Toaru Majutsu no Index – Genesis Testament (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: Escucha el nombre de tu ruina, mundo – Llama_a_”XXXXX”.

Parte 3

-…

A Kamijou Touma le tomó un momento darse cuenta de que casi todo el sonido se había desvanecido.

¿Ese ritmo corto que escuchaba era su propia respiración superficial?

La destrucción fue tan grande que casi se olvidó de que estaba en el techo de una torre en los terrenos del consulado. El suelo fue arrancado, se arrojó lava naranja y algunas de las otras torres se derrumbaron. Parecía el fin del mundo. Estaba todo el camino en la parte superior de una torre, pero sintió tierra oscura en su cabeza.

Todo su cuerpo estaba rígido y tenía problemas simplemente para mover la cabeza. Entonces, en cambio, movió solo sus ojos mientras se desplomaba en el techo.

El viento sopló y el polvo se esparció por el aire.

Vio una silueta a través de esa nube de polvo. Yacía en un pasadizo elevado que parecía estar a punto de derrumbarse en cualquier momento. Kamijou jadeó cuando notó lo oscura que era la silueta, pero también pudo distinguir otras características. No era femenino. Solo se veía oscuro por el frac y la capa anticuados que vestía. Se parecía mucho a una cigarra aplastada. Una caja de almacenamiento en niveles similar a una caja de aparejos estaba parcialmente abierta y aplastada.

Ese fue Trismegistus.

Kamijou no podía decir si era H. T., Z. I., O. M. o cualquier otra combinación en este momento.

Ya no se movía.

Pero Kamijou Touma permaneció congelado. Todavía no podía relajarse. Por supuesto que no pudo. No cuando pudo ver otra silueta colapsar a corta distancia del joven mayordomo inmóvil.

Esa era Buena Vieja Mary.

Las tres patas del gigante Tribikos se habían hecho añicos, su suave esfera aplastada se partió en dos y sus pedazos se apoyaron contra el consulado.

Pero este no fue un caso de destrucción mutua. Si la amenaza se hubiera ido, la parálisis de Kamijou se habría ido con ella. Habría encontrado alguna manera de correr a Buena Vieja Mary y ver si necesitaba atención médica. Y si ella estuviera bien, habría tratado de contener a Trismegistus.

Pero no pudo.

No podía obligarse a moverse mientras estaba en la parte superior de la torre. La parálisis mortal no mostró signos de desaparecer.

Porque algo más había sucedido aquí.

No se trataba de dos Trascendentes atacándose y derrotándose simultáneamente.

-Corte, corte, corte.

Muy abajo, una pequeña silueta caminaba por el suelo. Y la chica estaba diciendo algo.

Sus palabras formaron un ritmo como si estuviera tarareando una canción improvisada.

La suya era la última voz que Kamijou quería escuchar en este momento.

-La corte de la niña está en sesión.

Esta era Alice Anotherbible, la verdadera tirana que había borrado esos Trascendentes ordinarios en un abrir y cerrar de ojos.

Con un rugido, la torre y el jardín de flores de la azotea se derrumbaron. Kamijou podía decir que agarrarse a algo no sería suficiente aquí, así que se armó de valor y apuntó a un cuerpo de agua que había sobrevivido a la devastación. No pudo volver a apuntar después de ser lanzado al aire. Entonces, en cambio, saltó de la torre en ruinas para llegar a un estanque de jardín que estaba aún más doblado que una calabaza.

-¿¡Gahh!?

Aterrizó en el agua, pero aún así terminó ensangrentado. El frío extremo pareció cortarle la piel. Pero había tomado la decisión correcta. No podía dejar que el dolor o el escalofrío lo detuvieran ahora. No tuvo tiempo de correr con seguridad por la escalera de caracol.

Porque Buena Vieja Mary y Trismegistus estaban en peligro si no los alcanzaba de inmediato.

¿Qué les pasaría si Alice los alcanzara mientras estaban indefensos?

(Uf. Sin mencionar…)

Se dio cuenta de que debería haberlo visto venir.

Trismegistus había estado usando su espada de bastón para producir cuchillas sobrenaturales que no se encuentran en ninguna mitología y Buena Vieja Mary había producido una pieza de equipo de laboratorio tan enorme que cubría el cielo. Con eso en marcha, no había forma de que la joven maestra del consulado no se diera cuenta.

La idea de “Trascendentes ordinarios” era absurda, pero ella era tan abrumadoramente inusual que sintió la necesidad de aplicar ese calificativo de “ordinario” a Trismegistus y Buena Vieja Mary. Era tan extraordinaria que incluso otros Trascendentes la temían.

(No hay caso.)

Kamijou se olvidó incluso de respirar.

Estaba superado.

(Mut Tebas es un experto en ejecución y tiene ese elemento de “bébeme” capaz de matar a los Transcendentes, pero ni siquiera ella puede derrotar a Alice. ¡Incluso pensar en luchar contra ella es un movimiento equivocado!)

Los lindos labios de Alice habían pronunciado las palabras “la corte está en sesión”.

Las aventuras de Alice en el país de las maravillas fue un éxito de ventas mundial, pero Kamijou estaba avergonzado de admitir que no sabía mucho al respecto. Sabía que había una fiesta de té con un sombrerero y una liebre de marzo, sabía que había un partido de cricket en el castillo con la reina de corazones, y pensó que también podría haber una escena de la corte. ¿Eso estaba relacionado con la reina histérica que gritó “que les corten la cabeza” en un abrir y cerrar de ojos?

Eso significaría que este juicio significaba la muerte para el acusado.

Las probabilidades de un veredicto de culpabilidad y muerte inmediata eran superiores al 99,9% y cualquier otro resultado tenía tan pocas probabilidades que merecía llamarse milagro. Por otro lado, no había ninguna posibilidad de dañar a Alice. Ni siquiera un 0,1% de probabilidad.

Fue así de unilateral esa masacre.

-¿A-Alice?

-¿Sí Profesor?

-Eso es suficiente. Esto ya se acabó. Así que necesitas calmarte y-

-No.

Siguió un sonido sordo de estallido.

Pero era más húmedo que un explosivo estallando.

La joven ni siquiera había dirigido su pequeña palma en esa dirección. Ni siquiera había mirado en esa dirección.

Pero Trismegistus todavía fue lanzado desde el suelo. Su cuerpo ya herido se retorció aún más en el aire, se estrelló contra el suelo sin poder hacer nada y siguió rodando.

-¡¡¡Alice!!!

¿Estaba bien? No el impacto físico o la presión. ¿Estaba bien en el nivel de la definición fundamental de un Trascendente?

Y no terminó ahí.

La sombra de Alice latía a sus pies. Quería otro sacrificio.

Quería al otro Trascendente que yacía inmóvil en el suelo.

-¡¡Lo de Trismegistus ha terminado!! ¡Buena Vieja Mary no hizo nada! De hecho, ¡me salvó la vida! ¡¡Así que-!!

-No.

Kamijou se movió entre ellos.

La sonrisa habitual de Alice se había ido. Mantuvo la expresión en blanco de una máscara de noh mientras silenciosamente inclinaba la cabeza.

Eso era mucho más aterrador que si su rostro estuviera rojo de furia.

Abrió los ojos anormalmente grandes y habló sin pestañear.

-Profesor. Hay sangre en el suelo. Huele a ti.

-…

-Buena Vieja Mary era demasiado lenta. Ella no arriesgó su vida para protegerte. Ella no vio venir la amenaza y simplemente arregló las cosas después. Eso no es lo suficientemente bueno. Descuidó sus deberes. La niña le dijo a todos en esta base secreta: ¿consulado? – que eres un invitado y que no debían hacerte daño. Pero estos dos no cumplieron la más básica de las promesas: no matar a la gente.

Más pulsante.

Pero esta vez vino del interior del vestido de libro infantil de Alice.

Ya no podía contener su poder. Kamijou apretó los dientes sabiendo lo que yacía en la base de todo.

Alice estaba frustrada.

Estaba frustrada porque alguien a quien amaba había sufrido daños. Estaba frustrada porque los Trascendentes que vivían con ella lo habían hecho. Y estaba frustrada por no haber podido detenerlos y salvar su vida.

He venido a jugar, profesor.

¿Y si las primeras palabras de Alice para él hubieran sido real y verdaderamente toda la historia para ella?

El pensamiento le hizo hacer una mueca.

Esto no fue bueno.

Iba más allá de Trismegistus y Buena Vieja Mary. Según las reglas actuales de Alice, Shibuya el 31 también fue un problema.

Aradia lo había matado y la súcubo de Bolonia no había podido evitarlo.

Esta única regla amenazaba con derribar todo a su alrededor.

De ahí el título de tirana.

Esa gobernante inmadura tenía un poder tremendo pero no podía proteger al mundo porque sus emociones la manipulaban con demasiada facilidad.

-No puedes, Alice. -dijo Kamijou sin pensar.

Ella estaba actuando completamente con la lógica de un niño, por lo que tal vez podría haber elegido simplemente escucharla en lugar de rechazar lo que estaba sintiendo. Pero aun así hizo su movimiento ya que parecía que el pequeño tirano estaba listo para explotar en cualquier momento.

Y perderlo todo aquí sería demasiado doloroso.

Aradia, la Súcubo de Bolonia, Buena Vieja Mary y Trismegistus. Si estaba siendo honesto, ninguno de los Trascendentes había sido perfecto. No podía aceptar completamente la forma inhumana en que cada uno establecía sus propias condiciones para salvar a las personas.

Pero todavía se preocupaban profundamente por la Cábala Constructora de Puentes.

Trismegistus había sido completamente aterrador, pero incluso él solo quería eliminar a Kamijou para poder proteger a Alice. Había estado dispuesto a ensangrentarse las manos y quitarle la vida a Kamijou porque se preocupaba más que nada por el hogar que había encontrado en la Cábala Constructora de Puentes.

Tal vez lo había hecho de la manera equivocada. Pero ahora, el hombre que se había esforzado tanto y la mujer que se había esforzado tanto por detenerlo, pero falló por poco, habían resultado gravemente heridos. No había razón para castigarlos más.

La joven tirana necesitaba aprender que el perdón era otra opción.

-No puedes hacerlo de esta manera, Alice.

-¿Vas a pelear con la chica? ¿Para proteger a Buena Vieja Mary, que yace allí al borde de la muerte?

Pero con la cabeza aún inclinada, la máscara de noh Alice inmediatamente rechazó su propia pregunta.

-No, maestro. La chica puede decirlo por tus ojos. También estás mirando a Trismegistus. Eso significa que estás hablando de salvarlos a ambos.

Buena Vieja Mary le había salvado la vida, así que tenía sentido para ella.

Pero no tenía motivos para insistir en salvar al joven mayordomo conocido como Trismegistus. Incluso si lo hubiera hecho por Alice, había cortado cruelmente a Aradia e intentó hacer lo mismo con Kamijou.

Pero Kamijou ni siquiera necesitaba pensar en su respuesta.

-¿Y qué si lo hago?

-¿Por qué harías eso?

-Si no tengo una razón, la encontraré. Por lo menos, no puedo abandonar a alguien para que muera y luego sonreír como si nada hubiera pasado.

Dirigió su puño derecho hacia ella.

Se oyó un crujido sordo, pero no de su puño.

Provino de la cabeza inclinada de Alice Anotherbible. El ángulo de inclinación había pasado un cierto umbral. Su delgado cuello seguía haciendo extraños crujidos, pero no se veía ningún indicio de dolor en su rostro.

Hablaba desde ese ángulo anormal y desde la máscara de noh que parecía completamente desprovista de vida.

-¿Usted también, maestro?

Algo más aterrador y mucho más doloroso que las lágrimas de sangre derramadas de sus ojos.

-¿Tienes miedo de la chica y su poder como todos los demás? Pero la chica no ha dicho nada malo. La chica no ha hecho nada malo.

Eso probablemente estaba cerca del núcleo mismo de esa joven.

Esto era algo que los susurros de Anna Sprengel habían implantado en ella y algo a lo que terminó aferrándose.

-Lo siento… Alice.

Era cierto que Kamijou había mantenido sus ojos en Buena Vieja Mary y Trismegistus para asegurarse de que ningún tiro perdido los alcanzara. Y Alice había visto a través de él.

Pero se dio cuenta de que no eran solo a esos dos.

Estaban frente a frente. Claramente eran enemigos. Pero era un hecho indiscutible que Kamijou Touma había mantenido a esa joven en el centro de su visión todo este tiempo.

Él también salvaría a Alice.

Si no tenía una razón para hacerlo, la encontraría.

Estaba tomando la decisión que ninguno de los Trascendentes se había atrevido a tomar.

-La súcubo de Bolonia y Buena Vieja Mary también me hablaron de esto.

-…¿Lo hicieron?

Sus ojos se encontraron.

No podía apartar la mirada ahora.

-Dijeron que yo era la única persona en el mundo que podía mantener una conversación normal contigo y la única persona que podía hacer que aceptaras tus errores si hacías algo incorrecto. Si eso es cierto, entonces este es mi trabajo. Alice Anotherbible, no importa si me odias ahora o no. ¡¡¡Nunca pienses que eso es suficiente para detener a Kamijou Touma!!!

-Basta, maestro. Solo cállate. Estás completamente indefenso una vez que te atrapan algunas maravillas. Ese estúpido puño tuyo se rompería si tratas de atravesar la pared a la que te enfrentas ahora, ¡así que no creas que la chica va a comenzar a llorar solo porque la amenazas con eso!

Su vestido de libro ilustrado se rasgó por completo, revelando una piel suave y cuero rebosante de inmoralidad.

La vista psicodélica destruiría las almas de todos los que ignoraran sus instintos e intentaran atacarla. La furia de Alice Anotherbible se había ocupado fácilmente de todo el lado oscuro de Ciudad Academia, pero ahora se manifestaba por completo para aplastar a un solo chico.

Se dio cuenta de que esta podría haber sido la primera vez que Alice había dirigido hostilidad real en su dirección.

Lo asustó.

Aparentemente, las personas que intentaban sobrevivir a un bombardeo podían sentir tanto miedo que les sangraba el corazón. La presión que pesaba sobre Kamijou estaba llegando a ese nivel.

Sin embargo, el niño enclenque optó por luchar contra este bombardeo mortal. Sabía que, en el fondo, la Tirana Alice no estaba buscando a alguien anormalmente amable que le preparara un pastel de cumpleaños todos los días. Quería a alguien que hiciera esto sin dudarlo.

Tenía que creer eso.

Si no estaba seguro de qué hacer, solo necesitaba escuchar su voluntad.

No podía dar un solo paso. Estaba seguro de que estaba en la posición necesaria para salvar a Alice.

¡¡¡Y eso tenía que ser suficiente para darle la fuerza para luchar contra un poder tan grande!!!