Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 15

Capítulo 16: No Nos Rendiremos

Parte 1

◇   Pastel Mary

En cuanto llegó al edificio principal, se vio arrastrada a una pelea.

A Pastel Mary no le gustaban las patadas, los puñetazos, los golpes, los lanzamientos, los disparos, los pinchazos ni nada parecido, y no se le daban bien esas cosas. Pero incluso desde su posición, parecía claramente que Clarissa estaba atacando a Rareko delante de un gran agujero. El aire de violencia hizo que las ovejas ulularan y balaran, y Mary se quedó helada, y Chelsea, de pie junto a ella, echaba humo.

Chelsea gritó: “¡Basta!” Para intentar detenerla; se trataba de Chelsea, así que probablemente pretendía utilizar la fuerza, pero cuando alargó la mano, Rareko ya había salido corriendo. Salió disparada tan rápido que no hubo tiempo de perseguirla. La mano extendida de Chelsea no llegaba. Atrás quedaban la confundida Mary, la enfadada Chelsea, Clarissa sonriendo tímidamente, Ragi, aún inconsciente, y montones de ovejas.

“No, no, no se equivoquen.” Las orejas de Clarissa estaban pegadas hacia arriba bruscamente mientras agitaba las palmas abiertas hacia ellas. Aparte de sus largas y afiladas garras, sus manos tenían el mismo aspecto que las de un humano.

Chelsea puso las manos en las caderas, acercándose a Clarissa como una madre que regaña a sus hijos, y Clarissa retrocedió rápidamente, manteniendo el espacio entre ambas a cuatro metros, sin ensancharse ni estrecharse. Al parecer, que Clarissa retrocediera ágilmente no era lo que Chelsea había estado buscando, ya que su linda nariz se arrugó.

Al ver eso, Clarissa agitó las manos aún más agresivamente. “Como

dijo Clarissa, tienes una idea equivocada.” “¿Qué quieres decir?”

“Cuando piensas en nuestras posiciones entonces, podría haber parecido que Clarissa estaba atacando a Rareko.”

“Eso es exactamente lo que hiciste.”

“No, no, eso no es lo que estaba pasando. Terminó así, mira, como la linda Clarissa era más fuerte, se llegó al punto en que yo estaba tratando de derribarla estrangulándola, pero eso no significa que Clarissa fue la que atacó primero, ¿verdad? Cuando ves a un policía intentando sujetar a un delincuente, ¿alguien pensará que el policía fue el que atacó, que es un mal policía? No lo creo, en absoluto.” Clarissa la machacaba con estas preguntas, y sonaba algo convincente.

Chelsea frunció el ceño y se llevó las manos de la cintura al pecho, inclinando la cabeza hacia la derecha. “¿No estás intentando quedar bien ahora, ya que la persona con la que luchabas se ha ido?”

“No, no, eso es exactamente lo que demuestra la legitimidad de Clarissa. Mira, si tienes razón, entonces no tienes que huir. Deberías correr directamente a la gente que vino a salvarte y decir: ¡Oh, esta persona es tan horrible! Huyes si has hecho algo desagradable. ¿Está Clarissa equivocada?”

Sonaba razonable. Mary recordó cómo Rareko había salido corriendo como una loca. Parecía asustada, y también como si tuviera miedo de algo. Las manos de Clarissa estaban en constante movimiento mientras hablaba sin parar de una forma que sonaba a excusa, pero también a explicación, y sus gestos eran tan graciosos y dignos de risa que resultaban demasiado tontos para provenir de una mala persona.

La mirada dura de Chelsea parecía haberse aliviado un poco. Se llevó la mano a la frente para masajearse la arruga mientras con la otra señalaba los pies de Clarissa. Allí había un agujero, o más bien una entrada. Se veía una escalera. Había un cuadrado cortado en la tierra, haciendo un agujero en el que no se veía el fondo. Parecía el tipo de pasadizo secreto a una habitación subterránea que aparecería en una película de terror o la entrada a una mazmorra en un juego de rol por computador.

“Y hey.” Dijo Chelsea. “¿Qué es ese agujero? Antes no estaba ahí,

¿verdad?”

“¿Quién sabe?” Respondió Clarissa. “Yo misma me lo pregunto. No es que lo sepa. Me pregunto qué fue. Qué extraño. Tal vez Rareko lo sepa, pero huyó.”

“Sólo intentas echarle la culpa de todo a alguien que no está aquí,

¿verdad?”

“No sólo está ausente, sino que huyó. Podría parecer similar, pero es sutilmente diferente, ya que se fue por su propia voluntad. Clarissa acaba de decir que no huiría sin una razón.”

Mary se dio cuenta de que empezaban a convencerla, pero se sentía realmente insegura de sus propias facultades de juicio. ¿Qué hago? Pensó, incapaz de dar instrucciones a sus ovejas, que la miraban desde todas direcciones. En momentos así, debería recurrir al juicio de alguien que tuviera capacidad de juicio. Eso era siempre lo correcto en la vida, y en las actividades de las chicas mágicas.

Era muy reacia a llamar a Dreamy✰Chelsea una chica mágica con poderes de juicio, pero al menos, cuando se trataba de áreas que olían a violencia, tenía más experiencia que Mary.

“¿Qué hacemos, Chelsea?” Le preguntó Mary.

Chelsea abrió la boca como si fuera a replicar, pero entonces se oyeron fuertes ruidos procedentes del otro lado del edificio principal —sonidos de algo que se estrellaba y algo que se rompía— y Chelsea y Mary miraron hacia allí, y antes de que pudieran siquiera sorprenderse, Clarissa se había escabullido por delante de Mary. Para cuando Mary miró hacia atrás, Clarissa ya estaba fuera de su alcance, desapareciendo enseguida en el bosque.

Cuando Mary se asustó y se volvió hacia Chelsea, descubrió que ella también había salido corriendo. No dedicó ni una mirada a Mary ni a Ragi, los dejó atrás con un “¡Espera un momento!” mientras abría los brazos para dar un magnífico salto y aterrizar ligeramente sobre la estrella que salía de su bolsillo, y luego cruzó la aguja que decoraba la parte superior del edificio principal para desaparecer por el otro lado. Mary tenía aún menos capacidad para detenerla que para detener a Clarissa.

Pastel Mary aún no podía confiar en su propio poder de juicio. Pero los únicos que estaban allí eran ella, la oveja y el inconsciente Ragi, y la única con capacidad de juicio era Mary.

El sonido había venido de la dirección en la que Rareko había corrido. Si Rareko era un tipo malo como decía Clarissa, entonces podría haber atacado a alguien. Tal vez no fuera eso, y Rareko había sido la atacada. En cualquier caso, Mary pensó que Chelsea intentaría ir a salvarla.

Mary miró al agujero. Sus ovejas se reunían alrededor del borde del agujero y movían las narices. Por cómo estaba cortado en cuadrado y se veía la parte superior de una escalera, estaba claro que había sido hecho por el hombre, y tampoco parecía que lo acabaran de hacer ahora. Si esto se hubiera instalado en el edificio principal desde el principio, entonces Shepherdspie también lo habría sabido, pero a Mary no se lo habían dicho y, por lo que parecía, Chelsea tampoco se había enterado. Justo antes de que Ragi se desmayara, había intentado guiarlas hasta el edificio principal. ¿Sabía el viejo lo de este agujero?

Mary apartó la cabeza de una oveja de grandes cuernos y empujó hacia atrás el trasero de una oveja grande, dirigiéndose suavemente a su rebaño mientras éste seguía balando estridentemente, espantando a una oveja que llevaba gafas. Mientras calmaba a la oveja, Mary se devanaba desesperadamente los sesos. ¿Cuál sería el mejor resultado? El mero hecho de estar aquí fuera sin nada a su alrededor la ponía muy nerviosa, y era muy peligroso. Si se metía en el agujero y lo tapaba para que no se viera desde fuera, aunque viniera la chica mágica, Mary podría ser ignorada.

Mary tragó saliva. Quien tenía que juzgar, quien tenía que tomar la decisión aquí y ahora, en este lugar, no era nadie más que Mary. Ella tenía que elegir qué hacer.