Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 5

Capítulo 4: Lago Del Atardecer

Parte 1

Había llegado el último día del campamento de verano, que marcaba el final de los cuatro días de estudio.

El día transcurrió sin incidentes, sin otra cosa que estudiar de la mañana a la noche. A pesar de la sensación de que el evento podría haber durado para siempre, llegó a su fin demasiado rápido, como las propias vacaciones de verano.

Cuando el reloj marcaba las cinco de la tarde, nos pusimos los uniformes y nos despedimos del hotel. Subimos al gran autobús, en dirección a la Secundaria Fuji, donde nos despediríamos oficialmente del campamento de verano.

Cuando me senté en el autobús, Yuuko ocupó el asiento de al lado. Al principio, Kaito ocupaba ese asiento, pero ante la insistencia de Yuuko: “¡Cambiemos de asiento!”, ocupó su lugar.

Quizá se debiera al hecho de que era la última noche de nuestro viaje, pero todo el mundo se quedó despierto hasta tarde para aprovecharla al máximo. Cuando el autobús empezó a moverse, Yuuko cerró los ojos y acabó apoyando la cabeza en mi hombro.

El dulce aroma que emanaba de su cabello, distinto del champú utilizado en el hotel, despertó algo en mí. No quise perturbar su plácido sueño, así que dejé que siguiera apoyada en mi hombro.

Su mano estaba sobre mi regazo. Parecía estar soñando, había estado agarrando con fuerza mi pantalón y soltándolo repetidamente, sus dedos se movían de vez en cuando.

Al mirar a mi alrededor, me doy cuenta de que los demás también están profundamente dormidos, perdidos en sus propios mundos de ensueño. Miré aturdido por la ventanilla el paisaje que pasaba.

Me vinieron a la mente los días de las vacaciones de verano, reflejándose brillantes como el mar. Desde la cita con Asu-nee, pasando por las compras habituales con Yua, los momentos divertidos con Nanase y Haru, la comida en ramen Hachiban con Kotone-san, y por supuesto, las experiencias de los últimos cuatro días.

Así es.

Aunque ya no somos niños, seguíamos teniendo nuestros mapas del tesoro, así que lo rellenaba empezando por el borde, con Yuuko, Yua, Nanase, Haru, Kazuki, Kaito, Kenta y Asu-nee.

Y sabía que mañana volvería a estar con todos ellos.

Mis párpados se volvieron gradualmente pesados. Mi cabeza empezó a cabecear y, finalmente, se posó sobre la de Yuuko.

Mientras me dormía lentamente, el sonido de las olas y la sensación de la arena bajo mis pies seguían presentes en mi mente. En un estado

de somnolencia entre el sueño y la vigilia, sentí un suave toque en la mano.

La mano que sujetaba la mía temblaba ligeramente.

* * *

“… ¡ku, Saku!”

Al despertarme,    Yuuko me sacudió el hombro                                   con cara de exasperación.

Ah, de alguna manera se siente refrescante, pensé con la cabeza aturdida.

“¡Te he estado llamando durante un rato pero no te despertabas!” “Oh, perdón. ¿Qué pasa?”

“No es lo que pasa, ya hemos llegado a la escuela.”

Miré por la ventanilla y vi el conocido edificio de la escuela. Muchos estudiantes ya habían bajado del autobús y estaban recogiendo su equipaje.

“Debías estar muy cansado, Saku.”

“Tal vez. Siento como si hubiera tenido un sueño.” “¿Qué clase de sueño?”

“Creo que fue una continuación de jugar contigo y los demás en la playa. Realmente me divertí mucho.”

Cuando dije eso, Yuuko apretó brevemente los labios. Luego, como si nada, abrió la boca.

“¡Muy bien, muy bien, deja de pensar en trajes de baño y bájate del autobús!”

“Por supuesto~.”

Al bajar del autobús, nos saludaron las caras conocidas de nuestros compañeros, que ya habían terminado de recoger sus pertenencias.

Yuuko y yo recogimos nuestras maletas y nos unimos al grupo.

Kurasen, de pie a una ligera distancia, nos llamó, su voz se extendió por el aparcamiento.

“La escuela permanecerá abierta hasta las 7:00pm, así que si tienen algún asunto pendiente en las aulas, por favor, ocúpense de él antes de esa hora. Con esto concluye nuestro campamento de verano, gracias por su duro trabajo durante los últimos cuatro días.”

““““¡Muchas gracias, sensei!”””” Las voces se alzaron alrededor.

“En fin.” Dije, estirando la espalda. “¿Volvemos?”

“¡Ah!” Exclamó Yuuko. “Perdónenme. Tengo algunos asuntos en el aula, y no quiero volver sola, así que si les parece bien, ¿podrían venir todos conmigo?”

Nos miramos y sonreímos. “Claro, no hay problema.”

Todos asintieron.

“¡¿En serio?! ¡Gracias!”

Todo el mundo debe sentirse un poco reacio a irse. Sólo un poco más, sólo un poco más.

Aunque volveríamos a vernos muchas veces durante las vacaciones de verano, aún queríamos empaparnos de los recuerdos persistentes de estos últimos cuatro días llenos de diversión.

Los numerosos pasos que se dirigían hacia la entrada del edificio de la escuela resonaban alegremente.

* * *

El olor familiar del aula nos envolvió al entrar.

El suelo y los pupitres desgastados, la pizarra de la esquina con la fecha y el nombre del profesor garabateados y las taquillas ligeramente polvorientas nos resultaban desconocidos y extraños, a pesar de que sólo llevábamos dos semanas fuera.

Parecía que todos sentían lo mismo, ya que estaban de pie sin rumbo fijo en lugar de sentarse en sus pupitres designados.

“Es extraño, ¿verdad?” Comentó Yuuko, mientras colocaba sus pertenencias sobre el escritorio. “Aunque este es nuestro salón de clases, se siente como un lugar diferente durante las vacaciones de verano. Este es mi asiento, pero parece que ya no me pertenece.”

Dijo con un deje de diversión en la voz.

El vago malestar se disipó y el grupo se acomodó en sus pupitres.

Las palabras de Yuuko fueron recibidas con una respuesta de Nanase. “Sí, es como visitar una vieja alma mater.”

“¡Exactamente! Y ya han pasado cuatro meses desde que Yuzuki y Haru se unieron a nuestra clase. El tiempo vuela, ¿verdad? ¿O tal vez sólo se siente como que pasó mucho tiempo? Eh, ¿cuál es la correcta?”

El cabello negro de Nanase se agitó mientras se reía entre dientes. “¿Dices que parece que hemos pasado más tiempo juntos del que realmente hemos pasado?”

“¡Eso es!”

Sentada en su escritorio, Haru se rio para sus adentros. “Ahora que lo dices, parece que llevo mucho tiempo con este grupo.”

“¡¿También Haru?!” Exclamó Yuuko emocionada.

“No sé, quizá porque estos cuatro meses han sido muy intensos.” “¡Sé lo que quieres decir! En verdad han sido intensos.”

Una expresión amable apareció en el rostro de Nanase: “Pues yo pienso lo mismo.”

Yua, que había permanecido en silencio, intervino: “Hemos hablado mucho durante estos cuatro días, ¿verdad?”

Las chicas intercambiaron miradas significativas, asintiendo con la cabeza. Parecía que se habían acercado aún más después de este campamento de verano.

“Entonces.” Dijo Nanase. “¿Qué te trae por aquí, Yuuko?”

“¡Ah, es verdad! Quiero hacer algo en el lugar donde me lo pasé genial con todos ustedes.” Dijo Yuuko mientras subía alegremente al podio. “¡Muy bien, todo el mundo preste atención! Miren esto.” Levantó su mano derecha y con una floritura, declaró: “—¡Ahora mismo voy a confesarle mi amor a Saku!”

Suelto una risita y me levanto rápidamente del pupitre. Intentando hacer una réplica ingeniosa, me dirigí hacia el frente de la clase.

En ese momento, me miré los pies. Mis zapatos de interior estaban bastante gastados. Más me valía llevármelos a casa y limpiarlos bien.

Sin embargo, como de costumbre, me vi incapaz de comprender los pensamientos que pasaban por la mente de Yuuko…

El aula estaba en silencio.

¿Eh? Todo el mundo debería empezar a reírse ahora, ¿verdad?

Nanase intervendría diciendo: “¿Qué hay de nuevo en eso?” Haru se quedaría sorprendida antes de decir exasperada: “¿Eso es todo? Me muero de hambre, invítame a un ramen Hachiban a la vuelta.” Yua hablaría tranquilamente: “De acuerdo, escuchémoslo.” Y con eso, la escena llegaría a su fin.

El mismo intercambio familiar que hemos tenido innumerables veces, por eso debería ser un poco más animado.

Pero ahora todo parece…

Levanté la cabeza despacio y vacilante, como para confirmar algo,

como para escapar.

¡——!

Y entonces, de un vistazo, lo entiendo todo.

Yuuko juntó las manos delante de la falda y sonrió suavemente, mirándome fijamente mientras levantaba ligeramente la comisura de los labios.

Su mirada era inquebrantable y sincera. Ah, esto realmente es una confesión.

… ¿Por qué?

Inconscientemente, esa palabra vino a mi mente.

Había pensado que este momento llegaría algún día. Me había preparado para ello en lo más profundo de mi corazón desde aquel día.

Pero ¿por qué… por qué ahora, en este lugar?

Sólo nos divertíamos y creábamos recuerdos juntos como grupo durante las vacaciones de verano, con la mirada puesta en el año que viene, en el que volveríamos al mismo lugar, encenderíamos fuegos artificiales e iríamos a la playa, todos juntos, delante de todo el mundo.

“—A quien quiero es a ti, tal y como eres hoy. Porque, al tú de hoy no lo volveré a ver.”

Así que eso es lo que querías decir.

¿Ya se ha decidido en ese momento? No lo entiendo.

Hey, Yuuko. “Hey, Saku.”

Una voz tan suave como si respondiera a mi corazón, resonó.

“¿Recuerdas cuando elegimos al representante de clase en nuestro primer año?”

Yuuko hizo sentir como el tiempo nunca se detiene.

Apreté con fuerza los puños y me mordí el labio, consiguiendo a duras penas abrir la boca.

“… Te recuerdo llorando mucho.”

Cuando la conocí, me pareció una cabeza hueca. Parecía una princesa, pero se comportaba como una chica normal, sin aires ni pretensiones. Era un poco desarmante.

Al principio, no tenía ninguna intención de acercarme a ella. Sólo pasaba tiempo con ella por su relación con mis amigos del club deportivo. Intenté mantener las cosas informales, y ella también mantuvo las distancias conmigo.

Cuando la hice llorar en clase, pensé que le caería fatal. Sin embargo, su actitud hacia mí cambió después de aquel día.

“Entonces, ¿recuerdas lo que me dijiste, Saku?” Preguntó Yuuko, manteniendo su sonrisa amable.

“¿Eh…?”

¿Qué le dije?

No recuerdo haberle dicho nada especialmente profundo o humilde; lo único que me quedó grabado fue su repentino estallido de lágrimas tras nuestra conversación con Yua.

Al ver cómo su sonrisa se desvanecía en una expresión triste, se me apretó el pecho. No quería ver a Yuuko así.

“Ya veo, era de esperar. Pero…” Yuuko respiró hondo y volvió a sonreír. “—En aquel momento, me enamoré de ti.”

Dijo algo que no se podía retirar.

¡¡¡——!!!

No era raro que las chicas me expresaran sus sentimientos, pero nunca había oído que alguien se enamorara de mí por ese motivo concreto.

¿Estaba ya sintiéndose así, incluso cuando acabábamos de conocernos? Nunca habría imaginado que la oportunidad de ser amigos se convirtiera en amor tan rápidamente.

Es como…

Tenía la cabeza hecha un desastre y respiraba entrecortadamente.

Las chicas que se me habían acercado en el pasado siempre habían sido las que albergaban sus propias ilusiones e inevitablemente se habían decepcionado.

Siempre había creído que las cosas eran así. Así que cuando empezó de nuevo, sólo podía preguntarme cuánto tardarían en cambiar sus sentimientos.

Y sin embargo, Yuuko, a pesar de mis intentos de actuar de forma descuidada y despreocupada a su alrededor, sin importar cuántas veces hice bromas frívolas y actué como un tipo poco de fiar… ella nunca vaciló.

Aunque le repetía ese comportamiento, ella seguía diciendo: “¡Porque Saku está aquí, al final definitivamente se resolverá!” “Saku nunca te abandonará, pase lo que pase.”

“La verdadera bondad es algo que sólo la propia persona no puede ver.”

“Porque Saku es mi héroe.”

Las dijo con seguridad, sin vacilar.

Aquellas palabras fueron como un cálido abrazo que me llenó de felicidad y me conmovió el corazón. Pero en lo más profundo de mí había un miedo.

… ¿Por qué?

¿Por qué me quería?

¿Por qué creyó en mí?

¿Por qué me veía como un héroe?

¿Por qué me idealizaba tanto?

Ahora más que nunca, estos pensamientos se hacían más fuertes. Después de todo—

—No he hecho nada, parece amor a primera vista.

Yuuko continuó, con voz suave y soñadora, como si estuviera reviviendo recuerdos.

“Desde entonces, te he estado vigilando. “Porque me dejabas estar a tu lado.

“Porque   incluso   cuando   me   comportaba   como  un  cachorro juguetón y pegajoso, aunque te pareciera una molestia, me acariciabas.

“Fui feliz con sólo pronunciar tu nombre, y aún más feliz cuando pronunciaste el mío.

“Que me elogiaras me hacía feliz, y que me regañaras me hacía aún más feliz.

“Pensaba en ti antes de irme a dormir y, cuando me despertaba, lo primero en lo que pensaba era en tu sonrisa.

“Cada vez que nuestras manos se tocaban, mi corazón se aceleraba y me mareaba con sólo olerte cerca de mí.”

Eso, eso—

A mí me pasó lo mismo.

Cada mañana, cuando te veo en clase, me siento aliviado. Siento que tu sonrisa no desaparecerá por mucho que le caiga mal a la gente.

Disfrutaba de los momentos en que nos desviábamos y hablábamos en el parque, porque no había presión ni expectativas.

No me importaba que me pidieras mi opinión durante las compras, porque quería ver más de ti.

Pude soportar las noches solitarias que de vez en cuando se producían con llamadas que parecían ver a través de mí, y agradecí esos momentos.

La voz de Yuuko resonó suavemente.

“Para ser sincera, no estaba segura de si hacer esto era lo correcto. Pero al reflexionar sobre mis propias emociones, me di cuenta de que ya sabía la respuesta. Los sentimientos que florecieron aquel día siguieron haciéndose cada vez más fuertes, hasta que se convirtieron en un ramo demasiado grande para que yo pudiera sostenerlo con las dos manos… Por eso, ahora puedo decirlo con confianza.”

Por favor, se lo ruego.

Espera, por favor espera, Yuuko.

También he decidido afrontar mis sentimientos.

Cuando acabe este viaje y volvamos a casa, aún nos quedarán las vacaciones de verano.

No me dejes atrás. No llegues primero a la respuesta por tu cuenta.

Espérame, espérame un poco más— Ah, ¿por qué eres así?

Pase lo que pase, siempre tienes esos ojos inquebrantables, inocentes y francos…

“No hay nada malo con mi amor.”

En este momento sus ojos que están fijos en mí. “Por eso…” Yuuko continuó, respirando hondo.

Me encantaba la voz de Yuuko. Era como una melodía, que subía y bajaba de tono, siempre cambiante y llena de vida, como un globo inflado hasta el máximo.

Cada mañana, cada vez, sus “buenos días” era el comienzo de mi día. Cada vez que me llamaba “Saku”, me encogía de hombros con impotencia, pero sonreía al mismo tiempo. Incluso cuando dejé el béisbol y caí en la depresión, sentí que ella me daba energía cada día.

Pero no quería oír lo que iba a decir a continuación.

Por favor, te lo ruego, sólo por ahora, no digas nada más—

Y entonces, como los fuegos artificiales finales, como ese gran crisantemo, una amplia sonrisa floreció en su rostro.