Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 15

Capítulo 18: ¡Por Nuestros Poderes Combinados!

Parte 2

◇   Love Me Ren-Ren

En el edificio principal se levantaban espesas nubes de polvo. Ren-Ren se escondió entre el polvo, volando tan bajo que rozaba el suelo mientras recorría la pared exterior, dando vueltas hacia el frente.

Por mucho que su madre y su padre se quisieran, no podían estar juntos todo el tiempo. Y por mucho que quisieran a su hija, no podían encerrarla en casa e impedirle ir al colegio. Aunque lo ideal fuera que una familia se protegiera siempre la una a la otra, no era realista.

Comprendió a regañadientes que, al final, era ella quien tenía que capitular. Pero aun así, por supuesto, Ren-Ren advertía repetidamente a Nephilia: “Por supuesto, no seas imprudente.” Nephilia era imprudente. Si no tenías cuidado con ella, podía hacer cosas realmente sorprendentes. Por eso se había hecho tanto daño. Ren-Ren se alegró mucho de que no hubiera muerto, pero aun así, no podía darlo por perdido, ya que al final todo había salido bien. Si volvía a ocurrir lo mismo, esta vez moriría seguro.

Nephilia era familia. A la familia no se le permitía morir. Ren-Ren incitó a Nephilia muchas veces a ser cautelosa, y en realidad le hubiera gustado estar con ella, de verdad, de verdad que le hubiera gustado, hubiera preferido tanto estar juntas, pero aun así, habían separado sus caminos. Fue para proteger a la familia.

Cuando giró hacia el frente, también pudo ver el polvo que se levantaba en el bosque. El polvo era más fresco que el del edificio principal; de hecho, los árboles y la tierra volaban en ese mismo instante. Se vieron al mismo tiempo—Ren-Ren redujo la velocidad de su planeo para aterrizar frente a las puertas semidestruidas, y Clarissa corrió hacia ella en posición baja.

“No tienes por qué ser tan imprudente.” Dijo Clarissa. Sus amables palabras hicieron que Ren-Ren volviera a mirarla a la cara por reflejo.

Clarissa le dedicó una sonrisa de disculpa sólo con los labios. Movió las orejas como un gato y se llevó la mano derecha a la nuca. “Oh, no estoy bromeando cuando digo eso, ¿sabes? Por mi parte estoy lista. Así que si me echas una mano, sería genial, pero incluso diciendo eso, sinceramente me sentiría mal si te pasaras y fueras imprudente y te hicieras daño o incluso algo peor.”

“Lo sé. Estaré bien.” Respondió Ren-Ren.

“Pues entonces, contaré contigo.” Clarissa palmeó ligeramente la espalda de Ren-Ren y ésta asintió. Clarissa parecía arrepentida por alguna razón, o incómoda de algún modo, pero Ren-Ren no entendía muy bien por qué. Cada chica mágica tenía su propia situación, así que ella también tenía que tener sus propias razones.

Y una cosa estaba clara: Clarissa se preocupaba por el bienestar de Ren-Ren. Eso era algo de lo que alegrarse mucho. Ren-Ren tenía que volver sana y salva con Nephilia. ¿Seguía Clarissa las ideas de Ren- Ren sobre cómo las familias deben llevarse bien y estar juntas? Dado que Ren-Ren no se lo había contado a Clarissa, seguramente había otra razón para ello.

“Ah.”

“¿Hm? ¿Qué pasa?” Preguntó Clarissa.

“No, no es nada.” Su madre se había levantado de repente en su mente, haciendo saltar ese sonido, pero ella lo cubrió.

No recordaba muy bien la cara de su madre. Estaba borrosa. Su madre había salido mucho, así que esa tenía que ser la razón. Pensó vagamente en su madre. Lo hacía porque le permitía sentirse feliz. Cuanto más dolorosa era la realidad, mejor era sentirse feliz. No recordaba a su madre con claridad. Cuando forzaba la cabeza para intentar recordar, le dolía la zona de las sienes. Así que pensaba en ella vagamente. Ren-Ren sabía que eso era lo mejor.

“Espera…” Dijo Clarissa. “¿Vuelven por aquí?”

La polvareda se calmó, dio media vuelta y regresó al edificio principal. Con un suspiro, Clarissa se golpeó la cabeza con los nudillos, y cada vez que lo hacía sus orejas se levantaban, y después de golpearse tres veces, sus orejas apuntaban hacia arriba como si quisieran atravesar el cielo.

Ren-Ren miró el polvo con el ojo derecho y, aún cautivada por él, cerró el izquierdo. Le pareció que su madre sonreía en la oscuridad. Aunque estaba oscuro, por lo que no debería ser capaz de ver nada, sintió una nebulosa certeza de que estaba allí. Sentirse confusa pero también segura parecía contradictorio, pero no lo era. Al menos, no para Ren-Ren.

“… Madre.” Su voz salió de nuevo.

Aquel desliz irreflexivo de Ren-Ren hizo que Clarissa se diera la vuelta. Hasta hacía un momento, Clarissa se había mostrado distante

—si había que ser desagradable, podría decirse que parecía desdeñosa con los demás—, pero ahora esa actitud se había evaporado por completo. Tenía los ojos muy abiertos y miraba a Ren-Ren como si hubiera oído algo increíble.

Clarissa empezó a abrir la boca y Ren-Ren le agarró la mano para interrumpirla. “Hagámoslo lo mejor que podamos.”

“Ah… sí.”

“También por el bien de tu madre.”

La expresión de Clarissa se contorsionó aún más. ¿Acaso no tenía buenos recuerdos de su madre? ¿Por eso estaba tan triste? Si era por eso, había llegado la hora de Ren-Ren. La chica mágica Love Me Ren- Ren haría felices a todas las familias, sin excepciones.

“Um, ¿qué…?”

“No te preocupes, te ayudaré cuando esto termine. Por ahora, luchemos lo mejor que podamos.”

Detrás de sus párpados, su madre sonreía, mezclándose con el azul del cielo mientras permanecía a su lado. Ren-Ren no sólo lo sentía, sino que estaba allí de verdad. Mientras amara a su familia, podía estar segura de ello. Con un gran batir de alas, Ren-Ren voló hacia la nube de polvo. Al sentir que Clarissa la seguía, su expresión se suavizó y sonrió.

***

◇   Pastel Mary

Probablemente le había pasado algo horrible a Chelsea. Incluso Mary podía darse cuenta de ello, y sabía que estaba siendo optimista, esperando que aquellas heridas fueran a mejor. Chelsea era muy fuerte, así que si tenía tantos problemas, eso significaba que sólo podía estar luchando contra una persona: la diosa.

Temblorosa, Pastel Mary estaba ocupada en su trabajo: siguiendo las instrucciones de Ragi, llevando cosas, haciendo ovejas, haciendo que sus ovejas llevaran cosas. No temblaba sólo porque estuviera asustada. En primer lugar, no hacía falta decir que estaba muy asustada. Y se sintió impotente, ya que no tenía sentido que alguien como Mary saliera a salvar a Chelsea, y luego el notar su propio alivio por no tener que ir si no tenía sentido la hizo sentir desesperación, y luego se sintió enfadada con la diosa por siquiera hacerle daño a Chelsea después de lo que le había hecho a Shepherdspie, y se sintió indignada con Sataborn por hacer esa cosa que realmente no entendía y dejarla fuera donde no se podía controlar, y un desastre de un montón de otras cosas le llenaba la cabeza hasta el borde y más allá, hirviendo a fuego lento y derramándose. Pensó que si no hubiera sido por Ragi, se habría vuelto loca. Cuanto más se preguntaba qué habría perdido, más miedo sentía, así que decidió no pensar en ello.

Ragi seguía sacando cosas y rebuscando, murmurando para sí mientras elegía lo que necesitaba y lo guardaba en una taquilla. Mary no sabía para qué las necesitaba ni qué eran. De vez en cuando recibía medicinas de Ragi, que se tapaba la nariz para bebérselas de un trago. Aunque no llegara tan lejos como con la medicina en jarabe para niños,

¿no podía hacer algo para que fuera un poco más fácil de tragar? Cuando ella le preguntó qué tipo de medicina era, la mente del viejo mago parecía estar en otra parte mientras murmuraba: “Fórmula para el crecimiento del cabello.” Mary decidió que le había oído mal y continuó con su trabajo.

“El sabor es… un poco, um, vanguardista, o como, exótico.” Dijo.

No podía saber si Ragi estaba escuchando o no, pero no se atrevía a trabajar cuando las cosas estaban tan incómodas, así que, para sus adentros, Mary dijo: “Pero estoy segura de que esto es una buena medicina. Aunque quizá no tan buena como la fruta gris. Comparado con esos, um, necesitamos tomarlas un poco más a menudo, quiero decir, no es que te esté culpando, o que lo vea como un problema o algo así. Sólo estaba pensando que la fruta gris es increíble, que la medicina comprada en la tienda no puede superarla, ¿eh?”

“Espera.”

Mary había dado por sentado que no le respondería, así que incluso el hecho de que le indicara brevemente que la estaba escuchando fue sorprendente. Detuvo la mano que aplastaba la llave de un armario y se volvió hacia Ragi para descubrir que no la miraba en absoluto.

“¿Por qué?” Preguntó el viejo mago. “¿Perdón?”

“Es verdad, es extraño. Estos repugnantes tónicos fueron elaborados personalmente por Sataborn. Él mismo los refinó y ajustó los componentes. Y si consideras los efectos, es natural suponer que se usó fruta gris en ellos. Uno debería ser capaz de absorber los componentes mucho más eficientemente que con la ingesta de la fruta cruda…” Los ojos del anciano bajaron al suelo y movió el puño derecho de arriba abajo. “La velocidad a la que se desvía se está acelerando… ¡Sí! El fuego. Aunque se quemen las partes que están por encima del suelo, mientras queden las raíces, los árboles no están muertos. De hecho, están tratando de repararse a sí mismos, por lo que es natural suponer que están absorbiendo magia aún más poderosamente. La autoconservación es un instinto. Hay ejemplos de que la tasa de absorción de las plantas se vuelve aún más agresiva en un intento de compensar en la medida de lo posible la propagación de los daños. Y si los tallos subterráneos están conectados, entonces existiría como una sola unidad, y los incendios simplemente están quemando parte de su cuerpo.”

Mientras murmuraba, empezó a caminar, yendo y viniendo de un extremo a otro de la habitación, y después de ir y volver tres veces, el anciano chocó contra una oveja que llevaba cosas y se fue de cabeza, con el dobladillo de la túnica balanceándose por encima de su cabeza. Mary se asustó y corrió a ayudarle a levantarse. Ragi ya había salido de ese estado mental de “no estar mentalmente presente” para volver a enfadarse. Se alegró de que volviera a la normalidad, pero no era estupendo que el blanco de su ira fuera ella.

“¡Estas ovejas estorban! ¡Tú las creaste! ¡Contrólalas como es debido!”

“No es tan fácil… En realidad es muy difícil. En particular, cuando hay muchas y empiezo a añadir variaciones, algunas siempre hacen lo que quieren.”

“¡¿Cómo puede ser así una chica mágica pastora?!”

“B-Bueno, quiero decir… Por supuesto que tengo algunos elementos de un motivo pastor, pero en todo caso, mi motivo es artista. Así que creo que no se puede evitar que mi habilidad como pastor no sea tan grande. Aunque no trato de justificarme.”

La expresión de Ragi se tornó rápidamente más severa. Mary se arrepintió de haberle replicado tontamente y estaba a punto de disculparse para calmar su ira en la medida de lo posible, pero el comentario que le lanzó de vuelta sorprendentemente no eran maldiciones ni insultos, sino una pregunta.

“Un motivo… ¿Un motivo, eh? Acabas de decir ‘motivo’.” “¿Eh? Sí… dije eso.”

“¿Cuál crees que es el motivo de que esa miserable insolente ejerza la violencia sobre nosotros?”

“Bueno… me imagino que es, ya sabes, la diosa de la primavera de la historia. Así que creo que es injusto que sea buena usando hachas. Y quizá también sepa nadar muy bien.”

Los ojos de Ragi volvieron a apartarse de Mary, y volvió a su anterior estado “distraído”, murmurando y sujetándose la barba con la mano derecha, antes de levantarse como si estuviera agitado. “Ya veo. El motivo. No era la magia convencional de transformar las hachas. Y tampoco era algo tan ubicuo como el físico fuerte. Sataborn pensaría en otra cosa. El motivo. Un dios. Está creando un dios. Qué insolencia extrema. Pero para Sataborn. ¿Qué haría Sataborn…?”

Ragi murmuraba atentamente para sí mismo sin responder a las llamadas de Mary, pero finalmente debió darse por satisfecho, ya que de repente se volvió hacia Mary y dio órdenes a la confundida chica mágica. “Pon todo lo que has reunido fuera.”

“Fuera… Espera, ¿no es peligroso?”

“Soy consciente de que es peligroso. Pero esta técnica no es posible en un espacio tan pequeño.”

“Pero no podemos… ¿De verdad…? ¿Qué piensas hacer?”

Ragi se dio la vuelta, caminando con los hombros cuadrados como si estuviera increíblemente enfadado, y, antes de que Mary pudiera detenerlo, dio una patada a uno de los estuches transparentes con una diosa dentro. “Ahora mismo sólo necesitamos energía.”

“Bueno, sí. Lo entiendo.”

“Vamos a volver a convertir todo esto en energía. Sataborn, bastardo, te lo mereces.”

***

◇   7753

El dolor en las plantas de los pies de Kotori era una tortura interminable, pero aun así siguió caminando, sin detenerse nunca. Tenía que seguir moviendo los pies tanto como pudiera. Después de caminar tanto, no se había topado con Navi, y ni siquiera sabía si Mana estaba a salvo o no, pero aun así tenía que caminar.

Kotori lo sabía. Sabía que la información que tenía ahora era importante.

La diosa había pasado por alto a una humana y a una tortuga que habían sido incapaces de transformarse en chicas mágicas. Había ido más allá de simplemente no notarlas, o pasar por alto verlas. Las había tratado como si no estuvieran allí, dejándolas solas incluso cuando Kotori la abordó y se aferró a ella, dejándolas a su suerte sin importar lo que hicieran. Era una información muy importante. La vida o la muerte dependían de ello. Tenía que decírselo a alguien.

Cuando sus pies se sintieron a punto de rendirse por el dolor, se reprendió a sí misma, diciéndose que era mejor que morir: si muero, no podré moverme. Mucha gente había muerto ante los ojos de 7753. Si ella les preguntara: “¿Qué elegirías, la muerte o los pies doloridos?”, ni siquiera tendría que esperar una respuesta. Kotori no quería que nadie muriera; sin duda, nadie quería morir.

Caminó, caminó y caminó un poco más, y entonces oyó un ruido fuerte y el suelo retumbó. Automáticamente se agachó y miró a su alrededor, pero sólo había pájaros volando, insectos saltando, hojas crujiendo y cosas así, y en realidad no había pasado nada.

Ese sonido había sido fuerte. Pero también había sido lejano. Kotori se levantó y miró hacia el sonido. ¿Habría sido la diosa chica mágica? Eso haría peligroso caminar en esa dirección. Si eso era peligroso, entonces ella debería evitarlo. Pero ahora mismo, ¿era “evitarlo porque es peligroso” realmente la opción que debía elegir? Peligroso significaba que las cosas serían peligrosas para Kotori, pero también para los demás.

Aspiró una bocanada de aire y expulsó todo el que pudo, repitiéndolo cinco veces antes de apretar los labios. Todo iba a salir bien. La diosa no la vería. Y la diosa tampoco intentaría atacarla. Aunque podría morir en el fuego cruzado… Teniendo en cuenta hasta aquí, Kotori se agarró el cuello de la camisa y apretó los dientes.

Vámonos.

Se decidió. Primero, intentó bajar a Mei de la mano izquierda sobre la raíz de un árbol, pero la tortuga se aferraba a su muñeca y no podía soltarla. Cuando intentó despegarla de algún modo con la mano derecha, Mei le mordió el dedo y Kotori chilló.

“Mei. Escucha un momento. Voy a dejarte aquí. Es peligroso.”

La tortuga forcejeó, se agitó, mordió y se aferró. Kotori suspiró y se inclinó hacia la tortuga. “¿Quieres decir que vayamos juntas?”

Mei dejó de moverse y estiró mucho el cuello, volviendo la cara hacia Kotori. Era difícil leer lo que pensaba en sus ojos redondos, pero Kotori podía adivinarlo. Dejó escapar otro profundo suspiro y abrazó a la tortuga. Mei ya no intentó forcejear.

“Entonces vamos.”

Volvió a ponerse en marcha. Sentía que el dolor en la planta de los pies se había aliviado un poco.