Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 15

Capítulo 13: ¿Por Nuestros Poderes Combinados…?

Parte 1

◇   Nephilia

Su cuerpo se le oponía con fuerza, diciendo que no quería moverse más. Un solo paso hacía gritar su carne y sus huesos. Su espíritu se lamentaba de que quería alejarse de este peligroso lugar y suplicaba estar lejos de la diosa. Nephilia persuadió a su cuerpo con su persistente demanda de escapar y salir, y caminó. Realmente no quería merodear por un lugar tan peligroso, pero de todos modos no había ningún lugar seguro en esta isla. Además, tenía muchas cosas que hacer.

Del gran volumen de fruta escondida, recuperó todas aquellas de las que les había hablado a Chelsea y Mary, dejando el resto y rezando para que no lo encontraran. Si algo le ocurría a Ren-Ren, su magia se desharía. Debía prepararse para lo peor.

Se sintió aliviada de que la fruta estuviera como la habían dejado, pero también decepcionada de que Ren-Ren y Agri no hubieran recuperado ninguna. Nephilia escupió un poco de saliva ensangrentada en la maleza. La fruta gris que no le cabía en los bolsillos ni en la bolsa de plástico de la mano se la guardó en la capucha, y las que aún sobraban las metió en sus adornos de hueso. Ya estaba harta de los pelos de fruta que le pinchaban en la nuca, pero la fruta gris era ahora una prioridad mayor que su comodidad. Aprendiendo de la tacañería de Agri, llevó toda la fruta que pudo y un poco más. En este momento la fruta gris era importante para mantenerla transformada en esta isla.

Como ahora no tenía ni idea de cuál era la situación, lo mejor era tener tantos aliados como fuera posible. Y no quería sólo gente que se llamara a sí misma aliada, sino aliados absolutos que estuvieran vinculados por la ley y el contrato. La fruta gris sería necesaria para conseguirlos.

Y si ella iba a hacer su movimiento, entonces debía hacerlo tan pronto como fuese posible, dada la situación. No había garantías de que algo no desencadenara una situación extrema de supervivencia del más fuerte en algún momento. Si acababan en una situación tipo “El Señor de las Moscas”, en la que se podía excusar el asesinato diciendo “fue para protegerme”, no habría tiempo para contratos. No se podría hacer un contrato con una bestia. Nephilia pediría protección para ella, Agri y Ren-Ren mientras las personas siguieran siendo personas, y entregaría la fruta como compensación. Ahora dejaría de lado el dinero, que había sido su objetivo inicial. Tampoco dejaría que Agri se quejara.

El problema era que Agri y Ren-Ren podrían estar en tan mal estado que no serían capaces ni de quejarse. Que la fruta gris se quedara allí significaba que Agri y Ren-Ren no habían recuperado ninguna. Di lo que quieras de su carácter, ninguno de las dos era estúpida. Comprendían la importancia de la fruta gris. Si no habían tenido que moverse porque Ren-Ren no había deshecho su magia, entonces estaba bien. Si esa no era la razón, entonces las cosas estaban mal. Las cosas estaban muy mal.

Las personas a las que habían extorsionado para obtener dinero utilizando fruta gris —Clantail, Touta y los demás— probablemente no tenían buena opinión de Nephilia, y Clarissa y Navi no eran de fiar en absoluto, para empezar. En cuanto a Dreamy✰Chelsea y Pastel Mary, si la magia de Ren-Ren se deshacía, su buena voluntad caería por los suelos. Aunque ella no describiría esta situación como “enemigos por todos lados”, no muchos aquí se sentirían positivamente hacia Nephilia.

Y lograr su objetivo de negociar con la gente mientras siguieran siendo personas sería muy difícil para Nephilia por sí sola. Con su fuerza de chica mágica maltrecha, arrastrando una pierna para caminar, sus precio se iría al suelo a golpe. Dependiendo de la buena voluntad de la otra parte, o mejor dicho, de su mala voluntad, podría acabar no con un contrato de protección, sino con un contrato de esclavitud. Si la acompañaran Ren-Ren o Agri, la situación mejoraría un poco.

Al pensar esto mientras caminaba, pensó con cierto autodesprecio que era como si estuviera buscando una excusa para buscar a Agri y Ren-Ren, y tragó saliva. Ahora había mucho menos rojo en su saliva.

Tenían dos lugares donde habían decidido reunirse en caso de emergencia. Uno era una hondonada en la parte montañosa a poca distancia de la zona rocosa, y el otro estaba en el camino hacia el edificio principal, junto al manantial donde se habían encontrado con Navi antes. Si Nephilia tuviera que elegir entre esos lugares, elegiría la hondonada antes que el manantial. Pensar en que su posible enemiga podría parecerse a la diosa del manantial le quitaba las ganas de ir a este último. Agri y Ren-Ren estarían pensando lo mismo. Seguramente eso pensarían, si estuvieran vivas.

Utilizando el humor y el sarcasmo para seguir adelante, Nephilia se abrió camino. Era muy difícil saber en quién se podía confiar y en quién no. No podía asegurar que sus heridas no la hubieran embotado o que no estuviera confundida por el miedo, pero lo más importante era que no tenía información con la que juzgar. La creencia de Agri de que la cadena de incidentes que había comenzado con el asesinato de Maiya había sido un desafortunado accidente fue ridículamente errónea. Pero siendo ese el caso, ¿cuánto había de malicia por parte de Navi? ¿O realmente había sido un accidente? Incluso adivinar basándose en las conversaciones que habían tenido con él y en lo que decía el contrato era demasiado para Nephilia. Un abogado no era un novelista de misterio ni un detective.

Un grito agudo la hizo detenerse, y luego observó, suspirando, cómo un pájaro de colores brillantes levantaba el vuelo. Nephilia no tenía energía suficiente para pensar en ese momento, y mucho menos para considerar esos asuntos. Sacó una fruta gris del bolsillo, la mordió y volvió a su deprimente paseo. Era un esfuerzo mental no echar a correr cuando quería. Sus heridas sólo la entristecían más.

Como a Nephilia le quedaba suficiente sentido común como para no salir corriendo después de llevarse un susto, siguió caminando despacio. Tener que saltar un poco cada vez que oía algún ruido era malo para su cuerpo y su mente. No sólo no podía correr. Tampoco podía tomar el camino más corto para llegar a su destino, por lo que caminó de puntillas con la mayor ansiedad mientras elegía senderos en los que podía esconderse detrás de árboles, hierbas y rocas, y cuando de alguna manera logró llegar a las colinas que eran su objetivo, su nariz se agitó. Un olor le llegaba a través del viento. Era el olor de algo quemándose. Había muchas probabilidades de que la diosa estuviera rondando cerca. Nephilia tenía que ser más cautelosa.

Se arrastró por el suelo hasta una colina, gimiendo de dolor durante todo el camino. Había estado usando la guadaña como bastón, pero ahora la escondía en la hierba. Incluso llevarla era una carga.

Los quejidos de Ahhh, me duele, me duele, ahhh, me duele, ahhh, me duele resonaban en su cabeza, y se lamentaba diciéndose que se odiaba a sí misma por hacerlo lo mejor posible incluso en este estado, y cuando se elevó sobre la cima de la colina para mirar hacia abajo, encontró una cosa buena y una mala.

Lo bueno era que Ren-Ren estaba allí. Lo malo era que Agri no estaba allí.

Nephilia se arrastró por la cima de la colina, manteniéndose agachada hasta que su cabeza quedó más baja que la cima y, una vez pasado ese punto, se levantó y saludó a Ren-Ren. Ren-Ren llevaba encendida una especie de antorcha hecha a mano —de ahí el olor a quemado— y estaba muy atenta a su entorno. Ren-Ren se fijó en ella de inmediato, le dedicó una sonrisa despreocupada y agitó un brazo. Voló demasiado rápido para que la herida Nephilia pudiera reaccionar y se acercó a su lado para apoyarla. Nephilia respiró aliviada. Tranquila porque tenía a alguien que sostuviese su maltrecho cuerpo, Nephilia se apoyó en ella, luego se estremeció un poco al sentir el calor de la antorcha y se apartó. ¿Por qué llevaba Ren-Ren eso encima en pleno día?

“¿An… Antor…?”

Ren-Ren no respondió a la pregunta de Nephilia, haciendo una mueca triste. “¡Qué heridas tan horribles!”

“Du… Due…”

“Estoy segura de que debe doler. Todo lo que tengo es un pañuelo, pero descansemos allí.”

Con Ren-Ren apoyando a Nephilia, caminaron hacia la hondonada de las colinas. Ren-Ren se alegró de que Nephilia estuviera de una pieza, aunque Nephilia no estaba lo bastante intacta como para decir eso. Nephilia rodeó despreocupadamente la cintura de Ren-Ren con el brazo mientras la escuchaba hablar. Ren-Ren decía cosas como: “Descansemos por ahí, ¿te ha atrapado esa chica mágica como una diosa? Gracias por traer la fruta gris, ¿qué hiciste con tu guadaña? Si te la dejaste, iré a buscarla.” Agri no figuraba entre estos temas.

Ren-Ren evitó tocar el tema de Agri hasta un punto antinatural, y cuando sacó a colación lo que debían hacer ahora, el tema de la búsqueda de Agri no estaba incluido. Ni una sola vez mencionó a la empleadora a la que había estado tan unida; era como si nunca hubiera estado allí.

El olor a quemado se hizo aún más penetrante. La mirada de Nephilia se posó en la antorcha que ardía en lo alto de la mano derecha de Ren-Ren. Oía crepitar y estallar el fuego. Miró hacia arriba. El humo negro soplaba de derecha a izquierda, y podía ver el parpadeo de las chispas bailando en el aire. Todo estaba ardiendo: los árboles del bosque.

“Ese… fuego…”

“Mm-hmm. Tenemos la ventaja de tener mucha fruta gris. Pero todavía puede haber muchos frutos grises en el bosque, y me imagino que si encuentran algún lugar donde crezcan muchos, entonces nuestra ventaja numérica ya no será una ventaja. Pero si todo el bosque se quema, entonces ya nadie podrá encontrar un lugar así, ¿verdad?”

Los ojos de Nephilia se abrieron de par en par mientras miraba a Ren-Ren. Ren-Ren le devolvió la mirada con una expresión que parecía decir: “¿Hay algo extraño?” Una risa ahogada brotó de lo más profundo de la garganta de Nephilia. A veces había que reír, o no se podía continuar.

La duda que había estado brotando en el interior de Nephilia se estaba convirtiendo en una certeza. Ren-Ren sabía lo que le había ocurrido a Agri. Y, sabiéndolo, no iba a hablar de ello. O bien su corazón se negaba a hablar de ello, o bien la conmoción había provocado una laguna en su memoria, pero en cualquier caso, Agri ya no estaba viva. Y el hecho de la muerte de Agri era un condimento demasiado potente para Ren-Ren.

Nephilia rezó por Agri y exhaló un suspiro al ver a su compañera, cuyo estado mental era aún más delicado que el suyo, a pesar de sus heridas, y puso a trabajar sus neuronas para considerar qué hacer ahora. Si Nephilia le proponía apagar el fuego, ¿le haría caso Ren-Ren? No había agua cerca, así que podría ser difícil hacerlo. Llegando a la conclusión de que si después se convertía en un problema, podrían echarle la culpa a la diosa, Nephilia elevó una plegaria más: que hubiera un “después”.