Toaru Majutsu no Index – Genesis Testament (NL)

Volumen 6

Capítulo 1: Ve por ese trabajo de Año Nuevo – Lejos_en_SHIBUYA,_el_31.

Parte 5

El fantasma se encogió de hombros ante el comentario exasperado de Kamijou y comenzó a comer la pasta delgada después de mezclar la cebolla verde picada, mentaiko y mantequilla derretida.

-El Dr. Policía ya está aquí. Los vi antes, pero parece que solo están escabulléndose para vigilar las cosas por ahora.

-¿Te refieres a esos médicos oficiales de policía que aparecen en la televisión durante Halloween?

-Había un anuncio clandestino de lo que parecía una cuenta prepago que ofrecía 100 000 yenes en criptomonedas para cualquiera que golpeara a esos fanfarrones en medio de la travesía. Pero son policías, por lo que probablemente sea más seguro ganar dinero transmitiéndolo que intentándolo yo misma.

-…

¿Estaba este lugar completamente desprovisto de moral?

La lista de trabajos se redujo considerablemente después de la 1 p.m. Las horas de comida de las personas se mantuvieron bastante constantes incluso durante las vacaciones de invierno. Un tipo mayor que había pedido una gran chuleta al curry (¿aparecía en la lista como curry de Kanazawa?) le había dicho a Kamijou que tendría que esperar hasta después de las 10 p. m. si quería ganar algo de dinero real. Al parecer, habría una avalancha de pedidos de soba de Año Nuevo.

-Estamos en la escuela preparatoria, por lo que no se nos permite trabajar después de las 10.

-¿¡Esa maldita desgracia me siguió hasta Shibuya!?

Pero aun así lo dio todo.

Cuanto más montaba en su patinete, más dinero ganaba.

-W-guau. ¡Este trabajo es increíble! ¡¡Ya tengo 2500 yenes!!

-Humano, echa un vistazo a esa tienda de conveniencia. El cartel de Se busca ayuda dice que pagan 1500 yenes la hora.

-Odio borrar esa sonrisa de suficiencia de tu cara, Othinus, pero ¿eres estúpida? Nunca podríamos hacer ese trabajo. Somos principiantes en esto del trabajo. Las tiendas de conveniencia hacen casi todo, desde entregas a domicilio hasta aceptar pagos de servicios públicos, por lo que los aficionados como nosotros no podíamos intervenir y comenzar a trabajar allí. Ese es un trabajo para especialistas. Cada vez que haga fila para pagar, asegúrese de agradecerles por apoyar nuestra vida cotidiana.

El grupo de Kamijou dejó de trabajar justo cuando la gran ola de trabajos se desvaneció en la nada.

Pero una cosa todavía lo molestaba.

-¿Cómo convierto esto en efectivo?

Había pequeñas estructuras cuadradas similares a tiendas de conveniencia no tripuladas ubicadas aquí y allá. Funcionaron como estaciones para los patinetes y aceptaron las mochilas sintéticas que usaban los repartidores. Había una máquina del tamaño de una máquina expendedora en una esquina y sostuvo su viejo teléfono inteligente cuando la voz femenina artificial le dijo que lo hiciera.

-Guau.

Con un sonido metálico sorprendentemente profundo, unas pocas monedas de oro de aspecto barato cayeron en la abertura cerca del fondo. Le recordaban monedas de juguete o fichas de casino.

Los recogió vacilante.

-Se supone que debo cambiarlos por dinero en efectivo en una tienda de conveniencia o farmacia, ¿verdad? Eso parece innecesariamente complicado. ¿Por qué no me das el dinero en efectivo para empezar?

Esto técnicamente calificaba como pagarle en efectivo el mismo día, pero parecía enrevesado. Él mismo no usó mucho el servicio, pero ¿no podrían simplemente hacer que pagues con tu teléfono?

Entonces Kumokawa murmuró algo en voz baja.

-(Probablemente, la idea es hacer que la gente haga circular piezas de plástico ordinario como si tuvieran valor. Es una inversión destinada a permitir eventualmente que un número limitado de empresas privadas tomen el control del sistema monetario de los gobiernos del mundo. No puedes decir que White Spring no tiene ambición. Su falta de tradición los hace mucho menos reacios a intentar ideas nuevas y audaces)

-¿?

Ya que tenía que recibir su efectivo en una tienda de conveniencia, Kamijou temía gastarlo todo de inmediato. Los bocadillos calientes al lado de la caja registradora eran terriblemente tentadores. El pollo frito y las papas fritas que tenían en la vitrina eran básicamente una trampa. El sonido del aceite para freír se unió al encanto visual y olfativo para atrapar tu alma.

El trabajador de la tienda de conveniencia parecía acostumbrado al proceso. Los registros en estos días te hacían insertar las monedas en la máquina como si fuera una máquina expendedora, de modo que aparentemente determinaban si las monedas eran reales o no. Por fin, tenía algo de papel moneda en sus manos. Después de recibir eso como si hubiera entregado una ficha ganadora en una tienda de dulces, solo miró el dinero con un pie todavía en su patinete en la acera.

Después de tomarse un descanso para eso, no pudo reunir la fuerza mental necesaria para comenzar a trabajar nuevamente.

Y algo más lo sorprendió mientras miraba fijamente la dimensión alternativa que era Shibuya.

-¿Eh? Ahora estoy extrañamente acostumbrado.

-La forma en que te estabas volviendo loco antes fue la parte extraña. -dijo Kumokawa Seria.

Todo su arduo trabajo solo le había valido 2500 yenes. Pero una vez que superara sus nervios como principiante, se volvería más eficiente. Si trabajaba durante la merienda de la tarde y la hora de comer tarde en la noche, podría ganar 5000 yenes o incluso unos fantásticos 10,000 yenes. Aunque a un estudiante de secundaria solo se le permitía trabajar hasta las 10 de la noche.

-¿Vas a almorzar a algún lado, chico? -sugirió casualmente su tetona senpai de cabello negro.

-¡Me retracto! ¡Esa tienda de donas de antes tenía una sola dona que costaba más de 1000 yenes! Podría pasar 100 años aquí y te juro que nunca me acostumbraría. Comer en el elegante Shibuya tiene que ser como un robo en la carretera. ¡¡Vine aquí para ganar dinero, así que me niego a volver a endeudarme!!

-Si tú lo dices. Por cierto, un restaurante multinacional en Miyashita Ark, cerca de la estación, está participando en uno de los ridículos desafíos gastronómicos de Japón. Si una sola persona en el restaurante milagrosamente logra terminar su ramen francés de camarones y queso del tamaño de un cubo XXL, entonces todos en el restaurante en ese momento obtienen su comida gratis. Aquí hay una foto de su sitio web. Puedes juzgar el ancho del tazón comparándolo con los palillos que están al lado. Usa la posición de la fuente de luz y la sombra del cuenco para calcular su profundidad.

-Index, necesito una opinión experta aquí. ¿Podrías terminar esto, sopa y todo? ¿Qué pasa con esas cabezas de camarones de aspecto asqueroso?

-¡Dale!^[2]

-Eso lo resuelve entonces.

-Espera, estaba sugiriendo esto como un desafío para tu estómago de niño en crecimiento. -murmuró Kumokawa Seria, pero la ignoró. Quería asegurarse de poder ganar este.

Este tipo de desafíos se utilizaron para atraer clientes, pero fueron diseñados para que nadie tuviera éxito. El tamaño de la porción afectó la satisfacción del cliente tanto como el sabor y también afectó directamente los costos de los ingredientes. Los expertos en un restaurante ya habían investigado todo, desde su tamaño pequeño hasta su tamaño XXL, por lo que tenían todos los datos que necesitaban para hacer una cantidad que parecía factible pero que nadie podía terminar. Esto se habría calculado tan fríamente como la altura de la cerca de una prisión. Pero había una cosa que no habrían tenido en cuenta: un ser cuyos límites gastronómicos superaban con creces los de la humanidad había sido liberado de la jaula gigante que era Ciudad Academia. Para cuando se dieran cuenta de su error, sería demasiado tarde. Se trataba de talento, no de técnica. Había monstruos por ahí que podían derribar todo un casino al predecir con precisión dónde terminaría la bola de la ruleta simplemente escuchando las sutiles diferencias en el giro de la rueda. De la misma manera, algunas personas tenían un talento innato para comer que ninguna cantidad de trabajo duro podría igualar. Ella era uno de ellos.

-Este ramen francés es increíble. ¿Esta foto está modificada? La sopa parece de un naranja neón. ¿Qué hirvieron ahí para darle ese color? De acuerdo, senpai, ¿en qué dirección a ese Ark-

Por alguna razón, dejó de hablar a mitad de la frase.

Sintió un escalofrío.

Sintió un hormigueo doloroso en la piel, pero ¿qué había causado esto?

No entendía de dónde venía esta tensión extrema. Se sintió paralizado mientras sus instintos tomaban el control y se congelaba en su lugar.

Esta no fue la primera vez.

Esto había sucedido una vez antes.

Al igual que la anafilaxia que se presenta después de ser picado por un avispón venenoso, una vez que su cuerpo haya aprendido la sensación, la rechazará violentamente la próxima vez. Después de pensarlo un poco, Kamijou Touma llegó a una respuesta extremadamente simple: esta era una respuesta traumática.

Pero, ¿qué en el pasado le había dejado una cicatriz emocional tan poderosa?

(No.)

Naturalmente, presionó su mano contra el centro de su pecho.

Su palma estaba empapada de sudor.

Allí no había herida ni sangre. Su ropa ni siquiera estaba rota.

Pero.

Cuando Kumokawa Seria lo ayudó a subir cerca de la puerta este del Distrito 11, cortó la etiqueta con el precio de su abrigo con las tijeras pequeñas en su kit de costura. Pero espere un segundo. ¿Cómo podía un chico tan desesperadamente pobre comprarse ropa nueva? Tenía que haber más en esto. Algo le había sucedido fuera de su propia memoria. En otras palabras…

(¡No! ¡Eso no fue un sueño después de todo! ¡No sé qué pasó con el gran agujero ensangrentado en mi pecho, pero alguien debe haber comprado al menos ropa nueva para reemplazar la mía rota y ensangrentada!)

Tragó saliva y se dio cuenta de que podía tragar.

Su parálisis autoimpuesta había desaparecido.

Si el miedo se había apoderado de su cuerpo porque había sentido algo en común con la última vez, entonces una amenaza tenía que estar acercándose de la misma manera. Se dio la vuelta con todas sus fuerzas. No le importaba si se rompía los huesos de la cadera al hacerlo.

Y…

-Impresionante.

Oyó una voz.

Una voz femenina seductora y hechizante.

Se deslizó en su oído, aparentemente separándolo de la escena pacífica que lo rodeaba.

Lo primero que vio fue un paño grande. Estaba parada justo frente a él, pero se sentía tan irreal que cada parte individual parecía volverse loca en su visión. Todo se negaba a formar una sola imagen cohesiva en su cabeza, como una prueba de manchas de tinta de Rorschach que seguía transformándose en formas que horrorizarían a los psicólogos familiarizados con las respuestas más peligrosas.

Pero él podía entender su voz.

-En realidad te las arreglaste para darte la vuelta esta vez.

La mano de una mujer se disparó directamente hacia él y se balanceó hacia un lado, arrancando tanta carne de su costado que su columna quedó visible.