Genjitsushugi Yuusha No Oukoku Saikenki

Volumen 17

Capítulo 7: Señales Inquietantes

Parte 2

El ataque en dos frentes al Dominio del Señor Demonio desde tierra y mar estaba planeado para el undécimo mes. Hasta entonces, las naciones de la Alianza Marítima y el Imperio del Gran Tigre de Haan, la mayor nación del continente, trabajaron ambas en la expansión de sus ejércitos y el

fortalecimiento de sus administraciones. Durante ese período, el Imperio del Gran Tigre de Haan llevó a cabo una estrategia de propaganda activa de su pueblo mediante emisiones de joyas.

“¡Por fin ha llegado el momento de arreglar las cosas con el Dominio del Señor Demonio!”

Esta fue una de esas transmisiones al pueblo antes de la ofensiva del 11º mes. Aunque, obviamente, no se establecieron objetivos claros, sí se dijo que habría una gran operación en un futuro próximo. Esta transmisión tuvo el efecto deseado, y los partidarios de Fuuga se entusiasmaron con la inminente batalla entre su gran hombre y el Señor Demonio.

Al mismo tiempo, esta estrategia de difusión sirvió de control contra nosotros, que debíamos actuar conjuntamente con ellos. Si aflojábamos o retrasábamos el envío de nuestras fuerzas, Fuuga y su gente nos tacharían de traidores. Las transmisiones de Fuuga no sonaban en la Alianza

Marítima, pero los comerciantes y los viajeros traían la noticia a nuestro país, así que también había gente en nuestras tierras con grandes

expectativas sobre los resultados de la batalla que se avecinaba. Dicho esto, no podíamos acallar esas esperanzas.

Se había decidido que íbamos a ir al Dominio del Señor Demonio con las fuerzas de Fuuga, así que tratar de acallar esas expectativas sólo dañaría la moral, y confundiría a la población. Aunque supiera lo que estaban tramando, no tenía trucos para evitarlo. Hashim nos había tomado el pelo.

Y así… el tiempo de preparación llegó a su fin.

—Principio del 10º mes, 1553º año, Calendario Continental —

“Muy bien, Souma. Ha llegado el momento.”

Fuuga no perdió el tiempo con las cortesías antes de entrar de lleno en nuestra llamada de transmisión.

Si la gente estuviera al tanto del contenido de la reunión de hoy, eso probablemente sería recordado como una cita famosa. Aunque lo único que pensé fue que hubo un luchador profesional que dijo algo parecido hace

mucho tiempo…

Hoy era la última reunión antes de la ofensiva en dos frentes. O la voluntad de Fuuga era absoluta, o todos los demás estaban ocupados preparándose, porque Fuuga era el único que asistía por su parte. Hashim probablemente se había sentado en esta ocasión, ya que sólo nos iba a contar cosas que ya estaban decididas.

Mientras tanto, teníamos a Liscia y Yuriga asistiendo por nuestro lado.

“Te lo dije, Fuuga… Los demonios pueden tener armas que desconocemos. Si entras ahí como si fueras un viajecito divertido, sólo te humillaran.”

Objeté su actitud increíblemente despreocupada, pero Fuuga dejó escapar una risa nasal.

“Tanto si vamos con una perspectiva positiva como negativa, el futuro no se abrirá hasta que vayamos. Así que, si ya está decidido que vamos a ir, no hay necesidad de actuar con pesimismo. Preocuparse sólo va a hacer que

sea más duro para ti.”

Makubonnou… No te preocupes… Si no recuerdo mal, eso fue algo que dijo el maestro zen Houjou Tokimune cuando se enfrentó a la invasión mongola de Japón. Era una lección que decía: “No te preocupes, actúa como sientas que es correcto.” Tal vez Fuuga tenía una mentalidad similar.

“Hermano…” Dijo Yuriga, dando un paso adelante. “Soy la esposa de Sir Souma, y él es mi marido. Tú y mi marido se enfrentarán juntos a un

enemigo difícil. Normalmente, como puente entre ustedes, nada me haría más feliz. ¡Pero cuando es el Dominio del Señor Demonio al que se enfrentan, mi sensación de malestar gana por goleada!”

Fuuga escuchó en silencio la súplica desesperada de su hermana.

“¡Sigo animando por ti! ¡Pero siento que esto es demasiado imprudente!

¿No deberías tener más cuidado? ¡¿Buscar la mejor manera de manejarlo con Sir Souma?! ¡Un error podría ser irreversible para ti, como lo fue para el Gran Imperio del Caos hace tantos años! ¡Estoy preocupada!”

Sin embargo, después de un tiempo, Fuuga sacudió la cabeza y dijo: “Entiendo que lo dices porque estás preocupado por mí.”

“¡Hermano!”

“Pero no puedo parar. Seguir adelante es lo que me hace ser quien soy.”

…Incluso si eso significa que mueres en el camino, ¿eh? pensé. Fuuga me miró directamente.

“La próxima vez que hablemos, será en persona, en el punto más septentrional de este continente. Lo estoy deseando.”

“Claro, si no estamos los dos muertos entonces.”

“¡Ja, ja, ja! Haré lo posible por evitarlo. Tú también deberías.”

Con eso, Fuuga cortó la transmisión. Yuriga se desplomó en el suelo, sin fuerzas, mientras Liscia la abrazaba por los hombros.

Mientras frotaba la espalda de Yuriga de forma tranquilizadora, Liscia me miró y dijo: “Así que tienes que irte”.

“Sí… Enfrentarse a esto era una eventualidad. Hubiera preferido evitar un contacto así, donde Fuuga está en el asiento del conductor, pero… tengo que evitar que entren en contacto con Fuuga primero.”

“Aún así, no se puede robar una marcha a Fuuga enviando nuestras tropas

antes de tiempo. Es demasiado peligroso para la Alianza Marítima contactar con los demonios solos. Todavía no sabemos nada sobre ellos. Si sufrimos grandes pérdidas, no seríamos capaces de resistir un ataque del Imperio del Gran Tigre.”

“Tienes razón… Si fuera posible, habría preferido que las fuerzas que tomaran la ruta terrestre fueran gente en la que pudiéramos confiar, como el Gran Imperio del Caos bajo el mando de María.”

Ahora que el Imperio se había disuelto y desaparecido, eso sólo podía ser un escenario hipotético.

Liscia puso una mirada triste. “Yo… no puedo ir contigo, ¿verdad?” “Lo siento… Debes liderar el país si me pasa algo, Liscia.”

“Lo sé. Es que es frustrante tener que considerar mi posición en momentos como éste”, dijo Liscia, mordiéndose el labio. Por desgracia, iba a tener que enfrentarse a ello.

Bueno, si sufrimos grandes pérdidas en esta campaña, es probable que Fuuga también sufra grandes daños. Incluso si no muriera directamente, podría recibir fuertes heridas. Si eso lo sacaba del campo de batalla, corría el riesgo de causar el colapso del Gran Imperio del Tigre.

Las grandes naciones construidas sobre el carisma de un solo hombre tenían una forma de colapsar cuando ese carisma desaparecía. Por el contrario, si la Alianza Marítima se unía, probablemente podríamos sobrevivir al caos tras el colapso del Reino del Gran Tigre. Después de todo, la Alianza

Marítima no dependía totalmente de la personalidad de un solo hombre. Si Liscia mantenía buenas relaciones con Kuu, Shabon y Jeanne y Hakuya,

esta nación podría sobrevivir sin mí. De todos modos, Liscia era la que pertenecía a la línea real elfriedeniana.

Bueno, sólo la preocuparía si habláramos de ello, así que no voy a decir nada.

Mientras esperábamos a que Yuriga se calmara antes de salir de la sala de las joyas…

“”¡Papá!””

Los hijos de Liscia, Cian y Kazuha, se acercaron tambaleándose tan rápido como pudieron; cada uno se abrazó a una de mis piernas con fuerza.

Ahora que cumplían seis años en el duodécimo mes de este año, eran más grandes y pesados que antes. Incluso con los beneficios del entrenamiento de Owen, se hacía difícil caminar con uno de ellos en cada pierna.

“¿Hm? ¿Qué pasa, a ustedes dos?” pregunté.

Kazuha levantó la vista y sonrió, pero la cara de Cian seguía enterrada en mis pantalones. Mientras me seguía preguntando de qué se trataba, Carla se apresuró a acercarse a nosotros con su uniforme de sirvienta.

“L-Lo siento. Se fueron corriendo porque querían estar contigo…”

“No, no tienes que disculparte”, le dije mientras Liscia recogía a Kazuha. “Sheesh, eres una pequeña bola de energía.”

“¡Sí!” contestó Kazuha con exuberancia.

Parecía estar bien. El problema era… Puse mi mano en la cabeza de Cian mientras seguía enterrando su cara en la pierna de mi pantalón.

“¿Qué pasa, Cian?”

“No te vayas…” Cian me miró, con los ojos llenos de lágrimas. “Padre, no te vayas. Si te vas, no volverás.”

Al escuchar su súplica, mis ojos se abrieron de par en par. A diferencia de la enérgica Kazuha, Cian era un niño tranquilo que rara vez pedía algo. Estos niños no tenían ni seis años. Naturalmente, no sabían de la ofensiva al

Dominio del Señor Demonio, y aunque hubieran oído hablar de ello en el pueblo, no lo habrían entendido. A pesar de eso, Cian se había dado cuenta de que iba a un lugar peligroso.

Liscia miró a Carla, sorprendida, pero la doncella negó enérgicamente con la cabeza. Parecía que no era ella quien se lo había explicado.

No me digas… Tenía una idea.

La madre de Liscia, la magia de Lady Elisha. Cuando Lady Elisha estaba al borde de la muerte, podía enviar sus recuerdos a su yo del pasado. Por lo que me habían dicho, el que recibía esos recuerdos sentía que veía el futuro.

Todavía no habíamos averiguado qué magia tenían Cian o Kazuha. Sin embargo, si la habilidad de Lady Elisha se había saltado una generación

para ser heredada por Cian, o él tenía una magia similar que podía predecir el futuro, lo que acababa de decir podría ser cierto…

Me estremecí ante las implicaciones.

…Y había alguien que nos miraba a Cian y a mí.

***

Algunos días después, reuní a todos mis vasallos clave, excepto a Hakuya que estaba en el Reino de Euphoria, en la sala de audiencias. Estaba sentado en el trono con mis siete esposas, incluidas María y Yuriga, de pie en una fila detrás de mí.

Primero llamé a Excel, la comandante en jefe de la Fuerza de Defensa Nacional, y a su segundo al mando, Ludwin.

“Excel, Ludwin.” “”¡Sí, señor!””

Se adelantaron y se arrodillaron al pie de los escalones del trono, inclinando la cabeza.

Les ordené que levantaran la cabeza y se pusieran de pie.

Una vez que lo hicieron, continué diciendo: “Durante esta expedición al Dominio del Señor Demonio, las decisiones que tomemos en el campo serán de suma importancia. Yo mismo tendré que ir con la flota. Pero… estamos siendo arrastrados a esto por Fuuga y su Imperio del Gran Tigre. En cierto modo, no estamos adecuadamente preparados, así que tenemos que esperar lo inesperado.”

“Sí, estoy de acuerdo”, dijo Excel con una imponente sonrisa. “Aunque las mareas de esta época hayan estado de su lado, consiguió construir un

enorme imperio en el transcurso de varios años. Todo lo que he oído sugiere que no es un hombre de confianza. No podemos estar seguros de que no vaya a dar la vuelta a sus fuerzas y atacar este país mientras usted no está, mi señor.”

Asentí con la cabeza. “Tienes razón. No podemos ser negligentes en nuestros preparativos… Ludwin.”

“Sí.”

“Dejaremos nuestras fuerzas terrestres y aéreas, con la excepción de Halbert y sus Dratroopers, que estarán a bordo del portaaviones de la isla.

Endurezcan nuestras defensas en caso de que Fuuga haga algo sospechoso. Coordina tus acciones con Madame Jeanne en el Reino Euphoria y con Kuu en la República también.”

“Entendido. Defenderé este país con mi vida mientras usted esté fuera, mi señor.”

Asintiendo a la respuesta de Ludwin, llamé a continuación a Julius y Kaede.

Una vez que se abrieron paso hacia el frente, dejando atrás a todos mis otros vasallos, dije: “Estratega Julius y oficial de estado mayor Kaede, contaré

con ustedes para apoyar a Ludwin. Hakuya también estará aquí mientras yo no esté. Quiero que los tres usen su sabiduría para proteger a este país de

cualquier plan.” “¡Sí, señor!”

“Entendido.”

Despedí a Ludwin y a los otros dos antes de mirar a Excel. “Excel. La flota ha sido organizada, supongo.”

“Todo se ha hecho como usted ordenó. Estamos preparados para embarcar en cualquier momento”, dijo Excel con una reverencia. Asentí con la

cabeza.

“Serás el comandante en jefe de nuestra flota y tomarás el mando durante las batallas. Aunque también dejaremos atrás las fuerzas terrestres, desplegaremos todas nuestras fuerzas marítimas, excepto una parte que se quedará atrás para responder a circunstancias inesperadas que puedan

surgir. No sólo llevaremos el portaaviones Hiryuu, sino también los barcos completos del mismo modelo, Souryuu y Unryuu . Tú también serás el

capitán del Souryuu .” “Entendido.”

Una vez que despedí a Excel, miré a mis otros vasallos.

“El Dominio del Señor Demonio es un peligro que ha planeado

constantemente sobre las cabezas de toda la humanidad, y también lo que convirtió a Fuuga en un gran hombre. Tal y como están las cosas, el

Dominio del Señor Demonio es nuestro enemigo común, y la justificación para emprender acciones militares contra las demás naciones. Si esta

amenaza puede ser eliminada, será más difícil para Fuuga justificar sus operaciones militares. Eso ayudará a traer la paz a nuestro país y a nuestros camaradas de la Alianza Marítima.”

Con eso, hice una pausa para tomar aire.

“Si podemos, me gustaría ser lo más cuidadoso posible, y tratar de buscar el diálogo con los demonios, pero… las cosas pueden no ir así en el campo de batalla. Tenemos que prepararnos para lo desconocido, y estar preparados para tomar decisiones en múltiples momentos. ¡Quiero que todos me presten su fuerza hasta que esta difícil prueba quede atrás!”

“””¡Sí, señor!”””

Todo el grupo juntó las manos delante de ellos e inclinó la cabeza.

Una vez que todos recibieron sus órdenes de marcha, me dirigí al comedor real con mis esposas, además de Ichiha y Tomoe. Las doncellas Serina y

Carla también estaban presentes. Albert y Elisha, que habían venido a jugar con los niños, los cuidaban en la guardería.

Me dirigí a esta reunión de familiares y extras, diciendo: “Llevaré a Aisha y a Naden a esta expedición.”

“Sí, mi señor. Entendido.” “Sí, claro que sí.”

Aisha y Naden, mis dos mejores esposas cuando se trata de combatir, asintieron.

“No podemos llevar a Liscia, Roroa o María”, dije. “Son demasiado influyentes para dejar que les pase algo… Y si me pasa algo a mí, todos tienen que estar preparados para ello.”

“Sí…”

“Aunque te acompañe, no hay mucho que pueda hacer para ayudarte, Querido.”

“Siempre dejé el mando de nuestras tropas a Jeanne, después de todo…”

Mis tres esposas que tenían que pensar en sus posiciones asintieron de mala gana. Aunque no pudiera volver como predijo Cian, Liscia podría trabajar con Roroa y María para mantener la situación interna bajo control.

Aunque realmente preferiría que no se llegara a eso…

“Eso deja a Juna y a Yuriga…”

“Seré útil en una batalla en el mar. Llévame contigo”, dijo Juna antes de que pudiera terminar.

Era cierto que quería que Juna viniera y se pusiera al mando del Albert II , en el que pensaba estar a bordo. Pero cuando consideré lo jóvenes que eran Enju y Kaito… dudé. Juna sonrió, pareciendo ver a través de mí.

“Los niños tienen muchas ‘madres’ de confianza aquí en el castillo. No hay nada de qué preocuparse.”

“Juna… De acuerdo. Confiaré en ti.” “Sí.”

Una vez que Juna hubo terminado, Yuriga levantó la mano y dijo: “Yo también iré contigo. Seré más un control contra mi hermano contigo que quedándome aquí en el Reino.”

“¿Un control contra él? ¿Crees que puedes hacerlo?”

“Hasta cierto punto… Me gustaría pensar que lo haré, aunque sólo sea un poco”, dijo Yuriga, sin sonar terriblemente confiada.

“Bueno, está bien. Supongo que un poco es mejor que nada… Bienvenida a bordo.”

“Entendido.”

“Ahora… Tomoe e Ichiha, ¿podrían venir? Less mantendremos en la retaguardia, lejos del frente, por supuesto.”

Si íbamos a contactar con los demonios, la habilidad de Tomoe y los

conocimientos de Ichiha iban a ser indispensables. No quería dejarlos en un lugar demasiado peligroso, así que tendría que ser capaz de evacuarlos inmediatamente si se producía una crisis.

Se miraron entre sí y luego asintieron.

“¡Por supuesto, Hermano Mayor! ¡Por eso me adoptaste en primer lugar!” “Yo siento lo mismo. Ahora es mi oportunidad de pagarte por haberme contratado.”

“Gracias a los dos”, dije, mostrando mi gratitud. Después de haber dado órdenes a todos, me dirigí a terminar las cosas. “Ahora, entonces…”

“¡Espera!”, interrumpió alguien.

Miré para ver a Carla con su vestido de sirvienta, con el brazo levantado. “Su Majestad. Por favor, lléveme con usted en esta expedición.”

“¿Carla?” Liscia la miró fijamente, con los ojos muy abiertos.

Carla miró a Liscia y se golpeó el pecho con una mano. “Cuantos más guardaespaldas tenga Su Majestad, mejor. Estoy segura de que debes

sentirte incómoda por no poder ir tú misma con él, así que yo lo defenderé en tu lugar.”

“Bueno, me sentiría mucho mejor contigo allí…” dijo Liscia, lanzándome una mirada que decía: ¿Qué te parece?

Hrm… Bueno, Carla es una luchadora poderosa, y sería tranquilizador tenerla cerca, supongo.

Seguía siendo una esclava (por petición propia), así que si le pasaba algo, no tendría un impacto más amplio. Eso ayudó a bajar el listón para traerla. Además, siempre cuidaba a los niños por nosotros, así que si quería hacer cosas de guerrera por primera vez en un tiempo, no tenía motivos para negarme.

“Entendido. Tú también vienes, Carla.” “¡Gracias!”

Con eso, todos estábamos listos para ir. Ahora era el momento de ver cómo se desarrollaba todo… Nos dirigimos al misterioso Dominio del Señor Demonio, donde nos esperaban monstruos, gigantes y hongos.