Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 15

Capítulo 12: El Deseo De Ayudar Y Proteger

Parte 2

◇   Ragi Zwe Nento

Ragi se sentó en la penumbra del bosque y se frotó la espalda al comprobar que no había nadie más. Los delgados árboles y la maleza que habían levantado las ovejas y los recuerdos de la violencia, como rocas y árboles destrozados por algo mucho más fuerte que un rebaño de ovejas, creaban un nuevo camino que atravesaba el bosque en línea recta hasta donde alcanzaba la vista. Ragi se sacó una fruta de la manga, la mordió y se la terminó en cinco segundos. Se negó a desperdiciar ni una gota del zumo que se le había pegado a los dedos, que lamió con cuidado y luego se limpió con una servilleta de papel. Optando por tranquilizar su confusa mente todo lo que pudo, pensó memoria a memoria en cómo había llegado a esta situación. Justo como esperaba, si me permite decirlo, fue la impresión resultante, pero seguía enfadado. Arrugó la servilleta y la tiró al suelo, la pisoteó y la apartó de un puntapié.

Pastel Mary había agarrado a Ragi y había huido, y luego había corrido sin darse cuenta de que había dejado caer a la persona que había salvado. Le hizo preguntarse si no habría planeado arrojarlo delante de su perseguidor como sacrificio, pero Mary no era capaz de tener pensamientos tan profundos. Pero la conclusión de que no parecía tener mala voluntad hacia él irritó aún más a Ragi. No todos los actos de buena voluntad eran necesariamente buenos.

Observó cómo la servilleta arrugada rodaba por la raíz de un árbol hasta detenerse junto a una roca. Reprimiendo su irritación, se agachó, recogió la servilleta y se la metió en la manga de la bata.

Debería estar agradecido. Si se hubiera quedado allí, al no ser una chica mágica, no habría tenido forma de resistirse. Mary, usando el ingenio que le sobraba, le había permitido estar aquí frotándose la espalda. No podría hacer eso si estuviera muerto. Afortunadamente, parecía que no tenía huesos rotos.Y sin embargo…

Le habían dejado atrás. Chelsea, Mary, las ovejas y la chica mágica de las hachas que les habían perseguido se habían marchado a algún lugar desconocido para Ragi, y él tampoco sabía qué estaban haciendo. Su plan de manipular a Chelsea y Mary para intentar escapar de la isla se había venido abajo.

Ragi miró alrededor de la zona. No encontraba su bastón. Se llevó una mano a la espalda, que aún le dolía, y buscó. Apartó la hierba y pateó piedras, buscando lugares donde pudiera estar escondido, pero no lo encontró. Su irritación aumentó aún más. Su idea de utilizar chicas mágicas había sido un error. Tratar de usar chicas mágicas no era diferente de haber acabado como lo hizo. De base una chica mágica era completamente incorregible, y su idea de que sería capaz de controlarlas no había sido más que la arrogancia de un mago.

No se trataba sólo de Chelsea y Mary. También estaba Clantail. Si se hubiera quedado allí, podrían haber trabajado juntos, pero ahora ni siquiera sabía si estaba a salvo. La misma persona que había querido contratar como guardia ahora se estaba convirtiendo en una fuente de preocupación.

No podía encontrar su bastón. Sin él, tendría problemas. A diferencia de la angustia mental por perder el sombrero que había sido su favorito durante muchos años, éste era un problema real. Era justo decir que era vital para el plan de Ragi de abrir una puerta básica. La magia lanzada sin un bastón se reducía enormemente tanto en escala como en precisión.

Mientras buscaba, pensó en otras cosas. Sólo había visto muy brevemente a esa chica mágica que llevaba dos grandes hachas, pero se daba cuenta de que no era una conocida. No había muchas chicas mágicas que usaran un hacha, y dos hachas reducía significativamente las candidatas. Al igual que las chicas mágicas con números en sus nombres, no había muchas, por lo que destacaban. Si destacaban, él no las olvidaría. En otras palabras, estaba seguro de que no había ningún registro de ella en la lista del Departamento de Gestión. Pero a pesar de eso, también tenía la sensación de haberla visto antes.

No era una conocida suya. Para empezar, no tenía muchas chicas mágicas conocidas. Tampoco estaba en los registros que él conocía por ser el jefe del Departamento de Gestión. Entonces, ¿dónde la había conocido?

No encontraba su bastón. Sus pensamientos encajaban.

Las irregularidades eran habituales en el campo de las chicas mágicas, y algunos investigadores incluso disfrutaban generando “excepciones”. Periódicamente, aparecían personas con una ética escandalosa que ignoraban la voluntad y los derechos del sujeto e introducían nuevas tecnologías casi por diversión, lo que llevó a algunos a decir que incluso distinciones como “primera generación” y “segunda generación” no significaban nada. Básicamente, era una situación de caos total.

Seguía sin encontrar su bastón por ninguna parte.

Estaba claro que aquella chica mágica no era una cualquiera. Estaba en la forma en que colocaba su mirada, antinatural para una criatura viva, y en el movimiento de sus ojos. No había vacilación ni piedad en sus actos de destrucción, pero tampoco parecía que estuviera desbocada por el sadismo o embriagada por una sensación de omnipotencia. Se limitaba a atacar mecánicamente a quienes consideraba enemigos. Y se podía captar un sentido del humor en la frase que dijo que contrastaba con sus ataques robóticos. La inescrutable pregunta que hacía antes de atacar no parecía encajar en absoluto con el resto del conjunto.

Incapaz de encontrar su bastón, Ragi se detuvo y se sentó en una roca rota.

No era que se hubiera cansado y no quisiera mover más las piernas, ni que se hubiera rendido. Le había asaltado una hipótesis desagradable. Incluso cuando la frotaba como si fuera óxido rojo, no desaparecía.

Había muchos tontos que intentaban satisfacer su deseo de logro o su curiosidad bajo la bandera del progreso o de hacer grandes avances. Así era ahora la Facción Osk. Incluso trabajando al margen para un investigador, en el Departamento de Gestión, Ragi había oído rumores plausibles de que la encarnación actual de Chêne Osk Baal Mel utilizaba a una chica mágica especial como base. Y viendo realmente la encarnación, cualquiera estaría de acuerdo en que no eran sólo rumores.

Estaban diseñando un homúnculo con habilidades de chica mágica y preprogramado con la resistencia necesaria para soportar largas horas de trabajo. Los diseñadores estarían pensando que necesitaban una encarnación que pudiera soportar la presencia de la divinidad, aunque sólo fuera un ligero fragmento de ella. Si se trataba de una chica mágica basada en un homúnculo, entonces podrían juguetear mucho con ella en la fase previa a la transformación. Si Ragi estuviera allí, les gritaría que carecían de reverencia hacia un Sabio divino, pero su voz nunca les llegaría al gritarles desde tan lejos.

La investigación sobre los homúnculos era más antigua y profunda que la de las chicas mágicas. Si se pudiera desviar hacia ellas esa vasta acumulación de conocimientos… Pero la mera destreza técnica y el conocimiento por sí solos nunca lo conseguirían. La documentación pertinente que examinar, las instalaciones que utilizar, el personal que reunir, las gemas mágicas… todo ello requeriría el poder de una organización.

Ragi recordó la desagradable sonrisa de Navi Ru e hizo una mueca. Si Sataborn estaba relacionado con el Laboratorio, entonces tenía sentido que Navi Ru hubiera sido invitado como heredero, aunque no hubiera destacado como alumno de Sataborn. Si estaban cooperando con recursos, tecnología, conexiones o conocimientos, entonces tanto Sataborn como la Facción Osk se beneficiarían.

Sataborn había sido un investigador independiente; ¿no era distante y reacio a la autoridad? Ragi no lo conocía lo suficiente como para considerarlo un conocido, pero podía hacer algunas conjeturas. No le había gustado la autoridad, ni la había despreciado. Los investigadores tendían a considerarla sin importancia. Si era necesario para su investigación, trabajaría con las autoridades. Eso sonaba muy plausible.

Pero la idea de que pudiera haber descubierto una pizca de la verdad no alegraba a Ragi. Si la chica mágica enloquecida había sido creada por Sataborn y el Laboratorio, no era algo de lo que pudiera alegrarse. Una chica mágica con hachas no estaba en la lista de seguridad de la isla. En otras palabras, esto no era un mecanismo de defensa que se estaba saliendo de control. Entonces era natural asumir que esta tragedia había sido causada por la investigación para matar a una chica mágica y a un mago, que no podía ser publicitada, saliéndose de control.

Ragi había sido apartado de la corriente dominante, pero seguía perteneciendo a la Facción Osk. Sabía de primera mano y de forma dolorosa cómo la Facción Osk gestionaría hoy en día una situación así. En primer lugar, la silenciarían. Navi Ru, en particular, tenía mucha experiencia en misiones sucias como ésta, y sabía cómo se hacía.

Ragi valoraba el cumplimiento de las normas. Incluso si había un riesgo para su propia vida o algo aún más valioso, pensaba que el cumplimiento de las normas debía ser lo primero. Si un mago con poder por encima de cierto nivel actuara a su antojo, eso supondría un peligro para todo el mundo. Si todo el mundo ignorara las reglas, todo se vendría abajo. Un mago podía hacer de todo: crear orden, protegerlo y también destruirlo y armar un alboroto.

Para evitar que la Facción Osk silenciara las cosas, primero capturaría al forajido y, a través de la empleada del Departamento de Inspección que se encontraba en esta isla, lo entregaría directamente a las autoridades, poniendo este asunto fuera del alcance de la Facción Osk. Pensando en este punto, Ragi sacudió la cabeza. Apretó los puños con fuerza en su regazo.

Todo eso de las encarnaciones y de callar las cosas se basaba enteramente en las especulaciones de Ragi. Incluso si las cosas fueran como él suponía, no tenían ni la gente, ni las herramientas, ni el tiempo para desactivar a la chica mágica creada para ser una encarnación, y debido a la fruta gris, incluso tenían una desventaja por encima de eso. Si las cosas no eran como él suponía, entonces estaría arriesgando su vida inútilmente, y si eran como él suponía, esto sería demasiado difícil. En cualquier caso, las perspectivas eran malas.

Después de todo, debería priorizar la huida.

Después de todo, llegó a esta conclusión. Al final, tenía que encontrar su bastón, utilizando el método extremadamente primitivo de examinar al azar los lugares donde podría haber caído. Ragi se levantó y barrió desde su trasero hasta sus muslos. Frunciendo el ceño ante la frialdad de su retaguardia, tragó una maldición.

Ragi levantó la vista. La luz que se filtraba a través de las hojas parpadeaba. No: el follaje por el que se filtraba la luz se tambaleaba ligeramente. Antes de que Ragi pudiera prepararse, un fuerte sonido sacudió bruscamente no sólo las ramas y las hojas, sino incluso los troncos de los árboles y las rocas, y una oveja se abrió paso, seguida de dos y luego tres más, y Ragi corrió detrás de un árbol para esconderse del rebaño de ovejas, mirando a la figura que aparecía.

Era Dreamy✰Chelsea, de pie sobre la punta del pie derecho encima de una pequeña decoración de estrellas. Unos segundos después, apareció Pastel Mary a horcajadas sobre una gran oveja.

“¡Ahí está! ¡Chelsea encontró al viejo abuelo!”

“¿A quién llamas abuelo?” Le gritó a Chelsea, pero sus ojos y su cabeza se movían. Tenía la vaga sensación de que algo no encajaba con las dos chicas mágicas. Chelsea iba montada en una estrella, y Mary había aparecido montada en una oveja. Antes de que se separaran, Chelsea había estado prácticamente pegada a Mary, que se había encogido de hombros.

“Qué alivio… Realmente estoy tan aliviada…” Dijo Mary.

“Sí.” Convino Chelsea. “No habría sido extraño que estuviera herido, o incluso muerto.”

“¡Cuida tu lengua!” Le espetó Ragi.

“Oh, lo siento. Quiero decir que no habría sido extraño que hubieras fallecido.”

“¡No me refería a eso!”

Las ovejas se reunían a su alrededor. Ragi se apartó y trató de encogerse, pero seguía sin haber espacio suficiente. Poco a poco, le iban robando espacio para moverse. Y entonces la estrella descendió y Chelsea aterrizó, lo que significaba que él estaba frente a ella desde tan cerca que incluso era difícil moverse. Se encogió mientras ella resoplaba descaradamente por la nariz hacia su cara.

Estaba a punto de gritar de verdad y alejarla cuando le tendieron un palo retorcido. Era su querido bastón. “Lo siento, abuelo… Ragi. Toma, acabamos llevándonos esto.”

Aunque Ragi se lo arrebató indignado, no pudo negar su alivio privado. Para empezar, había sido la metedura de pata de Mary la que le había separado de su bastón, así que juzgó que no había necesidad de darle las gracias, pero a pesar de todo las llamas de su ira se apagaron, y se calmó un poco. “… ¿Por qué has vuelto? ¿Para devolverme mi bastón?”

“Bueno… um…” Mary hizo un gesto de nerviosismo.

“Más que eso, no queríamos que nadie… muriera.” Le dijo Chelsea.

Ragi miró a las dos chicas mágicas. Con las mejillas hinchadas, era bastante difícil decir que Chelsea tenía un aspecto sobrio, pero la expresión de Pastel Mary era bastante tensa. Pero, sobre todo, habían vuelto a por Ragi. Él había pensado que habían estado bajo control mental y no habían tenido ninguna consideración por él. Ahora no andaban desbocadas como antes. Ragi asintió. Querer evitar que muriera más gente era un valor que podía compartir.

Chelsea adoptó una postura extraña, juntando los dorsos de las manos para llevarlas por encima de la cabeza mientras miraba a Ragi. A continuación miró a Mary y luego apartó los ojos apresuradamente, y Mary también bajó la mirada con torpeza. Ragi no tenía mucho ojo para la gente, pero incluso él podía darse cuenta de que su relación era diferente a la de antes.

Chelsea se aclaró la garganta como si intentara disimular algo, cerró los ojos y asintió. “Ya que nos hemos asegurado de que el abuelo está a salvo, castiguemos a los malos.”

“Espera, no.” Dijo Ragi. “Primero debemos escapar.”

“Chelsea y May-May fueron controladas por alguien llamada Ren- Ren.”

Así que el control mental se había deshecho. Y aún conservaban sus recuerdos de cuando habían sido controladas.

“Eso no importa. Pero—”

“Además… está el Sr. Pie.” Chelsea separó el dorso de sus manos, luego las llevó frente a su cara como si estuviera dibujando un círculo y las aplaudió. El rebaño de ovejas, que había estado balando y berreando todo el tiempo, se calmó, Pastel Mary se puso en guardia por reflejo, y Ragi arrugó la frente irritado.

“No la perdonaré en absoluto.” Dijo Chelsea.

El rebaño de ovejas se alejó de Chelsea, apiñándose y temblando.

El sonido de Pastel Mary tragando sonó en el bosque silencioso.

Ragi se apoyó en su bastón y relajó el ceño. Por la forma en que Chelsea movía el cuerpo y los músculos faciales, parecía que intentaba mantener su peculiar estulticia. Pero su mirada era seria.

“Imposible.” Dijo Ragi.

“No es imposible.” Protestó Chelsea.

“Eso no es una chica mágica. Es un arma en el cuerpo de una chica mágica que algunos magos tontos se juntaron para crear… Es como un semidiós creado para luchar y ganar.” Ragi sólo podía adivinar sobre la creación de esta chica mágica, pero no tenía que decirles eso. Como una amenaza para evitar que luchen, era mejor si era fácil de entender.

“No me importa.” Pero Chelsea seguía sin entender, negando con la cabeza.

“¿Crees que puedes ganar en una lucha contra algo que no conoces?

¿Cómo puedes ser tan arrogante?” En privado, podía entender cómo se sentía Chelsea, pero no podía decir: “Combinemos nuestros poderes para derrotarla.” Juntó las cejas. “Basta de tonterías”, pareció decir.

Ragi se volvió hacia Mary. “¿Qué hay de ti, Pastel Mary? No puedes decir que lucharás.”

Se miró los pies, sin confirmar ni negar la acusación de Ragi. Si sólo se fijara en su ligero temblor, no parecería que se dirigiera a la batalla. Pero de sus pequeñas manos, apretadas hasta enrojecer las puntas de los dedos, él vislumbró algo parecido a una determinación que ella no expresaría con palabras.

Ragi frunció el ceño bajo la barba. “Ni hablar. ¿Crees que serás capaz de ganar una batalla tan imposible de ganar?”

“Puede ser difícil… pero hay otras chicas mágicas fuertes. Como la ladrona de galletas.” Dijo Chelsea.

“¿Quién?”

“Y Marguerite. Honestamente, ella es muy peligrosa. Chelsea pensó que iba a morir.”

“No me importa lo más mínimo.”

“Y en  cuanto a otras fuertes… ¿qué hay de tu chica mágica, abuelo?”

“Clantail es fuerte.” “¡Muy bien!”

“No, ningún muy bien. ¿Qué importa si son fuertes? Abandona esta idea irreflexiva de que puedes ganar si reúnes chicas mágicas fuertes. Sólo conducirá a más muertes.”

“Umm.” Mary levantó tímidamente la mano derecha. “Tenemos mucha fruta gris. Así que si comemos mucho y luchamos…”

“¡Eso es!” Chelsea estuvo de acuerdo. “Sí, tenemos fruta gris. Recogimos un montón.”

“Eso no está nada bien. No debes hacerlo. Consumir fruta gris sólo acelerará tu propia muerte.”

“¿Qué quieres decir?”

“La naturaleza de esta planta es absorber y almacenar poder mágico en la isla para dar fruto. Cuantas más frutas grises se coman, más se absorberá su poder, haciendo que tenga que consumir aún más frutas grises.”

“¿Eh? ¿Qué quieres decir?”

“Escucha, la fruta gris absorbe el poder mágico de su entorno para dar fruto, y el poder se acumula allí. Los frutos son la consolidación del poder mágico. ¿Lo entiendes?”

“Básicamente.”

“El poder mágico que absorben de su entorno incluye el poder de los magos y las chicas mágicas, por eso los magos colapsaron y las transformaciones de las chicas mágicas se deshicieron.”

“¡Ahhh, fue eso! ¡Así que fue por eso!”

“Después de eso, cosechamos un gran volumen de fruta gris, pero el ritmo de consumo de fruta —en otras palabras, el ritmo al que se consumían nuestros poderes mágicos— también aumentó. Por supuesto, lo hizo, ya que los árboles estaban tratando de compensar la cantidad de fruta que habían perdido.”

“Así que necesitó más magia ya que la fruta se había ido, y porque tomó más nos quedamos sin magia, por lo que comimos algo de fruta… Eso es un bucle.”

“Exactamente. Por eso te digo que no consumas fruta sin sentido.” “Entonces, ¿no deberíamos no desperdiciarlas?” Preguntó Mary.

“¡Sí!” Dijo Chelsea. “Sí, deberíamos reunirlas para usarlas en la batalla final.”

“¡No estoy hablando de eso!”

Sentía que la sangre se le acumulaba en la cabeza. Aunque comprendía lógicamente que no debía permitirse alterarse, igual la sangre se le subía. La comprensión de Chelsea de la situación era tan baja que estaba en el suelo, y Mary no era mejor. Si iban a estar así, tal vez habría sido más fácil manipularlas si aún estuvieran siendo controladas mentalmente. Ya lo había pensado muchas veces, pero ahora lo sentía aún más profundamente: Las chicas mágicas eran incorregibles.

“No la perdonaré. ¡Nunca, nunca, nunca la perdonaré!” Chelsea se lamentó.

“¡¿Qué importa que perdones algo?! ¡Hay otras cosas que tenemos que hacer!” Ragi volvió a rugir.

“¡No! ¡Por el Sr. Pie! ¡No! ¡La! ¡Perdonaré!” Parecía que a Chelsea se le había subido la sangre a la cabeza tanto como a Ragi, o incluso peor. Estaba gritando y gimiendo y moviendo los brazos, apretando los dientes mientras declaraba su absoluta e inflexible afirmación.

Tener a alguien frente a ellos enfureciéndose haría que muchas personas se sintieran más tranquilas, pero esto no funcionó con Ragi. “¡Basta de tonterías!”

“¡Esto no es una tontería!”

“¡¿Por qué tienes tantas ganas de pelear?! ¡Las chicas mágicas no se crearon sólo para luchar!”

Los ojos de Chelsea se abrieron de par en par, toda su cara enrojeció y se contorsionó, y enseñó los dientes. Luego volvió la cara hacia el cielo y gritó tan fuerte que Ragi quiso taponarse los oídos, y después levantó el pie derecho, deteniéndose un momento antes de pisar el suelo. Las ovejas de alrededor, Pastel Mary, Ragi, piedrecitas e incluso peñascos se elevaron en el aire para aterrizar de golpe. Las ovejas corrieron confundidas, Pastel Mary se cayó, las piedrecitas rebotaron y Ragi apoyó su cuerpo en el bastón. El rostro de Chelsea seguía apuntando al cielo. Él no podía ver su expresión. Cuando había sentido la violencia, había acercado el bastón a su cuerpo. Tal vez había sido imprudente enzarzarse en una pelea a gritos contra una chica mágica de pocas luces donde no tenía defensas. Pero incluso siendo consciente de su tendencia a ser imprudente cuando la sangre se le subía a la cabeza, no podía contenerse. En el sentido de ser difícil de controlar, Ragi no era muy diferente de las chicas mágicas.

“Bien.” Su voz sonaba dolorosamente ronca, la palabra pronunciada bruscamente y cortada al final, como si estuviera escurriendo una gota de sangre con ella.

Ragi entrecerró el ojo derecho ante su comentario. Comprendiendo lo que quería decir, amplió lentamente el ojo derecho, volviendo a mirar el rostro de Chelsea, que iba bajando poco a poco su ángulo. Su expresión seguía siendo de enfado. Su rostro estaba pálido. Chelsea levantó el pie que había pisado, esparciendo guijarros, y él vio que había una profunda huella en la tierra.

Chelsea caminó un par de veces sobre la huella para igualar la tierra y se volvió hacia Ragi. “Vámonos.”

No tenía ni idea de qué había tocado la fibra sensible de Chelsea y de qué manera. Su opinión de que era una chica mágica incomprensible no había cambiado. Pero aun así, tenía que cooperar.

Ragi se subió a lomos de Chelsea, una cabizbaja Mary se montó a horcajadas en una oveja y Chelsea salió volando, montada en su estrella, al frente del rebaño de ovejas.