Monogatari (NL)

Volumen 13

Capitulo Cuerpo: Muñeca Yotsugi

Parte 11

Me alejé un poco del cristal para no reflejarme, para que lo que no se podía reflejar no se reflejara allí. Pero si retrocedía demasiado, mi sentido de la distancia se desviaría; ajusté mi posición hasta situarme en el lugar correcto, o al menos en un lugar que yo consideraba correcto, y solté el botón.

Sí, justo ahí. No hay duda.

“Jejeje, creo que tengo un don para los juegos de la grúa.”

“Creo que es demasiado pronto para decirlo, pero incluso si fuera así, ¿cómo podría ese talento serviros en el futuro?”

“Me convertiré en el misterioso anciano que gana peluches para los niños en los salones recreativos.”

“Tal vez un poco demasiado misterioso.”

Mientras las palabras: ¿Ese es un futuro suficiente para vos, mi amo? Flotaban desde arriba, pulsé el botón ②. Esto no era un juego de rol, y no tenía tiempo para perder el tiempo.

“¡Está bien, justo ahí!”

Con la sincronización de una fracción de segundo de un dios entre maestros espadachines, solté el botón. Las garras comenzaron a descender precisamente donde yo quería, directamente sobre la cabeza de Ononoki-chan.

“¡Hey! ¡Mira, Shinobu!”

“Estoy viendo… Sin embargo, si desciende con esa trayectoria…” “¿Hm?”

Antes de que Shinobu pudiera terminar, las garras bien abiertas golpearon a Ononoki-chan, o a su figura—las piernas extendidas frente a ella—directamente en la cabeza.

Con un ruido sordo.

Inconscientemente solté un suspiro “Ah…”

Al recibir un ataque por encima de la cabeza, la figura de Ononoki- chan se derrumbó, la parte superior de su cuerpo perdió el equilibrio y se tambaleó antes de finalmente caer hacia atrás. En otras palabras, acabó de espaldas en la vitrina y mirando hacia arriba con los brazos y las piernas abiertas.

Su expresión no cambió en absoluto.

No pude observar ninguna respuesta física.

Permaneció inexpresiva cuando la grúa la golpeó, cuando se derrumbó… bueno, como siempre estaba inexpresiva, se podría decir que era la de siempre, pero esta inexpresividad me hizo preguntarme si el premio del juego no sería, después de todo, una muñeca hecha para parecerse a Ononoki Yotsugi.

“No se trata de su expresión, sus movimientos son totalmente parecidos a los de una marioneta… una muñeca. No hizo el menor movimiento para prepararse para el próximo impacto.”

“Uh huh… Gaen-san no podría estar jugando con nosotros… ¿o sí? No pensé que fuera esa clase de persona, no es como si dijera: ‘Hay una muñeca que se parece a Ononoki-chan en estos grandes almacenes’. A ver, eso me molestaría bastante. Si todo lo que consigo después de gastar esta montaña de dinero es una estúpida muñeca… supongo que no tendré más remedio que acurrucarme con ella cuando duerma.”

“Si bien es cierto que mi propio sentido del dinero es un poco irregular, creo que no podéis calificar unos cientos de yenes como una montaña de dinero, mi amo. Pensadlo con seriedad. A este paso de verdad acabareis como un misterioso anciano que gana peluches en los juegos de la grúa para niños pequeños.”

“Tienes razón. Tengo que hacer todo lo posible para evitar ese destino, aunque sea yo quien lo haya planteado en primer lugar…”

Dejando eso de lado.

Y aunque ya me haya convertido en un adolescente extremadamente misterioso con una niña rubia sentada sobre mis hombros, corriendo contra el reloj en unos grandes almacenes que está a menos de una hora de cerrar para intentar ganar una muñeca de tamaño natural de una chica en un juego de grúa, definitivamente también dejando eso de lado.

Mi segundo intento había acabado en fracaso—lo único que había hecho era derribar a Ononoki-chan para que quedara tumbada—y el brazo de la grúa había vuelto a su posición original. ¿A la tercera va la vencida?

“Bueno, al menos esa metedura de pata no fue un desperdicio… He aprendido algo. Parece que no es tan simple como colocar el brazo directamente sobre el premio. También hay que tener en cuenta la forma en que se mueven las garras. Apuesto a que no mucha gente se da cuenta de eso.”

“¿No se darían cuenta los de intuición superior incluso antes de hacer su primer intento?”

“¿No crees que el computador debería hacer esos ajustes por ti?”

“¿Qué sentido tendría un juego de premio tan indulgente?” “Antes, lo mejor hubiera sido dejarlo caer alrededor de sus muslos,

pero con la posición en la que está ahora… su cintura sería lo mejor, supongo. Si puedo enganchar su cintura con la garra, debería levantarla.”

“Me pregunto, ¿será el brazo lo suficientemente poderoso para eso?”

“¡VE!”

Volví a intentarlo.

Introduje la moneda y empecé a mover el brazo, apuntando a la cintura de Ononoki-chan. Si todo salía según lo previsto, la grúa sujetaría a Ononoki-chan por la cintura, tiraría de ella, la levantaría y me proporcionaría el ángulo perfecto para ver el contenido de su falda.

Pensaba afinar mi propia posición además de la del brazo de la grúa, pero al final mi objetivo se frustró.

El brazo comenzó a levantar a Ononoki-chan por la cintura, pero su masa superó a la garra, y ella volvió a caer en su lugar original, esta vez de lado.

Y el brazo volvió a su posición original. “¡Este brazo no tiene ninguna fuerza!”

“¿No os lo dije? Creo que sí. Deberíais prestar atención a mi consejo.”

“Claro, sí, eso es cierto, pero…” Se me acabaron las protestas.

Por lo visto, soy pésimo con los UFO Catchers (me retracto de todo lo que dije), así que tal vez debería dejar que Shinobu lo haga por mí.

No, ella era más bien una timonel dando voces…

“¡Aun así, la grúa dejó caer a Ononoki-chan sin siquiera oponer resistencia! ¡Es demasiado débil! ¡Ni siquiera la levantó del suelo un segundo!”

“Tal vez los tornillos estén sueltos. Aunque eso también puede ser simplemente una cuestión de la generosidad de la casa, o la falta de ella. El poder del brazo es en verdad suyo para dictar lo que les parezca.”

“No puedes hablar en serio… No es justo.”

¿Qué diablos iba a hacer?

El juego estaba amañado en contra del jugador.

Lo único que podía controlar era el movimiento del brazo, y eso de forma incompleta, mientras que la casa tenía plena hegemonía sobre el poder del brazo. Estaba indefenso.

“No, mi amo, si bien es cierto que el poder de las garras para cerrar, sujetar y levantar es ínfimo, hay una cosa que la casa no puede controlar.”

“¿Sí? ¿Y qué es eso?”

“El poder del brazo al caer: su fuerza descendente. Antes golpeó a Ononoki desde arriba, ¿no es así? Y eso tuvo, aunque sea, la fuerza necesaria para alterar la posición de la muchacha.”

“… ¿Y?”

“Ergo—” Shinobu señaló a modo de explicación. “Al igual que uno puede usar un palo para empujar una piedra a un río, podéis usar el brazo para arrastrar a Ononoki hasta el agujero sin levantarla.”

“…”

Esa podría ser una estrategia “factible” para un UFO Catcher, pero la frase de Shinobu la convertía en una trampa sin un ápice de afecto por la muñeca en cuestión.

Trundle.

“Bueno, supongo que es la única esperanza que nos queda… pero sólo me quedan siete monedas. Me pregunto si con siete será suficiente.”

“Por cierto. Mi amo.” “¿Qué es?”

“Parece que podéis jugar cuatro veces si introducís tres monedas a la vez.”

“¿Por qué no lo dijiste antes?”

Desde luego, la batalla no fue más fácil a partir de ahí. Habíamos descubierto una puerta trasera, pero, por supuesto, las cosas no salieron según el plan, y una y otra vez el brazo se golpeaba sin efecto contra el cuerpo de Ononoki-chan.

Su falta de reacción era en cierto modo dolorosa de ver. Era demasiado lamentable.

Incluso cuando lo conseguía, la distancia que se movía era tan gradual que era muy poco probable que pudiera conseguirlo con las monedas, los intentos, que me quedaban: siete monedas significaban nueve jugadas.

Mis arcas estaban disminuyendo lenta pero constantemente. Avanzando hacia el olvido.

“Hrk… Qué voy a hacer cuando estos intentos se acaben…”

“Cambiad otro billete de mil yenes. Lleváis esa cantidad, ¿no?” “¿A qué se debe esa replica tan tibia? Calienta las cosas para mí,

como en un manga arcade en CoroCoro Comics.” “¿Aún existe ese tipo de manga?”

Y mientras estas bromas se sucedían, por fin.

Por fin, con mi último intento, logré usar el brazo para empujar a Ononoki-chan hacia el agujero—aterrizó en el cajón de recuperación con un ruido sordo. Sin embargo, fue algo más que un ruido sordo; sonó como si algo en alguna parte se hubiera roto.

“¡Lo hice, Shinobu!” Alcé mi puño, fingiendo que no había escuchado ese sonido. “¡Es un final feliz!”

“¿Por qué siento como si nuestro objetivo original se hubiera olvidado…”

“¿Objetivo original? ¿No era nuestro objetivo original conseguir a Ononoki-chan?”

“No.”

“Eso es ridículo. ¿Qué objetivo más alto puede haber en este mundo que ganar a una chica preadolescente?”

“Si eso es todo lo que deseáis, mi amo, entonces tomad a la muchacha e idos. Se acerca la hora de que esta tienda cierre sus puertas.”

Ella tenía razón.

Pensaba que teníamos mucho margen de maniobra, pero de repente eran más de las 7:45 p.m. y en cualquier momento iban a empezar a tocar “Auld Lang Syne” por los altavoces.

Evidentemente, no he olvidado mi objetivo original: lidiar con el misterioso fenómeno que afectaba a mi cuerpo, y me dirigí a recuperar a Ononoki-chan. Tanto si lo había olvidado como si no, en cualquier caso no íbamos a llegar a ninguna parte si no la sacaba de allí.

Jalé del tirador del cajón.

“Mph… Está atascado, no puedo abrirlo.”

“Apretad los dientes y tirad con todas vuestras fuerzas. Puede que pierda un brazo o una pierna, pero aun así.”

“¿Crees que puedo ignorar ese ‘quizás’?”

Ononoki-chan, probablemente demasiado grande para el hueco, se había quedado atascada… Si se tratara de un premio ordinario, podría llamar a un empleado, pero eso no parecía tan buena idea si se trataba de la verdadera Ononoki-chan.

Sacudiendo el tirador de un lado a otro, fui abriendo el cajón poco a poco, como si tamizara la harina en la masa de un pastel.

Es una metáfora, nunca he cocinado un pastel, pero mi estrategia funcionó y pude abrirlo.

Ononoki-chan estaba metida ahí dentro en un montón arrugado, como una de esas esponjas que recuperan su forma cuando añades agua caliente.

“Yo-o-otsugi-chan.” Intenté llamarla.

Como si estuviera en un programa de televisión para niños, por alguna razón.

… No hubo respuesta.

La expresión “como un cadáver” era demasiado apropiada para Ononoki Yotsugi, dado que había sido creada a partir de un cadáver, pero ahí está.

“¿Por qué has tardado tanto?” Finalmente respondió.

Con una voz plácida y carente de emoción que me recordaba a la de Senjougahara Hitagi, aunque se diferenciaba de ésta en que era totalmente mecánica, artificial en todos los sentidos.

“¿Cuánto tiempo tardaste en ganarme? Apestas en los juegos.”

“Y tú tienes una gran boca para ser una muñeca…” Dije, sacando a Ononoki-chan y levantando su falda para asegurarme de que todo lo que había debajo estaba bien.

“Chop.”

El golpe de karate de Ononoki-chan cayó sobre mi nuca.

Y fue un revés, como en el tenis. Un golpe que pasó hábilmente por encima de las piernas de Shinobu.

“No seas insolente, Oni-chan.”

“No, no, no, sólo me preguntaba qué pasa bajo las faldas de las hermosas figuras de chicas como ésta. Sólo pensé en comprobarlo.”

“Si esa es tu excusa, al menos actúa antes de que haya hablado. Mientras exista la posibilidad de que sea una vulgar muñeca.” Esta feroz réplica fue pronunciada con una voz infinitamente plácida, un tono tan poco natural que casi parecía procesado. “Es decir, no soy una muñeca común—pero sí, soy una muñeca. Una muñeca poco común, disfrazada para parecer una persona real.”

“…”

“Yaaay.” Hizo una repentina señal de paz lateral.

Una señal de paz lateral que decía: Al diablo con el flujo de esta conversación. Su pose era ridícula y letalmente bonita, pero su rostro era inexpresivo, totalmente despreocupado, y totalmente inalterado desde que estaba en la vitrina. La brecha era surrealista.

No es una brecha de moe, es surrealismo hecho moe. “De todos modos, hace tiempo que no te veo, Oni-chan.” “No me llames así.”

“A ti tampoco te he visto en mucho tiempo, Shinobu Nee-san.” Dijo Ononoki-chan, levantando su mirada de mi cara al espacio sobre mi cabeza, donde imagino que se posó en la pequeña niña rubia que montaba sobre mis hombros.

“No os dirijas a mí como hermana. ¿Qué queréis decir, cual creéis que es nuestra relación?”

“Mis disculpas. No me avergüenza admitir que olvidé cómo era nuestra relación, Vampiresa-sama.”

“Mucho mejor, patana olvidadiza.” Escupió Shinobu.

Supongo que esa primera impresión había sido muy negativa, y la actitud de Shinobu hacia Ononoki-chan era severa—la niña sí que sabía guardar rencor.

Ya que estamos en el tema, la chica preadolescente que estaba ante mí no se aferraba a casi nada. Es decir, su carácter era inestable. Lo sabía por el tiempo que habíamos pasado juntos hasta ese momento, pero su personalidad era totalmente indefinida.

Muy borrosa.

Aunque cada vez que la veía tenía algo parecido a una caracterización, o al menos eso parecía, pero podía difuminarse de un momento a otro, evaporarse como la niebla y transformarse en algo totalmente distinto.

Lo cual, en cierto sentido, sólo la marcaba como una excentricidad, y quizás borrosa no era una forma muy precisa de describirla.

Ahora bien.

¿Qué clase de caracterización tenía en este momento? Parecía que tenía una lengua ácida, o una mala actitud…

“Ah. Supongo que no, Ononoki-chan. Ononoki Yotsugi-chan.” “Qué es, Oni Oni-chan. Oni-oni Oni-chan.”

“Allí hay demasiados onis.”

“¿No estás jugando al Entrenamiento Monstruoso del Dr.

Kawashima?”

“Desde que estoy estudiando para los exámenes tengo interés en el juego, pero olvida la conexión con los monstruos. No nos conectes. De todos modos, supongo que no.” Retomé la conversación.

Por mi suposición sin fundamento. “¿Recientemente has visto a Kaiki Deishu?”

“Lo he hechooooo.” Respondió Ononoki-chan con un asentimiento tranquilo.

Interesante…

Kagenui-san me había dicho que el “ki” de “Ononoki” venía de Kaiki, del apellido de ese ominoso estafador.

Al parecer, esto se debía a que él había participado en su “producción”, pero no sabía mucho más que eso.

Así que mi conjetura había sido más o menos pura suposición. Pero, para mi sorpresa, bingo.

No es que fuera un bingo que me complaciera. Todo lo contrario.

Ese estafador, ejerciendo su maligna influencia sobre esta joven inocente.

“Bueno, está bien. Lo dejaré pasar por ahora.” Al fin y al cabo, la influencia no es más que eso.

Incluso una influencia maligna seguía siendo sólo una influencia. Años luz mejor que el propio hombre.

“No te he visto en… en realidad no ha pasado tanto tiempo,

¿verdad, Ononoki-chan?”

“Tienes razón. Me pregunto cuánto tiempo ha pasado. Y desde que estábamos los tres juntos—oh, sí, cuando la chica caracol—”

“…”

“¿Hm?” Ononoki-chan ladeó la cabeza.

No en respuesta a sus propias palabras insensibles, aparentemente; pero ese momento, ese momento que reunió a la niña, a la joven y al adolescente, fue definitivamente muy memorable.

En varios sentidos.

En muchos sentidos, en todos los sentidos. Muy memorable, sin duda.

“Bueno, tenemos mucho que hablar. Tenemos mucho que hablar, pero no es momento de hablar, ¿verdad, Oni-chan? Esta vez no estoy aquí para pasar el rato con mi amigo, estoy aquí por negocios. Lo había olvidado, perdón, perdón.”

“Ononoki-chan.”

Me emocionó secretamente que Ononoki-chan dejara claro que me consideraba un amigo, pero se convirtió en cenizas en mi boca con ese último “lo había olvidado”.

Supongo que soy un amigo olvidable, pensé, pero definitivamente era cierto que esta vez no estábamos simplemente pasando el rato y comiendo helado juntos.

Para el observador externo, un adolescente de pie en el arcade de unos  grandes  almacenes  con  una  niña  y  una  adolescente probablemente parecía su niñero (que Dios me ayude si parecía otra cosa), pero no era el caso.

Estaba allí para preguntarle a esta chica. Para salvarme.

Esta especialista—esta familiar especialista. Esta tsukumogami, Ononoki Yotsugi. “Entonces, Ononoki-chan.”

“¿Qué es, qué es? Yaaay.”

Incluso con la influencia de Kaiki, su disposición absurdamente soleada permanecía relativamente intacta, lo que hacía que la personalidad de Ononoki-chan fuera aún más frustrantemente complicada y extraña, pero dirigí mis palabras entre los dedos extendidos de ese signo de paz lateral. “Hay dos cosas que quiero preguntarte.”

“Pregúntame lo que sea. Quiero responder a las preguntas de mi Oni-chan favorito aunque no las haga.”

“…”

Odiaba pensar que esa parte de su personalidad pudiera derivar de Kaiki Deishu… pero era el tipo de frivolidad que bien podría decir.

Sin embargo, la misma frase podría tener un efecto completamente diferente si saliera de los labios de esta encantadora joven y no de ese hombre siniestro con su traje funerario.

No tendría nada de encantador que Kaiki lo dijera… “Ononoki-chan, ¿por qué estabas dentro del UFO Catcher?”

“Te estaba esperando. Teníamos una cita. ¿No es una práctica común para los hombres de negocios llegar cinco minutos antes?”

“Bueno…”

“¿O es usted un defensor de la hora de Hakata?”

Con la hora de Hakata se refiere a llegar ligeramente tarde a una cita (aparentemente).

“O dirigiéndonos un poco más al sur, ¿te guías por la hora de Okinawa?”

Con la hora de Okinawa se refiere a llegar muy tarde a una cita (aparentemente).

“Lo siento, Oni-chan, no quiero presumir, pero llegué quince minutos antes. Onee-chan es como un sargento instructor cuando se trata de habilidades prácticas para la vida.”

“Habilidades prácticas para la vida…”

Lo que yo quería saber era cómo había entrado en esa vitrina (y además, por qué le parecía buena idea esperarme dentro de un UFO Catcher), pero antes de que pudiera obtener una respuesta, las palabras “Onee-chan” me obligaron a pasar a mi segunda pregunta.

Mi segunda pregunta.

La hermana mayor.

“Kagenui-san, ella…” Mientras hablaba, mi mirada recorrió casualmente todo el lugar. “No está aquí, ¿verdad? En otras palabras, estás sola, ¿verdad, Ononoki-chan?”

“No.” Dijo, señalando con el dedo hacia mí.

Me pregunté por qué me señalaba a mí, pero su dedo se arqueó suavemente hacia arriba para indicar a Shinobu.

Lo que planteó la pregunta de por qué señala a Shinobu, pero Ononoki-chan tampoco la señalaba a ella.

Ese dedo.

Ese dedo, el vehículo para el movimiento final de Ononoki-chan “Unlimited Rulebook” y, por lo tanto, un arma potencialmente letal, no estaba apuntando a mí, ni a Shinobu, sino incluso más arriba de nosotros.

Más arriba de nosotros.

¿Por encima de nosotros?

Pero sólo hay espacio vacío por encima de Shinobu—pensé mientras levantaba los ojos. El cuerpo humano no está construido para poder mirar directamente hacia arriba, pero puede mirar “casi directamente hacia arriba”, lo que en este caso era suficiente.

Oshino Shinobu, montada en los hombros de Araragi Koyomi. Una vampira, montada en los hombros de un humano.

Y por encima de ambos—ella.

Kagenui Yozuru.

La onmyoji ultraviolenta de los últimos tiempos.

De pie sobre una pierna encima de la melena rubia de Shinobu.

Kagenui-chan ni siquiera se había molestado en quitarse los zapatos.

“Siéntanse como en casa.” Sean bienvenidos.