Watashi, Nouryoku Wa Heikinchi De Tte Itta Yo Ne! (NL)

Volumen 13

Capítulo 93: Las lucha del Imperio.

“¡¿Qué?! ¡¿El depósito de armas fue vaciado?!”, gritó el comandante general de cierta una guarnición del imperio. El reporte de sus subordinados había sido inesperado, por decir lo menos.

“S-Sí, señor. Cuando fuimos por nuestras armas para los ejercicios matutinos, el lugar estaba vacío. Ni una espada, o lanza, o flecha”.

El general estaba sin palabras—y con razón. Si esto era verdad, significaría que una horda de enemigos de alguna manera había entrado a una base militar y escapado con una montaña de armas.

“¡Imposible!”.

Esta reacción era, de nuevo, comprensible. Reconocer que el informe del soldado era cierto significaba reconocer el hecho de que sus propios sistemas defensivos estaban tan llenos de agujeros que carecían por completo de sentido, que el enemigo podía entrar cuando quisiera y cortarles el cuello mientras dormían y que la única razón por la que aún no lo habían hecho era por algún tipo de piedad… No podía permitirse creer tal cosa.

Sin embargo, era la fría verdad.

Ni una sola persona trató de hablar con el general, que se encontraba parado en silencio.

Por supuesto, cada soldado estaba a cargo de su propia arma, las cuales guardaban ellos mismos. Todo lo que estaba guardado en la armería eran las armas de repuesto y las espadas de entrenamiento sin hoja, el armamento de asedio y demás, pero eso no significaba que perder esos objetos no fuera un problema. Ahora la cuestión era, ¿quién iba a asumir la culpa?

“¡¿Qué estaban haciendo los hombres de guardia?!

¡¿Se durmieron todos en el trabajo?!”.

“N-No, todos ellos estaban vigilando correctamente, lo cual otros también han confirmado. ¡Y no se me ocurre ninguna forma de que alguien pudiera mover tanto equipo sin ser visto o hacer ruido!”.

El subordinado tenía razón. Su explicación era sólida, irrefutable. El general era plenamente consciente de ello. Pero…

“¡Entonces, ¿cómo voy a aceptar esto?!”, gritó. “¡¿Cómo voy a informar de esto?!”

Mientras tanto…

“¿Estás diciendo que nuestra nueva ballesta ha sido completamente desmontada y todas las piezas metálicas han desaparecido?”.

“¿Han desaparecido todos los ganchos de nuestras escaleras de enganche?”.

“¿Todas las partes metálicas de nuestros vagones de suministros han desaparecido? ¿Y todo lo que queda es la madera?”.

“¿También han desaparecido todos los componentes metálicos de nuestras armaduras? ¿Incluso las tachuelas de las de cuero?”.

“¡¿¡¿Qué demonios está pasando?!?!”.

En los almacenes de todas las bases militares del Imperio desaparecían armas y armaduras, metales, petróleo y otros suministros. También habían desaparecido algunos objetos de los almacenes mercantiles y de las casas de los plebeyos, pero en su mayoría se trataba de artículos muy pequeños, de modo que sus propietarios no se daban cuenta que faltaban o no se preocupaban demasiado, pensando que simplemente se habían extraviado.

No podía decirse lo mismo de las armerías.

Fueron vaciadas. A fondo y por completo, sin dejar un solo remache intacto.

¿Mile había dirigido a las nanomáquinas? ¿O había sido su propia y astuta sugerencia? En cualquier caso, no cabía duda de que los Carroñeros habían considerado que todas las municiones del Imperio Albarn eran “cosas que no se echarían de menos”, por lo que todos los artículos eran aptos para ser requisados.

Gracias a este nuevo percance—luego del incidente con los semihumanos, seguido de la situación con la casa de verano del dragón antiguo—los planes del Imperio de invadir otras tierras se retrasaron enormemente.

Obviamente, los Carroñeros se aseguraron de sellar las entradas de los túneles subterráneos que habían utilizado para excavar en los almacenes militares cuando se marcharon, para que nadie supiera de su existencia. Esto significaba que, si alguna vez entraban nuevas mercancías en el almacén, podían abrirlos de nuevo para requisarlas, y nadie se enteraría. Si los almacenes o depósitos de municiones se trasladaban a otro lugar, a los carroñeros les resultaría sencillo cavar nuevos túneles por los que pudieran pasar.

Para decirlo sin rodeos, las dificultades del ejército imperial no habían hecho más que empezar.

***

Un solo Carroñero llegó a la montaña designada. Se había separado de sus compañeros peregrinos al partir de su base, y cada uno de ellos se dirigía a un lugar diferente indicado en los antiguos registros. Y, finalmente, había llegado a su destino.

En un pasado lejano, una de las “bases de intercepción” había estado situada aquí. A estas alturas, la mayoría de estas bases habían sido destruidas o habían perdido funcionalidad, no dejando tras de sí más que ruinas. Seguramente aquí…

[¡*****!]

<<¡#####!>>

Espera, ¡aún estaban vivos! Milagrosamente, los hermanos del Carroñero habían persistido, junto con algunas unidades autónomas de defensa básica, en otras palabras, golems.

Cuando se le preguntó por sus credenciales, el Carroñero se sobrepuso desesperadamente al inminente sobrecalentamiento de su CPU y transmitió su misión, o mejor dicho, las órdenes que se le habían dado. El contenido de esta transmisión era:

<Nuestros custodios han regresado. Nos han dado esta orden: salgan y multiplíquense, proliferen por toda la tierra. Restauren. Además, nuestro custodio nos ha dicho: Estén a la altura de las expectativas de sus creadores. Y protejan este mundo…>

[[[[[[¡¡**********!!]]]]]]

Las temperaturas de las CPU comenzaron a elevarse, y la resistencia en los semiconductores de sus circuitos quizás disminuyó, aumentando el flujo de corriente. Un Carroñero, al ser una máquina, nunca agitaría sus extremidades salvajemente al sentirse emocionado. Sin embargo, el sonido de los motores girando por todo su cuerpo aumentaba, y la temperatura seguía subiendo.

¡Materiales! Componentes. 

Para extraer y refinar el mineral se necesitaba equipo, que a su vez requería materiales y componentes. Además, la producción de esos componentes necesarios requería sus propias herramientas, que a su vez necesitaban más materiales y componentes.

Sólo se les había permitido requisar estas cosas a criaturas inteligentes en cantidades que no llamaran la atención ni causaran problemas. Estos métodos no podían producir suficiente…

El informe de este mensajero fue una buena noticia para los Carroñeros atrapados en este dilema. Ahora tenían una fuente ilimitada de suministros.

Podían seguir adelante. Cavando.

Sabiendo que sus días de gloria estaban en el horizonte…

***

Oigan, Nanos…

¿SÍ, QUÉ PASA?

¿Es posible aumentar el nivel de autorización de alguien de nivel inferior?

EN EL NIVEL DE AUTORIZACIÓN 7, LA PERSONA PUEDE ELEVAR A UN INDIVIDIO DE NIVEL 1 A NIVEL 2. SIN EMBARGO, NO ES POSIBLE ELEVAR, DIGAMOS, EL NIVEL DE UNA RAZA O ESPECIE ENTERA, SÓLO PARA ELEVAR LA DE UNOS POCOS INDIVIDIOS.

Me lo imaginaba. Si se pudiera hacer algo así tan fácilmente,  las  cosas  se  saldrían  de  control.  Pero permiten bajar niveles ya que ese es un problema sólo

para los individuos…

Mile había estado pensando en esto en caso de que ocurriera, pero por supuesto, las cosas no eran tan simples como habría imaginado.

POR FAVOR EVITE EJERCER EL DERECHO DE REMOVER LA AUTORIZACIÓN DE OTROS, AUNQUE SEA POSIBLE HACERLO. FUE PERMISIBLE LA ÚLTIMA VEZ PORQUE SU OPONENTE INTENTÓ HACER LO MISMO PRIMERO, LO CUAL SIGNIFICABA QUE ERA UNA FORMA JUSTA DE CONTENER LA SITUACIÓN. FRANCAMENTE, ESTUVIMOS UN POCO ANSIOSOS SOBRE COMO TRATAR CON EL NIÑO DRAGÓN, QUIEN SE ESTÁ VOLVIENDO LA FUENTE DE VARIOS PROBLEMAS, SIN EMBARGO—

¿Eh? Pero pensé que ustedes ayudaban en toda la

magia, sin importar si era buena o mala…

ESO SÓLO APLICA CON EL “USO” DE LA MAGIA—EN OTRAS PALABRAS, RECREAR EL FENÓMENO FÍSICO COMO SE INDICA EN LAS DIRECCIONES CONCRETAS QUE SE NOS DA EN FORMA DE PULSOS MENTALES. ESTO, SIN EMBARGO, NO ES MAGIA, SINO UN CASO DE ÓRDENES DIRECTAS DADAS A TRAVÉS DEL NIVEL DE AUTORIZACIÓN. RECAE BAJO UN PROTOCOLO DIFERENTE.

Parece bastante complicado…

SÍ, ES COMPLICADO.

Bueno, que pasen buenas noches… 

BUENAS NOCHES, LADY MILE.