Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 17

Capítulo 8: Batalla de Encuentro

Parte 1

—11º mes, 1553º año, Calendario Continental — Noche—

Las fuerzas del Imperio del Gran Tigre habían iniciado por fin su marcha hacia el punto más septentrional del continente de Landia. Sólo habían movilizado soldados del Imperio del Gran Tigre de Haan y del Estado Papal Ortodoxo Lunarian, pero se les unieron voluntarios alto elfos de la Isla Padre del Reino Espiritual de Garlan, y también refugiados que querían recuperar las tierras del norte. En total, sus fuerzas ascendían a unos 800.000 hombres.

Fuuga dividió esta fuerza en tres grupos que empujarían hacia las profundidades del Dominio del Señor Demonio. Uno, liderado por Shuukin, e incluyendo a los altos elfos, se dirigiría desde el oeste. Otro, liderado por Lombard, el antiguo rey de Remus, y que incluía tropas del antiguo Gran Imperio del Caos, tomaría el centro. Y la última, liderada por el propio Fuuga, e incluyendo a sus guerreros de élite y a los refugiados altamente motivados que querían retomar sus tierras natales, entraría por el este.

Sin embargo, las fuerzas de Shuukin y Lombard estaban destinadas principalmente a distraer a los demonios y defender los territorios ocupados, por lo que se les había ordenado no adelantarse a las de Fuuga. Mientras tanto, al mismo tiempo, habían recibido informes de que Souma, el líder de la Alianza Marítima, estaba dirigiendo una flota de la Fuerza Nacional de

Defensa Naval de Friedonia hacia el extremo norte del continente por mar.

La fuerza principal de Fuuga avanzó, acabando con los grupos dispersos de monstruos que les emboscaron por el camino. El estratega, Hashim, se

apresuró a acercarse a Fuuga y Mutsumi, que estaban en el centro de esa fuerza.

“Su Majestad Imperial, según los informes de nuestros exploradores, hay un grupo de fortalezas que los demonios han construido utilizando ciudades y pueblos más adelante. Los exploradores los inspeccionaron desde la distancia por precaución, así que no conocemos la situación en su interior, pero su número es considerable.”

“Lo que significa que ahora estamos en territorio de los demonios, ¿eh?” Fuuga, que había estado tumbado sobre la espalda de Durga, se sentó. “Ya era hora. El contraataque de la humanidad comienza aquí, entonces.”

Mutsumi, que montaba a caballo a su lado, frunció el ceño al ver la sonrisa feroz en el rostro de Fuuga.

“Incluso en la cúspide de su poder, habiendo reunido fuerzas de todo el

continente, el Gran Imperio del Caos fue incapaz de derrotarlos. Asegúrate de no bajar la guardia, querido.”

“Eso es cierto”, coincidió Hashim con Mutsumi. Pero Fuuga se limitó a sonreír.

“Ya lo sé. Por ahora estamos tratando de tantearlos. Pero el Gran Imperio del Caos tenía un surtido de fuerzas dispares, y sus comandantes no pudieron unirlas, por eso se derrumbaron tras una sola derrota. Pero nosotros somos diferentes. Mientras no me eliminen de repente, puede que acabemos en desventaja, pero seremos capaces de recuperarnos.”

“Eso es lo que me preocupa. Siempre quieres ir directamente al frente”, dijo Hashim con ojos fríos, haciendo que Fuuga se rascara la cabeza torpemente.

“Escucha, lo entiendo… Sólo por esta vez, voy a ir a lo seguro. Primero, enviaremos a los refugiados como escaramuzadores. La caballería wyvern vigilará desde el aire. Dividir nuestra caballería de élite y hacer que se mantengan en ambos flancos.”

Los escaramuzadores eran soldados que luchaban en una formación irregular, utilizando ataques a distancia para interrumpir la formación del enemigo antes de la batalla, y luego se retiraban a la retaguardia cuando el enemigo avanzaba. Las órdenes de Fuuga hacían que, si el enemigo les

atacaba inesperadamente, sólo perdieran gente que pudieran permitirse perder. Si parecía que estaban en desventaja, sería más fácil retirar sus fuerzas principales. Básicamente, los refugiados tenían un valor mínimo, por lo que los utilizaba como señuelos. Hashim, que conocía sus intenciones, inclinó la cabeza.

“Entendido. Se lo diré a nuestras fuerzas”, dijo Hashim antes de marcharse.

Fuuga se volvió hacia Mutsumi. “Envía un mensajero a las fuerzas de Shuukin y Lombard para decirles que comenzaremos la batalla al amanecer. Si las cosas se empantanan, su llegada debería cambiar el rumbo de la batalla.”

“Sí. Lo haré de inmediato.”

El caballo de Mutsumi arrancó al galope. Fuuga la vio partir, y luego se volvió para mirar lo que tenían delante.

“Ahora… veamos qué sale. ¿Serán demonios o el dios demonio?”, murmuró para sí mismo.

Justo después del amanecer, cuando todavía no había mucha luz, fue cuando el Imperio del Gran Tigre decidió montar su ataque. El calor agotador del mediodía agotaría rápidamente a las tropas, por eso el Imperio del Gran Tigre decidió atacar a esta hora del día. Los soldados refugiados, que habían recibido la orden de atacar los fuertes y retirarse, se acercaban como

escaramuzadores. A los refugiados se les había dicho que su misión era

averiguar si había defensores en los fuertes y, en caso afirmativo, cuál era su fuerza relativa. Sin embargo…

¡Rumble, rumble, rumble!

“¡¿Q-Qué?!”

“¡¿Un terremoto?!”

En el momento en que intentaron acercarse a uno de los fuertes, el suelo comenzó a temblar. El estruendo creció en intensidad, y quedó claro que algo se acercaba a ellos.

“¿S-Se acerca algo?” “¡¿Qué demonios?!”

Cuando el terror comenzó a instalarse, apareció frente a los soldados refugiados. No desde el interior del fuerte, sino deslizándose desde atrás. Tan alto que obligó a los ataques a mirar hacia arriba, se acercó a ellos con un gran estruendo, aplastando el suelo debajo mientras se acercaba.

“¡¿Q-Qué demonios es eso?!” “¡¿U-Un monstruo hongo?!”

“¡U-Un monstruo hongo de tres ojos!”

El enorme ente parecía ciertamente un hongo, o quizás un muñeco de nieve de dos bolas con la inferior medio enterrada en el suelo. Y en lo alto de las cabezas de los soldados refugiados, en las partes superiores, había tres luces parpadeantes de color melocotón…

“¡¡¡○△×□●!!!”

Habló lo que parecía una palabra; tan fuerte que pudo ser escuchada por todos los que estaban en los alrededores. Pero no estaba en el idioma común del continente, así que nadie lo entendió. Sin embargo, intuyeron que, fuera lo que fuera lo que significaba, no les daba la bienvenida.

“¡¡¡○△×□●!!!” Repitió.

Todavía incapaces de entender, los soldados refugiados miraron aturdidos a la enorme entidad. Mientras lo hacían, la parte central del hongo comenzó a parpadear con fuerza, la luz se hacía cada vez más grande.

“¡Mierda!”

Los instintos salvajes de Fuuga hicieron sonar la alarma dentro de su cabeza mientras observaba desde la distancia, e inmediatamente dio la orden.

“¡Que todas nuestras fuerzas se dispersen! ¡Hagan lo que hagan, tienen que salir de delante de esa cosa!”

Fuuga envió corredores y kuis mensajeros. Hizo que el centro del ejército, donde él estaba, se dividiera en dos, obligando deliberadamente a ambos flancos a romper la formación. Esto dividió la fuerza principal de Fuuga en la retaguardia por el centro. Sin embargo, los escaramuzadores estaban muy dispersos y no se dieron cuenta de este movimiento, por lo que se limitaron a quedarse allí, mirando con asombro.

Entonces, la enorme figura con forma de seta dejó de recoger luz.

¡¡¡————!!!

De repente, la luz se desató directamente hacia el frente.

La luz que surgía engulló a un tercio de los soldados refugiados, así como se tragó una parte de la fuerza principal de Fuuga que era más lenta para huir.

Los atrapados por la luz fueron borrados en un instante, sin dejar ni una mota de polvo. El viento caliente que llegó con la luz brillante se llevó a los escaramuzadores que habían escapado, y su calor fue sentido incluso por la fuerza principal de Fuuga en la retaguardia.

¡Maldita sea! ¿Es ésta el arma demoníaca de la que hablaba Souma?

Fuuga chasqueó mentalmente la lengua con desagrado mientras miraba la luz que se desvanecía.

Gracias a haber tomado precauciones de antemano y haber reaccionado con rapidez, las mejores fuerzas de Fuuga habían evitado sufrir daños. Los

escaramuzadores refugiados parecían casi aniquilados si se tenía en cuenta el número de personas que habían sido arrastradas por el viento y los heridos, pero esta era una situación en la que podían reagruparse y dirigirse directamente a la batalla.

“¡Lord Fuuga! ¡Da la orden de un ataque total de inmediato!” Sugirió Hashim desde cerca. “No puedo imaginar que puedan desencadenar un ataque así repetidamente. Esta es nuestra oportunidad. ¡Mientras ese monstruo esté tranquilo, debemos atacar con todas nuestras fuerzas y destruirlo!”

“Si nos retiramos aquí, sólo será una repetición de la última vez, ¿eh? ¡Bien entonces, hazlo!”

Fuuga aceptó al instante la sugerencia de Hashim. Saltó a la espalda de Durga, corriendo hacia el cielo para gritar órdenes.

“¡Escuchen, hombres! ¡He oído que el rey Souma de Friedonia dirigió su propia flota para luchar contra un ‘kaiju’ del tamaño de una montaña! Si él puede hacerlo, ¿crees que yo, su emperador, no puedo también? ¿Creen que hay algo que ese tímido y pasivo país pueda hacer que ustedes, mis valientes guerreros, no puedan también? ¡No! ¡De ninguna manera!”

Cuando el discurso de Fuuga hizo que sus hombres, presas del pánico, recuperaran el sentido común, lanzaron un grito de guerra. Al ver que su moral se restablecía, Fuuga apuntó con su espada de punta de roca, Zanganto, hacia el enorme enemigo.

“¡Ahora es el momento! ¡Después de todos nuestros largos años de

sufrimiento, el contraataque de la humanidad comienza ahora! ¡Síganme!”

Cuando Fuuga y Durga cargaron, inspiraron un celo fanático en quienes los vieron, y esa pasión pronto se extendió por todo el ejército. Y así, las fuerzas de Fuuga lanzaron un ataque sin cuartel contra su enorme enemigo con forma de hongo.

***

Mientras tanto, al mismo tiempo… “Amanecer, ¿eh…?”

Entrecerraba los ojos a la luz del sol mientras estaba en el puente del Albert

La flota friedoniana estaba en el mar, así que nos encontramos con la salida temprana del sol.

Una flota del Reino del Dragón de Nueve Cabezas liderada por Kishun se había unido a nosotros como escolta, y nosotros teníamos tres portaaviones isleños propios. El total combinado de nuestras fuerzas aquí era mayor que el grupo que había matado a Ooyamizuchi.

Los tres portaaviones isleños estaban colocados en la parte delantera, en el centro y en la retaguardia, cada uno con un anillo de acorazados a su

alrededor en una formación defensiva. El buque delantero era el Hiryuu de Castor, el del medio era el Souryuu de Excel, y el de la retaguardia era el Unryuu , que tenía al acorazado Albert II como uno de sus buques de

escolta.

En la retaguardia de la flota se encontraban los buques de suministro y el

acorazado que transportaba a Tomoe, Ichiha y Yuriga, escoltados por la Flota del Archipiélago del Dragon de Nueve Cabezas. Este grupo no estaba destinado a ver la batalla, y debía retirarse inmediatamente en caso de imprevistos.

“¿Cielos despejados y mares tranquilos…?” Murmuré para mí mismo mientras miraba las olas besadas por el amanecer.

“Sí, el mar está muy tranquilo. ¿Por qué esa cara tan larga?” preguntó Juna, que estaba a mi lado con su uniforme naval blanco. Estaba preciosa con su traje habitual de lorelei, pero era igual de atractiva con el uniforme.

Forcé una sonrisa y asentí. “Siento que con esta expedición… me he visto arrastrado por la decisión de otra persona, y eso no me gusta.”

“¿La decisión de otra persona?”

“No estoy haciendo todo esto por mi propia voluntad.”

Fue gracias a las decisiones de Fuuga que yo estaba en el envío de tropas al Dominio del Señor Demonio. En todas las batallas anteriores, había tomado la decisión por mí mismo y había podido prepararme. Pero esta vez no…

Maquiavelo dijo que la virtud era necesaria para enfrentar a la fortuna.

Ahora bien, en cuanto a lo que es la virtud, en japonés tendemos a dividirla en otras palabras para poder, voluntad y pasión cuando la traducimos, pero en esencia es “encontrar la propia determinación, tomar una decisión y prepararse”. Si el poder es necesario para luchar contra el destino, significa: “Labra un camino hacia adelante con tus propias manos. No confíes en otras personas o en la fortuna, buena o mala.” Maquiavelo no habría aprobado que confiara mi destino a la decisión de Fuuga como lo hice esta vez.

También estaba lo inquietante que dijo Cian sobre mí no regreso.

“Puede que nunca me haya sentido tan apesadumbrado en todo mi tiempo como rey.”

“No temas. Te defenderé, mi señor.” “Sí. Te protegeremos.”

Aisha y Naden me tranquilizaron con entusiasmo. Juna también sonreía.

Mis esposas sí que son de fiar. Les devolví la sonrisa para transmitirles mi gratitud.

De repente, Carla se acercó corriendo con un mensaje de un kui mensajero.

“¡Mi Señor! Es de mi padre… ¡No, la nave del capitán Castor!”, dijo “Dice: ‘Algo en el cielo adelante. Manténgase alerta.’”

“¡¿Eh?!”

Me apresuré a mirar en la dirección en la que íbamos. Pero no pude ver nada.

“¡Ah! ¡Lo veo!” dijo Aisha, que tenía la mejor vista de todos nosotros. Yo seguía sin poder distinguir nada.

“Está un poco más allá del horizonte”, continuó. “¿Está… flotando en el aire? Y si parece tan grande a esta distancia… ¡debe ser enorme!”

“¡Mi Señor!” Juna fue la siguiente en levantar la voz. “El Souryuu de la abuela está usando banderas de señalización. ‘Todas las naves prepárense

para la batalla. Giren hacia los lados mientras mantienen un anillo alrededor de los portadores.’”

Básicamente, Excel quería que nos dispersáramos lateralmente para poder entrar en batalla inmediatamente dependiendo de lo que hiciera el otro bando.

“Aisha. ¿La cosa que puedes ver está haciendo algo?”

“Sólo está colgando en el aire. No hay movimiento. Espera… ¿es un gigante con armadura?”

El grupo de investigación de Sami reportó un hongo y un gigante acorazado.

¿Nos habíamos topado con el gigante? Considerando que no nos había

emboscado de repente, ¿significaba eso que había espacio para el diálogo? Parecía que íbamos a acortar la distancia con el enemigo mientras intentábamos discernir si pretendía atacarnos o no.

En cuyo caso… es una mala idea que Excel y yo estemos tan separados,

¿no? Yo era el que tomaba las decisiones políticas, mientras que Excel y los otros oficiales al mando eran los que tomaban las decisiones militares. Era peligroso que hubiera un desfase entre ambos.

Después de un momento de consideración, decidí.

“Me dirijo al Souryuu . Naden, llévame hasta donde está Excel.” “¡¿Eh?! ¡Eh, entendido!”

“¡Mi Señor!” Juna me miró con preocupación, pero negué con la cabeza.

“Si hay una desconexión entre mis decisiones y las de Excel, se corre el riesgo de que toda la flota se desestabilice. Será más fiable si nos reunimos cara a cara para conciliar nuestras decisiones militares y políticas. Déjame ir.”

“Urgh… De acuerdo.” A Juna le costaba aceptarlo, pero asintió. “Lo siento… Necesito que tomes el mando del Albert II , Juna.” “Entendido… Por favor, cuídate.”

“Tú también, Juna. Aisha, Carla, vendrán con nosotros como guardaespaldas.”

“¡Sí, señor!”

Salté a la espalda de Naden después de que ella se transformara en su forma ryuu negra, y Juna observó cómo salíamos volando hacia el cielo. Como el tiempo era esencial, Naden so stenía a Aisha y Carla en sus manos. Y

mientras nos dirigíamos hacia el Souryuu, pude ver que había algo a lo lejos, pero aún era un puntito, así que no podía distinguirlo con claridad.

Aterrizamos en la cubierta del Souryuu y bajé de un salto de la espalda de Naden. Excel se apresuró a acercarse a nosotros de inmediato.

“Su tiempo es impecable, Su Majestad. Estaba a punto de llamarle.”

“Excel, ¿se ha movido del todo?” pregunté, pero ella negó con la cabeza.

“Todavía no. Nuestros barcos tienen órdenes estrictas de esperar hasta que lo haga.”

“Bien. Aisha me dice que es un gigante blindado.”

“Sí. También tenemos un informe de Castor… Es difícil de creer que una de las dos entidades que aniquilaron las fuerzas combinadas de la humanidad lideradas por el Gran Imperio del Caos esté ahora mismo ante nosotros…”

La expresión habitualmente relajada de Excel se ensombreció. Eso

significaba que la situación era lo suficientemente mala como para que una mujer tan impresionante como ella se compusiera.

De repente, un fuerte sonido resonó sobre el mar. “○△×□●!!!”

“””¡¿Qué?!”””

Probablemente era una voz de algún tipo. Algún tipo de lenguaje. Y a juzgar por el tono, era una advertencia. Sin embargo, no pude distinguir lo que decía… ¡¿Espera, qué?!

En todo el tiempo que había venido a este mundo, nunca había tenido problemas con el idioma.

Por lo que me contaron mis investigadoras Genia y Merula, los

encantamientos de la cámara de invocación que se utilizaban para llamar a un héroe estaban relacionados con el lenguaje, y probablemente estaban pensados para que el héroe invocado pudiera hablar la lengua común de este continente. Y sin embargo, ¿estaba escuchando un idioma que no podía

entender?

“¿Alguien sabe lo que está diciendo?”

Aisha, Naden, Carla y Excel negaron con la cabeza. Nadie podía entender lo que decía. Ni siquiera yo. Eso significaba que no era la lengua común del

continente, ni ninguno de los idiomas que yo reconocía de la Tierra. Bueno, en realidad sólo podía distinguir las palabras si era japonés o inglés, pero

supuse que al menos reconocería los otros idiomas principales. Y no lo hice.

“¡¡¡○△×□●!!!”

Eran las mismas palabras, una vez más . ¡¿Qué demonios está tratando de decirnos?!

Todavía estaba desconcertado cuando un kui mensajero voló y se posó en el brazo de Aisha. Ella abrió inmediatamente la carta que llevaba y recitó su

contenido.

“¡Mi Señor! ¡Es de Madame Juna a bordo del Albert II ! ¡Hay un mensaje urgente de la señora Tomoe en la retaguardia de la flota!”

“¿De Tomoe?”

“¡Si! ¡Sobre la voz que acabamos de escuchar!”

¡¿Eh?! Oh, cierto. ¡Tal vez la habilidad de Tomoe le permitió entender esta voz!

“¡¿Qué tiene que decir Tomoe?!” Pregunté, y Aisha puso una mirada extraña en su cara.

“Aparentemente, la voz está diciendo: ‘Más allá de aquí está el reino de los sujetos de prueba del norte. ¡Si los sujetos de prueba del sur intentan influir en ellos, ¡e tomarán medidas defensivas!’”

¿Sujetos de prueba…? Sujetos de prueba del norte. Sujetos de prueba del

sur. Esos términos me parecieron extraños, pero estaba claro que el gigante nos estaba advirtiendo.

“¡Excel! ¡Ordena a todos nuestros barcos que se detengan!”

“Entendido”, respondió Excel, haciendo inmediatamente una señal para que todas las naves cesaran su movimiento.

Todos nuestros barcos se detuvieron, pero permanecieron preparados para responder a un ataque. El aire se volvió tenso por la incertidumbre mientras la entidad extranjera se acercaba gradualmente a nosotros.

Cuando por fin estuvo lo suficientemente cerca como para poder verlo bien

… ¡¿Qué?! Mis ojos se desorbitaron y me quedé sin palabras.

Al principio, me froté los ojos con incredulidad. Después, me toqué la frente, pensando que estaba delirando por la fiebre. Luego me pellizqué la mejilla, porque podía ser un sueño. Se me ocurrió que podría ser un hechizo de ilusión de algún tipo, así que pregunté a Aisha, Naden y Excel qué veían, pero no, para ellos también era lo mismo…

“Este es el gigante con armadura de los cuentos…” “Así que era de verdad.”

Aisha y Naden tragaron saliva.

No, esto no es un gigante acorazado ni nada tan suave… De acuerdo, es justo. Si todo lo que tenían que hacer era el conocimiento común de este mundo, ciertamente parecía un gigante acorazado. Había oído que a menudo se referían a las armaduras occidentales o japonesas cuando hacían los diseños para este tipo de cosas.

¿Por qué… ¿Por qué existe esta cosa? pensé mientras miraba a la cosa que se había detenido en una posición en la que podía mirarnos.

Yo… sabía cómo se llamaba.

Si coincidía con las especificaciones del catálogo, medía unos veinte metros de altura, pesaba aproximadamente sesenta toneladas y su fuente de energía era un motor termonuclear. Volaba con un jetpack en su espalda llamado

Aranzal Zerde. Era del tipo Jangar Sky, la versión de combate aéreo de la máquina del protagonista del anime mecha Trajes de Asalto Jangar. El tipo de arma humanoide gigantesca que sólo debería existir en el mundo ficticio del anime había aparecido ante nosotros.

¡Sabía que este mundo estaba conectado a mi antiguo mundo de alguna

manera, pero aún así! Ya estaba seguro de que este mundo y el mío estaban relacionados. Pero esto era básicamente una respuesta en este momento.

Mientras miraba fijamente, abrumado por la situación… “¡¡¡○△×□●!!!”

Jangar emitió esas mismas palabras, que sólo pude suponer que eran una advertencia, de nuevo. Las negociaciones eran imposibles si no podíamos entender el idioma del otro…

“Excel, envía un jinete wyvern para que recoja a Tomoe y la traiga aquí.

Ordena a todos nuestros barcos que no se muevan pase lo que pase hasta que llegue Tomoe.”

“Entendido.”

Excel se apresuró a ocuparse de todos los preparativos.

Eso nos dejó en la cubierta, continuando con la mirada fija en Jangar.

Si esa cosa no era un tigre de papel y realmente tenía todas las

especificaciones que tenía en el anime… probablemente podría hundir un portaaviones insular por sí solo. Sin embargo, si enviáramos al equipo de caballeros dragón de Hal y Ruby y lo abrumáramos con toda la caballería

wyvern, podríamos derrotarlo con el poder de la cantidad. Eso es porque, si era fiel a las especificaciones del catálogo, tenía límites en cuanto al tiempo que podía operar y a la cantidad de balas que llevaba cada una de sus armas.

Es como si, en las películas de zombis, aunque un carro blindado fuera capaz de bombear la horda invasora llena de plomo, su asalto continuo

acabaría por agotarlo. Pero lo que estaríamos gastando contra esa cosa no

serían zombis, sino soldados. Personas de carne y hueso con familias que les esperaban en casa. No quería tratarlos como desechables.

“Todavía no se mueve… ¿Qué opina, mi señor?” preguntó Aisha, con la espada grande preparada.

Sacudí la cabeza. “No lo sé. Pero ya que emitió una advertencia, me gustaría creer que hay espacio para el diálogo.”

“Sólo podemos esperar…”

Ahora, es una prueba de paciencia, pensé. Si se queda quieto hasta que llegue Tomoe—

“¡Ah! ¡Souma!” Naden, que había estado mirando alrededor, levantó la voz. “¡Esto es malo! ¡Un barco de la flota de dragones de nueve cabezas está en movimiento!”

“¡¿Qué?!”

Una de los barcos del Reino del Dragon de Nueve Cabezas que Shabon había enviado para escoltarnos se había quebrado ante la presión de la situación y comenzó a actuar. El comandante de la Flota del Dragon de

Nueve Cabezas, Kishun, se había ofrecido a proteger a Tomoe y a su grupo, así que había puesto los barcos desplegados aquí bajo nuestro mando. Sin

embargo, al proceder de una nación de piratas, los marineros del Archipiélago del Dragon de Nueve Cabezas eran un grupo sanguinario, por lo que no habían podido soportar la presión.

Al instante siguiente, la cabeza de Jangar giró en su dirección, y… “×□●○△×□.”

Dijo algo diferente a lo de antes mientras sacaba el rifle de su mochila y apuntaba con el cañón hacia aquella nave . ¡Oh, no!

“Alt—” Mis palabras fueron ahogadas por el sonido de la luz que salía a gritos del cañón de su rifle.

En un instante, la luz atravesó la nave de la Flota del Dragón de Nueve Cabezas, probablemente encendiendo la pólvora de a bordo, mientras se

hacía pedazos. La explosión fue tan grande que las llamas envolvieron varias naves cercanas.

Armas de rayos láser… Lo que acababa de presenciar no era como un rayo láser, que atravesaba el objetivo en el momento en que se disparaba; era

como en un anime, donde se movía lo suficientemente rápido como para que el ojo pudiera seguir su movimiento. Parecía un arma que utilizaba munición real, pero que podía atravesar o quemar cualquier cosa.

Hizo un segundo disparo mientras yo miraba, incendiando un barco de la flota de dragones de nueve cabezas.

“¡Mi Señor! ¡Dé sus órdenes!” Excel se apresuró a gritar, haciéndome recapacitar.

No tenía ni idea de cuál era la orden correcta en esta situación, pero retrasar mi decisión sólo aumentaría las bajas. Tenía que hacer algo .

“Urgh… ¡Envía toda la caballería wyvern de los Hiryuu, Souryuu y Unryuu !

¡Pero prioriza la interrupción del enemigo sobre el ataque! ¡Mientras tanto, que la flota se retire! Y dile a la Flota del Archipiélago del Dragón de Nueve Cabezas esto — ¡si deciden ignorar mis órdenes y seguir luchando, están solos!”

“¿Nos retiramos entonces?”

“Si hay que creer sus palabras, esta es una acción defensiva. Si no nos acercamos a su territorio, no nos perseguirá… Confiemos en eso.”

“Entendido…”

Excel levantó su abanico como señal, y luego dio las órdenes que le había dado.

La caballería wyvern dirigida por Halbert y Ruby despegó de los tres portaaviones de la isla en grupos dispersos. Entonces la caballería wyvern fue a pulular alrededor de Jangar como mosquitos. También pude ver a Hal en su dragón rojo en la refriega.

¡¡¡——————!!!

Jangar disparó su arma de rayos contra Ruby, que debía ser la que más destacaba. Me entró un sudor frío al verlo, pero ellos ya habían visto el ataque antes, y lo esquivaron hábilmente saliendo de delante del cañón. Como estaban acostumbrados a ver la magia, tal vez la existencia de un arma de rayos en sí misma no les resultara tan sorprendente.

Tras esquivar, Hal hizo que Ruby escupiera una bola de fuego hacia Jangar. Sin embargo, Jangar bloqueó con su escudo de brazo, y salió ileso.

Al ver eso, la caballería wyvern desató sus ataques de fuego uno tras otro. Tampoco parecían hacer mucho daño, pero las llamas y el humo crecientes oscurecían el campo de visión del enemigo.

“¡Excelente! ¡Ordena la retirada ahora!”

¡Ra-tat-tat-tat! Los cañones Vulcan en el pecho de Jangar atravesaron los caballeros wyvern.

Las cerillas que podían hacer en este mundo no habrían sido capaces de

atravesar la carne de un wyvern, pero los vulcans de Jangar la atravesaron, haciendo pedazos a muchos caballeros wyvern, dejándolos caer a una tumba acuática.

Entonces, un momento después, la mochila de Jangar escupió fuego, rompiendo instantáneamente el cerco de la caballería wyvern y llevándola a la cubierta de nuestro portaaviones, el Souryuu en un santiamén.

Todo ocurrió tan rápido que nadie pudo moverse.

——————!!!

Jangar disparó una vez su arma de rayos contra la cubierta. El Souryuu se sacudió con fuerza, y aunque no explotó, se inclinó fuertemente hacia un lado. Estaba claro que había inutilizado la nave de un solo disparo. Grr… Primero hace que no podamos huir, ¿eh?

Entonces Jangar apuntó sus Vulcans de pecho en mi dirección.

Basándose en la forma en que había detenido nuestro movimiento y me había señalado entre toda la gente de la cubierta, sabía quién era el máximo comandante de esta flota. ¿Pretende una resolución rápida con un ataque decapitador? pensé, mi mente se aceleró más de lo habitual ante una

amenaza a mi vida.

Los vulcans de su pecho abrieron fuego. Las balas rasgaron el suelo, dejando un rastro de agujeros de bala que se acercaba a mí.

Oh, mier—

¡Slam!

En ese mismo momento, alguien me apartó del camino. Me quedé mirando, atónito, cómo la persona que estaba donde yo había estado hace un momento era atravesada por las balas.

Su armadura, roja como su pelo, estaba destrozada, y de su cuerpo brotaba sangre fresca.

“¡Carla!”

Se desplomó en la cubierta mientras yo gritaba su nombre.