Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 15

Capítulo 12: El Deseo De Ayudar Y Proteger

Parte 1

◇   Dreamy✰Chelsea

El mundo cambió. Aunque la intensidad y el frío del viento que le golpeaba las mejillas y la frente eran los mismos, los árboles del sur que había dejado atrás, la suave luz que se filtraba entre los árboles o la decoración de estrellas sobre la que estaba Chelsea, parecía que todo había cambiado.

Chelsea se sintió terriblemente turbada, pero aun así se mantuvo en pie y no se cayó de su estrella. Al recordar que tenía a Pastel Mary en sus brazos, miró a la chica para encontrarla aún más confundida que ella. Mary miraba a su alrededor como si estuviera asustada y no supiera qué estaba pasando. Ver a Mary así sólo hizo que Chelsea se sintiera aún más desconcertada, pero no porque estuviera a merced del amor por Mary como antes. Recordar lo agresivamente que se había pegado a Mary hizo que sintiera como si le fuera a salir fuego de la cara de la vergüenza. A continuación, la cara de Ren-Ren apareció en su mente, y la ira se unió a la vergüenza, y una oleada de emociones difíciles de expresar se arremolinó en su interior en un feo remolino.

Reafirmar que había estado llevando a Mary en brazos durante la confusión añadió más vergüenza y rabia, además de la propia sensación de fracaso de Chelsea: ¡estaba tratando a otra persona como a una princesa! El torbellino de sentimientos se volvió tan vicioso que estuvo a punto de tirar a Mary, pero entonces pensó: “Espera, no, no puedo hacer eso” y la agarró con más fuerza, reajustando su agarre. Estuvo a punto de dejar escapar sus sentimientos en forma de grito, pero eso no sería muy bonito ahora, ¿verdad? De algún modo, contuvo la tormenta en su interior.

Y así, atrapada en una angustia como ésta, Chelsea no dirigía su estrella. Antes de que se diera cuenta, la corteza astillada de un árbol se cernía a diez centímetros delante de su nariz. Chelsea tensó los dedos de los pies durante los tres centímetros y medio restantes y luego saltó a la derecha en un bucle de dedo del pie para un salto flotante a otro árbol para hacer un giro vertical, y luego se dio cuenta de que no era lo suficientemente juguetón y así añadió otro giro y medio, tras lo cual rebotó en una rama para un medio giro en la dirección opuesta y aterrizó.

Hizo volar su decoración estelar otros nueve metros antes de volver a su mano en una trayectoria en forma de corazón, con giros y rotaciones repentinas añadidas, y a pesar de sentirse nerviosa por Pastel Mary, la dejó en el suelo sobre sus pies. Aunque Chelsea hizo todo lo posible por dejarla en el suelo con la mayor delicadeza posible, cuando Pastel Mary vio a Chelsea, todo su cuerpo tembló, se abrazó a sí misma con ambos brazos y retrocedió, ni lo que Chelsea quería ni lo que esperaba.

“¡¿Por qué reaccionas así?!” Gritó Chelsea.

Mary se encogió ante la mirada amenazadora de Chelsea, lo suficientemente asustada como para que incluso te sintieras mal por ella, antes de mirar a su alrededor y murmurar con inquietud: “Me preocupaba que te me volvieras pegar.”

“¡No lo haré!” Agarró a Mary firmemente por los hombros. “¡Estaba siendo controlada mentalmente por una magia asquerosa! ¡Tú también estabas siendo controlada!”

“Pero…”

“¡Ni peros ni peras!”

“Chelsea, eso es una broma de padre. Sólo un viejo diría eso.” “¡No soy un viejo!”

Sin dejar de agarrar a Mary por los hombros, Chelsea la sacudió de un lado a otro para impedir que hablara. Como Chelsea ya no podía agitarse más, se calmó un poco y miró objetivamente lo que estaba haciendo. Estaba agarrando los hombros de Pastel Mary y sacudiéndola. Chelsea podía sentir el calor de su cuerpo a través de su gruesa ropa. Recordar cómo se había aferrado a ella en busca de ese calor era tan embarazoso que Chelsea no pudo soportarlo más, perdió su ternura y presencia de ánimo y aulló: “¡Nooo!”

Chelsea echó a Mary a un lado, sujetándose la cabeza con las manos mientras la veía chillar y caer entre unos arbustos. No. Se había perdido por un momento. Bueno, tampoco era eso. Era culpa de Ren-Ren.

Mary se levantó, gimiendo, con una mano en la nuca. Levantando la parte superior de su cuerpo fuera de la maleza, señaló a Chelsea. “Quiero decir…”

“¿Qué?”

“Tienes la cara roja…”

Chelsea se tocó la mejilla con una mano; estaba caliente. Cerró los ojos. A este paso, iba a acabar desesperada. Tenía que pensar en otra cosa. Cualquier otra cosa…, suplicó internamente, y la cara de Shepherdspie apareció en su mente. “¡Ahhh!” Gritó. No era un grito bonito, pero Chelsea no pudo contenerlo. Cuando se dio cuenta de que se había estado distrayendo con otras cosas porque no quería pensar en Shepherdspie. “Señor Pie.” Salió de su boca.

Los ojos de Mary se abrieron de par en par e inmediatamente toda su cara se contorsionó. Al ver la reacción de Pastel Mary, Chelsea supo que no había sido una ilusión ni una alucinación. Chelsea apretó las manos y volvió a abrirlas. Los sentimientos que había estado conteniendo al dar prioridad a su falso amor, pensando: “Lo del Sr. Pie estuvo mal, pero May-May es más importante”, rompieron el dique para desbordarse. Aunque llevaba poco tiempo conociéndolo, los sentimientos surgían con tanta fuerza en que no podía contenerlos…

¿Era porque los había estado conteniendo con tanta fuerza? ¿O la fuerza de los sentimientos no era proporcional al tiempo?

Cuando había destruido su habitación y su casa, incendiándola y derribando la torre, y había presenciado como un ladrón le robó las galletas, además de haber fracasado probablemente en un montón de cosas más, Shepherdspie siempre la había mirado preocupado y, con cada fracaso, había pensado que la despedirían con toda seguridad, pero nunca fue así. Chelsea había estado recluida durante diez años, sin apenas contacto con nadie más que con su familia, por lo que se había sentido ansiosa por relacionarse en un nuevo lugar de trabajo, y se había sentido aliviada de tener a una persona tan buena como empleador.

Lo último que le vino a la mente fue la exquisita y especial cocina de Shepherdspie. Ah, sí, nunca me enseñó a hacer eso, pensó, y una sola lágrima golpeó la mano que le tocaba la mejilla.

Mary miraba hacia abajo, con expresión terriblemente triste. Chelsea apretó los dientes. Si éste fuera el mundo de un sano anime de chicas mágicas, Shepherdspie no habría muerto.

Sintió que su cuerpo se calentaba. Su corazón latía con fuerza. Como chica mágica, Chelsea sentía la responsabilidad de ser linda. Pero Shepherdspie había muerto. La diosa lo había matado. La diosa era fuerte. Era más fuerte que Chelsea.

¡No!

Su respiración se volvió agitada. Sentía que su cuerpo iba a desgarrarse. La sensación de que una presa había estallado en su interior no se detenía. La linda Dreamy✰Chelsea y la Dreamy✰Chelsea que estaba pensando en Shepherdspie estaban allí de pie como dos personas separadas. Mary agachaba la cabeza y murmuraba en voz baja: “Señor Shepherdspie”, y ese comentario llegó con una conmoción que lo destrozó todo para reunir el corazón de Chelsea en uno solo.

Primero, la fruta gris. Chelsea sabía dónde las almacenaba la cohorte de Agri. Si el hechizo sobre ella se había deshecho, eso podría deberse a que algo le había ocurrido a Ren-Ren, luchando contra la diosa. Ren-Ren era una mala persona, pero Chelsea pensaba que era mejor para ella estar viva que muerta. Pero Chelsea aceptaría la fruta gris. Era una especie de dinero de compensación.

Conseguiría un suministro completo de fruta gris para luchar en una guerra de desgaste. Si hacía un buen uso de las ovejas como distracción, así como de la movilidad de sus estrellas para luchar mientras huía, la transformación del enemigo debería deshacerse primero. Chelsea se decidió por su plan general. Se vengaría de ella por Shepherdspie. Se vengaría.

Pastel Mary levantó la barbilla. “Ah, sí… olvidé que se me cayó el viejo mago.”

Chelsea soltó un largo suspiro y frunció los labios en el proceso para asegurarse de que parecía linda.

***

◇   Nephilia

La voluntad de luchar de Nephilia fue rápidamente aplastada. Se rompió con un ligero snap.

Dreamy✰Chelsea había surcado el cielo, cruzando por encima de la zona rocosa para llevarse a Pastel Mary. Nephilia no tuvo que movilizar su pensamiento lógico para darse cuenta de qué clase de criatura vendría arrastrándose tras ella. Era el enemigo que perseguía a Chelsea. Y ahuyentar a Chelsea no era tan fácil.

Después de haber cruzado espadas con la mismísima Dreamy✰Chelsea, Nephilia podía decir con certeza que Chelsea era un monstruo. Y ese mismo monstruo estaba siendo obligado a huir. Un humano desarmado vería a un oso pardo, un tanque, un portaaviones y una fortaleza espacial como adversarios invencibles, pero entre ellos había claras diferencias de nivel. Dentro del Departamento de Diplomacia, o entre los graduados de la Escuela de Preparación Archfiend o los duros de las facciones antiestablishment, había una jerarquía con unos más fuertes y otros más débiles. No importaba lo fuerte que te volvieses como chica mágica, sabrías que había alguien por encima de ti.

Por eso Nephilia huyó sin dudarlo. Si se trataba de alguien a quien Chelsea no podía vencer, entonces Nephilia nunca debería luchar contra ella. Nephilia siempre valoró su propia vida.

“¿La que se te ha caído es el hacha de oro? ¿O es el hacha de plata?” Dijo una voz desde atrás.

Nephilia se volvió sin aminorar la marcha. La diosa no se movía de su posición, sólo se quedaba mirándola. Era igual que la diosa que apareció para mostrar un milagro al pobre leñador que había perdido su hacha. Si se tomara la ilustración que Nephilia había visto una vez en un libro ilustrado y se ensuciara un poco, sería exactamente así. La forma en que ella tenía un hacha en cada mano también era del estilo de ese libro ilustrado, pero verla en la realidad era reveladoramente extraña. Verla sostener un hacha de aspecto pesado con cada uno de sus lindos, delicados y delgados brazos era tan irreal, que a Nephilia le daba vueltas la cabeza.

Cuando Nephilia corrió unos pasos, la diosa blandió su hacha. No es que Nephilia la viera hacerlo. En el momento en que Nephilia pensó: “Oh, creo que va a balancearse”, dio un salto hacia un lado. Justo después, hubo una explosión. Rocas destrozadas volaron por todas partes, y tierra y ovejas revolotearon hacia abajo, y, lastimosamente, antiguas ovejas que habían sido trituradas en carne y tendones también cayeron al suelo cuando Nephilia se levantó de sus rodillas.

Tú puedes hacerlo. No te rindas. Levántate, Nephilia, se animó a sí misma mientras mantenía la mirada fija en la diosa que se veía más allá del polvo y el humo. Aunque Nephilia hubiera perdido la voluntad de luchar, el enemigo seguía allí. No parecía que la diosa fuera a dejarla escapar por no querer luchar.

“¿La que se te cayó es el hacha de oro?”

El viento sopló y la nube de polvo se agitó y se disipó. Cuando Nephilia vislumbró el rostro de la diosa, ésta miraba en otra dirección. No miraba a Nephilia. El ataque de hace un momento tampoco iba dirigido a Nephilia, ¿verdad?

Esta es tu oportunidad, Nephilia, se dijo a sí misma. Bajando la postura, caminó en silencio. Oculta en la nube de polvo, dio unos pasos para alejarse de la diosa y luego se detuvo.

La diosa se deslizaba en dirección opuesta a la ruta de retirada de Nephilia. La parte inferior de su cuerpo estaba oculta por la nube de polvo, así que eso era parte de ella, pero se movía con tanta suavidad que era como si sus pies no existieran. ¿No se había dado cuenta de la presencia de Nephilia, o la ignoraba porque no la consideraba una amenaza?

Con sumo cuidado para no hacer vacilar la nube de polvo, Nephilia exhaló lentamente por la nariz. La diosa no miraba a Nephilia, no le estaba prestando atención, o no se había fijado en ella; eso tenía que ser porque su objetivo era otra persona. Y ese alguien obviamente no sería una oveja. Como Mary y Chelsea habían huido antes de que llegara el enemigo, sólo podía ser Ren-Ren, o Agri, o ambas.

Esa suposición —y la probabilidad de que dos personas desagradables fueran el objetivo— hizo que Nephilia se sintiera sombría. Tenía la sensación de haberse dado cuenta de algo que no debía.

Nephilia se levantó y alzó una rodilla. Aspiró una bocanada de aire y blandió la guadaña por encima de su cabeza. Calculando aproximadamente, estaba a más de treinta metros de la diosa. Nephilia ni siquiera miró a la diosa, balanceando su guadaña en el acto. Esta era sólo la guadaña que formaba parte de su traje. No podía atacar a treinta metros de distancia. Ella lo sabía mejor que nadie.

A través de su trabajo —o, más exactamente, a través del uso de su trabajo para buscar gente desagradable—, Nephilia había conocido a muchas chicas mágicas. Muchas de ellas habían sido muy competentes atléticamente, y esas personas siempre tenían un olfato agudo para el peligro, para los ataques; si Nephilia era humana, su sensibilidad era como la de los animales salvajes o mayor. Nephilia había entrenado un poco, y había contratado a un entrenador especial para aprender a blandir y manejar una guadaña. Sin embargo, eso no era más que un estudio moderado como parte de un estilo de vida ordinario. Aprender documentos legales había sido la prioridad mucho mayor, y la diferencia entre ella y las chicas mágicas que daban por sentado que cazarían y serían cazadas y arriesgarían sus vidas, era obviamente la diferencia entre un humano y un león.

Si Nephilia se levantaba y blandía su guadaña, aunque fuera a poca distancia, el león —la diosa— se daría cuenta. Si se daba cuenta, entonces interpretaría las intenciones de Nephilia. Ella asumiría que Nephilia no estaba levantando su guadaña en el aire sin ninguna razón.

Una chica mágica con una estética muy fantasmal blandiendo su objeto especial —una guadaña de aspecto muy letal— a treinta metros de distancia. Había muchas probabilidades de que usara magia. Habiendo investigado el incidente del secuestro en grupo que Keek había provocado, Nephilia sabía que una de las chicas mágicas a las que habían hecho participar en aquel juego mortal, Akane, había sido capaz de cortar cualquier cosa que viera, sin importar lo lejos que estuviera. No podía ignorar que había gente con magia así. Una bestia se movería sin tener mucho en cuenta las razones. ¿La diosa esquivaría primero, o atacaría? A juzgar por la forma en que manejaba las cosas, por su rastro de destrucción, las probabilidades de lo segundo eran altas. En otras palabras, Nephilia podría incitarla a atacar con sólo preparar un golpe de su guadaña. Sin embargo, el éxito no estaba garantizado. Ella tenía tal vez un 10 por ciento de posibilidades de éxito en esta apuesta. No podía contar con sus reflejos, y tampoco poseía ninguna técnica o entrenamiento para anticiparse. Lo más que podía hacer Nephilia era incitar a la acción, programándola medio al azar. Pero aun así, no tenía más remedio que hacerlo. Nephilia balanceó su guadaña hacia abajo con toda la fuerza de su cuerpo, y justo antes de que la punta tocara el suelo, saltó a un lado.

Fue golpeada con un sonido y un impacto intensos, y su cuerpo salió despedido por los aires. No sólo ella: rocas, tierra, hierba, árboles, todo volaba por los aires. Había visto algo parecido un momento antes.

Segura de que había tenido cierto éxito en lo que pretendía, alzó mentalmente un puño en su corazón con un silencioso “Sííííí”. Había atraído a la enemiga con un gesto inútil, había distraído su atención de Ren-Ren y Agri, y la había hecho atacar. Y habiendo hecho eso, Nephilia seguía viva. En otras palabras, había conseguido controlar el movimiento del enemigo.

Así que para mí siguiente movimiento, pensó justo en el mismo momento en que su hombro derecho se estrellaba contra la roca.

Un impacto que rivalizó con el total de las dos explosiones noqueó a Nephilia… y cuando abrió los ojos, el polvo se había despejado. La tierra, los árboles, las piedras y la propia Nephilia no volaban por el cielo. El silencio era gélido, el sol era lo bastante fuerte como para que resultara molesto, y nubes blancas fluían en lo alto de los cielos lejanos. Estuvo un rato confusa sobre por qué la situación había cambiado en un instante, pero enseguida lo entendió. Parecía que había estado inconsciente más tiempo del que pensaba.

Intentó inspirar y, por reflejo, tosió al sentir el dolor en el pecho, lo que hizo que todo su cuerpo se retorciera de dolor y le temblaran los puños cerrados. El dolor despertó su confuso cerebro. Nephilia se llevó las manos temblorosas a la cara y confirmó que seguía en su forma de chica mágica. Si hubiera vuelto a su forma humana, habría muerto. Pero incluso como chica mágica, estaba agonizando.

Gimió de dolor, pero confirmó que seguía entera e instó a su cuerpo que protestaba a seguir adelante. Moviéndose y luego deteniéndose como un robot defectuoso, apoyó las manos en las rodillas y luego rodó hacia un lado, y desde allí se sentó. Contuvo el gemido que intentaba salir de su garganta. Las piedrecitas que tenía pegadas al cuerpo empezaron a rodar. Tosió por segunda vez y escupió la saliva que le quedaba en la boca. Estaba turbia y enrojecida.

Se puso de rodillas y se levantó. Mirando hacia atrás, hacia donde acababa de estar, comprendió por qué le había costado tanto levantarse. La gran roca estaba agrietada y hundida. Parecía que Nephilia había golpeado la roca y le había hecho una hendidura como si la hubieran enterrado en ella. Había visto a gente golpeada de esta manera en todo tipo de animes, desde los de payasadas hasta los de acción, pero nunca se le había ocurrido intentarlo ella misma.

Miró a su alrededor. Estaba en un bosque lejos de la zona rocosa. Pero incluso diciendo eso, ya que los árboles habían sido arrasados, toda la zona ya no era bosque. Nephilia no podía ver a la diosa. Ren- Ren y Agri no estaban allí. Miró a su alrededor varias veces con la cabeza mareada y encontró su guadaña tirada en el suelo. Pensó, sintiéndose demacrada, que era bueno que estuviera cerca, pero en el peor de los casos, podría haber sido apuñalada por su propia arma. Cuando se agachó para recogerla, sintió un dolor en el hombro derecho, como si se lo estuvieran retorciendo, y gimió a su pesar. Le dieron ganas de llorar: “Duele, duele.”

Nephilia no tenía suficiente experiencia con heridas ni conocimientos médicos para poder juzgar si el hueso estaba roto o si era un músculo desgarrado. Concluyendo que si podía moverse, entonces, bueno, las cosas se arreglarían de alguna manera, pateó la guadaña hacia arriba con el dedo del pie y la agarró con la mano izquierda. Clavó la guadaña en el suelo como un bastón y arrastró la pierna mientras se adentraba en el bosque. Era una lucha estar viva, pero tenía que hacer más que eso.

Nephilia sólo la había visto brevemente, pero había visto al enemigo. Había sido una chica mágica con el motivo de la diosa de la primavera, ¿no? El comportamiento del enemigo había sido tan extraño que resultaba difícil aceptarlo sin más. ¿Había tenido algún significado aquella pregunta sobre un hacha dorada o lo que fuera? Nephilia acababa de ser desmayada: ¿por qué la diosa no había acabado con ella?

Lo más antinatural de todo era que no tenía olor. En este caso, “olor” no significaba un olor corporal o algún aroma añadido. Era la presencia del intelecto. A Nephilia nunca se le escaparía una persona desagradable. Tanto si la diosa se desbocaba por orden de Navi como si su violencia era a discreción propia o simplemente se abandonaba a la locura, debería venir acompañada de algún tipo de olor. ¿Era posible que su violencia fuera puramente mecánica, sin ningún sentimiento?

Incluso si eso es posible…

La luz que se filtraba entre los árboles le dio de repente en la cara y le hizo fruncir el ceño, y aceleró el paso. Aunque eso fuera posible, a Nephilia no le gustaba. Se sentía más unida a la pareja de desesperadas por la que había ido y arriesgado su vida para salvarlas. El problema era dónde estaban y qué estaban haciendo ahora. Agri era una avara, pero comprendía el valor de la ley, los contratos y Nephilia. Ren-Ren tenía aire de psicópata, pero estaba muy obsesionada con sus relaciones. Si ninguna de las dos había venido a salvarla, podía concluir que tenían sus propios problemas. Tenía un mal presentimiento, pero de todos modos se obligó a esperar lo mejor. Si no era así, no tenía sentido que hubiera arriesgado su vida para salvarlas. Con la suposición de que las dos estaban a salvo, Nephilia regañó a su dolorido cuerpo, Tengo que reunirme con las dos de inmediato.

Sus piernas y brazos no se movían como ella quería. Andar en busca de una avara y una psicópata cuando estoy así de incapacitada, también debo de tener algo malo, pensó con una sonrisa en la comisura de los labios.