Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 13

Capítulo 97: La Misión Conjunta

Parte 1

“Pues bien, ¡tomaremos una misión juntas!”. “¿Qué quieres decir con ¿pues bien’?”.

El grupo de seis asintió, ignorando la interjección de Mile.

“No podremos avanzar hasta que podamos presenciar las capacidades de cada una. Con ese fin, no tenemos objeciones a esta propuesta”, dijo Marcela. Sus dos compañeras asintieron.

Así pues, se decidió que Pacto Carmesí y Wonder Trio aceptarían una misión juntas.

***

“¿Nos vamos, entonces?”. “¡De acuerdo!”.

A la mañana siguiente, después de desayunar y descansar un poco, las siete chicas partieron juntas como un equipo temporal.

Era imprudente realizar actividades vigorosas justo después de comer, pero siempre y cuando descansaran un poco y caminaran a un ritmo tranquilo, deberían estar en buena forma cuando llegaran al lugar de caza. Normalmente, si no llegaban temprano a la sede del gremio, todas las misiones más atractivas ya estarían tomadas, y les tomaría más tiempo encontrar una que les gustara. Dado esto, normalmente se desearía salir justo después del desayuno, pero hoy no era necesario.

El objetivo de las chicas no era asumir solicitudes particularmente destacadas, sino más bien tener una sesión de “juego libre”. En otras palabras, aceptarían misiones diarias o solicitudes de recolección, trabajos que no requerirían ninguna preparación preliminar.

Su destino esta mañana era la parte del bosque principalmente utilizada como terreno de caza por cazadores de rango C de nivel inferior y medio. Era el tipo de área donde aparecían ogros, por lo que no se recomendaba para los grupos de caza de rango C más bajos, que eran apenas mejores que los de rango D. Incluso si pudieran abatir a un ogro, si alguna miembro de su grupo resultaba gravemente herida, eso sería un gran problema. Tener que apoyar a una persona herida en el camino de regreso significaría que tal vez no podrían llevar ninguna presa a casa. Además, estaba el costo de la curación y el tiempo que tendrían que tomarse hasta que todas se recuperaran, y así sucesivamente.

Y, por supuesto, no era seguro que un cazador herido pudiera recuperarse por completo. Si un miembro del grupo sufría algún efecto persistente grave o perdía alguna extremidad, tendrían que retirarse. O peor aún, podrían terminar muertos. Los grupos que se atrevían a correr tal peligro solían desaparecer en el primer mes o en el segundo.

Por lo tanto, las misiones que los cazadores solían aceptar eran aquellas en los que había un 95% de certeza de que regresarían ilesos, con quizás solo un 4.99% de probabilidad de que uno o dos de ellos sufrieran algunas lesiones leves. Por supuesto, no existía una garantía absoluta del 100% de seguridad incluso con esas misiones, sin importar cuán hábil fuera el grupo. Siempre existía esa posibilidad del 0.01% de accidentes desafortunados, por lo que poder minimizar esa posibilidad tanto como fuera posible era una prueba de la capacidad del líder del grupo y la verdadera fortaleza del grupo ante el peligro.

Dicho esto, cuando se trataba de tareas de guardia, era imposible calcular la posibilidad de ser atacados y la fuerza de los enemigos a los que podrían enfrentarse. Siempre y cuando un grupo no fuera atacado, todos los miembros del grupo regresarían sin daños, pero si eran atacados y se involucraban en una batalla, las posibilidades de lesiones o muerte aumentaban sustancialmente. Por lo tanto, cuando estaba claro que un grupo no tenía posibilidad de ganar, muchos de ellos simplemente se rendirían desde el principio.

Con esto en mente, las siete cazadoras se pusieron en marcha para realizar algunas misiones diarias.

Justo como los enanos, las siete damas se prepararon para trabajar. ¿Deberíamos cantar la de “Heigh-ho”?

Y como siempre, la mente de Mile estaba divagando en algún lugar…

“¿Listas? Vamos a realizar esta misión como una operación conjunta, siempre y cuando no aparezcan enemigos que nos pongan en peligro. Si eso sucede, pelearemos como grupos separados. Todavía no nos conocemos lo suficiente, por lo que sería peligroso

luchar en conjunto”, explicó Reina.

Todas asintieron. Si todas saltaran a la batalla juntas sin siquiera haber comparado tácticas, las magas no sabrían cómo leer los patrones de ataque de la vanguardia y las posibilidades de fuego amigo aumentarían enormemente. La espléndida coordinación de las Sirvientas de la Diosa era el resultado de años de experiencia y entrenamiento continuo con el mismo grupo de personas, y no era algo que se pudiera replicar fácilmente.

“En cuanto a ti, Mile, ¡no debes interferir ni aconsejar a menos que alguien lo solicite! Si no te mantienes al margen, no será una comparación justa”.

“S-Sí, lo entiendo”.

Dado que al principio parecía que iba a quedarse completamente atrás, Mile no estaba en posición de discutir. Simplemente estaba contenta de haber logrado que la llevaran junto con ellas.

“¡Entonces, a partir de ahora, Pacto Carmesí y Wonder Trio pasarán los próximos tres días y dos noches como un grupo conjunto para realizar misiones diarias y recolectar recursos!”, anunció Reina con solemnidad. Era evidente por su tono que estaba completamente comprometida con esto, sonaba seria y sincera. Las cinco cazadoras se reunieron y asintieron… mientras Mile observaba.

Y así, las siete dejaron la posada y se adentraron en el bosque.

Mile, un poco preocupada, se movía inquieta en silencio al final del grupo. Sin embargo, las órdenes de Reina habían sido claras. “¡Fuera de emergencias u otras situaciones en las que se necesite tu ayuda, tienes prohibido interferir o aconsejar durante las operaciones normales! Solo se te permite hablar sobre temas no relacionados durante las conversaciones normales en nuestros momentos de descanso”.

Esta había sido la condición para que las acompañara, así que tenía pocas opciones en el asunto, incluso si eso significaba que no podía expresar sus preocupaciones. Por lo tanto, continuó observando en silencio a Wonder Trio y a Pacto Carmesí desde la retaguardia.

Wonder Trio, con sus pertenencias en sus espaldas y frascos en sus cinturas, y Pacto Carmesí, que no llevaba más que sus báculos y espada…

***

“Bueno, supongo que ya es hora del almuerzo. Después de eso, comenzaremos a cazar. ¿Estamos de acuerdo en ignorar cualquier hierba valiosa o ingredientes de alta calidad?”, propuso Reina una vez que habían llegado a los terrenos de caza y habían avanzado lo suficiente.

“Sí, estaremos bien con eso”, acordó Marcela.

Aún faltaba un poco para la primera campanada del mediodía, pero no era muy eficiente tomar el almuerzo justo después de comenzar la caza, por lo que este orden de eventos era preferible.

Wonder Trio descargó sus mochilas y sacó las raciones conservadas que llevaban dentro. Aunque solo tenían que llevar alimentos fáciles de transportar, las miembros de Trio eran capaces de crear agua y fuego con magia, y podían preparar sopas calientes y otros alimentos cocinados, lo que significaba que disfrutaban de una experiencia gastronómica al aire libre mucho mejor que la mayoría de los demás grupos. Las tres eran magas, y bastante eficientes, por lo que cocinar requería un gasto mínimo de energía mágica. Esto no era un privilegio concedido a los grupos que tenían solo un mago normal en su formación y no podían permitirse desperdiciar su preciada energía mágica cuando tenían batallas por delante.

Por otro lado…

“De acuerdo, supongo que… Hm, ¿qué deberíamos comer hoy? ¿Algún consejo, Mile?”.

Incluso si podían producir su propia agua caliente y fuego para cocinar, los resultados no se comparaban con los platos que Mile hacía con tanto amor en su tiempo libre. Reina se volvió hacia Mile con una expresión casual. Sin embargo…

“No”. “¿Eh?”.

Por un momento, Reina se quedó perdida, incapaz de entender lo que Mile le había dicho.

“Bueno, quiero decir, me prohibiste ayudarte o darte consejos sobre asuntos prácticos, ¿verdad? La comida obviamente es una parte importante de hacer un viaje prolongado como este, así que…”.

“¡Ack!”.

Mavis y Pauline se sorprendieron, entendiendo de repente lo que Mile quería decir. Reina quedó congelada en su lugar. Luego, Mavis murmuró palideciendo: “¡No me digas que no empacamos nada…”.

Reina negó lentamente con la cabeza. Las tres se quedaron en silencio.

Aparte de su armadura y armas, las miembros de Pacto Carmesí estaban completamente desprovistas de provisiones. Hasta ahora, Wonder Trio se había quedado principalmente en posadas durante sus viajes, pero al menos llevaban consigo el equipo mínimo básico de acampada”.

“Vaya, ¿qué pasa?”, preguntó Marcela con una sonrisa.

Monika y Aureana también estaban sonriendo.

Y pensar que pretendían dejar a Mile en la ciudad. Se preocupaban de depender demasiado de Mile e incluso intentaron hacer algunas misiones sin ella. Y, sin embargo…

Esto era malo. Esto era terrible.

Normalmente, si estuvieran con alguien en apuros, Wonder Trio probablemente habría compartido lo que tenían. Sin embargo, esta no era una circunstancia normal. No había razón para ayudar a sus oponentes cuando estaban tratando de comparar habilidades entre sí, especialmente en una competencia en la que no podían permitirse perder. Podrían ayudarles todo lo que quisieran después de que se decidiera el vencedor.

“ ”

Pacto Carmesí había tenido un comienzo desastroso.

“Bueno, supongo que deberíamos empezar”, anunció Reina infelizmente cuando llegó el momento de comenzar su prueba.

Obviamente, ella—y las otras miembros de Pacto Carmesí—no habían podido almorzar.

No tuvieron tiempo para buscar comida y procesarla, e incluso si tuvieran agua hervida simple, no tenían tazas ni ningún otro medio para beberla. Dadas las limitaciones de tiempo, tuvieron que abandonar por completo cualquier idea de sustento. Por supuesto, bebieron algo de agua, pero como no tenían tazas ni frascos, tuvieron que tomarla directamente con las manos, derramando la mayor parte. Con dos magas expertas en su grupo, no era una gran hazaña conseguir al menos algo de agua potable, así que eso era algo por lo que estar agradecidas. Si fueran el tipo de grupo con solo una maga normal, tendrían que reservar sus energías para la batalla y simplemente tendrían que soportar la sed. Aun así, todo el asunto era ineficiente y desagradable.

Afortunadamente, aunque la mayoría todavía tenía el hábito de comer solo dos veces al día, las miembros de Pacto Carmesí habían adoptado la práctica de comer tres comidas, así que al menos habían tenido un desayuno adecuado. Fue una comida pequeña, por supuesto, para evitar caminar con el estómago lleno, pero al menos haría más llevadero no almorzar. En realidad, habían pasado sin almuerzo muchas veces antes mientras estaban en misiones.

Para Pacto Carmesí, todo esto era más una cuestión de daño psicológico que físico. ¿Cómo no habían anticipado este problema entre las tres con su ingenio combinado? Si Mile no se hubiera unido, tal vez se hubieran dado cuenta. Sin embargo, en el momento en que se decidió que ella las acompañaría, habían pensado instintivamente: “Oh, será como de costumbre”, lo cual era patéticamente absurdo.

Peor aún, esa noche les esperaba la cena y el campamento. Seguramente, no podrían prescindir de la cena también. Y luego estaría el desayuno al día siguiente. Saltarse comidas sería un gran impedimento para su éxito al día siguiente y en el peor de los casos incluso podría hacer que cometieran errores. Tenían que encontrar una solución antes de que anocheciera.

“Mavis, Pauline. Si ven alguna verdura silvestre o fruta comestible en el camino, recójanlas. Y Mavis, vamos a necesitar que cortes algo de madera y hagas algunas tazas improvisadas antes de la cena. Así que empezaremos a montar el campamento un poco antes de lo habitual”, susurró Reina suavemente a las otras dos, siempre rápida para responder a la situación. Ambas asintieron en silencio. Le molestaba ser la que sugiriera un descanso temprano, pero había poco más que pudieran hacer.

Era como siempre decía Mile, después de todo: “No se puede hacer una tortilla sin romper unos cuantos huevos”.