Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 7

Capítulo 5: El Asesino Desarrolla Un Producto

Mi cita con Maha estaba en marcha. Estábamos descansando en un café después de pasar un rato visitando lugares turísticos famosos. No tardamos en empezar a hablar de trabajo. Dia odiaba hablar de la vida real durante nuestras citas, pero Maha era todo lo contrario: sacaba el tema continuamente. Probablemente consideraba los negocios como un hobby más que como un trabajo.

“Dijiste que llegaste corriendo utilizando los caballos más rápidos que pudiste encontrar, pero ¿cómo conseguiste el personal y los productos necesarios para el festival?”. pregunté.

Llevaba todo el día preguntándomelo. Maha podía llevar a cabo hazañas difíciles por sí sola usando su poder como maga, pero ¿cómo hizo para traer todo lo demás aquí a tiempo? No tenía ningún objeto especial como mi Bolsa de Cuero de Grulla para facilitar el transporte. Montar una tienda temporal de Natural You en la ciudad santa era casi imposible.

“He tenido suerte. Estoy a punto de abrir una sucursal de Natural You en un pueblo cercano. Cuando salí de Milteu, envié pedidos a esa sucursal por paloma mensajera, solicitando que me prestaran el personal y las existencias para la celebración. Pensaba hacer una gran venta de inauguración, así que la sucursal tenía muchas existencias”, explica Maha.

“Oh sí, lo pusiste en tu informe.”

Natural You constaba actualmente de su sede en Milteu, una sucursal en la capital real y otra en la ciudad natal de Maha. Había oído que quería abrir otra sucursal, pero no sabía que estaba cerca de la ciudad santa.

“Un aluvión de peregrinos visita cada día la ciudad santa. Abro la sucursal para aprovechar a esos clientes. Quería una tienda en la ciudad santa, pero tuve que conformarme con un pueblo a veinte kilómetros”.

“Seguro que es difícil establecer un negocio aquí, incluso para una empresa de nuestra talla”.

Había muchas empresas compitiendo por un codiciado lugar en la ciudad santa. Muchas de ellas querían entrar con fines religiosos, no sólo lucrativos. La lista de espera era larga, e incluso abrir una pequeña tienda costaba una fortuna. Para complicar aún más las cosas, no bastaba con el dinero, también se necesitaban contactos poderosos.

“Sí, eso puede ser una quimera. Incluso el precio de la tierra en el pueblo cercano era una locura… El señor del dominio nos ayudó porque resulta que es fan de Natural You, pero tardaremos un tiempo en recuperar la inversión.”

El margen de beneficios de los cosméticos de Natural You, el principal objetivo del negocio, era extremadamente alto. Eso se aplicaba a todos los cosméticos. En mi mundo anterior, era habitual que las lociones para la piel se vendieran por cien veces lo que costaba fabricarlas. Nosotros no éramos tan atroces: la mayoría de nuestros productos se vendían por unas diez veces el coste de producción. El precio de abrir la sucursal debía de ser enorme si recuperar la inversión iba a llevar un tiempo.

“Aunque la sucursal nos haga perder dinero, el precio merecerá la pena con creces si lo consideramos un gasto publicitario. Ganaremos mucho atendiendo a los clientes de la ciudad santa”, dije.

Maha asintió. “Exacto. Por eso decidí seguir adelante”.

Peregrinos de todo el mundo venían a visitar la ciudad santa. Venderles a ellos difundiría nuestros productos por todas partes. Puede que la nueva sucursal no diera beneficios, pero el coste sería barato, teniendo en cuenta la publicidad que aportaría. Fue un ejemplo del increíble ingenio de Maha como comerciante que fue capaz de hacer esa llamada.

“Si tienes cubierto al personal y nuestro producto habitual, entonces tenemos que pensar en un artículo especial adecuado para el festival”, dije.

“Eso me preocupaba. Estoy seguro de que ganaríamos una fortuna sólo vendiendo nuestra mercancía habitual, pero eso no es suficiente para dejar huella en la celebración, supongo”, respondió Maha.

“Natural You es todavía una empresa joven. Se podría considerar que nuestra falta de experiencia en este tipo de eventos es un punto débil. Nos dieron un gran emplazamiento: tenemos el deber de estar a la altura”.

Los festivales eran ocasiones especiales, y las empresas intentaban estar a la altura de las circunstancias ofreciendo productos únicos que no se podían comprar en ningún otro sitio.

“Lo entiendo, pero me parece un poco ridículo que esperen que nos preparemos en una semana”.

Normalmente, las empresas pasaban medio año preparándose para algo así. El desarrollo del producto era un proceso largo.

“Estas difíciles circunstancias son la oportunidad perfecta para desmarcarnos del resto… Por fin hemos podido mejorar también nuestras líneas de producción. Quiero aprovechar esta oportunidad para llegar a más gente”.

Natural You nunca había podido seguir el ritmo de la demanda. Nuestras líneas de producción no daban abasto, y nuestra incapacidad para atender a todos los clientes hacía inútil intentar aumentar la popularidad. Lo había considerado un problema desde la apertura de la primera tienda, y sólo recientemente habíamos conseguido aumentar la producción.

Mantener en secreto la receta del producto estrella de Natural You, la crema hidratante, fue lo que dificultó el aumento de la producción. Si la fórmula salía a la luz, cualquiera podía fabricar fácilmente una imitación. Las empresas rivales intentaban sobornar a nuestros empleados o enviaban agentes secretos a nuestras fábricas, por lo que teníamos que mantenernos en guardia.

“Quiero impresionar, pero estoy en un callejón sin salida. Lo que significa que es tu turno, querido hermano”, dijo Maha.

“¿Qué, me vas a dejar este producto enteramente a mí?”. pregunté.

Maha mostró una expresión burlona. “Lo dice el tipo que cuenta conmigo para dirigir Natural You yo solo todo el año. Tú también tienes que dar un paso adelante y trabajar de vez en cuando. Volvamos a la tienda”.

El trabajo en un producto no terminaba con su desarrollo. También había que producir un suministro suficiente, empaquetarlo todo y explicar el artículo a los empleados. Eso nos dejaba un solo día para trabajar en el desarrollo.

“No, continuemos nuestra cita un poco más”, respondí.

“No te estás rindiendo, ¿verdad? No llegaremos a ninguna parte escondiéndonos de la realidad”.

“Hagamos lo que hagamos, necesitaremos materiales, ¿no? Dado nuestro tiempo limitado, el producto tiene que ser algo que podamos fabricar en buena cantidad sin salirnos del presupuesto con los recursos disponibles en la ciudad. Lo más eficiente sería que siguiéramos con nuestra cita y buscáramos en las tiendas qué podemos fabricar.”

“Ah, es un buen plan”.

“Además…” Me quedé a medias, demasiado avergonzada para continuar. “Continúa”.

“Trabajas muy duro para mí. Quiero mostrarte mi agradecimiento. ¿Es suficiente una cita?”

Maha soltó una risita y me dedicó su mejor sonrisa. “Sí, y algo más. Vámonos”.

Se levantó y me instó a hacer lo mismo. Después de cogerme de la mano, se apoyó en mí mientras salíamos del café.

***

Caminamos hasta un distrito comercial. La variedad de comercios en la ciudad santa era realmente asombrosa. Había muchas tiendas de recuerdos que ofrecían artículos que casi infringían la norma que prohíbe vender artículos relacionados con la Iglesia.

“Ese libro tiene que estar superando todos los récords de ventas”, dijo Maha.

“Por favor, no saques el tema. Me duele la cabeza solo de ver ese dibujo mío de cuento de hadas”, refunfuñé.

“El libro era en realidad bastante interesante… Quiero contratar al autor. No podían haber tenido más de uno o dos días para redactarlo”.

“Sí.”

Ese libro se escribió absurdamente rápido. Se imprimió tres días después de que matara al demonio Titiritero, lo que dio al autor sólo dos días para crear la historia. Probablemente también tuvieron que hacer frente a una larga lista de peticiones meticulosas, como dar a cada uno de los cardenales un momento para brillar y encajar la línea de la firma en la última escena. Eso por no hablar de la importantísima misión de mejorar la imagen de la Iglesia Alamite. Sólo un autor de talento podría haber completado este libro en un plazo tan corto, satisfaciendo al mismo tiempo todas las exigencias de sus clientes.

“El nombre del autor no aparece en el libro”, señaló Maha.

Probablemente lo omitieron para difundir la “verdad” de la Iglesia. Decidieron que sería mejor que la gente no pensara en el autor de la historia”, expliqué.

“Eso tiene sentido… Disculpe, ¿puedo comprar cinco ejemplares de esa novela? Ah, ¿sí? ¿Sólo son tres por persona…? Entonces me gustaría que tres de ellos fueran entregados en el edificio donde Natural You…”

“Hey.”

Maha me ignoró y terminó de pagar. “¿A qué estás jugando?” pregunté.

“Oh, vamos. Tú—Ahem, Lugh Tuatha Dé es tan genial en este libro. Tengo que comprarlo. Ya he comprado una copia personal, pero quiero más como recuerdo. Creo que a mamá le encantará”.

Me vino a la mente la imagen de mamá entusiasmada con lo genial que era su “pequeño Lugh” mientras me abrazaba.

“…estoy segura de que lo haría, pero yo no sería capaz de soportarlo. Por favor, no me hagas esto”.

“Hee-hee, sin promesas.” “¿Para qué son los otros dos?”

“Uno es de repuesto y el otro es para Tarte. No comprará un ejemplar delante de ti, pero estoy seguro de que lo desea con todas sus fuerzas”.

“Qué amable”.

“Es una amiga… En realidad, ya no estoy seguro de considerarla una amiga”.

“Tarte lloraría si oyera eso”.

Maha era la mejor amiga de Tarte.

“No, no es eso lo que quiero decir. ‘Amiga’ no me parece bien… Es más bien una hermana pequeña, torpe y mona. Sí, eso es. Quizá por eso no me pongo tan celosa de todo el tiempo que pasa contigo”. Maha dio una palmada y asintió como satisfecha.

“Así que es de la familia”.

“Una vez que tu harén esté completo, tendremos que oficializar nuestra familia en el registro”.

“No sé qué opino de la palabra harem”. “¿Cómo lo llamarías si no?”

Ouch. En la sociedad noble, la gente llamaría a Dia mi primera esposa y a Tarte y Maha mis concubinas, pero yo tampoco me sentía cómodo con eso.

“Somos un equipo”.

Maha soltó una risita. “Sin duda somos más que eso”.

Seguimos recorriendo el distrito comercial mientras hablamos. Cuando entramos en las callejuelas, encontramos menos tiendas orientadas a los turistas y más que atendían principalmente a otros comercios. Sin embargo, nada me dio la inspiración que buscaba.

“¿Alguna buena idea, Illig?” Preguntó Maha.

“Tengo algunos, pero puedo hacerlo mejor. Vamos a mirar un poco más”. Había un par de candidatos. Podría hacer algo con los recursos de la ciudad, pero quería un producto de calidad.

“Siempre me ha gustado tu negativa a conformarte”. “Eres el único que aguantaría esto”.

Seguimos caminando hasta llegar al final de la zona comercial. Al final de la calle había una iglesia. A diferencia de la catedral, construida para ostentar la autoridad de la Iglesia Alamite, se trataba de un establecimiento más compacto que también servía de orfanato.

Había niños en el patio vendiendo velas de cera de abeja. No parecía que su negocio fuera especialmente bien. Las lámparas de aceite baratas se habían extendido, disminuyendo la demanda de cera de abejas.

“Cera de abejas… Eso podría funcionar”, murmuré.

Estos orfanatos recibían poco de la sede de la iglesia para dar a los niños una vida cómoda, por lo que necesitaban negocios paralelos para ganar más dinero. La apicultura era la principal industria de este barrio de la ciudad. Llevaba mucho tiempo y conllevaba el riesgo de sufrir picaduras, pero no requería mucha fuerza, lo que la hacía accesible a los niños. El clima de esta región era demasiado frío para cultivar caña de azúcar, lo que hacía subir el precio del azúcar y creaba una gran demanda de miel como edulcorante. Los apicultores ganaban una cantidad decente. También podían vender cera de abejas.

“¿Por qué estás mirando el patio de esa iglesia?” preguntó Maha.

“Maha. Si tuvieras que dividir los cosméticos en dos grandes categorías,

¿cómo lo harías?”. le pregunté.

“Hmm… A grandes rasgos, yo lo dividiría en cuidado de la piel y maquillaje. El primero sirve para mejorar el estado de la piel, como la crema hidratante de Natural You. El segundo es para mejorar la apariencia. El pintalabios entra en esa categoría”.

“Si tuviéramos que fabricar un nuevo producto Natural You, ¿para qué debería servir?”.

“Cuidado de la piel”, respondió inmediatamente Maha.

“¿Por qué? El cuidado de la piel es nuestro negocio principal, pero podríamos encontrar un nuevo mercado si nos esforzáramos en una línea de maquillaje”, argumenté.

“No estoy de acuerdo. El mercado del maquillaje es demasiado competitivo y difícil de abrir. Es mejor jugar con nuestros puntos fuertes que aceptar ese reto”. Natural You alcanzó el éxito fabricando productos novedosos para el cuidado de la piel. Se nos asocia con resaltar la belleza original de las mujeres, no con embellecerla, y debemos proteger esa imagen.”

Casi sonreí ante la respuesta perfecta. Había enseñado bien a mi alumno.

“Así es. Es importante que utilicemos festivales como éste para transmitir lo que hace especial a Natural You”.

Me acerqué a los chicos en el patio y les dije que les compraría todas sus existencias de cera de abejas, incluidas las que tenían en reserva. Saltaron entusiasmados a la iglesia y volvieron con puñados de recipientes.

“¿Qué vas a hacer con todas estas velas, Illig? Creía que querías hacer un producto cosmético”, dijo Maha.

“Sí, así es. Las compro por la cera de abejas. Puedo usarla para hacer algo genial”.

La cera de abejas se formaba a partir de panales, por lo que era segura para la digestión. Era perfecta para el artículo que transmitiría el mensaje central de Natural You.

“No puedo imaginar cómo una vela puede usarse para cosméticos”.

“Creo que te gustará cuando veas el producto acabado. Además, no sólo usaré esta cera de abejas porque es un buen ingrediente. Será un valor añadido que convertirá este nuevo producto en el artículo perfecto para el festival… Tengo que hablar con el cura”.

La calidad no es el único factor que determina el éxito de un producto: el envase y el valor añadido también importan. Tuve que negociar con el cura para asegurarme de que podía presentar este producto tal y como yo lo imaginaba.