada”.

Un hechizo de barrera fue lanzado en la tierra circundante para evitar que la presencia de uno sea detectada desde el exterior. En este caso, rodeaba toda la zona de las aguas termales, por lo que nadie debería poder saber que había alguien allí.

“Bueno, supongo que está bien, entonces”, respondió Tomochika. “Pensé que este lugar era tan abierto que sería bueno para un baño al aire libre, pero me preocupaba que apareciera otra gente”.

Las aguas termales salpicaban las orillas del río que atravesaba el valle. El material que Tomochika utilizaba para su traje de batalla podría haber formado un recinto para ellas, pero había sentido que arruinaría la estética y había decidido no utilizarlo.

“De todos modos, si alguien viene aquí, sólo sería Takatou, ¿verdad?”

“¡Ese sería el mayor problema!” Tomochika miró a su alrededor con nerviosismo por si acaso, pero supuso que estaría bastante fuera de lugar que él hiciera algo así. Aunque ciertamente disfrutaría de una situación así si ocurriera por accidente, no era del tipo que irrumpe intencionadamente en un grupo de mujeres que se bañan.

“Realmente no me importaría”. Risley sonó decepcionada.

“Si se alegrara de verte desnuda, tendría que pegarle”. Se mire como se mire, Risley estaba en edad de escuela primaria. Tomochika no aguantaría esos comportamientos.

“Ya veo. No quieres que la mire a ella; ¡quieres que te mire a ti! Así que, ¡ese es el tipo de chica que eres!”

“¡No estoy hablando de eso!”

“Más que ser un pervertido intencional, ¿no es del tipo que entra sin pensarlo?”

“No, hasta Takatou tiene ese sentido común”.

“No sé si puedo crecer más, pero… si me volviera como Tomochika, tal vez él sería feliz conmigo…” Murmuró Risley, mirándola fijamente.

“¡Muy bien, creo que ya he tenido suficiente!” Empezando a sentirse incómoda, Tomochika se levantó y salió del manantial. Tras cambiarse detrás de una roca cercana, se dirigió al campamento.

Los demás habían terminado de instalarse. Numerosas tiendas de campaña estaban dispuestas alrededor de las orillas del río. Todas parecían diseñadas para ser utilizadas en movimiento.

“Me siento mal por haber hecho tonterías en las aguas termales mientras ellos trabajaban”.

No tienes ninguna obligación de ayudarles a instalarse. No veo nada malo en que te tomes un tiempo para relajarte.

“¿Estás segura de que estamos ocultos desde el exterior?” La multitud de tiendas de campaña ciertamente se destacó. Incluso desde la distancia, alguien podría ver que había un asentamiento improvisado en la zona.

Tal vez sea gracias al poder del vampiro, pero esa barrera es realmente impresionante. Desde el exterior, parece que no hay nada aquí.

“Todo esto de los vampiros y las barreras hace que esto se sienta realmente como otro mundo, ¿no es así?” murmuró Tomochika, mirando al cielo, dándose cuenta de que era un poco tarde para decir eso. A lo lejos, podía distinguir una roca flotante, sobre la que podía ver débilmente edificios. No lo había pensado antes, pero había gente viviendo en el cielo.

Había muchas barreras y vampiros en nuestro propio mundo, ya sabes.

“Espera, ¡¿en serio?!”

El hospital cercano a nuestra residencia estaba dirigido por un vampiro. Su hija convirtió a otros siete de los suyos. Era una auténtica princesa vampiro.

“¡¿Estuve viviendo en medio de una novela ligera o algo así?!”

Hay muchas cosas de tu mundo que desconoces.

“Bueno, si los espíritus guardianes existen, y gente como Takatou existe, supongo que no es tan difícil de creer”. Lo más sorprendente era que algo tan extraño hubiera estado tan cerca de ella. No podía aceptar del todo la idea de que había estado viviendo en el mismo barrio que un vampiro toda su vida.

Hm. Parece que no hay nadie cerca, así que esta puede ser una buena oportunidad.

“¿Una oportunidad para qué?”

Para hablar de lo que haremos a continuación. Parece bastante contenta de dejarse arrastrar por la corriente.

“Tienes razón”. Desde que llegó a este mundo, Tomochika no había hecho mucho por tomar sus propias decisiones. Incluso la idea de volver a casa no era algo que ella estuviera segura de que fuera posible, así que se había limitado a seguir el plan de Yogiri.

En primer lugar, no hay razón para que trabajemos con esos semidemonios.

“¿Tú crees?” Ella los consideraba algo así como amigos, pero ahora que Mokomoko había sacado el tema, eso no era necesariamente una razón para quedarse con ellos.

Además, Carol y Ryouko. Creo que deberías estar un poco más en guardia con ellas.

“¿De verdad?” La sugerencia la sorprendió.

Su función original era vigilar al chico, ¿recuerdas? ¿Realmente puedes confiar en ellas?

“Sin embargo, no parecen tener malas intenciones”.

Las intenciones son irrelevantes. Si su objetivo es diferente al tuyo, entonces tus caminos serán finalmente diferentes también.

“Hmm. Supongo que nunca pensé en ello”.

Sin embargo, ¿qué podía hacer? Cruzando los brazos pensativamente mientras caminaba, de repente notó algo que la hizo sentir un poco incómoda. Había movimiento en la distancia. Mirando de cerca, pudo ver que algo se acercaba, dirigiéndose hacia ellos por la orilla del río.

“¡Algo se acerca!”

¿Oh? ¿Nos están buscando?

El campamento estaba en una zona aislada. Euphemia había manipulado los árboles para permitirles llegar tan lejos en el bosque, así que era poco probable que alguien se cruzara con ellos por casualidad.

Era un grupo de personas montadas a caballo.

“¡Su barrera no hizo nada en absoluto!”

No podían dirigirse a otro lugar. El grupo montado iba al galope directamente hacia ellos.