Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 11

Capítulo 1: El Planeta Conserva Un Recuerdo

Parte 3

El ferrocarril continental atraviesa la tierra de norte a sur.

Un tren expreso, que atraviesa a toda velocidad el terreno marrón rojizo de los páramos.

―…

La chica de pelo negro se agarró al alféizar de la ventana mientras contemplaba el paisaje.

Tendría trece años, quizá catorce. Su pelo brillaba y el vestido que llevaba era deslumbrante a su manera. Adorable como era, daba la impresión de ser una muñeca.

Aunque tenía los ojos tapados…

Llevaba más de una hora mirando el paisaje desde el tren.

―¿Te parece inusual, Kissing? ―Un hombre de negro con una máscara de metal se sentó frente a ella. Él era el Lord Mask On Zoa Nebulis, el jefe apoderado de la familia Zoa, y ella era la candidata a reina de los Zoa―. Ahora que lo pienso, es tu primera vez en un tren, ¿no? ―comentó.

―…Sí, queridísimo tío ―Ella asintió.

Lord Mask le impidió darse la vuelta.

―No, puedes seguir mirando. Después de todo, es la primera vez que ves este lugar. Deberías disfrutar del paisaje.

―…Queridísimo tío, ¿qué es esa ciudad?

Kissing señaló hacia el horizonte. A lo lejos, en el terreno marrón rojizo, unos tenues edificios que sí parecían una ciudad asomaban sobre el horizonte.

―La ciudad neutral Ain. Un lugar donde florecen la cultura y las artes

―explicó Lord Mask.

―…¿La cultura y las artes?

―Sí. Pero no puedo recomendar ir allí. Estamos justo en el límite del territorio imperial. Puedes encontrarte con soldados imperiales que estén de permiso en esa zona.

―Los eliminaría si fuera así ―respondió la chica.

―Podemos evitar todos esos problemas ―le dijo el hombre―. Desde aquí, atacaremos la fuente misma.

El territorio Imperial y la capital Imperial Yunmelngen pronto recibirán un ataque. Aunque sólo miembros de los soldados personales Zoa estaban en el tren, eran fuerzas de élite bajo el mando directo de Kissing.

―Comenzará el enfrentamiento entre la Venerable Fundadora y las fuerzas imperiales. Probablemente dedicarán todos sus esfuerzos a detener a la Fundadora. Y durante ese tiempo, invadiremos la capital Imperial.

—….. Sí.

―Es probable que la reina ya se haya enterado de nuestros movimientos

―continuó Lord Mask―. Me pregunto quién vendrá a detenernos… Sí, creo que la querida Alice nos seguirá de cerca. También debe de estar furiosa.

Los Lous nunca apoyarían una guerra con el Imperio. Sin duda vendrían a detener a la Fundadora y a los Zoas.

―Pero llegan demasiado tarde ―dijo Lord Mask.

Nunca llegarían a tiempo si salían ahora de la Soberanía.

―Sería mejor que regresaras, querida Alice. Nunca podrás detener a la Venerable Fundadora, por mucho que lo intentes. Una vez que llegues, todo lo que verás serán los páramos calcinados de lo que una vez se llamó el Imperio.

***

Elevación: 10.000 metros.

El espacio se llenó de un gran mar de nubes, esponjosas como el algodón y vastas como una montaña. Una gigantesca aeronave surcaba el grandioso panorama. El jet privado de la realeza de Nebulis estaba equipado con un vestuario especialmente para uso de la familia real. Y en esa suite…

―Lady Alice, los preparé para usted.

―……Sí. Gracias ―dijo Alice, vistiendo nada más que su ropa interior.

Una asistente estaba cubriendo cuidadosamente la espalda totalmente expuesta de Alice con autoadhesivos para ocultar la cresta astral en forma de ala en su espalda.

Sintió un frío pinchazo con cada nuevo adhesivo. Cada uno se sentía igual que una compresa fría tocando su piel. Para Alice, la experiencia era similar a recibir una inyección de niña, algo que había que soportar. Su cresta astral era mucho más grande que las demás, más que la de sus dos hermanas o la de su madre. Puede que fuera la más grande de la familia real.

La única persona que podría tener una comparable era…

… La Fundadora.

… Su cresta tiene la misma forma de ala que la mía, y es lo suficientemente grande como para casi cubrir su espalda.

Había cierta correlación entre la cresta y el poder astral. Había casos de magos con crestas astrales pequeñas que tenían habilidades poderosas, pero casi ninguno de lo contrario.

…Mi cresta astral es mi orgullo. Es la prueba de que soy una maga astral.

…Qué irónico que tenga que hacer todo lo que esté en mi mano para detener a alguien con una cresta que se parece mucho a la mía.

―Sus prendas reales ―dijo la asistente.

―Gracias.

Alice se puso la ropa que le entregaron. Normalmente, Rin estaría a su lado, ayudándola hábilmente. Esta vez, sin embargo, se vistió torpemente sola.

―Un mensaje de Su Majestad ―dijo la asistente al lado de Alice.

Un hombre que creemos que es Lord Mask fue visto abordando un tren hacia el Imperio. Varios miembros de la familia Zoa lo acompañan”.

―¿Hacia dónde se dirige el tren?

―Creemos que llegarán a la frontera imperial en cuatro o cinco horas.

―…Ya veo.

Ella apretó los dientes.

De hecho, estaban un paso por delante. Aunque los Zoa habían completado su viaje aéreo y ya estaban abordando un tren, la propia Alice todavía estaba en el aire.

…Y no son sólo los Zoa.

… La Fundadora también habrá llegado ya al Imperio. El conflicto podría estallar en cualquier momento.

Esto no era cosa de risa.

Alice no podía dejar que el Imperio, Rin, o Sisbell quedaran atrapados en el fuego cruzado. Y…

―Ya he tenido suficiente de esto. Fundadora o no, no la perdonaré si le pone una mano encima a mi Iska.

―¿Lady Alice?

―Oh. ¡No es nada en absoluto!

Se había perdido tanto en su propia ira que lo dijo en voz alta.

Alice agitó las manos, asustada, mientras la asistente la miraba extrañada.

―…Sólo hablaba sola.

El lejano Imperio. El lugar que debería haber detestado más en este mundo ahora trajo una agitación de sentimientos complicados dentro de ella.

***

El Asiento de la Torre del Castillo.

Todos   siguieron  a   Lord   Yunmelngen  hasta   un   ascensor  que   conectaba directamente con sus aposentos.

Bajaron, bajaron, bajaron. Hasta el nivel subterráneo.

No. No a un nivel, sino a las profundidades del planeta mismo.

La pantalla del ascensor no mostraba etiquetas como “Subterráneo 1” o “Subterráneo 2”. En su lugar, se muestra exactamente lo lejos que estaban por debajo de la superficie de la tierra – más de cuatrocientos metros en este momento.

―… ¿A dónde pretendes llevarnos? ―Preguntó Sisbell.

―¿Hm?

El Señor, que estaba en el centro del ascensor, se volteó para mirar a Sisbell.

―Me temo que éste es el único camino, princesa Sisbell. Tu poder astral tiene un alcance limitado cuando ves el pasado. Creo que dijiste que estaba a menos de tres mil metros de ti.

―…Pero, ¿hasta dónde bajo tierra nos vas a llevar?

―Me gustaría ver lo que ocurrió en el pasado a unos cinco mil metros bajo tierra. Eso significa que tu habilidad no funcionará hasta que lleguemos a la marca de los dos mil metros. Parece que ya llegamos.

Ahora estaban a dos mil metros bajo tierra. El ascensor se abrió a una sombría y gran sala vacía.

―¿Oh? ¿Una sala directamente debajo de la residencia del Señor? Creo que también es la primera vez que vengo ―Risya miró a su alrededor con curiosidad.

Delante de ellos, Lord Yunmelngen se paseaba por el centro de la sala.

―Bueno, aquí estamos. Princesa Sisbell, estoy seguro de que sabes qué hacer.

―…¿Así que sólo quieres que te enseñe lo que pasó hace un siglo aquí?

―preguntó ella.

―Sí, eso es todo.

La bestia plateada se dio la vuelta.

―El nacimiento de la Fundadora Nebulis. De mí. Del Gladiador Black Steel, Crossweil. Y la historia de cómo se crearon las espadas astrales. Quiero verlo todo.

―…

Sisbell inhaló profundamente. Se desabrochó el corpiño y retiró el adhesivo bajo la clavícula, dejando al descubierto su cresta astral.

El poder astral Illumination. La cresta -prueba de que era una bruja-, al principio tenue, pronto empezó a brillar con más intensidad.

―Hay algo que me gustaría saber primero. Con el poder astral Illumination, ¿quieres que te muestre todo lo de hace un siglo sin ningún filtro? Si puedes decirme la gente y los lugares exactos que quieres ver, eso hará que las cosas sean más eficientes.

―Ah, ya veo ―dijo el Señor―. Entonces puedes centrarte en mí y…

Se detuvo y chasqueó los dedos.

―Bien.  Conozco  a  la  persona  perfecta.  Todos  vieron  a  Crow,

¿verdad? Todavía puedo olerlo en ustedes.

―¿…? ¿Vimos a quién? ―Sisbell se quedó helada y abrió los ojos como platos. Por supuesto que la princesa Nebulis no sabía quién era Crow.

Y entonces…

―Se refiere a Crossweil ―dijo Iska para que Sisbell también lo entendiera―. Acabamos de verlo. Es mi maestro, y también el de Jhin.

―Sí, debe haber salido de entre los muertos para esto. Nos está diciendo que miremos su pasado. Podremos averiguarlo todo siguiéndolo. Sin embargo…

El tono del Señor se tornó ansioso. La bestia de pelo plateado continuó:

―Para que lo sepan de antemano, lo que verán aquí no será una observación fácil ni nada por el estilo. La historia que verán es realmente una despedida.

La sala quedó envuelta en luz.

El brillo del poder astral de Sisbell creaba imágenes tridimensionales. Había recreado el Imperio de hacía un siglo.