Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: El Asesino Adopta Su Identidad De Comerciante

Faltaban sólo tres días para el festival, y la ciudad rebosaba entusiasmo. Todos los que estaban aquí para hacer negocios tenían miradas decididas, tanto si formaban parte de una gran empresa como si vendían productos como particulares. Cuanto mayor fuera la fiesta, más dinero se ganaría. Además, no era una fiesta cualquiera. Se estaba celebrando en la ciudad santa, y la Iglesia Alamite había tendido la mano a todos los países para que cooperaran. Era una oportunidad perfecta para ganar fama.

Estaba dando un paseo por la ciudad yo solo. Nadie me dirigía la palabra. Eso no se debía a que el boom de Lugh Tuatha Dé hubiera terminado. Al contrario, la locura se había agravado: el libro volaba de las estanterías, y las obras de teatro y los espectáculos de marionetas ganaban popularidad.

Pasé desapercibido porque iba disfrazado. Nadie tiene ni idea de quién soy. Parece que mi fama no va a repercutir en mi oficio de asesino. Oculté mi identidad tanto para evitar que me acosaran como para ver si la gente me reconocía. Este era el epicentro de mi repentina popularidad. Si aquí nadie veía a través de mi fachada, no tendría problemas para continuar con mi trabajo de asesino.

No me entusiasmaba la opción, pero podía alterar mi rostro con cirugía plástica si mi disfraz no era suficiente. Cambiar el contorno de mi cara, la longitud de mi nariz o la forma de mis ojos me haría parecer una persona completamente distinta. Lo habría hecho sin dudarlo en mi vida pasada. De hecho, me había cambiado la cara varias veces.

Sin embargo, ya no quería hacerlo. No quería traicionar el amor de mis tres prometidas.

“¿Qué estás haciendo, Lugh Tuatha Dé?”

Jadeé. La voz parecía la de un hombre, pero era un poco aguda. ¿Habría visto alguien mi disfraz? Oculté mi agitación y seguí caminando, ignorando la voz como haría una persona ajena.

“Te estoy hablando a ti, amigo. ¿De verdad crees que ese disfraz va a funcionar?”

La persona volvió a dirigirse a mí. Esta vez su voz era un poco más alta; se esforzaba por cambiarla. Era probable que fuera una mujer. No sabía por qué se hacían pasar por un hombre… Espera, ya sé lo que está pasando.

Era una broma, y yo conocía al culpable.

“Deja de bromear, Maha. Casi me provocas un infarto”.

Me di la vuelta y vi a una chica preciosa que parecía más sabia que su edad. Iba ligeramente maquillada y vestía modesta, pero a la moda. La voz masculina que había oído antes procedía de ella. Maha no tenía talento para el combate, pero yo la había entrenado en otros campos. Sabía cómo cambiar su voz.

“Joder, me has descubierto”. Maha sonrió con una gracia propia de una dama que no podía estar más en desacuerdo con la ronca voz masculina que había producido.

“Todavía te queda camino por recorrer”, respondí.

“He estado demasiado ocupado para practicar. Admito la derrota… De todos modos, bienvenido a casa, querido hermano”.

“Es bueno estar de vuelta, Maha.”

Obviamente, esta no era mi casa, pero me di cuenta de que Maha quería tener ese intercambio, así que la complací.

***

La Iglesia Alamite recurrió a empresas de todo el mundo, así que, naturalmente, se dirigió a Natural You, la marca de cosméticos que está ganando popularidad rápidamente en todo el mundo.

Maha y yo estuvimos en la tienda que Natural You utilizaba durante el festival. Las empresas de menor rango tenían que compartir la planta de un edificio con otras empresas, pero a nosotros nos dieron una tienda entera con una buena ubicación. Tendríamos que cumplir unas expectativas muy altas.

“Buenas tardes, Sr. Illig y Sra. Maha.”

Todos los que nos cruzábamos nos saludaban con apresuradas reverencias. En ese momento estaba disfrazado de Illig Balor, el hijo ilegítimo nacido de la prostitución del presidente de la Compañía Balor. Fundé Natural You bajo esta identidad con el apoyo de la Compañía Balor. Por eso todos se dirigían a mí con tanta formalidad.

Maha y yo entramos en un despacho y cerramos la puerta.

“Me impresiona que lo hayas conseguido. Normalmente se tarda más de una semana en llegar desde Milteu”, dije.

Los coches de caballos eran mucho más lentos de lo que se podría pensar. Un caballo no podía correr durante medio día sin cansarse, y sólo alcanzaban unos doce kilómetros por hora, más lentos que una bicicleta. Por mucha prisa que se diera, se tardaba al menos una semana en hacer el viaje desde Milteu.

“No tienes ni idea del esfuerzo que me costó. En lugar de un carruaje, corrí hasta aquí a caballo, comprando el caballo más rápido que encontraba en cada pueblo por el que pasaba. Cuando no podía conseguir un caballo, me fortalecía con maná y corría en su lugar… Habría sido mucho más fácil si hubieras cumplido tu promesa de darme un ala delta”, respondió Maha.

“Lo siento. No he podido encontrar tiempo”.

En una época en la que ni siquiera las carreteras principales estaban bien mantenidas, poder ignorar la topografía y moverse a gran velocidad en el aire era increíblemente útil. Por eso quería hacer un ala delta para Maha, pero siempre tenía que posponerlo por todos los problemas recientes. La afinidad elemental de Maha con el agua también era un problema. Averiguar cómo alimentar el ala delta sería difícil.

“No te preocupes, sé por todo lo que has pasado… Yo también tengo que disculparme. El Duque Romalung se acercó a mí personalmente y me presionó para que admitiera lo que hago por ti y la existencia de la red de telecomunicaciones.”

“No había nada que pudieras hacer una vez que te encontró. Ni siquiera yo puedo esconder todos mis secretos de ese monstruo. La culpa es mía por subestimarle”.

“Si hubiera sabido que había una persona tan formidable ahí fuera, habría tomado las medidas adecuadas para asegurarme de que no me descubriera”.

“Sin embargo, si actuamos con demasiado cuidado, perderemos nuestra mejor arma: la velocidad a la que recopilamos información”.

Eran necesarias ciertas restricciones para evitar que se descubrieran los secretos de una red de información. Era un compromiso entre seguridad y resultados. La red de información no daría muchos resultados si jugábamos demasiado a lo seguro por culpa del Duque Romalung.

“Sí, es un equilibrio difícil”.

“Por ahora, es un aliado. Sólo asegúrate de que nadie más te descubra. Mantengamos el status quo”.

“Ya lo tienes. Admito que también le di documentos porque dijo que los necesitaba para salvarte”.

“Yo estaba en la reunión cuando los usó. Acabaron salvándome. Tomaste la decisión correcta”.

“Me alegra oír eso”.

Dudaba que Maha le hubiera dado los documentos al Duque Romalung simplemente por una amenaza. Como gestora de mi red de información, Maha veía toda la información recopilada. Eso le permitió confirmar mi situación y decidir que compartir los datos con el duque era la mejor decisión. La dejé a cargo porque ella podía hacer llamadas así.

Maha era la mejor persona que conocía en análisis de información y toma de decisiones. Ella no era apta para el combate, pero honestamente, sus talentos eran mucho más raros. Ella era insustituible.

“No sé qué habría hecho sin ti”, le dije.

La inteligencia era su espada y su escudo contra las intrigas políticas. No tuve más remedio que hacer trabajar a Maha hasta la extenuación en tales ocasiones. Supervisar Natural You era una carga importante por sí sola, pero Maha era la única persona en la que podía confiar para manejar mi empresa y mi red de información.

“No hace falta que me des las gracias. Estaba haciendo mi trabajo y me alegro de haberte ayudado… Pero aceptaré una disculpa si insistes”, respondió Maha.

Sonreí. Siempre intentaba hacerse la interesante cuando me pedía cosas. “Insisto. ¿Qué puedo hacer para compensar esto?”

“Abrázame fuerte y bésame. He estado tan sola sin ti”.

Abracé el delgado cuerpo de Maha y la besé. Me metió la lengua en la boca. Estaba claro que había estudiado mucho.

Nos separamos cuando terminamos de besarnos.

“Te perdono”. Maha intentó parecer madura y tranquila, pero sus mejillas sonrojadas y el temblor de su voz delataban su vergüenza. Me pareció adorable.

“¿Es realmente todo lo que necesitas? No es propio de ti dejarme libre tan fácilmente”.

“…Hee-hee, tienes razón. Quédate a mi lado un poco más”.

El rostro de Maha se mostró sorprendido por un momento, pero enseguida retomó su actitud relajada y cogió mi mano con elegancia de dama. Dudó y se sonrojó ligeramente cuando nuestras manos se tocaron. Maha no era una chica mala.

“Me quedaré contigo todo el tiempo que quieras, mi princesa”. “No soy una princesa… Pero gracias”.

El paso de Maha se animó. Estaba de muy buen humor. Evidentemente, hoy vería mucho de su lado bonito. Quería mimarla todo lo que pudiera, y no sólo porque a menudo trabajara mucho con ella.