Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

“Me estoy cansando de esto…”

Después de su encuentro con Ayaka Shinozaki, Yogiri y Tomochika regresaron al palacio. Atravesando la puerta principal y dirigiéndose a la mansión reservada para su clase, Tomochika tenía una mirada oscura en su rostro.

“Realmente es difícil decir algo”, respondió Yogiri.

A Tomochika le molestó la mirada de enfado que les dirigió el guardia de la puerta. Se había sabido que la cadena de incidentes de los últimos días estaba relacionada con los candidatos a Sabio, y la gente de la ciudad no ocultaba su resentimiento hacia los forasteros.

Los daños sufridos por la capital y el palacio hasta el momento habían sido inmensos. Todos sabían que uno de los estudiantes era el responsable, pero no podían hacer nada. Su ira no era sorprendente.

Así que, después de todo, fue Shinozaki, pensó Yogiri. Empezaba a preguntarse si debería haberse deshecho de ella. Pero también sabía que si empezaba a usar su poder para intervenir en cosas que no estaban directamente relacionadas con él, se convertiría en una pendiente resbaladiza.

“Debes usar tu poder como quieras. Incluso algo como ‘Tío, odio a ese tipo, voy a matarlo’ está bien. Pero lo único que no quiero que hagas es que lo uses según la lógica o la planificación inteligente de otra persona. No te dejes llevar por sentimientos de justicia o ideología; sólo úsalo como quieras”. Asaka Takatou, la mujer que esencialmente había sido una madre para él, le había dicho eso una vez.

El hecho era que alguien había matado a un gran número de personas en la ciudad. Era inaceptable, y debían ser castigados por ello. Tal vez eso era lo que Asaka había querido decir con “justicia”, pero Yogiri no tenía ninguna inversión emocional real en la situación. Simplemente sentía que tenía la obligación de hacer algo al respecto. A decir verdad, oír que habían matado a un grupo de personas que no conocía en un mundo desconocido no era algo que le molestara demasiado.

“No creo que matar a un grupo de transeúntes inocentes tenga sentido si estás tratando de vengarte”, comentó Tomochika, interrumpiendo sus pensamientos.

“¿Pero está bien si mata a nuestros compañeros de clase?”

“Bueno, no es que les desee la muerte, pero fueron bastante crueles…”

Incapaz de saber exactamente cómo se sentía, Tomochika seguía preocupada por la situación. A Yogiri, sin embargo, le daba igual sus compañeros de clase. Su decisión de dejarles a él y a los otros tres como cebo equivalía a un intento de asesinato, así que no tenía derecho a quejarse si alguien decidía asesinarles por ello. Por otra parte, incluso sus amigos recientes, como Ryouko y Carol, serían asesinados en el proceso, por lo que no podía permitir que sucediera. No trataba de ser cruel, ni de permanecer neutral. Simplemente quería apoyar a las personas a las que se había acercado.

“Supongo que si intenta matar a alguien delante de mí, tendré que detenerla. No puedo quedarme mirando”.

“¡¿Cierto?!” Tomochika sentía lo mismo, si su acuerdo entusiasta era una indicación.

Pero es bastante fuerte, ¿sabes? comentó Mokomoko. Por supuesto, eso no es problema para el chico, pero ella puede ser más de lo que puedes manejar.

“¡Nunca dije que pudiera manejar a alguien que puede disparar rayos de fuego!”

Por desgracia, ni siquiera la familia Dannoura puede disparar rayos así todavía…

“¿Qué quieres decir con ‘todavía’?”

Mientras el grupo conversaba, llegaron a la entrada de la casa. La puerta se abrió inmediatamente y una de sus compañeras se apresuró a salir. Era una chica más pequeña con un ambiente tranquilo.

“¡Ah, Tomochii! Estaba a punto de ir a buscarte”.

Yogiri recordó que el nombre de la chica era Romiko Jougasaki. Había sido buena amiga de Tomochika antes de todo esto, y habían estado sentadas una al lado de la otra en el autobús cuando Sion trajo la clase por primera vez.

“¿Qué pasa, Mikochi?” Mientras que los amigos cercanos de Tomochika la llamaban “Tomochii”, por alguna razón, Romiko era conocida como “Mikochi”.

“Akino quiere reunir a toda la clase para hablar de algo”.

“Toda la clase, ¿eh? Eso es bastante raro”. Casi nunca reunían a todos para una reunión. Normalmente, los líderes de los grupos se reunían y luego compartían lo que se había decidido con sus respectivos grupos.

“Probablemente deberíamos darnos prisa. Parecía bastante tensa”.

Obviamente, no era algo que pudieran dejar pasar fácilmente. Rápidamente siguieron a Romiko al interior.

◇ ◇ ◇

Todos los candidatos a Sabio supervivientes se habían reunido en la sala de conferencias de la finca, sentados detrás de largos escritorios que se habían colocado alrededor de la cámara para ellos.

“Ahora bien, no tenemos mucho tiempo, así que vamos a empezar con una explicación de la situación actual”.

Sora Akino no perdió tiempo en comenzar la reunión. Ella era actualmente la candidata a cargo de la clase. Se suponía que había sido una ídolo del pop en su mundo natal, pero Yogiri había estado tan desconectado de la industria del entretenimiento que no lo había sabido hasta que Tomochika se lo dijo.

“Originalmente llegamos a la capital con veintiséis miembros”. Por supuesto, en realidad habían sido veinticuatro antes de que Yogiri y Tomochika se unieran a ellos, pero ella estaba ignorando ese pequeño hecho. “Actualmente, nos quedamos con dieciocho. Ocho de nosotros han sido asesinados por Ayaka Shinozaki”.

Leyó los nombres de las víctimas de Shinozaki. El único nombre que Yogiri recordaba era el de Izumida, ya que había compartido habitación con él durante un corto periodo de tiempo.

“Los Nobles Eroge fueron aniquilados, ¿eh?” dijo Tomochika.

¿Es lo único que te importa? Mokomoko suspiró.

Parecía que muchos de los candidatos no se habían dado cuenta de cuántos de ellos habían muerto hasta el momento, y les resultaba difícil ocultar su sorpresa.

“¡¿Nadie puede vencerla?!”

“Sí, ¿no se supone que somos fuertes? Es sólo una persona!”, gritó uno de los chicos, como si quisiera sugerir que si hubiera sido él, la habría vencido.

“Si bien es cierto que la mayor parte de nuestra fuerza de combate se ha centrado en tomar el Inframundo”, explicó Sora, “creo que la razón principal de su éxito es que está señalando a individuos para atacar. Creo que le dijimos que no actuaran solos”.

Eso era algo que muchos de los estudiantes habían ignorado claramente, confiados en sus propios poderes.

“Entonces, ¿qué pasó con Munakata y Yatate?” Preguntó Yazaki. “Vieron morir a Ushio y no pudieron hacer nada para evitarlo. Deberían haber sabido lo peligrosa que era”.

Era difícil creer que esos dos salieran por su cuenta después de lo que habían presenciado. Ushio, Munakata y Yatate… los tres chicos conocidos como los Nobles Eroge habían estado allí cuando Ayaka había hecho su primera aparición y había matado a Ushio. Parecía poco probable que los dos supervivientes se hubieran tomado a la ligera la amenaza que ella suponía.

“Los mataron en sus habitaciones”, respondió Sora. “Parece que colarse entre los guardias de aquí no es demasiado difícil”.

Una oleada de inquietud recorrió la sala. Si eso era cierto, ninguno de ellos podría estar tranquilo. Si el plan de Ayaka había sido asustarlos, sin duda había tenido éxito.

“Eso es todo para la situación actual. En cuanto a lo que viene ahora, se nos ha pedido que abandonemos el reino inmediatamente”.

“¿A qué te refieres con ‘abandonar’?” Yazaki volvió a preguntar. “¿No estamos aquí por orden de los Sabios?” La autoridad de los Sabios era absoluta. Ni siquiera el rey tenía el poder de desafiarlos.

“Sí, pero parece que la gente de aquí cree que su reino será destruido a este ritmo de todos modos. Dada la cantidad de daño que Ayaka Shinozaki ha infligido, deben sentir que no tiene sentido seguir obedeciendo a los Sabios”.

Los estudiantes habían recibido instrucciones de abandonar el reino en un día. No era una petición absurda. El propio rey había sido asesinado por Ayaka, así que, considerando todo, estaban recibiendo un trato relativamente suave.

“Naturalmente, no creo que estemos en condiciones de enfrentarnos a todo un país. Así que estamos planeando trasladar a toda la clase al Inframundo. Tenemos dos objetivos: uno, continuar con nuestra misión de derrotar al Dios Oscuro, y dos, atraer a Ayaka Shinozaki hasta allí con nosotros y derrotarla también”.

La declaración de Sora Akino no dejaba lugar a discusiones.

◇ ◇ ◇

Romiko Jougasaki odiaba destacar, y odiaba hacer cosas difíciles. Por eso se presentaba con una personalidad tan huidiza. Si fingía que no escuchaba, podía ignorar cualquier cosa que la molestara, y si no cumplía una promesa, era más probable que la perdonaran si los demás creían que simplemente lo había olvidado.

Por desgracia, eso también iba en contra de su deseo de no destacar. Comportarse como una cabeza hueca atraía naturalmente más atención. Sin embargo, era una necesidad molesta. Prefería destacar por eso que tener que lidiar con algo que requiriera un esfuerzo real. Así que, en su mayor parte, se centró en evitar esas actividades en la medida de lo posible.

Teniendo esto en cuenta, siendo quien era, no podía decirles a los demás lo que su Don hacía en realidad. Si su habilidad era apta para la lucha, la pondrían en primera línea. No tenía intención de dejar que eso sucediera. Así que en el momento en que obtuvo sus poderes, pensó en lo que podría hacer para ocultarlos.

Su clase era Nigromante, y le permitía manipular los espíritus de los muertos. Podría haber afirmado que su habilidad consistía simplemente en hablar con los fantasmas, pero en realidad no sólo podía controlar a los espíritus, sino también fusionarse temporalmente con ellos para acceder a sus poderes. Así que tenía muchas opciones a la hora de luchar.

Pero existía la posibilidad de que alguien ya conociera los detalles de su clase, o tuviera la capacidad de ver a través de su mentira. Así que intentar mentir habría sido una mala idea. En su lugar, había utilizado su habilidad de llamar. Entre los confundidos compañeros del autobús, debió ser la primera en utilizar sus nuevos poderes. Buscando espíritus a su alrededor, buscó el más débil e inútil que pudo encontrar.

Por supuesto, un espíritu que no tuviera poder propio no serviría. Como alguien que había recibido el Don de los Sabios, necesitaba un fantasma con una habilidad especial. Algo único, pero no útil. No tardó en encontrar el objetivo perfecto: un Contador.

Cuando buscaba espíritus, podía descubrir información sobre sus habilidades, así que sabía que la clase Contador tenía la capacidad de contar cosas y nada más, lo que la hacía totalmente inútil en la batalla. Inmediatamente, se hizo con el espíritu del Contador. En la superficie, su propia clase reflejaba la del fantasma, así que incluso si alguien tenía una forma de comprobar sus habilidades disponibles, eso era todo lo que vería. Podría haber alguien capaz de penetrar incluso ese nivel de disfraz, pero no tenía sentido preocuparse por ello. Ella podría hacer frente a esa situación cuando llegara el momento.

Gracias a sus esfuerzos, había sido considerada una persona de mínimo valor para la clase. Si su objetivo era no destacar, habría sido mejor elegir algo más intermedio, pero para minimizar la posibilidad de verse obligada a luchar, parecer completamente inútil parecía mucho mejor.

Por desgracia, las cosas habían empeorado. La clase había decidido que todos iban a tener que participar en la limpieza del Inframundo. Sólo había oído hablar de él de segunda mano, pero parecía un lugar oscuro, sucio y desagradable. No tenía ningún deseo de ir allí, y no quería en absoluto luchar.

Empezó a preguntarse si no debería haberse deshecho ella misma de Ayaka Shinozaki. Usando los espíritus que la rodeaban, Romiko podía monitorear sus alrededores. Como tal, era muy consciente de cuándo venía Ayaka, y sabía exactamente cuándo morían sus compañeros. Sin embargo, para ella era un problema demasiado grande, por lo que no había hecho nada al respecto, pensando que alguien más se encargaría de su compañera de clase rebelde antes de que se le fuera de las manos. Ahora se daba cuenta de que debería haberlo solucionado ella misma, pero eso fue en retrospectiva para ti.

Tendría que ir al Inframundo con los demás. Pero su plan no iba a cambiar; seguiría fingiendo que era una inútil todo el tiempo que pudiera. Si iba a ir a por todas, tendría que esperar a que todos los demás murieran primero. Si no, no valía la pena la molestia.

◇ ◇ ◇

¿Estaba Yuugo ocultando su poder también? O es que de repente había crecido en fuerza?

Yukimasa Aihara no estaba seguro de la verdad, pero sabía a ciencia cierta que Yuugo Izumida había salido a desafiar sin ayuda a Ayaka Shinozaki. Después de todo, eso era lo que estaba escrito en el libro que estaba leyendo en ese momento.

Su clase era Lector. Le permitía leer libros escritos en cualquier idioma. O al menos, eso es lo que parecía en la superficie. Pero la realidad era muy distinta. Su verdadero poder era la capacidad de leer el futuro como si fuera una novela. El pequeño libro de bolsillo que siempre llevaba consigo era la manifestación de ese poder. Por lo general, estaba escrito desde una perspectiva en primera persona, como si Yukimasa fuera el protagonista, pero también podía leer historias secundarias en tercera persona de “personajes” relacionados.

Según una de esas historias, la aparentemente mediocre clase de cocinero era en realidad mucho más poderosa de lo que uno podría imaginar. Para cualquier cosa relacionada con la cocina, sus habilidades no tenían parangón. Si consideraba que un enemigo era un “ingrediente”, podía utilizar su habilidad de Búsqueda de Ingredientes para encontrarlo en cualquier lugar, y su habilidad de Conocimiento de Ingredientes le decía todo sobre sus habilidades. Su habilidad Disección de ingredientes le permitía cortar a cualquier enemigo con su cuchillo de cocina. Su habilidad Cocina Simultánea le permitía clonarse para gestionar la “cocina” de forma más eficiente, y su capacidad para cocinar y freír cosas le permitía controlar las altas temperaturas. Incluso podía controlar el tiempo hasta cierto punto, para ayudar a la fermentación.

Era fuerte, pero carecía por completo de habilidades defensivas. No había ninguna razón para que un cocinero tuviera habilidades defensivas, así que no era una clase que pudiera brillar por sí misma. Sin embargo, si hubiera trabajado junto a alguien especializado en defensa, podría haber compensado esa debilidad y probablemente vencer a cualquier oponente.

Si Yukimasa le hubiera ofrecido ese consejo, tal vez Yuugo podría haber derrotado a Ayaka. Pero no había dicho nada, sino que había observado en silencio.

Estoy seguro de que hay muchos otros como yo.

Los que mostraban sus poderes abiertamente para que todo el mundo los viera parecían idiotas. Si realmente quisieran sobrevivir, habrían mantenido sus poderes en secreto y habrían evitado luchar en el frente. Los miembros más fuertes de su clase debían haber adoptado ese enfoque, como el propio Yukimasa.

Su propio disfraz era sencillo. Al escribir en su libro, podía cambiar la realidad. Mientras no afectara a los demás, podía utilizarlo con éxito para ocultar su verdadera naturaleza.

Al final, es probable que alguien acabe con ese Dios Oscuro con un suspiro como si nada.

Él mismo no quería el trabajo, pero era optimista.