Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 14

Capítulo 7: Nutrientes, Nutrientes, Nutrientes, Nutrientes Insuficientes

Parte 2

◇   Touta Magaoka

Touta no había querido separarse de Marguerite, pero Rareko había tirado de Yol, que llevaba a Touta de la mano, así que acabaron huyendo todos juntos. Rareko corrió por todo el bosque, encontrando una fruta gris en el camino, mientras Touta se aferraba a Yol, tratando frenéticamente de no dejarse caer. Al final, llegaron a la costa, y Rareko buscó un lugar discreto. Golpeó y pateó el acantilado para desenterrar una cueva, y los tres entraron y se acurrucaron juntos.

Touta no entendía realmente lo que estaba pasando, pero estaba aterrorizado. Ni siquiera pudo quejarse a Rareko: “¿Cómo pudiste huir y dejar a todos los demás atrás?” Él también había querido huir. Pero no quería separarse de Marguerite: quedarse atrás con ella cuidándolo habría sido mucho más tranquilizador que separarse de ella.

Pero entonces eso significaría separarse de Yol. Parecía que se sentiría más desesperada que Touta, así que no quería dejarla por otros motivos. No había tenido tiempo de decir nada mientras huían, pero después de diez o veinte minutos de estar quieto en una cueva de cuatro metros, se calmó un poco. Recuperó la suficiente presencia de ánimo para hablar.

Touta dijo, volvamos. Dijo que sería mejor estar con todos los demás.

Rareko dijo que era demasiado peligroso. Dijo que no tenían ni idea de lo que podría hacer esa cosa aterradora, y que lo mejor sería quedarse aquí para proteger a la señorita… para proteger a los dos.

Antes de que Yol pudiera decir nada, apareció un hombre. Fue repentino.

Cuando asomó la cabeza para mirar la entrada, Touta oyó a Rareko tragar.

Pero Touta no se atrevió a decir nada. Le hubiera gustado abrazar a Yol de forma protectora, pero más bien se asustó; más precisamente se aterró, y se aferró a ella automáticamente.

Bueno, por supuesto que se sorprendería. Tanto él como Rareko lo estaban. Estaban tan sorprendidos que hasta que Yol gritó “¡Tío!” no se dieron cuenta de que era Navi.

El rostro sonriente que levantó una mano con un “Hey” no sólo parecía bastante cansado, sino también sucio, pero efectivamente era Navi. Sus ropas eran Navi y su físico también era Navi, así que uno pensaría que sabrían a simple vista que era Navi, pero justo en ese momento, estaba empapado de sangre roja brillante desde la parte superior de su cabeza hasta su cuello. Su cuello estaba hecho un desastre, seguramente porque había absorbido la sangre. Por supuesto que eso asustaría a Rareko, y también a Touta.

“¡¿Qué ha pasado?!” Gritó Yol.

“Ah, escapar fue un poco difícil.” Respondió Navi.

“¡Tu cabeza!”

“Vamos, para empezar ya estaba calvo.”

“¡No quiero decir eso!”

Siguiendo la mirada de Yol, Navi se golpeó una mano contra la frente y se miró la palma. Frunció el ceño ante su palma enrojecida y luego se limpió la cara con la manga. “Había cosas volando y golpeando por todas partes. Me imagino que algunos trozos me golpearon. Bueno, he llegado bien hasta aquí, así que seguro que no es para tanto.”

“No, es un gran problema.” Replicó Yol, y Touta y Rareko asintieron.

Sentaron a Navi en medio de la cueva y Rareko lo limpió con una toalla mientras miraba sus heridas. Navi resopló y dijo: “Nada más que molestias.” Quizá se refería a su propia situación, o quizá a que la gente se preocupara por él cuando estaba bien. Cuando Touta pensó en la vez que le habían dicho que se quedara en casa cuando había un torneo importante de Battlers, sólo por un poco de fiebre, podía entender esa sensación de ‘esto no es nada más que una molestia’. Pero lo que Navi había sufrido era algo más que un poco de fiebre.

“¿Saben dónde fueron los otros?” Les preguntó Navi.

“No… todos nos separamos…” Respondió Yol. “Y no los hemos visto desde entonces.”

“Más o menos lo mismo por mi parte. Aunque estoy haciendo que Clarissa mire.”

“¿No es peligroso?”

“Si lo que hay ahí fuera es algo que sus rápidas piernas no pueden superar, entonces todos nosotros estamos realmente de mala suerte. Bueno, por ahora haré lo que pueda.” Golpeó un bulto en su manga, y cuando la inclinó hacia el suelo, algo salió rodando. Era una fruta gris. Había una, dos, tres, cuatro de ellas.

“¡Tantas!” Gritó Yol. “Sólo pudimos encontrar una, y eso nos costó mucho esfuerzo.” La única fruta gris que habían encontrado ya había sido partida por Yol y Rareko y comida.

“No hace falta que se contengan. Ya me aseguré un poco para mí y Clarissa antes de compartir.” Navi levantó la manga del otro lado y se la mostró. Esa también estaba abultada. Tenía que tener fruta gris metida dentro.

Touta dejó escapar un suspiro de alivio. No las necesitaba, pero sabía que estarían en verdaderos problemas si Yol colapsaba o si Rareko no podía transformarse. A Touta le habría gustado encontrar algunas él mismo, si pudiera, pero conseguirlas de otra persona seguía siendo una ayuda, y estaba agradecido. Se levantó e inclinó la cabeza en un ángulo en el que se viera bien. “Muchas gracias.” Era de buena educación agradecer a alguien con una reverencia cuando te ayudaba.

Yol y Rareko se inclinaron tras él, y Navi se rascó la cabeza tímidamente. “Hey, como acabo de decir, sólo estoy compartiendo un poco.” Navi sonrió, y entonces miró por casualidad hacia abajo y captó que Yol y Touta estaban tomados de la mano. Entrecerró los ojos, luego sonrió y golpeó a Touta en el hombro, haciéndole toser.

“¿Qué pasa, tío?” Preguntó Yol.

“No, nada. Tenemos que trabajar todos juntos para abordar esto.”

Touta pensó que había un brillo burlón en sus ojos. En momentos como este, Touta habría soltado su mano automáticamente. Pero esta vez, apretó más fuerte, haciendo que Yol gritara, y se disculpó, relajando su agarre.

La sonrisa de Navi se volvió aún más claramente alegre que antes, y sus globos oculares se enfocaron al levantar la vista. “¿No has terminado aún, Rareko?”

“Parece que la hemorragia se ha detenido.”

“A pesar de que la sangre siempre se me sube a la cabeza, ¿eh?

Bueno, sigue con lo tuyo.” “Sí, lo más rápido posible.”

Por supuesto, tampoco había maletín de médico ni botiquín de primeros auxilios. Ni siquiera tenían un juego de primeros auxilios de juguete. Aun así, Rareko limpió la sangre con una toalla y demás, haciendo que la cabeza de Navi brillara aún más que cuando Touta lo había conocido. Reflejando la luz de la luna y las estrellas, brillaba como una segunda luna.

“Bueno, entonces, supongo que me pondré en marcha.” Navi se dio una palmada en un muslo y se levantó con un hup.

“¿Te vas…? ¿A dónde?” Preguntó Yol.

“Vamos, no llegaremos a ninguna parte si no nos reunimos con los demás. Me esconderé si las cosas se ponen peligrosas, así que no hay que preocuparse por eso. Bueno, desde que me pulí así de brillante, tal vez renuncie a esconderme.” Se rió como si le hiciera gracia. Parecía mucho más tranquilo en comparación con la primera vez que llegó. Quizá hablar le había relajado un poco. Si ese era el caso, tal vez Touta también había sido un poco útil.

“Escucha, no dejes este lugar. Sólo acomódate aquí. Parece que hay alguien haciendo cosas desagradables.” Luego, con un movimiento de una mano, Navi desapareció en la oscuridad.

Al verle marchar, Touta pensó: los adultos son realmente fiables. Touta lo había considerado como los señores que vendían pollitos, peces de colores o tortugas deslizantes en los puestos callejeros por la noche, pero tal vez la gente así, que parecía mala, fuera confiable cuando las cosas se pusieran difíciles.

En los libros que se podían tomar prestados de la biblioteca, había muchas historias que presentaban las hazañas de niños que podían avergonzar a los adultos, pero ahora mismo, no parecía que Touta pudiera lograr nada que avergonzara a los adultos. Era frustrante, pero la razón por la que Touta no podía lograr grandes hazañas era porque era Touta.

Si Marguerite estuviera allí, ¿le diría algo considerado para consolarlo? Touta pensó que ella no podría decir nada considerado y que se limitaría a ponerle una mano en la cabeza o algo así, pero luego se arrepintió de ese pensamiento. Era una grosería para él imaginar algo así.

“¿Estará bien…?” Se preguntaba Yol. “No, creo que estará bien… pero el tío no valora mucho su propia seguridad o cosas de esa naturaleza.”

“¿De verdad?” Preguntó Touta.

“Lo descartará diciendo que todo será una historia divertida después, así que está bien.”

“¿Lo conoces bien? ¿Es tu tío de verdad?”

“No, mi familia de vez en cuando le hace peticiones. Dicen que esas peticiones son cosas de mayores, así que no me dicen de qué se trata.”

“Hmm…” Realmente no entendía por qué había ido a preguntar eso. Pero ahora que lo había hecho, agonizaba por ello. Agh, ¿por qué tenía que abrir la boca? Ahora tenía que suavizar las cosas. Lamiéndose nerviosamente los labios, Touta dijo: “La gente así… um, que no considera mucho su propia seguridad, ya sabes…”

“¿Sí?”

“Mi tía dice que eso sólo significa que serán exuberantes y generosos mientras tengan éxito.”

Touta se acordó de sí mismo. Cuando Navi había sacado un montón de fruta, Touta no se había alegrado. Al principio se había sentido más frustrado, como si pudiera gritar: “¡Maldita sea!” Pensó que probablemente era así. Touta se había sentido así a pesar de que obviamente era mejor que hubiera mucha fruta para Yol y Rareko. Se había encontrado pensando, ojalá hubiera sido yo el que trajera mucha fruta gris para hacer feliz a Yol. También se sintió frustrado por el hecho de que Yol se hubiera alegrado por la charla con Navi, aunque debería haberle alegrado que Yol se sintiera mejor.

Estaba seguro de que eso no era bueno. Precisamente por eso, Touta había parloteado con un montón de cosas irrelevantes en un intento de cubrirse y de que no se notara que estaba tratando de cubrirse. Estaba muy asustado, todo su cuerpo se estremecía, y sabía que no se podía evitar que estuviera asustado, pero eso no impedía que fuera frustrante. Quería quedar bien delante de Yol, y quería que Marguerite lo elogiara… aunque estuvieran ocurriendo cosas locas, y tuviera miedo. Touta incluso pensó que no tenía remedio.

“Tu tía habla de cosas difíciles.” Dijo Yol.

“Dijo que, por desgracia, algunas personas seguirán triunfando toda su vida, hasta el final.”

Yol suspiró. “Rezaré para que así sea.” A su lado, Rareko seguía asintiendo.

***

◇   Ragi Zwe Nento

Era como si una neblina lo cubriera todo. Pero no era doloroso. Su flojo dominio de los sentidos le proporcionaba paz en lugar de sufrimiento.

En lugar de vivir la vida claramente consciente y torturado por el dolor, era mejor estar en una paz algodonosa y deslizarse hacia una muerte fácil. La razón y el conocimiento en los que había confiado toda su vida levantaron la bandera blanca contra el dolor violento.

De repente, Ragi se dio cuenta. No estaba en paz en este momento. Su mente no dejaba de venir con distracciones una tras otra. ¿Cómo estaba Clantail? ¿Qué hacían los otros magos y las chicas mágicas?

¿Habían encontrado la forma de salir?

El dolor que había seguido asolando su cuerpo, haciéndole desfallecer, había desaparecido ahora. Cuando abrió los ojos un poco, todo su campo de visión se retorció y vaciló, formando poco a poco una imagen clara, y el contorno de sus pensamientos se agudizó con ella. Tosió un par de veces, y le picó la parte posterior de la garganta, pero mejoró un poco el flujo de aire. Tenía un sabor dulce en la boca. Una dulzura afrutada le llenaba desde las fosas nasales hasta la garganta. Sabía y olía a fruta gris. Realmente era demasiado dulce para el gusto de Ragi.

Aspiró una bocanada entera del aire dulzón y enfermizo y envió oxígeno a su cerebro.

Ragi se sentó. Le dolía la espalda. También el trasero. La tela colocada sobre su cuerpo era probablemente su propia capa. Debajo de él había roca. Era dura. Estando tumbado en un lugar así, no es de extrañar que le doliera la espalda y el trasero.

Enfocó sus ojos y miró a su alrededor, pero todo lo que pudo decir fue que parecía estar en un pequeño espacio que era todo piedra, algo así como una cueva. Después de todo, no podía ver en la oscuridad. El viento soplaba desde un lado, mientras que el aire del otro lado estaba quieto, lo que tenía que significar que había una entrada. Tanteó con cuidado, pero su mano derecha alcanzó inmediatamente una pared. Era áspera y angulosa. Una roca. El dorso de su mano izquierda chocó con algo y la retiró. Alargando tímidamente la mano para tocar el objeto, sintió una madera mucho más suave que la roca y la agarró. Era su bastón habitual.

Ragi lanzó un gran suspiro.

Pasó una mano por donde debía estar su cabeza cuando estaba dormido y tocó un bulto de tela hecho una bola. Lo sujetó y lo abrió y descubrió que era su sombrero. Esto no es para usarlo como almohada, pensó mientras se sacudía la suciedad y se lo ponía en la cabeza. Se sintió como si estuviera ciertamente aplastado y fuera una desgracia, pero como una rara fortuna en esta situación, estaba demasiado oscuro para verlo. Pero antes de eso, cualquiera que viera a Ragi ahora se daría cuenta…

“¡Oh! ¡Te has levantado!” Escuchó una voz desde el lado del viento. Esa voz aguda particular de las chicas mágicas reverberó dentro de la cueva, irritando a Ragi más de lo necesario. Su descarado paso sin preocuparse en absoluto por los demás redobló su irritación. “Eso es genial, Abuelo.”

Ese apodo irritó a Ragi más allá del punto de no retorno. Pero aun así, no se quejó en voz alta. Actualmente, Ragi no estaba inconsciente ni cerca de estarlo. Ni siquiera consideraría elegir una muerte fácil en lugar de una vida llena de dolor. De hecho, estaba irritado consigo mismo por haber pensado eso hace un momento. Estaba totalmente consciente, y por el sabor y el olor persistentes en su boca, estaba claro que había estado ingiriendo fruta gris. Dado que Ragi había estado inconsciente y era imposible que hubiera encontrado alguna por sí mismo, alguien debía haberlo salvado. Lo más probable era que ese salvador fuera la chica que ahora tenía delante.

Debería darle las gracias, pero estaba demasiado irritado para hacerlo. En momentos así, la boca de Ragi, su lengua, su garganta no se movían para dar las gracias. En contra de su propio deseo de dar las gracias primero, pero en cierto sentido siguiéndolo, no inclinó la cabeza en señal de agradecimiento, sino que exigió imperiosamente: “… ¿Dónde estoy?”

“¿Hmm?”

“¿Dónde está todo el mundo? ¿Por qué estoy en un lugar como éste?”

“Oh, ya veo. No sabes lo que ha pasado, eh.” La chica mágica Clarissa Toothedge, que tenía las orejas puntiagudas como un gato salvaje, dio una palmada. Ragi entrecerró los ojos y la miró. No estaban completamente a oscuras. Entraba la luz de la luna y de las estrellas del exterior. Clarissa estaba encorvada, pero las puntas de sus orejas aún tocaban el techo de la cueva. Si Ragi hubiera intentado levantarse irreflexivamente, podría haberse golpeado la cabeza.

“Alguien que da miedo vino a atacar, y todos huyeron por su cuenta.” Explicó Clarissa.

“¿Alguien que da miedo?”

“Creo que es lo mismo que le pasó a Maiya.”

A Ragi le dolía la cabeza. Tampoco recordaba exactamente cuándo había caído inconsciente. Sobre las borrosas olas de sus pensamientos, vio algo. Cuando oyó gritar a alguien, ¿había sido un sueño o la realidad?

“¿Qué está pasando…? ¿Qué está pasando?” Murmuró Ragi.

“Como dije, acabamos de separarnos.” “¿Algún muerto?”

“Tal vez. Realmente no lo sé.”

“Que atroz…” Incluso se sentía como si fuera una persona lanzada desde una línea de tiempo diferente. “¿Qué pasa con Clantail?”

“¿Era la chica que es un caballo o un leopardo o lo que sea del torso para abajo?”

“Sí, ella. ¿Dónde está?”

“Dejó a todos antes de que nos atacaran.” “¿Ella lo hizo? ¿Clantail se fue por su cuenta?”

“No pudo soportar la espera mientras estabas en tan mal estado, así que se fue a recoger algunas frutas grises. Eso fue un poco antes de que nos atacara la persona que da miedo.”

“¿Por qué tendría que hacer eso? Teníamos un almacén de la fruta gris.”

“Pastel Mary las tomó y huyó.”

Todo era un desorden miserable. No había ni una pizca de disciplina. Las chicas mágicas eran un caos. No podían estar sujetas a reglas o leyes.

Ragi apretó su mano derecha, que estaba colocada sobre la roca desnuda. La arena de la piedra se acumulaba desde la punta de sus dedos hasta la palma de la mano y hacía un molesto ruido de raspado. Cada pequeña cosa era tan irritante.

Su mal humor se debió de notar. “No tienes que enfadarte tanto.” Dijo Clarissa con ligereza, y eso hizo que Ragi se enfadara aún más.

“¡¿Cómo no voy a estar enfadado?!”

“Bueno, es cierto. Es bastante justo. Pero es en momentos como estos cuando hay que ser realmente positivo.”

“¿Positivo? Ridículo, decirme que sea positivo en esta situación.”

“En lugar de enfadarse y quejarse, es mejor hacer las cosas que se pueden hacer, una por una, ¿no?”

A veces, incluso si estabas diciendo algo razonable, el tono de dañaba el mensaje. Y más que eso, sobre todo, el solo hecho de que fuera una chica mágica que había sido traída aquí por Navi Ru lo perjudicaba lo suficiente como para poder llamarlo básicamente ruina. La boca de Ragi se torció dentro de su barba. Sí, Clarissa era empleada de Navi Ru.

“Hey.” Ladró Ragi.

“¿Qué es?”

“¿Dónde está tu jefe? ¿No estás salvando a la persona equivocada?” “Fueron órdenes del señor calvo que te salvara, sabes.”

“¿Qué quieres decir?”

“No significa nada. Estaba en mal estado. Me dijo: ‘Puedo arreglármelas de alguna manera, así que si pasa algo, puedes dejarme y salvar a ese viejo pedorro’. Uy, perdón, al venerable maestro Ragi.”

Los labios de Ragi se torcieron aún más. Estar en deuda con Navi era una lamentable desgracia, una humillación.

Mientras Ragi hacía sonar su bastón sin mediar palabra, Clarissa rodeó ágilmente por detrás de él, le puso las manos en los hombros y se los masajeó suavemente. “He oído que como que no se llevan bien. No tiene sentido entrar en una disputa ahora. A fin de cuentas tanto tú como él están en la Facción Osk. Así que creo que es una razón más para que se lleven bien.”

No importaba cuánto tiempo hubiera pasado; Ragi nunca podría olvidar lo que Navi Ru había hecho. Cuando la facción se había dividido en dos bandos, se había infiltrado en uno de ellos para filtrar información al bando enemigo. Se había enterado de sus trapos sucios y, mediante amenazas y sobornos, había roto la oposición. El propio Ragi sabía que Navi Ru no había hecho eso por su cuenta. Alguien más había dado la orden, y Navi Ru era simplemente el encargado de ejecutarla. Pero alguien que es golpeado sin apenas poder resistirse nunca lo va a ver fría y racionalmente, como: “Sólo seguía órdenes.” Los magos que ignoraban los caminos del mundo y sólo conocían la vida en la torre de marfil no podían oponer resistencia a las artimañas de Navi Ru, y después de haber aprovechado plenamente su aptitud, parecía satisfecho con los resultados obtenidos. Había ganado una posición adecuada a partir de ella, lo que los llevó a este momento.

Ragi, de alguna manera, relajó su mandíbula apretada y logró preguntar: “… ¿Qué busca?”

“¿Perdón?”

“Sé muy bien que no es de los que ayudan a nadie por la bondad de su corazón.”

Tras una breve pausa, Clarissa dio una palmada y se rió. Ella también había sido así antes: su risa era alegre y despreocupada, y no era en absoluto lo que se esperaba de alguien que estaba atrapado en un lugar donde podría morir, aislado del mundo exterior. Todas las personalidades de las chicas mágicas estaban separadas del mundo real en mayor o menor medida, lo cual era una cosa más que irritaba a Ragi.

“Vamos, no te enfades tanto.” Clarissa se rió un rato y luego le hizo un gesto con una mano al hosco y silencioso Ragi. “No se equivoca. Sí, está detrás de algo.”

“… Eres honesta.”

“Ah, sigues sospechando. Pero no es nada tan complicado. Ese señor tiene una alta opinión de ti, Abuelo. Tu habilidad como mago.”

“… ¿Oh?” Ragi tuvo la sensación de que Clarissa sonrió.

“Está pensando que te utilizará alguna vez, cuando se haya vuelto importante. Te está poniendo en deuda ahora para cuando eso ocurra. Incluso si pone su propia vida en peligro.”

Ragi estaba a punto de gritar: “¡Ni de coña voy a dejar que ese cabrón me utilice para nada!”, pero Clarissa levantó una palma delante de él. Ragi se mordió la lengua.

“Creo que ese tipo de relación está bien.” Todavía estaba de buen humor.

Ragi no compartía en absoluto sus sentimientos. “¿Qué relación?”

“Ni siquiera podrían llevarse bien aunque quisieran, así que deberían pensar en ello como en utilizarse mutuamente. Es mucho más saludable que estar enfrentados, y también sería útil para la Facción Osk.”

Ragi se dio cuenta de que estaba hinchando el pecho. Parecía orgullosa. Tenía que pensar que estaba blandiendo el argumento correcto. No se daba cuenta de lo irritante que era para Ragi, o lo hacía a propósito. Su actitud y su forma de hablar despreocupada no parecían provenir de un carácter genuinamente superficial, sino que intentaba deliberadamente que lo pareciera.

“De acuerdo. Quédate quieto. Estabas muy enfermo para empezar, así que si te mueves, te quedarás sin energía enseguida. Pero te dejaré algo de fruta aquí.” Clarissa hizo rodar algo. Agachando la espalda, Ragi le dio la vuelta con el extremo de su bastón, y cuando lo recogió, un olor dulce se agitó en el extremo de su nariz.

Los pasos de Clarissa se alejaron un paso, dos, y entonces Ragi golpeó la pared con su bastón. “Espera. ¿A dónde vas?”

“Tenemos que encontrar a los demás. También voy a ir a ver si esa persona peligrosa está por allí o no.”

“Todavía no hemos terminado de hablar.” “También buscaré a Clantail, tanto como pueda.”

“¡Hey!” Ragi gritó, sus palabras reverberaron contra las paredes de piedra para rebotar hacia él. No había nadie para oírlas.

Golpeó la pared con palabras de rabia y con su bastón, y el impacto hizo que se le entumeciera la mano, y dejó caer el bastón, y entonces cerró el puño y estuvo a punto de golpear la pared de piedra, pero se detuvo justo antes de hacerlo. Agradecido por haber tenido el suficiente sentido común como para detenerse, Ragi inhaló una gran bocanada de aire y recogió su bastón, y luego, cuando oyó el resbalón de algo que se movía detrás de él, giró todo su cuerpo.

Al ver que un ciempiés tan largo como sus bíceps se movía de una roca a otra, esta vez dejó escapar un gran suspiro. Absolutamente todo esto era miserable.