Mahou Shoujo Ikusei Keikaku (NL)

Volumen 14

Capítulo 1: Los Reunidos

Parte 6

◇   7753

Cuando Mana le habló de la invitación, incluso 7753, que podía decir con seguridad que no era buena captando indirectas, entendió lo que quería. No es que 7753 se hubiera vuelto más rápida a la hora de entender indirectas, sino que Mana era muy fácil de entender. Mana no tenía ninguna chica mágica a la que pudiera pedirle favores privados, pero también le daba demasiada vergüenza decir “no tengo a nadie más” y pedir directamente a 7753 que la acompañara a la isla. No quería quejarse de que estaba perdida sin ningún sitio al que acudir para ganarse la simpatía de 7753, pero quería que la acompañara.

7753 entendía perfectamente que Mana tenía problemas y quería ayudarla. Hubo una vez una chica mágica a la que Mana podría haber pedido ayuda. Cada vez que 7753 recordaba a esa chica mágica, Hana Gekokujou, le asaltaba un sentimiento que le hacía querer rascarse el pecho. Y Hana había sido como una hermana para Mana, así que tenía que ser peor para ella. Pensar en esto hizo que 7753 quisiera ayudarla, si es que había algo menor, incluso lo más pequeño que estaba en su poder.

Pero 7753 tenía trabajo. No obstante, hizo un intento y escribió una solicitud de permiso, y para su sorpresa, su agenda se abrió. La chica mágica a la que 7753 había estado cuidando, Princess Deluge, fue trasladada a ‘donde debía estar’, sin apenas tiempo para despedirse.

Y ahora 7753 había llegado a esta isla.

Hacía calor. La playa chisporroteaba bajo el sol abrasador, y las grandes rocas en la arena harían imposible caminar descalzo en forma humana. 7753 era una chica mágica, así que podía soportar esa incomodidad en esa forma, pero no habría elegido hacerlo. Lo máximo que hizo fue acercarse lo más posible a la orilla del agua, sin dejarse rociar, mientras miraba el horizonte. Quedaría mal delante de Tepsekemei si se dejaba llevar. Aunque Tepsekemei no recordara que la habían traído con la promesa de que no podía ser demasiado ruidosa, ni romper nada, ni hacer nada peligroso, 7753 lo recordaría.

En cuanto a la citada Tepsekemei, se encontraba en lo alto del cielo, soplando con el viento. Cuando Mana le advirtió que, si subía demasiado, podría chocar con una barrera, ella respondió: “Ya lo hice”; ¿era una buena señal o no?

“Parece que Tepsekemei se está divirtiendo.” 7753 se dio la vuelta para ver a Mana mirando al cielo con expresión cansada. Sujetaba su capa ondeante con la mano derecha y su sombrero con la izquierda, contra el viento. Eso, con su atuendo de uniforme escolar mágico, le daba un aspecto muy arreglado pero también poco fresco.

“Sí que hace calor.” Comentó 7753.

“Vaya que sí.” Coincidió Mana.

“Um… entonces, ¿por qué no quitarse al menos la capa?”

“Voy a vestirme formalmente cuando llame a su puerta, por lo menos.” Dejando escapar un fuerte ufff, Mana apoyó las manos en las rodillas para sostenerse. “Para que lo sepas, no estoy siendo lenta porque tenga demasiado calor.”

“¿Eh? ¿En serio?”

“La puerta para llegar aquí fue hecha a mano por algún aficionado.

Por supuesto que usar algo así me dará náuseas.”

7753 —y probablemente también Tepsekemei— no se sintió mal y sólo pensó: “Ser capaz de teletransportarse con un dispositivo como éste es increíble.” Sin embargo, le haría sentir culpable el no parecer afectada, así que 7753 hizo una mueca.

“¿Y tú?” Preguntó Mana.

“No estoy tan mal. En principio no soy de los que se marean.” “No, me refiero al calor.”

“Oh, eso.” El traje de 7753, con el motivo de un gakuran escolar de chico, parecía que iba a ser sofocante. No era adecuado para una isla tan meridional como ésta, pero el equipo y la ropa interior de clima frío eran lo mismo para una chica mágica. El aire era más seco que el de Japón, así que en términos de humedad, incluso se podría decir que era cómodo. “No tendremos ningún problema. Tepsekemei pasó todo el invierno con ese atuendo, después de todo. Y eso a pesar de ser originalmente una criatura que no puede vivir en el frío.”

“Envidio eso… Las chicas mágicas son tan duras…” Murmuró Mana, tal vez como un cumplido o tal vez como un insulto por su falta de sensibilidad, y luego se alejó tambaleándose de las olas que se movían y rompían.

“Nos vamos, Tepsekemei.” Dijo 7753 en voz alta al cielo, y luego se fue trotando.

7753 intentó sujetar el brazo de Mana, pero ésta la apartó, diciendo:

“No me trates como a una inválida.” Sin más remedio, 7753 caminó

medio paso por detrás, dispuesta a sostenerla en cualquier momento si se caía.

“Weddin.” Le llamó una voz desde atrás.

7753 la corrigió sin volverse. “No soy Weddin, pero ¿qué es?” Tepsekemei no respondió, y cuando 7753 miró hacia atrás,

Tepsekemei miraba a su alrededor con una expresión algo confusa.

“¿Qué es?” Repitió 7753.

“No lo sé.” Eso fue vago para Tepsekemei. Flotando en el aire, su expresión era seria.

7753 era consciente de que no era de las que pensaban, tengo que estar atenta, pero con las otras dos así, quizás sí que tenía que recomponerse.

En esta isla habría un montón de personajes formidables como magos y chicas mágicas. Lo más aterrador para el trío recién llegado era que no tenían ni idea de con qué tipo de personas podían esperar encontrarse. 7753 había visto muchas chicas mágicas y una selección comparativamente menor de magos, y sabía que muchos de ellos eran buenas personas. Sin embargo, también sabía que los malos eran lo suficientemente desagradables como para que eso pudiera suponer una amenaza para su vida.

Ahora, cuando Mana perdía los estribos o cuando Tepsekemei hacía inocentemente algo grosero, 7753 tenía que ser quien las cubriera.

Así que por ahora, para no ser grosera, se quitó las gafas y las dejó colgar del cuello.