Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

“¡N-No! ¡Ayuda!”

En el techo de un rascacielos de la capital, un hombre vestido de negro gritaba, tumbado sobre su estómago. La imagen de él mirando a través de la mira de un rifle de francotirador debe haber parecido extraña para la mayoría de los nativos de ese mundo. Los rifles no eran algo que existiera allí originalmente, así que había pocos que se especializaran en su uso. Pero al haber recibido el arma del gremio de asesinos, el hombre había sido entrenado para usarla eficazmente.

“Vamos, date prisa. ¿No te duele? ¿No sientes que estás a punto de morir?” Al lado del francotirador había una chica con un vestido rojo, con guantes rojos.

“¡N-No! ¡No quiero morir! ¡No quiero morir!”

“Sí, ese es el punto. No quieres matar a tu objetivo, pero si quieres escapar de este dolor, es tu única opción. Eso es lo que el experimento es esta vez. ¿Qué pasa si la persona que intenta matarlo no quiere hacerlo?”

Se ha colocado un dispositivo dentro del cuerpo del hombre para infligirle dolor a distancia. La ubicación y la fuerza del dolor podían ser controladas libremente, como la chica a su lado estaba haciendo ahora.

“No tienes que probar eso, ¿verdad? ¡Ya sabes lo que va a pasar!”

Hasta ahora, habían escogido francotiradores que no sabían nada de Yogiri. Pero esta vez era diferente. Esta vez, el francotirador era alguien de considerable rango dentro del gremio, y sabía todo sobre la situación.

“Sí, pero todavía tenemos que probarlo. Si no comprobamos estas cosas a fondo, nunca encontraremos la solución que buscamos. En cualquier caso, el dolor probablemente te matará pronto, así que si vas a morir de todas formas, ¿por qué no seguir adelante y ser libre antes?”

Mientras hablaba, lentamente aumentó el nivel de dolor que él estaba experimentando. Por supuesto, no tenía intención de matarlo realmente, pero el dolor que podía soportar era limitado.

“¡También te van a tirar así! Lo sabes, ¿verdad? Sabes por qué puso toda la planificación en ti, ¡¿no es así?!”

“Sí, lo entiendo. Si trato de matarlo, moriré. ¿Pero hasta dónde llega esa relación causal? ¿Morirá la persona que solicitó su muerte? En el caso de un rifle, el que aprieta el gatillo morirá, pero si fuera un robot activado por voz el que hiciera el trabajo, ¿el robot “moriría” o la persona que lo ordenó? ¿Y qué hay de una trampa que no tiene un objetivo específico, sino que lo mata por casualidad? Una vez que sepamos estas cosas, podríamos ser capaces de idear una estrategia segura para tratar con él”.

“Y… ¿realmente estás de acuerdo con eso?”

“Las órdenes son órdenes”.

Ryousuke Miyanaga, el jefe del gremio de asesinos del Jardín Oscuro, no jugó ningún papel en el plan para asesinar a Yogiri Takatou. Eso le dio un poco de seguridad. La chica del tejado no sentía que fuera necesario, ya que los únicos que morían eran los que atacaban directamente al objetivo, pero la chica había ideado el plan ella misma y usaba a sus propios subordinados para llevarlo a cabo.

El francotirador gritó, claramente acercándose a su límite. Incapaz de soportar el dolor por más tiempo, puso su dedo en el gatillo y se quedó inmóvil inmediatamente.

El contraataque había llegado. Parecía que este método tampoco funcionaría. No importaba en qué condición mental se encontrara el atacante, moriría. Pero ella no estaba decepcionada. No había tenido ninguna expectativa en primer lugar. Esto era sólo otra ronda en una larga línea de experimentos.

Ella miró hacia el objetivo. Normalmente estaba solo, pero hoy estaba caminando por la ciudad con una chica. Casi parecía que se estaban divirtiendo. Estaban a unos trescientos metros de distancia. Reconocer a alguien de tan lejos a simple vista era normalmente imposible, pero no era un problema para ella. Después de todo, ella era una máquina creada por las habilidades de Ryousuke.

La chica comenzó sus cálculos. No tenía sentido intentar lo mismo otra vez. Tendría que seguir experimentando, intentando cualquier cosa para derribar el objetivo.

“Apunta a la chica esta vez”, le ordenó a uno de los francotiradores que se dirigiera a otro edificio.

◇ ◇ ◇

En su habitación del segundo piso de la floristería del Jardín Oscuro, Ryousuke Miyanaga observó el conjunto de pantallas que le rodeaban. Se sentó en un gran escritorio, con numerosos monitores colocados por todas partes. Los aparatos electrónicos fuera de lugar habían sido todos construidos con su propio Don.

Su poder era la imitación, así que podía producir una copia de cualquier cosa que existiera en su mundo natal. El conjunto de monitores proporcionaba una vista de toda la capital desde una variedad de ángulos. Mostraban las imágenes transmitidas por las cámaras de vigilancia de la ciudad.

Una de las pantallas mostraba a su objetivo, Yogiri Takatou. Aunque últimamente parecía vagar por la ciudad solo y sin propósito, hoy tenía un compañero. Era una chica bastante atractiva, así que podría haber sido una especie de cita. Todavía había una especie de distancia incómoda entre la pareja, suficiente para parecer encantadora a un observador externo, pero Ryousuke sólo podía ver su tonta ignorancia del peligro en el que se encontraban.

Ryousuke observó los experimentos que llevaban a cabo sus subordinados, como había sugerido el cliente. Habían intentado derribar al chico con un rifle, pero incluso desde una distancia increíble, el bien entrenado asesino había muerto instantáneamente. A pesar de estar tendido y ver su objetivo a través de una mira, el hombre había caído en el momento en que pretendía disparar.

Perplejo por la situación, las razones de las precauciones recomendadas por el cliente se habían aclarado rápidamente. Incluso a una gran distancia, Yogiri podía saber que estaba siendo atacado y devolver el golpe. Eso lo convertía en un individuo peligroso, que debía ser asesinado si era posible.

A pesar de que estaba absorto en la misión, Ryousuke ordenó estrictamente a sus subordinados que investigaran. Nunca les dijo que mataran a Yogiri. Después de dar los detalles, dejó todo en sus manos. Desde entonces, simplemente había estado monitoreando sus acciones.

Una vez que encontraron su objetivo, todos murieron en el momento en que apretaron el gatillo. No murieron sólo por apuntarle a él. Si el francotirador recibía un rifle defectuoso que en realidad no funcionaba, aunque tuvieran la intención de matarlo, apretar el gatillo no les causaba ningún daño. Si dispararon y fallaron intencionalmente, tampoco murieron. Si el rifle estaba preparado para que cuando intentaran disparar a otra cosa, dispararían al blanco en su lugar, aunque no tuvieran intención de matarlo, aún así morirían.

Las minas terrestres que pisó no explotaron. La persona que las colocó no murió, pero la mina dejó de funcionar. El intento de atacarlo desde varios ángulos simultáneamente terminó con la muerte de cada uno de los atacantes.

Si intentaban usar la magia, los que necesitaban un conjuro morían justo antes de terminar de cantar, y los que usaban una vara morían en el instante en que intentaban activarla. Aquellos que no apuntaban específicamente al objetivo pero intentaban atraparlo en una gran área de efecto del hechizo morían también, independientemente de si conocían o no el objetivo. Si ataran un explosivo a una persona al azar y se acercaran, la bomba no explotaría.

Habían intentado tirar edificios sobre él, pero él simplemente huiría de las áreas donde las estructuras estaban comprometidas. Si programaban el colapso del edificio para que no pudiera escapar a tiempo, esquivaría sin esfuerzo los escombros que caían de todas formas.

Los venenos, de la misma manera, no tenían ningún efecto sobre él. Se dio cuenta y evitó cualquier comida envenenada que se le presentara, y de alguna manera hizo inertes los gases venenosos.

Al principio, Ryousuke tenía la hipótesis de que su objetivo reaccionaba a la intención de matar, pero no parecía ser el caso. El chico simplemente era consciente de cualquier posibilidad de su propia muerte, y cualquiera o cualquier cosa preparada para provocarla moriría o dejaría de funcionar.

Parecía seguro decir que su contraataque contra los asaltos de largo alcance era efectivamente automático. Aún no habían intentado ataques a corta distancia, pero los resultados probablemente serían los mismos. Si el chico tenía un cadáver que investigar, la posibilidad de rastrear los ataques hasta el gremio aumentaría, así que Ryousuke había instruido a su gente para evitar esa posibilidad lo mejor posible.

Mientras ponían a prueba la capacidad de su objetivo para percibir el peligro, también investigaban métodos para protegerse de su poder de muerte instantánea, pero no habían logrado ningún avance efectivo en ese frente. Ni el legendario equipo de este mundo ni nada del mundo natal de Ryousuke tuvo efecto alguno. Tanto si usaban magia para aumentar la defensa del atacante o la resistencia a la Muerte Instantánea, como si preparaban un cuerpo sustituto para absorber el ataque, el resultado era siempre el mismo. El atacante moría. No mostraron heridas visibles, y no hubo una causa obvia de muerte.

La verdad es que las cosas no iban bien del todo, pero Ryousuke seguía siendo optimista. No importaba que tan monstruoso fuera su objetivo, no había forma de que el chico lo alcanzara. No importaba cuánta gente matara el objetivo, no parecía tener ni idea de dónde estaban. Aunque parecía ser capaz de averiguar la dirección general de los ataques, la distancia entre el atacante y él mismo daba a los asesinos mucho tiempo para limpiar la escena antes de que él llegara, dejando la participación de Ryousuke irrastreable. Así que, incluso en el peor de los casos, tenía la opción de huir.

Por supuesto, Ryousuke no podía decir que estaba totalmente despreocupado. Pero esa ansiedad no era algo que pudiera admitir libremente para sí mismo. Después de todo, había empezado a trabajar como asesino porque todo lo demás había sido demasiado aburrido. Mataba a los que no podían ser asesinados. Si estaba dispuesto a renunciar a esa fuente de excitación y buscar otra cosa, eso sería simplemente huir. Incluso si nadie más lo veía de esa manera, así es como él se sentía personalmente al respecto, y no importaba la excusa, él no podía hacerlo. Así que escondió su inquietud detrás de su curiosidad, diciéndose a sí mismo que era exactamente el tipo de emoción que había estado buscando.

“Ahora bien, ¿qué están tramando?” Ryousuke volteó a través de las pantallas para seguir el movimiento del dúo. Uno de los monitores mostraba constantemente al chico gracias a un pequeño dron que había sido configurado para seguirlo. Para evitar ser notado, se había colocado a gran altura, y seguía todos sus movimientos.

Los dos se dirigían a la escena de un misterioso desastre. El número de edificios quemados y destruidos a su alrededor crecía. La pareja finalmente se detuvo en el centro del área, donde no quedaban más que escombros. Las cámaras habían estado colocadas allí también antes, pero por supuesto no había forma de que siguieran funcionando, así que Ryousuke sólo tenía el dron como fuente para su video ahora.

“Apunta a la chica esta vez”.

Escuchó una voz que venía de la nada en particular, lo que significa que debe haber sido transmitida por la red de comunicación inalámbrica.

“Bien, no hemos hecho eso todavía, ¿verdad?” Hasta entonces, habían intentado atacar a otros cerca de él para atraparlo en la explosión, pero nunca habían intentado atacar a alguien cercano sin intención de hacerle daño. ¿Seguiría siendo capaz de sentir esa intención de matar? ¿Sería capaz de contraatacar? Existía la posibilidad de que descubrieran alguna diferencia allí.

Uno de los asesinos disparó su rifle. El objetivo respondió, abrazando a la chica y protegiéndola de la bala. Ryousuke revisó el monitor que mostraba al francotirador y vio que aún estaba vivo. En resumen, el objetivo había detectado que el ataque venía por alguien cerca de él, pero no había devuelto el golpe.

“Supongo que deberíamos seguir esta línea de… ¡¿Espera, qué?!” Ryousuke dudó de sus propios ojos mientras miraba la pantalla que mostraba al francotirador que había disparado. Un ninja había aparecido de repente allí. Vestida con ropas de color rojo brillante, se acercó sigilosamente por detrás y detuvo fácilmente al mercenario.

“¡No puede ser!” Ryousuke se puso en pie de un salto de pánico. El ninja no podía estar allí por casualidad, lo que significaba que la posición del francotirador había sido revelada… ¿pero cómo?

Supuso que siempre existía la posibilidad de trazar el camino de la bala. En cuyo caso no había necesidad de que tuviera miedo. No había ninguna conexión entre Ryousuke y sus subordinados. No sabían nada de él, no sabían su nombre, su cara, ni siquiera de la floristería. En el peor de los casos, atraparían a la chica androide que estaba ejecutando el plan, pero como robot y como una de sus propias creaciones, nunca lo entregaría.

Ryousuke finalmente decidió hacer las maletas. Era frustrante tener que echarse atrás ahora, pero no había nada más que pudiera hacer. No tenía sentido continuar si existía la más mínima posibilidad de que su propia identidad fuera revelada.

Tranquilizándose, volvió a su asiento, donde pronto se dio cuenta de que algo más estaba mal. Estaba siendo observado.

El objetivo lo miraba directamente a través del monitor. La única cámara que mostraba el objetivo era el avión teledirigido de gran altitud, lo que significaba que el chico había descubierto su presencia en el cielo sobre él.

“Espera ahí. Voy en camino.” Después de captar la voz del objetivo, la pantalla se volvió abruptamente negra.