Risou No Himo Seikatsu (NL)

Volumen 12

Capítulo 1: Los Tres Yan

Parte 1

Habían pasado cuarenta y tres días desde que partieron de la isla deshabitada. La Hoja de Glasir había llegado por fin a su primera escala, el puerto de Pomorskie. De hecho, habían pasado más de diez días desde que avistaron por primera vez la tierra del Continente del Norte.

Afortunadamente, la Hoja de Glasir se encontraba en una posición lo suficientemente buena tanto en términos de suministros como de estado como para no necesitar desviarse a un puerto más cercano. Freya había dicho que debido a que la influencia de la Iglesia era particularmente fuerte en los Estados del sur, no quería hacer escala en ninguno de sus puertos a menos que fuera ineludible.

Zenjirou sólo pudo asentir. Francamente, quería pisar tierra firme cuanto antes después de cuarenta días zarandeándose en el catre de madera. Aun así, no era tan arrogante como para suponer que sus caprichos tenían más peso que la opinión de un experto.

A pesar de todo, esperó en cubierta mientras veía a los marineros ir y venir preparándose para tocar tierra. Sabía que estorbaría, pero quería estar en tierra cuanto antes.

Freya estaba con él. Ella había terminado de dar sus instrucciones generales, había dejado los detalles a su vicecapitán, y ahora estaba hablando con Zenjirou en su lugar.

“El puerto es un centro de comercio internacional, por lo que no debería haber ningún problema en que atraquemos aquí. El reabastecimiento también debería ser sencillo. Sin embargo, el problema viene con Pomorskie siendo un ordynacja de una de las familias líderes del país. Tú y yo tendremos que ofrecer nuestros saludos”.

Esta discusión ya se había producido varias veces desde que avistaron el continente. Su conversación actual era al mismo tiempo una especie de repaso final y sólo un tema para pasar el tiempo hasta que llegaran al puerto.

Aunque no se había mareado, Zenjirou no había sido el de siempre mientras estaban en alta mar. No estaba seguro de haber conseguido memorizarlo todo, así que también agradecía en ese sentido.

“Entiendo. Capua no tiene lazos con el Continente del Norte, así que le agradecería que me diera una introducción, Princesa Freya”.

“En efecto. Pero una cosa: seguimos en el mar”, dijo ella levantando la barbilla.

“Perdóneme, Capitán”, se corrigió con una sonrisa contrariada.

Hoy ha hecho buen clima. El mar y el cielo eran azules. Por fin se ve el puerto, donde las dos tonalidades se mezclan en el horizonte.

Bueno, al menos se había visto un edificio blanco parecido a un faro y las defensas marítimas que delimitaban el puerto.

“El puerto de Pomorskie. El país se llamaba Złota Wol…”, Zenjirou dijo, interrumpiéndose, ya que no podía recordar el nombre.

“Złota Wolność. La Mancomunidad de Nobles de Złota Wolność al

completo 8”, explicó Freya.

La Mancomunidad de Nobles de Złota Wolność era el país más grande del oeste del continente. La mayoría de la población era seguidora de la Iglesia, al igual que en los demás países del continente nórdico, pero este país ostentaba la rara posición de reconocer la libertad religiosa de su pueblo.

Para la tripulación de la Hoja de Glasir, que ciertamente no seguía las enseñanzas de la Iglesia, era un puerto perfecto.

El barco se acercaba a tierra firme mientras los dos hablaban. Con lo cerca que estaba ahora, incluso Zenjirou podía hacerse una idea completa de su destino.

“Increíble. Está varios niveles por encima de Valentia”, comentó.

⁸ Una mancomunidad es una asociación de dos o más municipios o territorios que se unen por un objetivo en común, ya sea con fines políticos o económicos. Puede darse dentro o fuera de un país. La mancomunidad protege la autonomía y libertad de los miembros. Tiene personalidad y capacidad jurídicas para el cumplimiento de sus fines específicos. Se rige por sus propios estatutos y cuenta con órganos de gobierno representativos de los municipios mancomunados.

El tamaño del puerto, el número de atracaderos, la altura de los faros y el tamaño de los muelles para construir y reparar barcos eran superiores a los de Valentia, el orgullo de Capua, su mayor puerto.

“Los barcos de tres mástiles ya son estándar en la Mancomunidad, por lo que sus puertos también han crecido inevitablemente. Hemos visto al menos cinco barcos de cuatro mástiles de la misma escala que la Hoja de Glasir”.

“Asombroso”, dijo él, sin un ápice de exageración.

El avanzado nivel de sus capacidades de construcción naval, los recursos para respaldarlo y el tamaño de su territorio naval demostraban el tamaño y la fuerza del país. Le parecía recordar que Freya había dicho que Uppsala sólo tenía otro barco del mismo nivel.

“Una potencia internacional”, comentó.

“Ciertamente lo son”.

El barco llegó sin problemas dignos de mención.