Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NL)

Volumen 23

Capítulo 2: El Camino hacia el Continente Divino

 

 

Si tuvieras que marcarlo en un mapa, este estaría en el extremo norte, conectando al Continente Central con el Continente Demoniaco. Si bien es llamado un continente, su tierra está adjunta al Continente Central. Incluso podías caminar desde él hasta el Continente Demoniaco durante la marea baja.

¿Por qué esta masa de tierra sería tratada como algo separado tanto del Continente Central como del Demoniaco? Era a causa de su altura. Este continente estaba situado sobre un precipicio vertical y empinado cerca de tres mil metros por sobre el nivel del mar.

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Como regla general, las personas no viajaban a través de él. No era imposible para aquellos lo suficientemente determinados, pero no había caminos que valiera la pena destacar. Dados los monstruos alados estaban por montones en los muros de ese precipicio, cualquier intento de escalarlo sería increíblemente difícil. Yo había escuchado historias sobre fugitivos buscados del Continente Central viajando a través del Continente Divino con la esperanza de llegar al Continente Demoniaco y escapar de los cazadores de recompensas. No había escuchado ninguna historia sobre ellos sobreviviendo a tal intento.

Pensarías que ser capaz de volar facilitaría ser un fugitivo, pero en este mundo, el cielo pertenecía a los dragones. Olviden los aviones; la tecnología de este mundo ni siquiera había desarrollado globos de aire caliente. Era el epítome de la imprudencia ir hacia el aire sin la debida protección.

¿Y este era el lugar al que Perugius quería que yo llevase a un bebé de un mes de edad?

Era absurdo.

“Apreciaría si pudiera informarme dónde puedo encontrar un círculo de teletransportación conectado a este Continente Divino.”

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Estábamos de vuelta en la oficina principal. Eris estaba justo detrás de mí. Roxy y Sylphie estaban con Sieg en una habitación diferente. Por el momento no parecía que fuéramos a luchar contra Perugius, así que le pedí a Zanoba regresar a casa.

“…”

La expresión de Orsted era tan aterradora como siempre, pero detrás de ese rostro aterrador, él parecía estar considerando cómo decirme la dolorosa verdad. ¿Tal vez no había un círculo de teletransportación conectado al Continente Divino?

“Perugius no estaría satisfecho si usas un círculo de teletransportación.” “Ah, eso tiene sentido.”

Ahora que lo pienso, Perugius lo llamó una prueba. Tal vez bautizar a Sieg en la Colina Aluce del Continente Divino no era la única parte de la prueba; el peligroso camino hasta ese lugar podría ser importante. Si eso significaba ir todo el camino desde aquí hasta el Continente Divino a pie, entonces estaríamos perdiendo mucho tiempo.

“¿Eso excluye teletransportarse a un lugar cerca del Continente Divino?” “No debería ser un problema si todavía estás fuera de él.”

Entonces era llevar al bebé a las puertas del Continente Divino, escalar un poco, y que las personas que viven en la cima lo bauticen. Un camino dividido en tres diferentes adversidades. Olviden la dificultad de escalar, estaríamos viajando con un bebé de solo un mes de edad. Él podía enfermarse en cualquier momento a lo largo del camino. A tres mil pies por sobre el nivel del mar, el mal de altura podría ser una posibilidad real…

Sí, esto sería duro. Aunque supongo que eso lo convertía en una prueba. “Mmm…”

Saben, tal vez derribar la fortaleza flotante no era una idea tan mala.

“Orsted-sama, ¿usted cree que yo pueda completar esta prueba? Claro está, considerando al bebé de un mes de edad que irá conmigo.”

“Lo creo.”

“¿Su razonamiento?”

“Se llamaba Sieghart, ¿no? El cuerpo de ese bebé muestra una fuerte influencia del Rasgo de Laplace. Los niños así tienen una resistencia a las enfermedades comunes y el estrés ambiental.”

“Ah, ya veo.”

“Es un efecto que añadieron a la magia de reencarnación para asegurarse de que el futuro cuerpo de Laplace sobreviva a las condiciones más adversas. Si un niño tiene un Rasgo fuerte, este puede sobrevivir un viaje hacia el Continente Divino.”

Muy bien. Si Orsted estaba tan confiado, entonces supongo que Sieg estaría bien. Ya saben, siempre y cuando no me desconcentre totalmente y permita que una roca saque a Sieg de mi espalda y se lo lleve cuesta abajo. Eris y Roxy irían conmigo, así que ellas compensarían cualquier lapsus de atención que yo pueda tener.

“Me siento un poco culpable por pedir tanto. Especialmente justo después de lo que ocurrió con Geese…”

“Lo entiendo.”

“Aprecio su generosidad…”

“Todavía recuerdo la forma en que hiciste desaparecer un bosque de la faz de la tierra para proteger a tu familia. No me extrañaría que derribes a Martillo del Caos antes de la resurrección de Laplace. Ese es un activo, y lo necesitaré.”

Eso creí. Para Orsted, tanto Perugius como yo éramos activos de combate. Él no quería que sus piezas se atacaran entre sí.

“Me alivia ver que esta situación no le molesta. Comenzaremos los preparativos de inmediato.”

“Entiendo.”

Con nuestro objetivo claro, yo miré detrás de mí. Eris estaba ahí, con su postura de brazos cruzados usual.

“Eris, ¿eso está bien contigo?”

“Para mí no hace ninguna diferencia,” dijo Eris. Ella luego me lanzó una mirada que yo no había visto últimamente: una mirada penetrante. “¿No crees que deberías discutirlo con Sylphie?”

No pude evitar sonreír, como si no fuera algo que esperaba oír de Eris, pero asentí hacia ella de forma sincera.

“E-entendido.”

***

 

 

Sylphiette

Estaba perdida. No sabía a quién preguntarle qué hacer o cómo. Ni siquiera sabía lo que quería obtener. Era doloroso estar así de perdida.

Cuando Rudy me dijo que presentaría a Sieg a Perugius, por solo un momento pensé sobre que sería mucho más fácil si Perugius simplemente se llevaba a Sieg. La idea sacudió lo profundo de mi ser.

Solo fue un pensamiento efímero, pero confirmó algo—la raíz de mis ansiedades no era la idea de que Sieg fuese Laplace. Pero eso traía la pregunta: ¿a qué le tenía miedo? ¿Por qué estaba tan nerviosa? No lo sabía. Todo lo que podía hacer era sostener a Sieg en mis brazos y estremecerme.

Mi mente estaba en blanco incluso cuando se nos dijo que fuéramos hacia el Continente Divino para bautizarlo. De verdad era como si hubiese regresado a mi antiguo ser—a la pequeña niña que era acosada por todos los niños de la Aldea Buena. Rudy me salvó en ese entonces; él ahuyentó a los bravucones y me enseñó todo tipo de cosas. Cosas como la magia, y a leer y escribir. ¿Qué pasaría ahora? ¿Rudy me salvaría?

Cuando era una niña estúpida, yo tenía una completa fe en Rudy y sabía que él me salvaría. Ahora las cosas eran diferentes. Yo amaba a Rudy, y tenía fe en él. Pero sabía que solo era un humano. Podrá haber parecido infalible, como si pudiera hacer lo que sea, pero la verdad era que muchas cosas estaban fuera de su alcance. Por supuesto, a él le asustaban todo tipo de cosas, y era más que capaz de cometer errores simples.

Como olvidar pensar en un nombre para nuestro bebé. Eso me sorprendió, e incluso me decepcionó, pero no era como si me hubiese enojado por ello. Rudy estaba trabajando duro como subordinado de Orsted. Yo sabía lo ajetreado que era cada día para él. Sabía que enfrentó adversidades en el Reino de Asura, en Millis, y en el Continente Demoniaco. Las enfrentaba donde quiera que iba.

Las personas tenían sus límites. Yo quería ser considerada al respecto. No podía esperar que alguien fuese un perfecto hombre de familia mientras trabajaba para Orsted. Es por eso que me juré a mí misma que lo haría, para que Rudy pudiese ser libre de perseguir sus metas laborales. No debía rogar a Rudy por ayuda. Tenía que hacer esto sola.

Rudy no vendría a salvarme. Por lo tanto, ¿qué se suponía que hiciera? ¿Cómo se supone que solucione esto?

“Sylphie.”

Oí una voz mientras mi cabeza giraba a causa del sinfín de preguntas sin respuesta. Regresé inmediatamente a la realidad, viendo por la esquina de mi visión a la persona que había dicho mi nombre.

Era Roxy.

“Um… Siento si estoy entendiendo mal las cosas,” comenzó a decir Roxy, preguntando tanto con vacilación como con sinceridad. “Pero… Sylphie, ¿crees que tal vez estás menos preocupada de si Sieg es o no Laplace, y más preocupada sobre su cabello verde?”

Mis ojos se encontraron con los de Roxy para el momento que me di cuenta. Los míos deben haberse abierto completamente.

“¿Qué… te hace decir eso?”

“Escuché de Lilia que tú solías ser acosada por otros niños por tener el cabello verde.”

Ah, es cierto. ¡Lilia! Me pregunto por qué me había olvidado de ella. Había pasado mucho tiempo desde que mi cabello cambió de color; me reuní con Rudy, me casé con él, y en algún punto, había comenzado a asumir que Rudy era el único que aún sabía sobre mi viejo yo. Qué tonta fui, Lilia también lo sabía. Nunca lo pensé demasiado, pero no había forma de que ella no lo supiera.

¿Por qué nunca me acerqué a ella? No, Lilia comenzó conversaciones conmigo. Yo simplemente me cerré y nunca traté de preguntarle.

“Sylphie, probablemente no lo recuerdas, pero cuando estuve en la Aldea Buena, yo te vi una vez. Incluso hablé con tus padres.”

“¿Sobre… qué?”

“Sobre el color de tu cabello. Parecía ser que ellos también estaban preocupados por eso.”

Hah. Esto era, bueno, algo extraño de escuchar.

Por lo que podía recordar, mis padres nunca dijeron algo sobre mi color de cabello. Incluso cuando fui acosada y corrí a casa llorando y les pregunté por qué el color de mi cabello era diferente al de todos los demás, ellos no me dieron una respuesta directa; solo se vieron tristes, o culpables, o alguna otra mezcla de emociones, y luego me abrazaron y dijeron que todo estaba bien, pero al final no estaba para nada bien—

“¿Qué les dijiste?”

“Que podía garantizarles que no eras un Superd. Les dije que todo estaría bien si le explicaban eso a sus vecinos y te criaban con amor.”

Ah. Entonces era por eso que mi padre y madre me abrazaban y me decían que todo iba a estar bien, una y otra vez.

Por supuesto, eso no era fingido; yo sabía que mi madre y mi padre de verdad me amaban. Ellos me criaron lo mejor que pudieron. Puede que no lo haya sabido en ese entonces, pero ahora lo sabía.

“Creí que estarías bien ya que la Aldea Buena no tenía una cultura de discriminación contra los demonios, pero esa actitud no siempre llega a los niños…”

Roxy hizo una pausa para tocar mi pecho.

“De cualquier forma, si tienes alguna preocupación sobre que Sieg sea tratado de forma diferente por el color de su cabello, solo déjalo en mis manos. Como puedes ver, yo muy claramente soy un demonio. ¡Tengo experiencia lidiando con la discriminación!”

Escuchar esto de Roxy la hizo ver más confiable que nunca. Rudy debe haber tenido mucho respeto por ese lado suyo…

Aunque… Sí, ella tenía razón. Yo ya no estaba sola. Tenía a Lilia y Roxy. Puede que la crianza de los hijos no sea la especialidad de Eris, pero ella se esforzaba al máximo sin darse por vencida ni darle su trabajo a alguien más.

“Viajemos todos juntos al Continente Divino. Me preocupa un poco dejar a Lilia sola cuidando la casa, pero hay muchas personas a las que podemos pedir ayuda.”


Roxy acarició gentilmente mi espalda luego de hacer su sugerencia. Me sentí más ligera, como si ella me hubiese quitado un peso de mis hombros.

***

 

 

Rudeus

Cuando regresé de mi discusión con Orsted, descubrí que la actitud de Sylphie había cambiado un poco. Ella no estaba más comunicativa que antes, pero la luz había regresado a sus ojos. Roxy se veía incluso más determinada de lo usual, así que me pregunto si ella le había dado una charla motivacional a Sylphie. Cielos, Roxy sí que era confiable.

Yo también hablé un poco con Sylphie. Le informé que Orsted dijo que la salud de Sieg era lo suficientemente fuerte como para soportar el viaje, y que yo haría todo en mi poder para protegerlo. Además, me disculpé una vez más por olvidar pensar en un nombre. Su respuesta a eso fue poco entusiasta, así que no parecía que me hubiese perdonado todavía.

También consideré decirle que ella podía descansar en casa en vez de acompañarnos en el viaje, pero al final decidí no hacerlo. Sería una gran sorpresa si sugería separar a una madre de su hijo. Iríamos a este viaje juntos. Ella aún no se había recuperado completamente del parto, pero yo sabía que era mejor de esta forma.

Roxy y Sylphie de seguro viajarían al Continente Divino junto a nosotros. Asumí que Eris también iría. Eso dejaba la casa solo con Aisha, Lilia, Zenith, y los niños. Ars y Lara todavía eran pequeños, pero ya eran varios.

Dejé salir mis ansiedades una vez que regresé a casa, a lo cual Lilia me respondió con un reconfortante, “Estaremos bien.” Aisha fue más práctica, diciendo, “Pediremos la ayuda del Grupo de Mercenarios de ser necesario, así que no te preocupes.” Parecía que ellas podrían con todo, así que eso me tranquilizó.

Dedicamos tres días a prepararnos para el viaje.

Durante el primero, confirmamos nuestra ruta y calendario con Orsted, aprendimos sobre las peculiaridades del Continente Divino, fuimos a ordenar algo de equipo, y algunas otras cosas. Por suerte, la oficina ya estaba conectada a una serie de círculos de teletransportación antiguos alrededor del mundo.

Nuestro plan para el primer día era viajar hacia un círculo antiguo desde la oficina, examinar el círculo de teletransportación antiguo a las puertas del Continente Divino, y luego escalar la cara del precipicio. Una vez superado eso, viajar por alrededor de medio día a un día nos llevaría hasta Aluce.

Aluce era el nombre de una ciudad de la gente del cielo, con la Colina Aluce refiriéndose a una colina cercana. Después de quedarnos una noche en la ciudad, escalaríamos la cercana Colina Aluce y bautizaríamos a Sieg. Después de eso, todo lo que tendríamos que hacer era configurar un círculo de teletransportación en alguna parte y regresar a casa.

Eso nos tomaría de tres a cuatro días como mínimo. Para tener algo de margen, lo dejaría en alrededor de seis.

Ya que estaríamos escalando a gran altitud, podríamos necesitar equipo de seguridad. El cuerpo humano no estaba bien adaptado a la supervivencia en zonas con poco oxígeno. Después de que se lo mencioné a Orsted, él inmediatamente proporcionó una solución.

Él me entregó algunos implementos mágicos con forma de collar. Aparentemente, estos anulaban los efectos dañinos de la escasez de aire. Originalmente fueron inventados por una raza que atravesó los valles cargados de miasma del Continente Demoniaco, así que su efecto principal era anular el daño al cuerpo que provocaban las zonas altamente tóxicas. Parecía ser que también funcionarían para nuestra escalada en el Continente Divino.

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Cielos, Orsted de verdad podía sacar cualquier cosa del bolsillo. Puede que secretamente sea un gato robot del siglo 22. Nah, el rostro de Orsted era demasiado aterrador como para ser usado para fabricar mercancía para niños…

Lucie se deprimió dos días antes de nuestra partida. Cuando le pregunté por qué, dijo que todas sus mamás se iban y que ya se estaba sintiendo sola.

Dado el estado emocional de Sylphie, ella no había estado recibiendo mucha atención últimamente. Supongo que esto era normal. Yo me sentía culpable por hacer que una niña pague el precio por los problemas de los padres, pero los padres también eran humanos. En ocasiones nos deprimíamos.

Por el resto del día, yo pasé tanto tiempo como pude permitirme junto a Lucie. Ella habló sobre cómo lidiar con el recién nacido Sieg era un poco difícil. No podía decirle que fuera una hermana mayor y lo soportara a su edad, y yo ciertamente no quería hacerlo, pero le expliqué que los otros niños también tendrían momentos difíciles. Esperaba poder contar con la ayuda de Lucie cuando llegaran esos momentos. También dije que, si ella alguna vez necesitaba ayuda, su querido papi haría todo lo posible por proporcionarla.

Lucie hizo un puchero durante la primera parte, pero al final parecía estar totalmente comprometida. Me gustaría pensar que me había entendido.

Esa noche yo me topé con Lucie cuidando a Sieg desde el costado de la cuna en la cual dormía. Esto me tomó por sorpresa, considerando la frecuencia con la que ella solo miraba en blanco hacia él al principio. Supuse que Lucie debe haber deseado que él no existiera. Aun así, ella llamó a Lilia o Aisha cada vez que Sieg comenzaba a llorar, y si Lara o Ars se ponían de mal humor, ella correría a reconfortarlos. Claramente se había tomado en serio mis palabras.

Cuando yo tenía su edad… Bueno, estoy hablando de mi vida anterior. En ese entonces, yo nunca podría haber actuado de la forma en que lo estaba haciendo ella ahora. Probablemente habría montado una pataleta sobre lo injusto que era que mis hermanos recibieran toda la atención y les habría dado un dolor de cabeza a mis padres.

Lucie aún era joven, pero nunca paraba de sorprenderme. Antes de darme cuenta, ya era el día de nuestra partida.

Éramos Eris, Roxy, Sylphie, el bebé Sieg, y yo. Los cuatro padres de la familia iríamos en este viaje. Estaba sorprendido de que nunca antes hubiésemos viajado juntos. Bueno, supongo que este no era nuestro primer viaje; habíamos ido a ver la coronación de Ariel juntos. En fin, si bien sabía que era un poco insensible hacia Sylphie y Sieg, yo me sentía un poco emocionado.

“Bueno, es hora de irnos,” dije. “¡Entendido!”

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“Cuídense.”

“Um… Nos vemos.”

Lilia y Aisha asintieron como siempre. Solo Lucie se veía ligeramente reacia mientras se aferraba a la mano de Aisha. Ella estaba esforzándose para no dejar que esa emoción apareciera en su rostro.

Mushoku Tensei Volumen 23 Capítulo 2 Parte 1 Novela Ligera

 

De verdad tenía que pasar más tiempo con ella una vez solucionada la situación con Geese.

***

 

 

Llegamos al borde del Continente Divino algunas horas después de nuestra partida.

Estábamos en el extremo norte del Continente Central.

Un precipicio vertical al cual muy difícilmente podíamos verle la cima se elevaba frente a nosotros. El océano se extendía hacia la distancia a cada lado.

La superficie del precipicio era más que simple roca. Un buen número de habitantes locales creían que dios residía dentro de este precipicio, así que su superficie estaba dotada de escaleras y puntos de apoyo. De acuerdo a Orsted, podías encontrar un santuario dedicado a venerar a estos dioses a cerca de doscientos metros más arriba.

Más allá de eso, había estacas incrustadas en la superficie del precipicio para ayudar con la escalada. Habían sido instaladas por alguien que trató de escalar el precipicio hace mucho tiempo. No estaba claro si esta persona había logrado o no llegar a la cima en una pieza, pero la mayoría opinaba que se cayó antes de llegar a ella.

Había un camino hacia la derecha. Llamarlo un camino era un poco generoso, pero no era mucho más que los restos de unas series apenas utilizables de puntos de apoyo… pero oigan, si alguien caminó sobre ellos, entonces contaba como un camino. Era irregular, pero continuaba hasta el Continente Demoniaco. Si bien sin duda era un camino aterrador, aparentemente era una apuesta más segura que tratar de subir directamente hacia arriba. Bastantes personas lo habían utilizado para ir desde aquí hacia el Continente Demoniaco y viceversa.

“Eso… ¡de seguro es alto!” dijo Eris mientras miraba arriba hacia el precipicio. Había una pizca de emoción en su voz; sus brazos estaban cruzados, como declarando que este no era un obstáculo digno de un aventurero de primera clase. Ella puede haber tenido la valentía de un niño de ciudad portuaria tratando de tener una vida que enorgullezca a sus ancestros, pero, por desgracia, este era el final del Continente Central, no el Fin del Mundo.

“…”

Sylphie tenía una mirada de gran inquietud. Dado su estado mental actual y miedo a las alturas, no podía culparla.

“Um, ¿Rudy?” preguntó Roxy con una voz temblorosa mientras miraba arriba hacia el precipicio. “¿Cómo vamos a subir esto?”

“Por aquí,” dije, guiando al grupo hacia una parte del muro que estaba relativamente libre de puntos de apoyo. Tampoco era como si la presencia de puntos de apoyo fuera a hacer una diferencia, pero no quería dificultar la vida de ningún viajero que viniera aquí después que yo.

Primero usé magia de tierra para crear una caja que pudiera contener a cuatro adultos con bastante espacio para moverse. Una que fuera pesada pero resistente. Luego agregué una entrada, como también algunas ventanas para permitir que entre la luz y comprobar nuestros alrededores.

“Todos a bordo.”

Cerré la puerta una vez que confirmé que todas estaban dentro.

“¿Qué diablos es esto?” preguntó Eris, quien ladeó su cabeza y miró hacia mí de reojo. “Ya, ya, deja que el maestro haga su trabajo,” la tranquilicé. Justo después coloqué una

mano sobre el suelo. El hechizo que había preparado se llamaba Pilar de Piedra. Formé cuatro

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pilares, los fijé firmemente a la caja, y agregué algo de poder mágico. “¡Haa!”

La caja comenzó a moverse lentamente. Hacia arriba. “¡Ah! Bueno, esta sí parece una forma segura de hacerlo.”

Sentí algo de orgullo en el halago de Roxy. Este era un hechizo original mío, Elevador.

Lo había usado una vez antes, cuando estuve en el Continente Begaritt.

Había pensado mucho más en la seguridad de los pasajeros desde entonces. Los pilares elevando la caja estaban fortalecidos con bastante poder mágico, asegurando que no se fueran a romper. Crear pilares que pudieran soportar el viaje hacia tres mil metros de altura requería una cantidad enorme de poder mágico, así que hice un relevo cada cincuenta metros creando nuevos pilares. Supuse que estaríamos bien, pero en caso de que me cansara o quedara sin poder mágico en el camino de subida, también podía crear un agujero en la superficie del precipicio e introducir toda la caja, dándome una forma de recuperar fuerzas de manera segura.

“…”

Sylphie miró hacia afuera por la ventana mientras sostenía a Sieg; un momento después, su rostro se puso completamente pálido. Ella caminó hacia mí y se dejó caer a mi lado. Dado lo complicadas que se habían vuelto las cosas en las últimas semanas, tocaba mi corazón ver que todavía confiaba en mí.

“Cielos… Hablando de algo aburrido,” dijo Eris, quien también se sentó—pero solo porque se había cansado de la vista por la ventana.

“Es mejor de esta forma. No podemos escalar con un bebé, ¿cierto?” “¡Hmph!”

Eris levantó su mentón. Tomé el hecho de que no me golpeó como una señal de que lo entendía completamente. Yo no dejaría que nada les pasara a esos dos en este viaje. Ni un solo rasguño. Aunque ninguna cantidad de heroísmo va a compensar no haber pensado en un nombre para Sieg.

***

 

 

Pasaron varias horas. Mi plan de cambiar los pilares cada cincuenta metros estaba haciendo que nuestro ascenso fuera uno sin problemas.

Sylphie mantuvo su vista sobre Sieg todo el tiempo. Roxy trató de suavizar el ambiente con una conversación ligera. Sylphie no estaba actuando como siempre, pero logró responder. Fue una pequeña plática; las quejas de Roxy sobre su trabajo, los últimos sucesos en la universidad, la última broma que Lucie le jugó, hablar sobre Ars y Lara. Esa clase de cosas. Me habría encantado unirme, pero esos pilares no se iban a formar solos, así que estaba concentrado en eso.

En cuanto a Eris, ella se ganó junto a la ventana y miró hacia afuera. El paisaje era encantador. Mientras el suelo se alejaba constantemente, nosotros pudimos tener una mejor vista de las bandadas de criaturas gigantes volando entre los espacios de las nubes. ¿Acaso esos eran Dragones Azules? Yo nunca había visto Dragones Azules de cerca…

Para el momento que reemplacé los pilares por vigésima vez y nos posicioné sobre los mil metros de altura, los monstruos voladores comenzaron a verse. Eran aves gigantes— probablemente tenían alrededor de tres metros de largo, con una longitud de ala a ala que excedía los seis metros. Además, ellos estaban volando alrededor de nuestra caja y graznando hacia nosotros. Su bandada nos rodeó, picoteó el techo y también las paredes. Probablemente nos estaban acosando. Era difícil saber si estaban asustados de este nuevo objeto, o siendo territoriales y tratando de destruirlo.

Nuestra caja estaba fabricada para ser increíblemente dura. No se rompería a causa de picotazos de algunos monstruos. Aunque sí se balanceó un poco. Cada vez que lo hizo, el color desapareció de la cara de Sylphie, Sieg comenzaría a llorar, y Roxy les aseguraría que todo estaba bien y que no caeríamos. No es como si Roxy supiera lo suficiente como para hacer esa promesa.

Yo sabía que no caeríamos. Si alguna vez pensaba que podría ser así, aseguraría la caja a la superficie del precipicio y exterminaría a esos monstruos. Yo seguí nuestro ascenso, pensando que ellos no eran una amenaza. Los monstruos lograron meter sus cabezas a través de la ventana de vez en cuando, pero Eris rápidamente se deshizo de ellos, y eso fue todo. El piso de la caja comenzó a teñirse de su sangre, pero oigan, no era como si hubiésemos pasado todas nuestras vidas en la abundancia, ¿saben? No éramos indefensos y podíamos soportar un poco de sangre. Nadie se quejó.

Después de un tiempo, yo introduje la caja en la superficie del precipicio, limpié las paredes con un poco de agua, y tomé un descanso. Mi algo tardío almuerzo venía en una caja que Lilia y Aisha habían preparado antes de nuestra partida. Era un sándwich. Dos rebanadas de pan endurecidas con algo de carne y vegetales en medio. Tenía un sabor simple, no muy lejos de mi comida usual, pero darle un mordisco mientras miraba el vasto escenario afuera no estaba nada mal.

“Es genial relajarse de esta forma de vez en cuando,” dijo Eris. Ella estaba mirando por la ventana mientras se comía su propio sándwich de una forma lo suficientemente descuidada como para lanzar migas por todos lados.


“En serio, Eris. Cuida tus modales,” la regañó Sylphie.

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“Sí, entiendo,” dijo Eris, quien claramente no lo entendió. Había pasado mucho tiempo desde que había visto este intercambio en particular.

“Oye, pequeño Sieg, es Papiii. ¡Es hora de tu baño, campeón!”

Yo estaba cuidando a Sieg mientras Sylphie comía. Cambié su pañal y fabriqué una pequeña bañera con magia de tierra para bañarlo.

Así de cerca, su cabello era realmente verde, y sus orejas eran tal vez un poquito más largas que las de un humano. Su rostro era la perfecta mezcla entre el mío y el de Sylphie. Era natural. Me habría preocupado si él no se pareciera a mí.

Sieg rio cuando acerqué mi rostro y jugué a las escondidas y miraba hacia el vacío cuando yo me movía. Cuando lo tomaba en brazos, él miraría fijamente hacia mi rostro.

Cuando Lucie nació, ella se veía incrédula con cada movimiento que hacía, lo cual me hizo preocuparme que ella pudiese ser un renacido. Yo ya tenía cuatro hijos, así que había dejado de tener esa clase de dudas. Sin importar cuántos hijos tuviese, yo sabía que los amaría a todos ellos.

Cuando le ofrecí mi dedo índice a Sieg, él lo apretó con fuerza. Puede que sea bastante fuerte. Así que los bebés en este mundo nacen con bastante fuerza, ¿eh?

En el momento que ese pensamiento atravesó mi mente… “¡Aaaaauuuuuuch!”

Oí un crujido acompañado de una repentina sensación de dolor. Mis instintos me dijeron que apartara rápidamente mi mano de Sieg, pero respiré profundamente, y luego usé mi mano izquierda tranquilamente para apartar la mano de Sieg de mi dedo.

Cuando di un vistazo hacia el dedo índice del cual venía el dolor… “No puede ser…”

Estaba roto. Vamos, ¿en serio?

“¿¡Sieg!?” gritó Sylphie mientras se acercaba rápidamente en el instante siguiente. Sus ojos se abrieron completamente cuando vio mi dedo. “¿Eh? Rudy, tu dedo…”

“Sip. Está roto.” “…”

Sylphie estaba sin palabras. Ella eventualmente llevó sus manos hacia las mías y las envolvió alrededor de mi dedo índice. Una tenue luz brilló desde sus manos unidas y el dolor desapareció.

Un hechizo de sanación usando la conjuración silenciosa. Bravo. “Gracias, Sylphie.”

“No fue nada…” “Él es fuerte.”

“Sí. Él también me lo hizo.”

Sylphie luego me mostró su muñeca. Había una gran cicatriz con forma de mano en ella.

Hmm. ¿Acaso este niño estrangulaba serpientes mientras no lo estábamos viendo? Estaba bastante seguro de que él no se había escapado de nuestra vista durante el último mes.

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“Si él es así de fuerte de niño, entonces tiene un futuro brillante como un espadachín.”

Él incluso podría emprender un viaje para asesinar una hidra o algo así… Esperen un momento, ¿acaso su papá moría en esa historia? Yo sería otro Paul.

“Nunca se sabe,” sonrió Sylphie. “Después de ver a Zanoba, siento que eso no es algo seguro…”

A pesar de que Zanoba era un poco incontrolable de pequeño, él creció para convertirse en alguien con una obsesión perfectamente sana con las muñecas. Sylphie probablemente se estaba refiriendo a eso. Sin embargo, puede que ella no sepa que él era un hombre capaz en el campo de batalla. Su fuerza bruta era evidente, pero también tenía coraje y astucia.

“¡Yo puedo enseñarle a usar una espada!” intervino Eris, habiendo terminado de devorarse su sándwich.

En el pasado, hubo una vez donde dudé seriamente de si Eris podría ser una maestra. No podía negar que Norn y los otros estudiantes de la Universidad de Magia estaban aprendiendo bien de ella. No diría que Eris estaba dando clases, pero por lo que oí, la experiencia que transmitía era valiosa.

Aun así, comparado al “¿Entiendes?” de Ruijerd o los gruñidos onomatopéyicos de Paul, ella era de mucha más ayuda. Diría que su estilo de enseñanza era cercano al de Ghislaine. De sentido común.

Eris consideraba su deber enseñarles esgrima a los niños, así que ella incluso preparó espadas de madera infantiles para ellos. Lucie ya estaba balanceando una espada bajo su tutelaje. Mis hijos estaban recibiendo su educación extracurricular a una edad temprana.

“Parece que todos nuestros hijos sabrán cómo manejarse tanto usando una espada como en la magia,” dijo Roxy, quien planeaba enseñarles magia. Lucie había empezado a practicar los encantamientos de los hechizos poco a poco. Cuando se trataba de aprender magia, mientras más temprano empezaras, mejor. Los niños a esa edad tenían más poder mágico del que podían usar.

No tendríamos ningún problema si le dejaba la educación mágica a Roxy. Toda la camada estaba destinada a ser magos de rango Santo para el momento que fueran adultos.

“No puedo esperar para ver cómo crecen todos,” le dije a Sylphie. Ella mostró una sonrisa y asintió. Fue un alivio ver una sonrisa en su rostro después de tanto tiempo.

***

 

 

Retomamos nuestro largo ascenso.

Dejamos de ver a los monstruos pájaro a cerca de los dos mil metros de altura. En su lugar, vimos monstruos que se veían como cabras aladas y lagartos con cuellos de serpiente. Los lagartos vivían en las grietas de la superficie del precipicio. Ellas metían sus cabezas a través de la ventana que daba hacia el precipicio y nos asustaban a todos. Sus largos cuellos les permitían maniobrar sus cabezas con una precisión alarmante, e iban tras nosotros. O lo habrían hecho, de no ser porque separamos sus cabezas de sus cuerpos en menos de cinco segundos.

Ellas deben tener cuellos evolucionados como esos para arrastrar presas dentro de las grietas del precipicio. Excluyéndolas a ellas, nuestro viaje no tuvo contratiempos. Derrotamos a una de las cabras para la cena e ignoramos al resto mientras seguíamos nuestro ascenso.

***

 

 

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Yo ya había cambiado los pilares más de sesenta veces.

El mundo exterior estaba cubierto de una densa niebla. Ya teníamos que estar dentro de las nubes.

Era de noche. Nuestra caja era iluminada por espíritus de luz, pero yo estaba fatigado, y dudando en cuanto a si debía detenerme para una siesta o seguir escalando. Dada nuestra altitud, deberíamos estar cerca de nuestro destino…

Mientras ese pensamiento atravesaba mi mente, la niebla de casualidad se despejó, y con ella, la vista fuera de la ventana. No solo la que se alejaba del precipicio, sino también la que daba hacia él.

Dejé de elevarnos. Afuera, un campo verde brillaba bajo la luz de la luna. Era el Continente Divino.

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