Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 17

Historias Cortas de Bonificación 17: La Relación de Hal y Velza

“Oye, Velza, ¿estás segura de que es aquí donde querías ir?”

Se trataba de la frutería gestionada por la familia de Lucy, la compañía Evans. Velza estaba sentada frente a Halbert, en un asiento de la terraza del segundo piso.

“Teniendo en cuenta que estamos celebrando tu primer día de trabajo y todo eso, con gusto te habría llevado a algún lugar más caro, ¿sabes?”

“No. Este lugar es donde quería venir, Lord Hal”, respondió Velza con presteza.

Hoy, Velza había alcanzado la mayoría de edad y venía formalmente a

servir en la Casa Magna, así que estaban aquí para celebrar la ocasión. Con el permiso de las esposas de Halbert, Kaede y Ruby, por supuesto.

“Aquí es donde Ichiha le propuso matrimonio a Tomoe. Desde que se casaron también han venido a coquetear. Por eso quería venir aquí con usted, Lord Hal”, dijo con una sonrisa.

“¿Oh, sí?” El corazón de Halbert dio un vuelco al ver su rostro radiante.

Cuando ella lo miraba así, lo obligaba a verla como una chica, le gustara o no.

Hoy los dos estaban vestidos de civil. Velza estaba bastante guapa con su uniforme, y las mujeres del ejército se encaprichaban de ella todo el tiempo.

Pero con los pantalones cortos que llevaba ahora para mostrar sus piernas sanas y un poco de maquillaje, parecía una chica bonita, aunque algo infantil.

“Gracias por esperar.”

La camarera se acercó con la comida. Velza había pedido un parfait, mientras que Halbert había pedido café. El café era una importación reciente del Reino Espiritual de Garlan, y a Halbert le había gustado su aroma.

“Ahora, por favor, tómense su tiempo y disfruten”, dijo la camarera antes de irse.

Velza tomó inmediatamente una cucharada de parfait y sus mejillas se fundieron en una sonrisa.

“¡Mmm!”

A pesar de su habitual comportamiento frío, cuando comía dulces o estaba delante de Halbert, su expresión se convertía en algo más parecido a lo que se espera de una chica de su edad. Halbert sonrió irónicamente mientras la observaba.

“Ah, ja, ja… Haces que eso parezca bastante delicioso.”

“Las cosas dulces tienen toda la felicidad de este mundo empaquetada en ellas.”

Dicho esto, Velza cogió un poco de la crema y el pudín de su parfait, ofreciéndoselo a Halbert como si fuera a decir: “Di ahh.”

Halbert se congeló al ver eso. “Um… ¿Velza?”

“Lady Tomoe lo hacía con Ichiha, así que pensé en probarlo yo también.”

“Uh, se supone que debes hacer ese tipo de cosas con el chico que te gusta…”

“Sí, y por eso lo estoy haciendo”, respondió Velza, sin dejar lugar a dudas, mientras acercaba la cuchara. Sus ojos estaban fijos en Halbert.

Halbert aceptó la cucharada y la masticó con una sonrisa irónica.

“Pensar que te gustaba tanto…”

“¿No te habías dado cuenta? Pensé que lo había dejado bastante claro.”

“Bueno, sí, me había dado cuenta. Quiero decir que has estado trabajando para encajonarme y cortar todas las vías de escape.”

Halbert se recostó en su asiento con un suspiro.

“Kaede y Ruby siempre me dicen que tengo que tratarte como a una chica, no como a una hermana pequeña o algo así, y mis padres ya te tratan como a un miembro de la familia. Luego está tu padre, Sur, llamándome

constantemente tu futuro novio. A estas alturas, ya he aceptado que tienes toda la intención de casarte conmigo.”

“Me costó mucho trabajo, si me atrevo a decirlo”, dijo Velza, hinchando el pecho con orgullo. A Halbert le pareció un poco simpático.

“Esperaba que al final te enfriaras con la idea…”

“Las mujeres elfas oscuras somos un grupo apasionada. Mi amor por ti nunca se enfriará.”

“Lo entiendo al ver a Madam Aisha, pero… soy humano, ¿sabes? Vivimos en diferentes escalas de tiempo.”

“Dices eso, ¿y ya te has casado con Ruby, Lord Hal?” “Bueno… tienes un punto ahí.”

“Está bien. Las razas longevas sabemos en qué nos metemos”, dijo Velza, riéndose. “De hecho, si les dejamos solos a los efímeros, desaparecen en poco tiempo. Por eso quiero atesorar los preciosos momentos que tenemos juntos.”

“¿Ah, sí? Supongo que es una forma de verlo.” Halbert se rascó la cabeza tímidamente. “Tengo la suerte de tener a alguien que se preocupa tanto por mí.”

“Bueno, también tienes a Kaede y a Ruby, así que considérate triplemente bendecido.”

“Ja, ja, ja. Parece casi excesivo.”

“Sí. Entonces…” Velza colocó sus manos sobre las de Halbert que habían estado apoyadas en la mesa. “Vive todo lo que puedas, y hagamos muchos recuerdos felices juntos. Has salvado a una chica de la arena y la suciedad, y has hecho que se le debiliten las rodillas por ti, así que, por favor, asume la responsabilidad de tus actos, ¿vale?”

El café tenía un sabor dulce mientras Velza le sonreía.