Risou No Himo Seikatsu (NL)

Volumen 12

Capítulo 1: Los Tres Yan

Parte 4

Esa noche, Zenjirou recibió un informe de las sirvientas y guardias que se habían tomado tiempo libre de que nada había ido mal. Por supuesto, no necesitaban informar de todo lo que ocurría en su tiempo libre, pero ésta era una tierra lejana. Quería enterarse de cualquier cosa inusual o digna de mención.

Para bien o para mal, ninguno de ellos tenía nada en particular que contar. Aun así, le había prestado su reproductor de música a una de las sirvientas, que había conseguido algo de altura para hacer fotos de la ciudad en su conjunto.

“Eso está bien”, le dijo. “Se lo diré a Su Majestad cuando volvamos. Yo también podría ofrecerte una recompensa. Piensa si quieres algo específico”.

“Gracias”, dijo alegremente la sirvienta alta.

El evento principal sería Uppsala, así que no quería gastar demasiada batería de antemano. Por lo tanto, sólo había tomado unas pocas fotos, y él había pasado menos de un minuto mirándolas. Sin embargo, sería más que suficiente para que Aura viera qué tipo de amenaza suponía el país.

Este puerto superaba a Valentia en todos los sentidos. La posición elevada de las fotos permitía ver gran parte de la construcción general de la ciudad. Estaba rodeada de gruesas murallas y, en general, la gente estaba bien cuidada y era feliz. Salvo contadas excepciones, la fortaleza de un país se reflejaba en la plenitud física y mental de su población.

La sirvienta alta había aportado mucha información, pero Margaret era sin duda la estrella aquel día.

“Maestro Zenjirou, permítame ofrecerle mis disculpas en primer lugar. Me he excedido ligeramente. Mientras estaba en la ciudad…”.

Una vez que ella hubo explicado los detalles de su día, Zenjirou se quedó pensativo.

“Ya veo. Eso sí que es extralimitarse en los deberes de una sirvienta. Sin embargo, hay demasiadas cosas alrededor de este chico como para ignorarlas, estoy de acuerdo. Por lo tanto, lo pasaré por alto, pero entiende que es la excepción y no la regla”.

“Por supuesto. Mi agradecimiento por su tolerancia”.

Aunque sólo había capuanos en la sala, se trataba de una reunión oficial, por lo que se vio obligado a ser incómodamente rígido con sus palabras. A pesar de todo, murmuró para sí mismo mientras consideraba la información.

“¿Este huérfano tiene que reunirse con el sacerdote pase lo que pase? En lugar de un intento imprudente de hacerlo personalmente, fue a través de Margaret, por lo que entiende que un huérfano no sería escuchado. No puede ser un idiota, entonces. Es más inteligente de lo que su edad implicaría y aun así siente la necesidad de conocer al cura”.

Margaret ofreció algo más de información en ese momento. “Maestro Zenjirou, dio a entender que su aldea ya no existe. Hablé con varios miembros del personal y ninguno sabe de una aldea cercana que haya sido destruida recientemente”.

Zenjirou dio un suspiro algo deprimido. “Lo que significa que, si no miente, no se crio por aquí”.

Un huérfano sin dinero ni siquiera para cubrir sus necesidades básicas, y mucho menos para viajar en carruaje, había recorrido una larga distancia para encontrarse con ese sacerdote.

“Sea como fuere, parecía insistir en que ocurrirían cosas malas si no se celebraba la reunión”.

Como se lo decía un niño, era muy posible que estuviera equivocado. Además, lo que a un niño puede parecerle horrible, a menudo no es nada para un país. Por encima de todo, Zenjirou ni siquiera era de este continente, y mucho menos del país. Se marcharía dentro de diez días. Había pocas posibilidades de que algo horrible le afectara lo más mínimo.

Aun así, por su naturaleza, escuchaba esas quejas y su salud mental se resentiría si las ignoraba.

“Hablaré con el mercenario mañana”, decidió. Margaret se relajó aliviada por ello.

***

A la mañana siguiente, cuando Zenjirou fue a desayunar, buscó al mercenario tuerto. Más exactamente, le pidió a un miembro del personal que le dijera que quería hablar con él cuando llegara.

Afortunadamente, Zenjirou había conseguido llamar la atención del mercenario tuerto con bastante facilidad. Sin embargo, por desgracia, la respuesta del hombre no fue como él esperaba.

“¿Qué? ¿Quieres decir que el Sacerdote Yan aún no ha regresado?”.

El mercenario del mismo nombre hizo una pausa mientras tomaba su sopa -los dos desayunaban en la misma mesa- y asintió.

“En efecto. Recibió una bienvenida en la finca del Señor de Pomorskie y dijo que era poco probable que volviera en un tiempo”.

“Ya veo. Es una pena”, respondió Zenjirou.

“¿Tenía asuntos con él?”.

Como era de esperar en un hombre de su profesión, su pregunta desprendía una inconfundible cautela. Zenjirou consideró sus opciones por un momento antes de responder con sinceridad. Ganarse la desconfianza disimulando por el bien de un chico al que ni siquiera conocía sería una tontería.

“Nada demasiado serio”, le aseguró. “Me pidieron que hiciera una presentación para alguien que deseaba conocerle. De hecho…”.

Una vez que Zenjirou hubo resumido los acontecimientos que condujeron a su pregunta, el otro hombre asintió. Su expresión apenas había cambiado.

“Ya veo. Así son las cosas entonces”.

Zenjirou estaba preparado para algún tipo de reparo por parte de la guardia del sacerdote por hablar en nombre de un huérfano, y tropezó por un segundo. El otro hombre esbozó una sonrisa que era una mezcla de orgullo y exasperación.

“Es bastante preocupante como guardia, pero no es algo especialmente raro para él. Siempre dice: ‘Si no puedo hacer nada, que así sea. Sin embargo, siempre puedo prestar mis oídos a quienes buscan la salvación’”.

A continuación, se encogió de hombros de forma ligeramente exagerada. No era ni mucho menos el gesto de un mercenario contratado hacia su patrón. Era casi como una preocupación. Hizo que Zenjirou se interesara aún más en el sacerdote llamado Yan, pero era conveniente para él.

“Ya veo. Así que es el modelo de un sacerdote, escuchando las penas de los que están más abajo que él. ¿Recuerdas quizás al chico?”.

El mercenario se lo pensó antes de negar con la cabeza. “Desgraciadamente, no. Aún no llevo ni medio año a su servicio. Es muy posible que se conocieran de antes”.

La declaración del hombre hizo que los sentimientos de Zenjirou pasaran de la mera curiosidad a la cautela. ¿Un mercenario que mostraba tanta preocupación por su jefe después de tan poco tiempo? Un joven que había conocido al sacerdote en una única ocasión había viajado hasta allí para pedirle ayuda, así que el hombre debía de tener algo que atraía a la gente hacia él.

“Comprendo. Me gustaría que transmitieras las palabras del chico la próxima vez que veas al sacerdote. ¿Es aceptable?”.

“No habrá ningún problema con eso. De hecho, no puedo dar otra respuesta. Me gustaría mucho oponerme, teniendo en cuenta mi papel, pero probablemente me ganaría un sermón si impidiera que le llegaran esas palabras. Incluso podría perder mi trabajo”.

“Ya veo. Gracias, entonces”.

“Por supuesto”.

El miembro de la realeza del sur y el mercenario del norte mantuvieron después una amistosa conversación mientras terminaban de desayunar.

***

Había pasado alrededor de una hora desde que Zenjirou había terminado su desayuno.

Su plan de que Yan, el mercenario, le presentara a Yan, el sacerdote, cuando éste regresara se había desmoronado pronto.

Sin embargo, la situación actual no era tan mala. Mientras que el sacerdote no había regresado, la guardia de Freya, Skathi, sí lo había hecho. Según ella, las negociaciones con el Señor habían terminado sin incidentes y quería extenderle una invitación a Zenjirou.

Por supuesto, la invitación era en cierto modo extraoficial a la luz de la aceptación de su posición como miembro de la realeza del Continente del Sur. Su carácter no oficial era inevitable. Aunque el Señor de Pomorskie era un noble de alto rango por derecho propio, no era un representante de la Mancomunidad de Nobles de Złota Wolność en su conjunto. Una invitación oficial requeriría que el país reconociera oficialmente la existencia de Capua en primer lugar.

Sólo el Sejm 11, en nombre del rey, podía hacer algo así. El Señor de Pomorskie era miembro del Sejm, pero sólo eso: miembro. Teniendo eso en cuenta, tardar varios días en hacer una invitación, y que ésta fuera, en el mejor de los casos, no oficial, era prácticamente inevitable.

Zenjirou se centró en la guerrera que tenía delante antes de pedir confirmación de lo que ya sabía.

“Muy bien. Aceptaré agradecido la invitación. Lo he oído antes, pero ¿Hay un sacerdote llamado Yan actualmente con el Señor?”.

La mujer alta respondió sin vacilar. “Así es. No he podido reunirme con él, pero sin duda está allí. El Señor está celebrando una especie de evento informal para darle la bienvenida, Su Majestad. Me atrevería a decir que este Yan también estará presente”.

Lo que significaba que Zenjirou podría conocer al sacerdote.

Aunque no fuera oficial, interactuar con el hombre mientras el Señor le reconocía como miembro de la realeza significaría que no tendría que demostrar su estatus. Era un salvavidas para él.

¹¹ El Parlamento, en sentido amplio, es el órgano legislativo, representativo y colegiado de un Estado nacional, subnacional o supranacional. En sentido estricto, el parlamento es la cámara o asamblea legislativa, propia del sistema parlamentario. En algunos casos también está integrado por monarcas, o miembros vitalicios. Puede ser denominado también “Congreso”, “Cortes” o “Asamblea”, etc. El Sejm es el nombre que designa la cámara baja del parlamento polaco, aunque en otras épocas designaba al parlamento en su conjunto.

“Entiendo. Entonces, la velocidad es esencial. ¿Hay un límite de cuántos pueden acompañarme?”.

Por un momento ella apartó la mirada, pero enseguida se repuso. “El Señor garantizó un evento digno de su estatus, a pesar de su falta de reconocimiento oficial. Sin embargo, en la noche en sí, tendrá que acompañar a la princesa Freya, así que Lady Lucrecia necesitará otra escolta si quiere asistir”.

Mientras hablaba, dirigió su mirada a Lucrecia, que se había unido a ellos para escuchar la explicación. Para decirlo sin rodeos, los “objetivos” de Lucrecia eran de dominio público. Que Freya monopolizara semejante oportunidad no era algo que le agradara.

Aunque mantuvo la expresión inexpresiva, fue más para evitar mostrar derrota que la falta de tales sentimientos. Por supuesto, aunque el Reino Gemelo le había concedido permiso para viajar al Continente del Norte, no era una embajadora oficial. De todos modos, no debería llamar la atención.

“Mi agradecimiento por su consideración, Lady Skathi. Sin embargo, comprendo la posición en la que me encuentro, así que en última instancia es innecesario”. Sonrió.

“Aprecio su comprensión y le ofrezco mi propio agradecimiento en lugar del de mi Señora”.

Zenjirou había estado recogiendo sus pensamientos mientras tenía lugar aquella conversación.

“Entonces me dirigiré a la finca del Señor una vez que los preparativos estén terminados. Varios guardias y sirvientas se quedarán. A los que lo hagan se les encargará el cuidado de Lucy”.

Ya estaba separando mentalmente a la gente para esas tareas. Le acompañarían Inés, la joven y la sirvienta. Natalio y un solo soldado serían sus guardias.

Margaret y el otro caballero y soldado se quedarían aquí. La única asistente de Lucrecia era Flora. Sin dejarlas atrás, Lucrecia – prácticamente el modelo de una muchacha noble- no podría hacer mucho. También aligeraría la carga de Flora.

“Gracias, Majestad”, dijo Lucrecia con sincero agradecimiento mientras él ordenaba a la sirvienta, el caballero y el soldado restantes que se ocuparan de sus necesidades.

Su cabello con cola lateral se balanceaba con la inclinación de su cabeza.