Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 15

Capítulo 17: Estrellas Y Una Diosa

Parte 2

◇   Navi Ru

Tuvo la sensación de que había aún más humo. ¿Había realmente más o sólo lo parecía? Si era lo primero, entonces el fuego estaba empeorando. Si era lo segundo, significaba que Navi se sentía presionada por el fuego. De cualquier manera, era un problema.

Apartándose de un charco de vapor ascendente, se subió el cinturón. Últimamente lo llevaba una o dos muescas más flojo, sobre todo por la edad, pero ahora se metió la hebilla en un agujero más apretado de lo habitual para volver a motivarse. No podía olvidar que tenía que prepararse en una situación como ésta.

Se abrió paso a través de la espesura, y cuando salió a donde daba la luz del sol, Clarissa estaba sola, esperándole. Para ser más precisos, Mana también estaba allí, a la espalda de Clarissa, pero como estaba inconsciente, no era como si estuviera esperando.

“Debe de ser bonito ser una chica mágica. No necesitas dedicar tiempo a estas cosas.” Dijo Navi, señalando su ropa.

“¿Quieres decir que tardas mucho cuando te haces viejo o algo así?”

“Oh, basta. No quiero hablar de esas cosas.” Navi miró despreocupadamente a su alrededor.

Clarissa pareció darse cuenta, pues levantó la mano derecha y dijo: “Si buscas a Nephilia, se fue volando con Ren-Ren.” Y luego soltó un pequeño suspiro.

“¿Dónde están?”

“Moviéndose hacia el edificio principal, con cautela pero con claridad. No estaba mintiendo.”

Clarissa había puesto una marca de mordisco en el frasco de medicina que les había entregado. Ella tenía sus ubicaciones con precisión. En otras palabras, eso significaba que la oferta de Nephilia de trabajar juntos para eliminar a Francesca había sido sincera.

Con un “Entonces”, Navi volvió a sujetar a Mana y se la puso a la espalda, y luego le hizo un gesto con la cabeza. Clarissa le sonrió y le devolvió la inclinación de cabeza, y luego se dio la vuelta para salir corriendo, dejando una nube de polvo al perderse de vista.

Francesca era una chica mágica hecha para ser candidata a encarnación del gran Chêne Osk Baal Mel. Pero ahora las cosas eran diferentes. Ella no era una encarnación, sólo un recipiente. Navi entendía y dominaba sus especificaciones y habilidades. Siempre y cuando tuviera la preparación adecuada y Clarissa para usarla, eso sería suficiente para hacer frente a Francesca. Y había otras chicas mágicas ayudando, así que era más que suficiente.

Era justo decir que su objetivo inicial se había cumplido básicamente. Aunque aún quedaban algunas personas que deseaba que desaparecieran, no estaba tan obsesionado con ello como para dedicarles el trabajo y correr el riesgo de acabar con ellas mientras estuvieran en esta isla. Yol sería un peldaño más adelante, y él quería hacer de Ragi un vehículo de cara al público para su avance, por lo que su seguridad debía ser prioritaria a la eliminación de esas personas. Mientras caminaba, Navi escupió a un lado del camino.

¿Había visto Ragi las instalaciones subterráneas? Aunque las partes importantes del manual de servicio habían sido eliminadas, a Navi no le hacía ninguna gracia. Si los asuntos se resolvían mientras Ragi buscaba en la zona, entonces no debería convertirse en un problema demasiado grande, pero parecía muy posible que el viejo se diera cuenta de lo que Francesca era en realidad e intentara idear una manera de tratar con ella. Aunque pareciera que el viejo estaba fuera de escena, seguía en servicio. Todos los rumores que Navi había oído decían que el viejo estaba poseído por un espíritu rebelde impropio de su edad, y había algunos investigadores que se alegrarían cada vez que oyeran eso. Ya fuera Sataborn o Ragi, un excéntrico con talento tendría muchos admiradores sin saberlo.

Navi quería apagar el fuego. Ya había acabado con Francesca. Aunque el chico y el viejo estarían a salvo si se metieran tranquilamente en algún agujero, ninguno de los dos se calmaría. Dadas las circunstancias, era justo llamar barco a la oferta de Nephilia cuando estaba en un río. Al menos eso era lo que parecía desde el punto de vista de Navi.

Mientras hablaban, había estado observando todos los movimientos de Nephilia, hasta los más pequeños gestos y giros triviales. Tenía los ojos secos y parecía que tragaba mucho. Era consciente de que su situación era crítica, pero a pesar de ello, su corazón no se doblegó.

Aquella chica se la estaba jugando. Nephilia había venido a Navi preparada para la posibilidad de que aún necesitaran Francesca y que acabaran casualmente con alguien como Nephilia en cuanto la vieran y pensaran qué hacer con ella entonces.

Pensó que tenía muchas agallas para hacer eso cuando le habían dado una paliza, pero también pensó que podía ser peligrosa. Estaba en sus ojos. Parecía como si estuviera desconectada, pero concentrada. Su mirada no dejaba adivinar en qué estaba concentrada, aunque era lo más importante para saber lo que le importaba.

Se alegraría si fuera una subordinada capaz para él, pero si no lo era, podría ser una vengadora sin consideración por el peligro. Esto era algo que tendría que averiguar mientras estuviera en la isla.

***

◇   Dreamy✰Chelsea

Los pulgares que había levantado bajaron poco a poco antes de meterse en los puños. Chelsea juntó los dos puños para colocarlos bajo la barbilla e inclinó la cabeza de forma simpática.

Aunque necesitaba oír el thud de la caída, no pudo. Entrecerró los ojos. La diosa había sido claramente derrotada. Pero no podía oír ese sonido. Era desconcertante. Chelsea se dobló por la cintura, apoyó las manos en las rodillas y bajó la cabeza. Inclinando la cabeza para espiarla desde abajo, gritó: “Ah.” La diosa no se había caído. Se había detenido a diez centímetros del suelo, y sólo su cabello colgaba hasta tocarlo. Parecía como si se hubiera detenido en su caída.

Antes de que Chelsea pudiera preguntarse por qué, de repente la diosa se alzó, como tirada por una grúa y cables invisibles. La sangre que había brotado de forma tan espectacular se había detenido.

¿Por qué…?

Había tierra marrón amontonada sobre la herida del cuello. La tierra estaba conectada al mango de su hacha, que se balanceaba colgando de ella. Al darse cuenta de que había convertido la hoja de su hacha en tierra pegajosa de secado rápido para detener la hemorragia, Chelsea se puso en guardia.

Pero entonces la diosa le extendió la palma de la mano. “Por favor, espera un momento.”

Aquel simple comentario se convirtió en una aterradora cantidad de información que inundó el cerebro de Chelsea. Surgieron varios pensamientos a la vez, como: ¿Así que puede decir otras cosas aparte de eso de las hachas de oro y plata? o ¿Por qué pensaría que yo esperaría en esta situación? o ¿Por qué está tan tranquila? Y su cabeza se quedó básicamente en blanco, y para cuando se dio cuenta de que tenía que hacer algo, la diosa había sacado una caja de plástico y de ella había obtenido algo, dicho algo ahora estaba en la palma de su mano, parecía ser una medicina.

Como en respuesta, Chelsea sacó una fruta gris y le dio un mordisco. Sujetó la olla que estaba colocada en diagonal sobre la estufa de carbón rota, se la llevó a la boca y tragó con un sonoro trago. A continuación, mordió la fruta gris y, aunque ambos mordiscos deberían haberle sabido bien, no probó bocado alguno.

Mientras daba un mordisco, dos, su mirada no se apartaba de la diosa. La diosa se mantuvo totalmente impasible, llevándose la medicina a la boca con valentía, como si confirmara que Chelsea no atacaría en medio de este acto. Su garganta, cubierta de tierra agrietada, se onduló, y se pudo ver desde fuera que se había tragado la medicina.

Fue sólo un breve instante en tiempo real, no más de unos pocos parpadeos, pero como tiempo sentido, fue lo suficientemente largo como para que Chelsea experimentara la suficiente vacilación como para rechinar los dientes y retorcerse mientras dejaba pasar su oportunidad de atacar.

Sabía que no podía dejar escapar a esa persona. Por eso Chelsea había hecho cosas que no eran propias de una chica mágica, por eso buscaba resultados que no fueran propios de una chica mágica. Pero sus miembros no se movían. La diosa creía que Chelsea no atacaría. Atacar entonces sin una palabra de por medio no sería nada propio de Dreamy✰Chelsea.

Se estiró, doblando las articulaciones de las rodillas. Hasta ahora había recibido muchos ataques, pero ninguno directo. El daño total no superaba lo que había previsto. Dio una voltereta y aterrizó sobre su estrella decorativa. Abrió las piernas hacia delante y hacia atrás, se agachó y extendió ligeramente las manos como un surfista sobre una tabla. Su oponente era increíblemente duro. Incluso después de chorrear sangre de su cuello, no se desmayó. Tenías que luchar con la intención de arrancarle la cabeza de un golpe, o no serías capaz de sacarla del combate.

Chelsea reflexionó. Ya no podía usar el ritmo y el tempo. Pero aunque hubiera cerrado la herida, la sangre no volvería inmediatamente. Sangrar tanto te ralentizaría. Y ahora, como estaba usando su arma para detener la sangre, sólo tenía la mitad de las hachas para blandir como armas. Y como se había echado un montón de tierra encima, también tenía un aspecto feo. El poder de lucha del enemigo, lindura incluida, estaba muy disminuido.

… Muy bien, hagámoslo por la fuerza.

Chelsea recordó lo que había dicho su madre. Los sentimientos harían más fuertes a las chicas mágicas. Chelsea se vio obligada a estar de acuerdo con eso. Si no había sido capaz de derrotar a la diosa, incluso después de tomar prestado el poder de Mary, Shepherdspie y su madre, entonces tendría más sentimientos. Primero añadiría a Ragi, que le había sermoneado sobre cómo debía ser una chica mágica. También debería añadir a muchas otras personas al campamento de Chelsea.

Sólo con una mirada compartida, ella y la Miss Marguerite habían reconocido la belleza de la otra. Eran básicamente enemigas.

Desde que Nephilia y Love Me Ren-Ren se habían peleado por Mary, trabajaban juntas como aliadas. Lo mismo ocurría con Navi y Agri. Esas relaciones eran como sacadas de un manga shoujo.

Su relación con Tepsekemei era una especie de juego del gato y el ratón, como un ladrón y un detective. A veces, ese tipo de cosas podía ser un vínculo más fuerte que la amistad.

Eso significaba que era justo tratar a Clarissa de la misma manera, ya que acababa de huir de ella. Y eso haría que el jefe de Clarissa, Navi Ru, hiciera lo mismo.

Rareko y Maiya habían sido asesinadas por la diosa. Habrían muerto sintiendo remordimientos. Estarían animando a Chelsea, diciéndole: “Hazlo lo mejor que puedas, no te rindas.”

Los dos niños eran amigos de Chelsea, ya que los niños siempre son amigos de las chicas mágicas.

También podía contar a Mana como una niña. Y 7753, sí, estaba en pijama, así que eran amigas. Estaba básicamente en la misma posición que Chelsea en albornoz. Eran amigas de pijama.

Una más, sí: Clantail era un animal. Las chicas mágicas y los animales eran muy compatibles. Si la considerabas un personaje mascota, entonces encajaba en la posición de compañera.

La diosa preparó su hacha con la mano derecha. Su mano izquierda estaba ligeramente abierta, inactiva cerca de su pecho. Chelsea también se preparó. Inspiró profundamente y exhaló otro suspiro. El poder rodeó todos y cada uno de sus cabellos, crepitando a medida que se elevaban a su alrededor. Todo iría bien. Era la mejor chica mágica. Poco a poco fue retrocediendo en su decoración estelar, asegurando la distancia para la aceleración.

“¡Allá voy!”

La parte inferior de su estrella decorativa rozó el suelo. Esparció escombros. Hizo correr su estrella en un vuelo a baja altura que estuvo a centímetros de ser un accidente. Chelsea no estaba sola. Había aceptado los sentimientos de todos. Ragi, Marguerite, Nephilia, Ren- Ren, Agri, Tepsekemei, Clarissa, Navi, Rareko, Maiya, los dos niños, Mana, 7753 y Clantail estaban a su lado. Pastel Mary y Shepherdspie la empujaban con fuerza por detrás. Una energía misteriosa brotó de la boca de su estómago, su temperatura corporal subió y los sentimientos que había mezclado a la fuerza se convirtieron en un poder que la envolvió.

La mano izquierda libre de la diosa se posó junto al mango de su hacha en un movimiento natural, y levantó el hacha en una postura que apuntaba hacia los ojos. Por su porte, parecía una maestra. Era una forma dramática de sostener el arma después de haberla balanceado demasiado con una sola mano. Entonces la diosa rio claramente, con una voz como de campanillas tintineantes. Chelsea nunca había oído ese sonido. Pero era bonito. Sintió el poder. Se acumuló en un punto. El filo se transformó, cambiando suavemente para convertirse en un hacha de batalla gigante con una hoja de metro y medio de largo y más de un metro de ancho. Tal vez era demasiado burdo para llamarlo un hacha de batalla. Chelsea lo creería si le dijeras que esta arma iba a ser tallada en forma de hacha.

Chelsea entrecerró los ojos. No era sólo el tamaño y la forma. El color de la hoja era oscuro, y se había vuelto negro. No era un negro procedente de un mineral. Era un negro más profundo que el negro y la sombra. Chelsea había visto esto antes. Su madre había tenido una vez una amiga con múltiples alas de un color como éste. Recordaba a esa persona porque su madre había utilizado un lenguaje cortés con ella, aunque una versión perezosa con un lenguaje informal mezclado en él: algo indescriptible recorrió la espina dorsal de Chelsea, algo que la hizo estremecerse y a lo que ni siquiera se podía dar un nombre. Con el dobladillo de su andrajosa falda ondeando, hizo una parada de emergencia, colocando su estrella perpendicular al suelo, y extendió las rodillas dobladas para dar una patada hacia el otro lado.

Casi en el mismo instante, Chelsea salió volando por los aires. La decoración de estrellas, el suelo, el techo, los escombros, todo se desparramó, zumbando por el cielo. Todo sonido se detuvo. Incluso el viento se ralentizó. Un intenso impacto golpeó todo el cuerpo de Chelsea.

Vio que la diosa venía tras ella a mayor velocidad incluso que cuando voló con explosiones, y Chelsea apretó los puños. Ordenó a la estrella que tenía en la palma de la mano que intentara alejarse, y un instante después la diosa hizo un barrido horizontal.

Aunque creía haber esquivado un impacto directo, el cuerpo de Chelsea voló horizontalmente. Algo le golpeó la espalda, y ni siquiera tuvo tiempo de darse cuenta de que era la pared del edificio principal antes de atravesar la siguiente pared y la que le seguía, para luego golpearse el hombro contra el suelo y rebotar, rebotar y rodar, atravesando una puerta para golpearse contra algo duro, rodando mientras esparcía múltiples estrellas en todas direcciones. Mary y los demás deberían estar en algún lugar del edificio principal. Tenía que avisarles. Tenía que decirles que se escondieran.

No podía oír ningún sonido, pero era como si la energía se disparara salvajemente en su cerebro. Al exhalar, burbujas mezcladas con sangre salieron despedidas con su aliento. El dolor le atravesaba todo el cuerpo. Su sangre fluía. No se detenía. Intentó ponerse de pie. El mero hecho de mover los brazos y las piernas le producía dolor. Algo caliente brotó de lo más profundo de su garganta y lo escupió. No era vómito. Era una mezcla de sangre espesa y viscosa. La sangre no provenía sólo de su boca. La habían abierto en canal desde el hombro derecho hasta el pecho.

Apartó el estropajo de una fregona rota, apartó de una patada un cubo y se llevó la mano a una escoba para levantarse utilizándola como bastón. Su campo de visión se empañaba de rosa, y al otro lado de la puerta que crujía y se rompía, la diosa alzaba su arma.