Monogatari (NL)

Volumen 13

Capitulo Cuerpo: Muñeca Yotsugi

Parte 14

Puede que sea un poco tarde a estas alturas para insertar “la historia hasta ahora”. Parece que he perdido la oportunidad, y francamente es una vergüenza total como narrador, pero si voy a explicar todo en la secuencia adecuada, tiene que ser ahora o nunca.

¿Por dónde empezar? Supongo que tienen que ser las vacaciones de primavera, esas infernales vacaciones de primavera.

¿O no, estrictamente hablando, justo antes de que empezaran?

Aquella primavera chupasangre en la que me atacó un vampiro, en la que me convertí en vampiro—hasta entonces me las había arreglado de algún modo para avanzar por el camino de la humanidad, a veces inseguro sobre mis pies, a veces desviándome del rumbo, pero aquella primavera me desvié por completo.

Eso fue hace aproximadamente un año.

Una vez que me convertí en vampiro, no me salvó ni un vampiro asesino de parientes, ni un medio vampiro, ni un equipo de operaciones especiales de caza de vampiros, sino una representante de clase enviada por el cielo con trenzas y gafas, y un tipo mayor con camisa hawaiana.

Y volví a ser humano, ya no era un demonio.

Más o menos, algunos efectos secundarios fueron persistentes. Y todos vivieron felices para siempre.

Excepto cuando no lo hacían.

Ya les he contado todo esto, así que avancemos un mes hasta la Semana Dorada. A finales de abril y principios de mayo, ocurrió una pesadilla. Hanekawa Tsubasa, que había desempeñado un papel fundamental en la restauración de mi humanidad, fue hechizada por un gato.

Hizo falta algo más que un chorro de agua en la cara para repeler ese malicioso asesino asaltante felino de Hanekawa—para repelerlo del mundo. Lo hice explotando mi poder vampírico.

El poder de un vampiro.

Empleé la fuerza vampírica que perdí durante las vacaciones de primavera, que se podría pensar que habría aborrecido, ese poder por el que arriesgué mi vida para escapar, y derroté al gato… bueno, lo sellé temporalmente, al menos.

Por cierto, recuperé mi poder vampírico dándole mi sangre a Shinobu. Dejando que la niña me mordiera en el cuello. Todo se reduce a esto. En aquel momento, Shinobu aún no estaba atada a mi sombra, por lo que tenía que darle sangre a intervalos regulares, pero en aquella ocasión dejé que superara su dosis habitual, y así pude convertirme en vampiro, o más exactamente, en un esclavo de la Cazadora de Excentricidades.

Pude hacerlo, para bien o para mal.

Pero luego, durante el siguiente curso escolar—cuando Oshino todavía estaba por aquí, en otras palabras—la única vez que realmente usé mi poder vampírico fue aquella vez con Kanbaru, la cosa con ella y el mono.

Con Senjougahara, que se encontró con un cangrejo. Con Hachikuji, acechada por un caracol.

Con Sengoku, enredada por una serpiente.

Por no hablar de la segunda vez que Hanekawa fue embrujada por el gato—en cada ocasión me enfrenté al fenómeno relacionado con la excentricidad en cuestión únicamente como ser humano.

Si Ononoki-chan tenía razón y de hecho me apoyé demasiado en mi poder como vampiro, tuvo que ser más tarde, como cuando a Araragi Karen le picó una abeja.

Cuando la picó una abeja gracias a la maquinación de Kaiki, utilicé mi factor de curación vampírico para absorber parte de la fiebre abrasadora que asolaba su cuerpo.

Y luego fue el turno de Tsukihi.

El asunto que concierne e involucra a Tsukihi fue en Obon, y fue entonces cuando llegamos a las manos con Kagenui-san y Ononoki- chan. Cuando me tocó luchar contra la Aplanadora de Excentricidades, la cazadora de excentricidades inmortales, me transformé en una excentricidad inmortal. Un vampiro.

A decir verdad, incluso habiendo adquirido la fuerza de un vampiro, no era rival para Kagenui-san, pero a pesar de ello, ese debió ser el punto de inflexión.

Cuando dejé de ser humano.

Y comencé a metamorfosearme en vampiro.

Desde el último día de las vacaciones de verano y a lo largo del segundo trimestre se produjeron una serie de fenómenos relacionados con las excentricidades, y cada vez, para hacerles frente, me convertí en un vampiro inmortal.

Me acostumbré a usar mi poder vampírico, a confiar en mi poder vampírico, a manejar mi poder vampírico para lidiar con estos fenómenos poco fiables y poco manejables relacionados con las excentricidades; a veces incluso lo usaba para lidiar con otras cosas.

Me apoyé más en ello cuando Sengoku fue enredada por una serpiente por segunda vez—no, cuando fue ella la que enredó a la serpiente.

Fue entonces cuando empezó de verdad. Quería salvar a Sengoku.

Así que me convertí en vampiro casi todos los días con la esperanza de resolver la situación, lo cual no fue muy eficaz, y de hecho fue contraproducente al cien por cien, pero en cualquier caso, eso duró un mes, dos meses.

Y eso nos lleva al momento presente. La situación actual.

El fenómeno actual.

“Básicamente, Oni no Onii-chan, pasaste demasiado tiempo como una excentricidad inmortal. Te excediste, rebotando alegremente de un lado a otro. Imagino que, por lo que tú sabías, no estabas ‘exagerando’ nada, y mucho menos lo hacías ‘alegremente’, pero aun así…” Dijo Ononoki-chan.

Percibí algo parecido a la simpatía en su tono, pero tuvo que ser mi propia imaginación: hablaba con su voz tranquila y plácida de siempre.

Plácida y sin expresión. “No… Lo hice alegremente.” Tuve que admitirlo.

Tuve que reconocerlo.

No era la primera vez que alguien me lo señalaba: Senjougahara, Hanekawa y otras del bando femenino me habían advertido de que confiaba demasiado en mi poder como inmortal desde la desaparición de Oshino.

No es que fuera consciente de ello.

Pero era definitivamente cierto que cualquier reticencia que había sentido antes sobre el uso de mi poder vampírico, sobre el hecho de convertirme en inmortal, se había desvanecido lenta pero seguramente.

No sólo eso, sino que sentía una extraña sensación de conexión cada vez que utilizaba mi poder vampírico para luchar junto a una Shinobu revigorizada.

¿Euforia?

Bueno, ciertamente hubo algo de eso. Por supuesto que sí.

Cualquier persona con pulso sentiría lo mismo.

Cualquier estudiante medio de secundaria que llegara a ejercer un poder que trasciende el ámbito humano, que trasciende el conocimiento humano, y negara la emoción de ello, estaría lleno de ello, como lo estaría cualquiera que negara perderse en todo ese poder.

“¿Así que estás diciendo que porque tomé prestada la fuerza de Shinobu con demasiada frecuencia, yo mismo me transformé completamente en un vampiro? ¡Pero estaba siendo tan cuidadoso para evitar eso!”

Después de todo, Oshino me había advertido una y otra vez—para mantener la existencia de Shinobu en este mundo, tenía que seguir dándole mi sangre a perpetuidad, pero también tenía que ser súper cuidadoso con la dosis.

Me ordenó estrictamente que si le daba demasiado, si le dejaba beber demasiada sangre, Shinobu se convertiría de nuevo en una excentricidad, el rey de las excentricidades.

Al mismo tiempo.

Me ordenó (igual de estrictamente) que también me transformara en vampiro. Por eso, incluso cuando dejé que Shinobu bebiera mi sangre para poder luchar, no superé ni una sola vez el umbral adecuado; al menos, no creí que lo hiciera.

“No estás escuchando, no se trata de tu relación con Shinobu Nee- san. No tiene nada que ver con que le hayas dado tu sangre. Bueno, está indirectamente relacionado, por supuesto, pero… el por qué y el cómo y el quién-bebe-tu-sangre de tus transformaciones en vampiro no es realmente el tema. Hasta ahora te has ‘metamorfoseado’ tomando prestado el poder de Shinobu Nee-san, pero habría sido lo mismo si cada vez lo hubieras tomado prestado de un vampiro diferente.”

“…”

“Déjame decírtelo directamente, Oni no Onii-chan. Te lo diré tan claramente como pueda. No es que te hayas convertido en un vampiro con demasiada frecuencia, es que te sentiste demasiado cómodo al convertirte en uno. Te acostumbraste demasiado a usar el poder. Te volviste demasiado bueno en ello—en este punto podrías convertirte en un vampiro incluso sin Shinobu.”

“Espera.”

Espera un segundo.

No podía seguir el ritmo—no, no era cierto, lo seguía, o de hecho, hacía tiempo que había terminado el mantenimiento de mi archivador mental. Estaba convencido. Así que si esto fuera un problema de otra persona, habría estado totalmente de acuerdo con ella en esto. Probablemente la habría alabado hasta el cielo: Gran deducción, Ononoki-chan.

Pero este era mi problema.

No importaba que fuera cierto, si también era trágico, si también era un fracaso que no quería reconocer, no podía tragarlo así como así.

“Pero Ononoki-chan. ¿Es… es realmente tan fácil convertirse en vampiro? ¿Simplemente lo haces demasiado, te acostumbras a hacerlo, y entonces lo eres?”

“Baila con el diablo, y te convertirás en el diablo; juega con un demonio, y te convertirás en un demonio. Y tú realmente tomaste la iniciativa jugando a ese juego.”

“Pues… no sentí que estuviera jugando.”

“Por supuesto que no, joven, es sólo una forma de hablar. Hablabas muy en serio. Creo que yo misma puedo dar fe de ello, ya que he luchado contra ti en tu forma vampírica. De lo contrario, no habría retrocedido.” Intervino finalmente Kagenui-san, que había permanecido en silencio todo este tiempo.

Bueno, de todos modos Ononoki-chan sólo actuaba como su portavoz, y como su familiar las opiniones que expresaba eran muy probablemente las suyas y las de Kagenui-san, no habiendo ninguna diferencia entre ambas.

“O tal vez debería decir que estabas muy loco. Puede sonar extraño que vaya por ahí hablando de lo que es normal, pero lo normal no incluye convertirse en un monstruo para proteger a tu hermana pequeña.”

“…”

“Escúchame, joven, esto puede parecerte que sale de la nada, pero no es tan infrecuente; no es fácil, pero tampoco es tan infrecuente. Incluso hay entre nosotros especialistas que acaban convirtiéndose ellos mismos en excentricidades. Es una tendencia especialmente marcada entre mis colegas más cercanos, y me refiero a los onmyoji. Por eso, para evitarlo.” La mirada de Kagenui-san se dirigió a Ononoki-chan bajo sus pies.

Una mirada fría, sus ojos fríos. “Empleo a esta suplente.” “…”

“Así de peligroso puede ser enfrentarse a una excentricidad de frente—Oshino-kun te lo habrá dicho. Que una vez que te enfrentas a una excentricidad, eres mucho más propenso a volver a encontrártelas.”

Me lo dijo, sí.

Pero lo que no me dijo…

“Si me transformaba en vampiro con demasiada frecuencia, acabaría convirtiéndome en uno, eso nunca lo mencionó.”

“Porque no lo vio. Me refiero a la clase de persona que eres. Ahí fue donde calculó mal. No, tal vez nunca calculó en absoluto—no puede calcular mal si nunca calculó en primer lugar. Claro, por eso digo que fue un descuido. Nunca predijo que tú, joven, te transformarías en vampiro con tanta frecuencia en tan poco tiempo.”

“Eso…”

Definitivamente no fue un error de cálculo, ni tampoco un descuido.

Uh-oh.

Eso fue un error de juicio.

“Así que estás diciendo que… ¿traicioné la fe de Oshino en mí?

¿Es eso a lo que se reduce? Nunca esperó que lo hiciera. Seguir tomando prestado el poder de una excentricidad inmortal tan alegremente, confiar demasiado en un vampiro…”

Shinobu.

Me confió la antigua Kiss-Shot Acerola-Orion Heart-Under-Blade, la confió a mi sombra, y yo traicioné esa confianza.

No podía estar a la altura de sus expectativas. El poder de Shinobu, la existencia de Shinobu.

Los usaba como herramientas convenientes, y eso era algo que ni siquiera él podía ver.

Por eso nunca me informó de esta posibilidad.

Tampoco informó a Shinobu. Casi seguro que fue el caso. Pensé que sería grosero. “…”

“Por supuesto, sólo podemos adivinar cuáles podrían ser las intenciones de Oshino-kun; por lo que sabemos, simplemente pudo haberlo olvidado. Y qué hay de esto, joven—suponiendo que te hubiera hablado de esta posibilidad, ¿habrías rehusado hacer uso del poder del vampiro? Incluso si hubieras sabido que te costaría tu humanidad, igual lo habrías hecho, ¿no?”

Palabras de consuelo.

Eran algo que nunca esperaría escuchar de Kagenui-san. Era demasiado violenta, demasiado descuidada, demasiado inconsciente. Probablemente estaba pensando en voz alta.

Realmente no hay manera de saber lo que habría hecho.

Si lo hubiera sabido de antemano, tal vez habría podido hacer algo al respecto, o tal vez me habría asustado de verdad.

“Así que estás diciendo ¿que la razón por la que mi factor de curación es tan lento… o que tengo un factor de curación en absoluto, incluso si es inexistente en comparación con cuando era el esclavo de Shinobu durante las vacaciones de primavera, el hecho de que tengo algún nivel de inmortalidad, es la prueba de que mi transformación en un vampiro no está relacionada con Shinobu? En otras palabras, no me estoy transformando en el esclavo de Shinobu, sino en mi propia marca, mi propia raza de vampiro.”

“Eso es más o menos. Aunque, tipológicamente hablando, reconozco que se te trataría como un vampiro natural.”

“Hay dos tipos de vampiros, Oni no Onii-chan. Dos razas. Los vampiros naturales, y los seres humanos que se convierten en vampiros después de ser mordidos por uno—podría parecer que tú perteneces a la segunda categoría, pero resulta que estás clasificado como la primera. Alguien que se transforma en vampiro, que se convierte en uno, es un vampiro natural.”

“Realmente no entiendo ese razonamiento…”

También es cierto que jamás entendí lo que me dijeron en las vacaciones de primavera, pero esto me pareció aún más confuso.

O más bien, ver a los vampiros como organismos e intentar comprender su ecología ya parecía fuera del marco de la comprensión humana.

“Parece que el incidente con la deidad serpiente fue el mayor problema; de verdad, de verdad, de verdad, de verdad, te pasaste ahí, Oni no Onii-chan—te convertiste en vampiro casi todos los días. Decir que lo hiciste con ‘mucha frecuencia’ ni siquiera empieza a cubrirlo. Pasaste más tiempo como vampiro que como humano durante ese período, ¿no es así?”

“Claro…”

Era mi culpa que Sengoku hubiera hecho eso, que terminara así. O, al menos, me sentí responsable por eso.

Por eso.

“Creo que tengo una especie de control de la situación. No lo llamaría un agarre firme, pero… ¿qué hago, Ononoki-chan?”

“¿Sobre qué?” Me devolvió la pregunta con tanta ingenuidad que me quedé callado por un momento, y un mal presentimiento me invadió, pero lo disipé rápidamente, interpretando su respuesta como una petición de ser más específico. Volví a formular mi pregunta.

“¿Qué hago para volver a ser humano?”

¿Cuándo fue?

Debió de ser durante las vacaciones de primavera cuando le hice a Shinobu más o menos la misma pregunta—¿cuál había sido su respuesta?

Como sea, eso fue el pasado.

La forma en que respondiera entonces era irrelevante, lo que necesitaba era saberlo ahora.

Sin embargo, lo único que sabía que no quería oír era la respuesta desesperada de Ononoki-chan.

“Oni no Onii-chan.” Dijo ella.

Como una muñeca, mirándome con esos ojos de muñeca. Sin dudarlo ni considerarlo.

“No hay manera de arreglar esto.”