Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Volumen 4

Capítulo 7: Incidente Del Secuestro, Parte I

Parte 1

◆ Rila ◆

Roland había informado a Rila de que Maylee iba a tomarse un descanso de la misión. También pidió que Rila se quedara al lado de la chica durante un tiempo.

—Vamos a dar un paseo hoy —dijo Maylee.

La habitación contigua a la de la princesa se había convertido prácticamente en un corral de tsunorabi. Desde que había decidido traer al animal a casa, Maylee lo cuidaba allí.

Cogió el tsunorabi leonado y le dio un apretón.

Rila observaba con aburrimiento. —De verdad que ahora… ¿Por qué tengo que ser yo la que se quede vigilando al pequeño…? —se quejó, desganada, mientras se rascaba la parte posterior de la oreja con el pie.

A pesar de su comentario, esto era mucho más preferible que dormir todo el día.

—Rila, ¿qué nombre le ponemos a este?

—No es mi mascota. Puedes ponerle el nombre que desees.

—Pero eres muy buena nombrando cosas, Rila.

—Entonces llámalo Bunnyton. Un monstruo tan pequeño no sirve más que como comida de emergencia en el bosque cuando uno está en problemas.

Rila había disfrutado de un delicioso tsunorabi capturado y preparado por Roland cuando habían visitado la casa de su infancia.

—Bueno, supongo que no les falta… gusto… —murmuró Rila mientras miraba a Maylee.

—Los conejos no son comidas de emergencia —reprendió Maylee—. Yo no me los comería. Bunnyton es básicamente lo mismo que llamarlo Bunny, así que voy a quitar la primera parte y llamarlo Niton. Niton… ¿Niton?

Cuando Maylee llamó al tsunorabi, éste se dio la vuelta y la miró a los ojos.

Maylee frotó su mejilla contra el pelaje del conejo.

—Hee-hee, es tan suave, cálido y lindo… Me miró cuando lo llamé, así que debe ser un buen nombre.

—Supongo que habrás olvidado que, cuando estoy en esta forma, soy suave, cálida y bastante reconfortante de sostener.

—Ajá. Sé que lo eres — Maylee dio una respuesta a medias e ignoró el llamamiento de Rila. En su lugar, ató un collar al tsunorabi y recogió la correa atada a él.

—Vamos a dar un paseo, Niton.

Cuando Maylee se alejó, el conejo saltó tras ella.

—Hmm…

Tenía una cola marrón y redonda, patas cortas, un pelaje esponjoso y un trasero redondo…

—Guh… No quiero admitirlo, pero es adorable… Incluso a mí me gustaría tener uno propio…

Tras aceptar la derrota, Rila siguió al humano y al tsunorabi.

Para no provocar una escena, Rila sólo hablaba en su forma de gato cuando estaba a solas con Maylee.

La princesa visitó alegremente diferentes secciones del castillo y luego se dirigió al patio. Dejó que Niton corriera libre para poder perseguirlo por diversión.

—Oh, Lady Alias, ¿qué está haciendo? —llamó Luno, la dama de compañía, desde una ventana. Debía estar caminando por un pasillo y vio a la princesa.

—Estoy jugando con Niton… el conejo.

—Eso parece muy divertido — Luno sonrió suavemente. La mujer acompañaba a menudo a Maylee fuera del castillo, así que Rila la reconocía bien—. Lady Alias, tengo justo lo que necesita para alimentar a su tsunorabi.

—¿Eh? ¿En serio?

—Sí, por supuesto. Pero, por favor, mantén esto en secreto para Lady Leyte.

—¡Está bien! No se lo diré a mamá…

—Entonces, por favor, ven por aquí. Te guiaré hasta ella.

—¿No estás contento, Niton? Tienes que comer algo delicioso.

El tsunorabi no escuchaba a Maylee, sino que mordisqueaba la hierba cortada.

¿Buena comida…? ¿Para una bestia que está feliz de masticar cualquier hierba vieja?

Rila estaba confundida, pero recordó su propia época como miembro de la realeza. Muchas damas de honor estaban ansiosas por ganarse el favor de una princesa. Luno probablemente no era diferente.

Cuanto más cerca estuviera uno de la princesa, más probable sería que le escuchara. Había algo de interés propio en la amabilidad.

—No pensé que fuera ese tipo de mujer, sin embargo…

Rila pensó en cómo se había comportado Luno en el pasado mientras se acercaba silenciosamente a Maylee para esconderse bajo la falda de la chica.

—¡Eep! Rila, ¿qué estás haciendo…?

—Silencio.

Rila no prestó atención a la curiosa Maylee mientras trepaba por la espalda de ésta desde dentro de la ropa de la chica.

— M e duelen las garras —se quejó la princesa.

—Ten paciencia.

—Venga, venga, Lady Alias —invitó de nuevo Luno.

Una vez que Maylee estuvo de vuelta en el pasillo con su tsunorabi, la dama de compañía comenzó a guiarla.

—¿Qué tipo de comida es?

—Si Lady Leyte se entera de esto, me regañará. Me dirá: ‘Alias debe ocuparse de ello ella misma’. Así que se lo diré una vez que estemos allí —respondió Luno en voz baja mientras seguía avanzando.

Rila asomó disimuladamente la cabeza para ver dónde estaban.

El pasillo vacío y sombrío parecía un poco más oscuro que de costumbre, tal vez porque afuera hacía sol.

Rápidamente, Rila volvió a esconderse bajo la ropa de Maylee, y nada más hacerlo se dio cuenta de que la princesa se había quedado sin fuerzas. Alguien cogió a la chica cuando sus piernas cedieron bajo ella.

—…

No debería haber más gente alrededor. ¿Qué había hecho Luno?

—…¿Qué hago con el conejo y el gato vestido…?