Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 7

Capítulo 7: El Asesino Disfruta Del Festival

La celebración iba a durar tres días, y la ceremonia de canonización sería mañana por la tarde.

El ritual propiamente dicho se programaba para el segundo día por una razón. Si la iglesia celebraba el acto principal el primer día, el número de invitados disminuiría drásticamente durante los dos siguientes. Si lo celebraban el tercer día, el primero no sería emocionante. Por eso, la tarde del segundo día era la elección perfecta. Muchos invitados querrían llegar un día antes y, como la ceremonia era por la tarde, muchos decidirían quedarse a pasar la noche y disfrutar también del día siguiente.

Podría aprender de la perspicacia empresarial de la iglesia.

“Podemos divertirnos todo lo que queramos hoy… ¿Cómo deberíamos llamarte?”

Estábamos disfrutando del jolgorio como invitados. Dia no sabía cómo dirigirse a mí porque iba disfrazado. Illig era famoso por derecho propio, así que la fachada de hoy era otra identidad completamente distinta. Illig era especialmente incómodo con todos los ejecutivos de la empresa alrededor.

“Puedes llamarme simplemente Lugh. Varias personas pueden tener el mismo nombre”, respondí.

“Entonces será Lugh”. Dia puso su brazo alrededor del mío.

Tarte miraba con envidia. Normalmente, le preguntaba si quería enlazar los brazos, pero Dia sugirió que la entrenáramos para ser más asertiva. Como decía Dia, Tarte nunca crecería si yo seguía siendo demasiado blando con ella. Si le daba lo que quería cada vez que ponía una expresión de deseo, dejaría de expresar lo que quería. Dia tenía razón, así que fingí no fijarme en la mirada de Tarte… y me sentí bastante culpable al hacerlo.

Los tres no estábamos solos.

“Mis disculpas por acompañarte. No quería interrumpir su cita”. “Si realmente lo sientes, Naoise, entonces vete.”

Dos personas se habían unido a nuestro grupo habitual. El primero era un hijo de los cuatro ducados mayores, igual que Nevan. Se llamaba Naoise, y era una élite entre las élites. Parecía un niño bonito mimado, pero después de conocerlo me había dado cuenta de que era un tipo apasionado que se aferraba a sus principios.

El otro compañero no percibió el tono juguetón de Naoise y se puso nervioso.

“Oh, uh, ¿debería irme yo también?”

“Era una broma, Epona. Disfruto de un buen paseo con mis compañeros”.

“Estoy de acuerdo. Hace tanto tiempo que no paso tiempo contigo, Lugh. Hay tanto de lo que quiero hablar.”

Nuestro último miembro era la heroína, Epona. Ella era la persona que la diosa me dijo que destruiría el mundo después de matar al Rey Demonio. Me reencarné en este mundo para matarla. Ocultó su sexo y se presentó como un chico, lo que no fue demasiado difícil debido a su aspecto naturalmente andrógino.

“¿Está bien que esté aquí, mi señor?” Tarte preguntó. Se preguntaba si estaba bien que estuviera fuera de la tienda Natural You.

Asentí con la cabeza. “Sí, está bien. Eso me recuerda que tengo un mensaje para ti de Maha. Ella dijo, ‘Ya tuve mi ración, así que ahora es tu turno'”.

“Maha es demasiado agradable… Puedo estar contigo todo el tiempo”.

Mañana iba a estar atada a causa de la ceremonia, pero hoy era libre de hacer lo que quisiera. Lo mejor para mí sería estar en Natural You, sobre todo porque el primer día siempre era el más difícil, pero Maha me había dicho que fuera a disfrutar del festival.

“Realmente es una buena chica”, asentí, aunque quizá debería haberla llamado mujer, no chica. “Ah, sí, hay algo que quería preguntarte. Sé que a Epona la han estado mandando por todas partes como la heroína, pero

¿qué has estado haciendo tú toda la semana, Naoise?”.

Naoise ya no era sólo mi compañero de clase: también era el peón de un demonio. En busca de mayor poder, se había puesto al servicio de Mina, el demonio serpiente con el que yo había formado una alianza. Ese acuerdo significaba que no tenía que luchar contra él, pero no cambiaba el hecho de que había traicionado a la humanidad. Tenía que seguir desconfiando de él. Había asignado espías para seguirle, pero había escapado de todos ellos.

“Ser hijo de un duque conlleva sus propios grilletes. Siempre hay mucha gente a la que tengo que saludar en ciudades como ésta”, respondió.

Eso era mentira. Habría sabido si eso era lo que estaba haciendo. Claramente, había estado en algún recado para Mina.

“Ten cuidado, Naoise. Quiero que sigamos siendo amigos”, le dije.

“Yo quiero lo mismo. Eres una amiga muy querida para mí… Por eso interrumpo tu cita para pasar tiempo contigo”. Naoise sonrió y me puso una mano en el hombro opuesto al brazo que sostenía Dia.

“Por mucho que valore tu amistad, Naoise, no necesito tu mano en mi hombro”.

“Ha-ha, eso también fue incómodo para mí… Has cambiado, Lugh. Te has vuelto más humano”.

“Haces que suene como si antes no fuera humano”.

“Exactamente. Te sentías como… Bueno, casi humano”.

Me quedé inmóvil un momento. Había dado en el clavo. En mi vida pasada, no era más que una marioneta que seguía las órdenes de mi organización. Mi último deseo cuando fui traicionado fue una oportunidad de vivir por mí mismo. Mi vida como Lugh estaba llena de amor paternal, había conocido a Dia y a mis otros amigos, y había aprendido a ser una persona. Pensaba que ya era perfectamente humana cuando conocí a Naoise, pero ahora que lo pensaba, aún me habían deformado.

“No lo pienses mucho. Hoy sólo quiero pasarlo bien. Puede que sea la última oportunidad que tenga de pasar un día divertido y despreocupado contigo”, dijo Naoise.

“¿Qué quieres decir con eso?” pregunté.

Naoise no contestó y se alejó para ligar con Tarte. Ella se puso nerviosa y le rechazó apresurada pero firmemente. Estaba seguro de que lo hizo para evitar responder a mi pregunta.

No debería presionarle. Probablemente no podría responder. Estábamos reunidos aquí como compañeros de clase… por ahora, al menos, debería olvidarme de todos los problemas en los que estábamos envueltos.

“Quería decírtelo, pero deja de intentar seducir a Tarte”, le exigí.

Naoise había estado coqueteando con ella desde el día en que nos conocimos.

“Ah-ha-ha, lo hago porque le tengo cariño”, respondió Naoise. Tarte inclinó la cabeza en señal de disculpa.

“Lo digo en serio. Para. Parece miserable”.

“Oh, ¿cuál es el problema? Creo que simplemente no te gusta que la gente te quite lo que sientes que es tuyo”.

“…Sí. Eso es parte de ello. Tarte es mi prometida ahora. Deja a mi chica en paz.”

“L-Lord Lugh…”, balbuceó Tarte, sonrojándose profundamente.

“Wow”. Naoise sonrió e hizo una reverencia. “Por favor, perdona mi ignorancia. Ha cambiado más de lo que pensaba desde la última vez que nos vimos. No soy tan desvergonzado como para intentar robarle la chica a un amigo”.

Tenía una expresión sincera cuando levantó la cabeza. “…No estoy seguro de cómo responder a eso”, admití.

“No tienes que decir nada. Haz feliz a Tarte por mí. Sólo saber que aceptas su amor hizo que este encuentro valiera la pena. Es un verdadero consuelo”.

“¿Qué quieres decir con eso?”

“¿Es extraño que desee que la chica que amo sea feliz?”

“No. Sólo se siente abrupto… Espera, pensé que amabas a Nevan. Estaba bastante preocupada por ti, también.”

Creía que Nevan y Naoise tenían una relación especial. Ella siempre intentaba ayudarle, preocupándose por su bienestar.

“Es más una… hermana mayor para mí, se podría decir. Las dos nacimos en uno de los cuatro ducados principales, y nos conocemos desde que éramos jóvenes. Incluso estuvimos comprometidas durante un tiempo. Sin embargo, el duque Romalung puso fin a eso cuando decidió que yo no estaba a la altura de sus expectativas. Aparentemente soy incapaz de crear a los humanos definitivos… Sinceramente, nuestro matrimonio podría haber estado condenado al fracaso de todos modos. Nevan es un superser, perfecto en todos los sentidos. A sus ojos, sólo soy un hermanito inútil que necesita que lo cuiden. Trabajé muy duro para demostrarle que estaba equivocada”.

Esa explicación tenía sentido. Los sentimientos de Nevan por Naoise parecían más protectores que románticos.

Tarte levantó tímidamente una mano.

“¿Qué te ha hecho interesarte por mí, Naoise?”, preguntó.

“¿Quieres saberlo? Es porque eres una sirvienta linda con las tetas grandes”, afirma Naoise.

“¿M-M-Mis tetas?” Tarte se sonrojó y se cubrió el pecho.

“También me atrajo tu personalidad y tus modales. Te pareces mucho a mi madre. Mi padre, que es tan dominante como cabría esperar de un duque, me tuvo después de dejar embarazada a una sirvienta. Eso me dio algo de complejo de madre. En realidad, quizá eso no sea del todo correcto… Quizá imaginé que podría disgustar a mi padre casándome con una sirvienta que se pareciera a mi madre”.

Naoise se rio. Parecía extraño, como si se hubiera quitado un peso de encima.

“Mirando hacia atrás en mi vida, creo que nunca recorrí mi propio camino. Siempre me preocupaba demostrar mi valía a los demás. Quería vengarme de aquellos de mi familia que pensaban mal de mí por mi sangre de baja cuna. Mi padre me ve como un recordatorio de su aventura, el duque Romalung me tachó de indigna y anuló el compromiso, Nevan me trata como algo despreciable que hay que cuidar… y tú, Lugh, decidiste que soy tu inferior”.

Las palabras de Naoise reflejan un profundo resentimiento.

“Pero ya no me importa. He encontrado algo que sólo yo puedo hacer. Ah, esto me hace sentir mejor. Me alegro de haber podido hablar contigo”. Naoise sonrió después de desahogar sus resentimientos, con aspecto renovado.

No encontraba palabras para responder. Mientras me sumía en la contemplación, Dia dio una palmada para llamar nuestra atención.

“¿Cuánto tiempo vas a divagar sobre ti mismo? Disfrutemos del festival”. “Sí. Hay tantas tiendas que puede que no lleguemos a todas hoy”, dije.

Tarte asintió. “Parece que también hay actividades divertidas”.

“Estoy de acuerdo. Vamos a pasarlo lo mejor posible hoy”, respondió Naoise.

Dia cambió el ambiente, dándonos la oportunidad de pasar tiempo como compañeros de clase. Sin embargo, una cosa seguía molestándome. Naoise decía que había encontrado algo que sólo él podía hacer… ¿Era mejor alegrarse por él y mantenerse al margen? No podía evitar la sensación de que, si no lo detenía, se corrompería y no podría salvarse.