Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 14

Capítulo 4: Chicas Mágicas Con Ropa Normal

Parte 1

◇   John Shepherdspie

En cualquier época, los magos tendían a despreciar la comida y las bebidas, y algunos incluso pensaban que disfrutar de ellas era un pecado. Muchos despreciaban tales cosas: “¡No hay necesidad de fijarse en la mera ingesta de nutrientes!” “¡Es una pérdida de tiempo cocinar y comer!” “¡Deberíamos emplear ese tiempo en estudiar e investigar!” “¡Eso es de cerdos perezosos que invocan la ‘cultura’ como excusa plausible!”, entre otras quejas. Sorprendentemente, pocos respaldaban la cocina gourmet. Cada vez que un mago mostraba interés, acababa siendo algo así como: “Vamos a crear comida con magia, y si lo vamos a hacer de todos modos, más vale que sea buena.” Pero la creación de comida y bebida con magia es equivalente al proceso de automatización, y es necesario un toque personal para lograr un equilibrio fino y una innovación revolucionaria.

La opinión de Shepherdspie al respecto era simple y directa: “No hay nada mejor que una comida deliciosa.”

Esas palabras resonaron en la mente de Shepherdspie. Nada más abrir los ojos, los entornó a la luz del sol que se filtraba por los huecos de las cortinas.

Sí. No hay nada mejor que una comida deliciosa. Sin embargo, para obtenerla, tenía que trabajar. No podía quedarse en la cama para siempre. Shepherdspie se removió y apoyó los codos en la cama. Se sentía demasiado cansado para estar simplemente fatigado. No había sufrido más que magulladuras al caer del piso de arriba, y no se había roto ningún hueso. Tal vez no se trataba de un daño en su cuerpo, sino en su interior.

Era cierto que había experimentado un shock emocional, pero no podía estar tumbado en la cama para siempre. Tenía una obligación. Se quitó la manta.

Shepherdspie se había estado preparando para este día, y esa preparación no era una dificultad. Nunca había puesto todo su empeño en el ejercicio, el estudio, la magia, las artes o cualquier otra cosa por el estilo, pero a lo único que podía dedicar su energía con pasión era a la comida y a la cocina. Se levantó con fuerza.

Había investigado todos los ingredientes más excelentes con la máxima minuciosidad. Además de los productos locales como las verduras, el cerdo y los huesos de cerdo, el faisán verde y el pescado, también había hecho pedidos de jarrete de ternera, huesos de ternera, apio, cebolla verde, bouquet garni y varios otros ingredientes. Todo parecía delicioso. Y estaba delicioso. El verdadero gourmet ya era hermoso en la etapa de los ingredientes.

Ahhh, ¡qué belleza!

Rebanar y cortar la carne. Rompiendo y haciendo crujir los huesos. Con delicadeza y a veces con audacia. Semejante artesanía —no, esto era arte— no podía lograrse utilizando magia con la vista puesta únicamente en la comodidad. Enfocó sus ojos para rozar el caldo con tanta precisión como era humanamente posible. El caldo rebosaba de oro, el ámbar claro era esencialmente una obra maestra. El caldo y la salsa —la esencia de un plato, dirían algunos— causaría problemas a los cocineros debido a las sutilezas que no durarían en la nevera, pero al guardarlos aquí podrían mantenerse en un estado recién hecho para siempre. Shepherdspie hacía un uso preciso de la magia en áreas tan específicas en busca del pináculo de la cocina, algo más allá de un mero avance a la artesanía amateur. No sólo entretendría como anfitrión, sino que haría disfrutar a los invitados como chef.

Canalizaré todas las técnicas que he aprendido…

Su excitación aumentó. Se levantó en la cama.

También había cubierto todas las contingencias al decidir el menú.

Había evitado cualquier cosa demasiado aceitosa, que sería difícil para las personas mayores, y también había incluido alimentos que favorecerían a los niños, como el pudín y el helado como petit fours. Además, algunos de los invitados eran plebeyos. En lugar de una cocina de curso que exigiera modales formales, probablemente preferirían comer casualmente en un estilo de buffet mientras se mezclan con los demás. Preparó las bebidas con menor contenido de alcohol, seleccionando un popular brandy de manzana en lugar de un pretencioso vino antiguo. Para los niños, había zumo recién exprimido de varias frutas. Sin intentar presumir ni ser oficioso, animó la comida. La individualidad y el gusto del chef se expresaron también en la selección de los aperitivos.

Así es… ¡Hay gente esperando… mi cocina!

Apretando los dientes y apoyando las manos en las rodillas, Shepherdspie se obligó a levantarse.

El hecho de no hacer una cena estándar de varios platos también ofrecería más libertad en el menú. El plato que más le gustaba a Shepherdspie, aquel al que le había otorgado su propio nombre, el pastel de pastor, era demasiado casero para servirlo a los magos, pero en realidad era perfecto para un buffet. Mucho puré de patatas. Y luego carne picada —la preferencia de Shepherdspie era el cordero, pero esta vez lo descartaría por consideración a Mary— Époisses de Bourgogne, mantequilla fermentada, tocino ahumado con virutas de madera de sakura, un poco de aceite de oliva y crema como ingrediente secreto.

¡Je, je! ¡Bua, ja, ja, ja, ja, ja!

Sólo de imaginarlo, no podía dejar de babear. Absolutamente delicioso. Estaba dispuesto a apostar toda su fortuna en esto. Shepherdspie tenía tanta confianza en él. Cualquiera que lo comiera cantaría sus alabanzas. No era como si Shepherdspie realmente amara o respetara a sus invitados. No le gustaban especialmente los hombres y mujeres por los que se esforzaba en complacer. Pero quería sus cumplidos. Quería que reconocieran que Shepherdspie tenía un talento excepcional en el campo de la cocina. Quería aplausos, vítores, elogios, gritos de asombro y admiración, ese tipo de cosas.

Quitándose el gorro de dormir, se echó la bata por encima del pijama y forzó las piernas arrastradas, levantándolas y bajándolas para llegar a la puerta. Cuando deshizo la cerradura del pomo y abrió la puerta, la luz entró a raudales. Era cegadora. Shepherdspie entrecerró los ojos, levantando la mano derecha hacia la luz. La hermosa luz del sol, como indicando su exultante futuro—

“… ¿Eh?” Soltó.

No es de extrañar que la luz fuera cegadora. No había pared. O mejor dicho, no era que no hubiera pared en absoluto. Todavía estaba allí. Pero no estaba haciendo su trabajo. No sólo la luz entraba desde el exterior, dejando al descubierto las miserables secuelas de la destrucción, sino que también soplaba el viento. Mirando hacia arriba, no era sólo el primer piso, el segundo y el tercero también habían desaparecido. Golpeado por el viento, Shepherdspie se tambaleó y alargó la mano para ponerla en la pared, pero antes de que pudiera, se detuvo. Los restos parecían que se iban a desmoronar si se apoyaba en ellos.

Shepherdspie cerró suavemente la puerta tras de sí. Su corazón estaba en el polo opuesto al de la suavidad, pero si se permitía cerrar la puerta influenciado por cómo se sentía, los escombros iban a derrumbarse. Sus ojos barrieron de derecha a izquierda, pero era menos lo que seguía en pie en ese momento. Los escombros que parecían proceder originalmente de la muralla se habían amontonado en una serie de grandes montículos, así que se había hecho algo de limpieza. Shepherdspie se llevó una mano a la cabeza. ¿Cuánto tiempo había estado dormido? ¿Qué tuvo que pasar mientras dormía para que las cosas acabaran así?

Shepherdspie se dirigió a la cocina, regañando a su cuerpo y a su corazón que parecían estar a punto de flaquear. Le hubiera gustado apoyarse en la pared para sostenerse, pero tampoco podía hacerlo. Era demasiado peligroso.

Todos los árboles de alrededor habían sido aplastados. La entrada del sótano era un desastre. El techo del pasillo del patio se había derrumbado. ¿Había habido un duelo entre dos magos que se odiaban o algo así? ¿O había explotado algo por accidente? ¿Había entrado una manada de toros salvajes?

Oh, los invitados.

¿Estaban seguros los invitados a la isla? Como anfitrión, Shepherdspie estaba obligado a protegerlos. Entonces pensó en las dos chicas mágicas. ¿Estaban Chelsea y Mary a salvo? Se estremeció, y la carne de su vientre golpeó sus muslos. Se le pasó por la cabeza la sospecha de que tal vez la seguridad de Chelsea y Mary era lo que no debía preocuparle. En lugar de preocuparse por eso, no parecía en absoluto improbable que esas dos hubieran sido la causa de esta destrucción, Shepherdspie sacudió la cabeza. Alisando su cabello despeinado con la mano derecha, comenzó a caminar hacia adelante una vez más. Es cierto que Chelsea había hecho ceder el suelo y que Mary había empujado a Shepherdspie un piso abajo, pero no habían hecho nada tan terrible. O mejor dicho, este tipo de destrucción sólo podía hacerse deliberadamente.

A pesar de su negación, la duda no desaparecía de su mente. Al igual que la obstinada marca de la quemadura en el fondo de una cocotte mal cuidada, no desaparecería, pasara lo que pasara.

“¡Ohhh! ¡Sr. Shepherdspie! ¡Está usted despierto!” Dijo, arrojando bruscamente la caja de madera que sostenía. Con cara de sorpresa, saltó en su dirección. Era una mujer humana. Cierto, ¿cómo se llamaba esa prenda interior que tenía la longitud de aproximadamente el 85% del cuerpo y mostraba los tobillos? Pensó que se había utilizado en el nombre de una película, pero no pudo recordarlo. Su camisa de vestir blanca no sólo estaba sucia, sino que los puños también estaban rotos. Llevaba el cabello castaño ondulado recogido en la espalda, pero supuso que normalmente era un corte semilargo que se enroscaba hacia dentro. Tenía unos veinte años. Tenía los dedos largos y las uñas cortadas de forma uniforme. Tenía una protuberancia como un callo en el dedo índice.

Shepherdspie entrecerró los ojos. Le avergonzaba admitir que si hubiera una mujer, se encontraría observándola, incluso en un momento como éste. Pero las líneas de cualquier mujer, chicas mágicas incluidas, eran sin excepción artísticas, lo que también se reflejaba en la cocina que Shepherdspie prefería.

Mientras él reflexionaba sin parar, la mujer se acercó corriendo a él y luego se detuvo. Parecía que intentaba decir algo, pero jadeaba y no podía hablar. Tenía las manos sobre las rodillas y los hombros agitados.