Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 5

Capítulo 2: Fuegos Artificiales En La Corta Noche

Parte 6

Levanté un poco la mano y caminé hacia ellos. “¡¡UUOOOOOOOO!! ¡¿¡¿HUEEEEH?!?!”

Gritó el más alto.

“Lo siento, ya he cubierto esa parte así que por favor sáltatela.”

La primera mitad fue la reacción al yukata de Yuuko, y la segunda mitad fue la reacción a la ropa informal de Yua.

“¡Incluso fui hasta Donki^[22] con Kenta para comprar esto!”

Ahora que lo mencionaba, Kaito llevaba un jinbei^[23] negro, mientras que Kenta llevaba uno azul.

“Como todo el mundo viene en yukata, pensé que sería demasiado solitario si no nos poníamos algo acorde. ¿Verdad, Kenta?”

La persona que se convirtió en el tema se agitaba avergonzada.

“No me importaba especialmente llevar ropa informal. Asano con una buena complexión puede seguir viéndose bien, pero para alguien como yo, sólo parecería un pobre granjero del periodo Edo…”

Su analogía era tan acertada que no pude evitar reírme.

“¡Vaya, eres tan lindo, Kentacchi!” Dijo Yuuko de repente con una sonrisa brillante.

“Y-Yuuko también… te ves lujosa.” “¿Qué quiere decir con lujosa?” “Bueno…”

Antes de que pudiera terminar la frase, Kaito estaba gritando. “¡Whoaaaaa! ¡¡¡¡Yuuko es tan linda!!!!”

“¡¿Verdad que sí?! ¡Elógiame más, más! La reacción de cierta persona es demasiado fría~.”

Es inútil que me mires así. Justo cuando pensaba en ello, Kazuki, que llevaba un yukata gris, abrió la boca.

“Si Saku no soltó piropos superficiales, significa que Yuuko es más guapa de lo que había imaginado, así que su mente se quedó en blanco.”

“¿Es así, Saku?”

“Es cierto, pero es molesto que Kazuki se haya dado cuenta.”

Mientras charlábamos y mirábamos a nuestro alrededor, vimos que un número razonable de personas había extendido sus esterillas en el parque.

Aunque se trataba de un gran acontecimiento veraniego, las orillas del río no estaban tan abarrotadas como para que no pudiéramos encontrar un sitio donde sentarnos. En comparación con los festivales de los cerezos en flor y los fuegos artificiales de Tokio que vimos en las noticias, el lugar podría describirse incluso como vacío.

Sin embargo, a ojos de los habitantes de Fukui, estaba bastante concurrido.

Como había lugares cercanos donde relajarse cómodamente, era comprensible que algunas personas prefirieran quedarse aquí en lugar de ir a otro sitio.

Mientras pensaba en eso… “¡Hola, chicos!”

“Lo siento, llegamos un poco tarde.” Nanase y Haru caminaron hacia nosotros. ““¡Ooh!””

Las voces exclamativas se alzaron naturalmente de nuestro grupo.

Ya había visto el yukata de Nanase, pero el estampado era diferente del que recordaba.

Ondulaciones que parecían gotas de agua se extendían por el fondo azul pálido, y peces de colores rojos nadaban entre las plantas acuáticas. Un diseño que podría parecer infantil a primera vista, pero el obi negro y la correa dorada que llevaba le daban un aspecto maduro.

Ese día, recuerdo que me sentí triste porque ese momento nunca volvería.

Los dos nos divertimos mucho cuando jugamos a recoger peces de colores.

Me preguntaba si Aka (rojo) y Kuro (negro), o debería decir

Chitose y Saku, seguirían juntos ahora.

Nanase me dedicó una dulce sonrisa que parecía ligeramente provocativa.

Así que es verdad. Tuve una fuerte realización. “¡Chitose!”

Haru me llamó, como para alejar de una patada mis cansados sentimentalismos. Corrió hacia mí hábilmente en unas geta que no sabía que tenía.

“Senpai ♡. ¿Qué te parece el yukata ♡ de Haru?”

Llevaba un yukata blanco y nítido con grandes glorias del alba azules que extendían sus enredaderas, como si fueran el mismísimo verano. En algunos lugares florecían glorias del alba amarillas, deslumbrantes como la sonrisa de alguien.

Llevaba el cabello recogido con más elegancia que de costumbre y adornado con una horquilla. En contraste con su actitud juguetona, su aspecto era extremadamente femenino.

Una parte de mi corazón se agitaba inquieto. “Eres preciosa.”

Sin querer, mis verdaderos pensamientos se filtraron.

Parecía que no esperaba esa reacción: “¿Qué—?” y bruscamente giró su cuerpo y desvió la mirada.

Era de esperar, yo tampoco pensé que diría esto. “Um… gracias.”

“Hm.”

Nanase interrumpió la incómoda conversación.

“Bueno, ese tipo de reacción es imprescindible. A fin de cuentas, todo, desde la selección del yukata y los accesorios, hasta el vestido y el peinado y maquillaje, son gracias a Nanase Yuzuki. Por eso llegamos tarde, por cierto.”

“Sí, puedo verlo.”

Haru, que antes se sentía tímida, me miró con suspicacia. “Hm,

¿qué significa eso, señor?”

“Porque el conjunto encaja muy bien.” “¡¿Qué significa eso?!”

Al ver esto, Yuuko, Yua y otros chicos estallaron en carcajadas.

Y así, comenzamos el festival de verano de nuestro segundo año de forma fastuosa y animada.

* * *

Como era de esperar, el cauce del río donde se iba a celebrar el festival seguía vacío.

Pero cuando estábamos a punto de instalarnos en un lugar adecuado, nos dimos cuenta de que no habíamos preparado nada para tumbarnos, pero naturalmente, Yua sacó una esterilla de picnic anticuada de estilo familiar, y Nanase sacó una esterilla de picnic de marca de moda para exteriores.

Sonreí irónicamente, pensando que, en muchos sentidos, era propio de ellas dos hacer eso.

Dejando nuestro equipaje como lastre, nos dirigimos juntos hacia los puestos de comida.

De momento, compramos patatas fritas, takoyaki, karaage, castella baby, manzanas de caramelo y algodón de azúcar. Probablemente fue un acierto guardar suficiente comida desde el principio para que nos durara hasta que acabara el festival, cuando aún quedaba gente, pero creo que fue un desperdicio.

Salir a mitad de los fuegos artificiales e ir a los puestos de comida para refrescarse, creo que fue el verdadero placer de la juventud.

Por lo tanto, a pesar de que dividirnos sería más eficiente, nadie sugirió hacerlo. Todo el mundo se puso en fila de forma ordenada y nos dirigimos al siguiente puesto uno tras otro.

Haru caminaba al principio de la fila, masticando una manzana de caramelo y arrebatando uno de los takoyaki de la mano de Kenta.

Detrás de ellos, Nanase y Yua mantenían una conversación amistosa, y Kazuki las observaba tranquilamente desde una pequeña distancia.

Kaito y yo estábamos al final de la fila, y Yuuko caminaba delante de nosotros con un algodón de azúcar en una mano.

Viendo las alegres espaldas de todos, pensé que esto era bastante agradable.

Normalmente no me daba cuenta cuando estábamos jugando, pero por ejemplo, entre Kenta y Haru, entre Nanase y Yua, había cosas como la distancia y la interacción entre ellos, y en esos momentos repentinos, realmente sentía que eran personas muy diferentes.

Si se mira objetivamente, sus personalidades e intereses eran muy variados.

Sin embargo, algunos de ellos tenían algo en común, o se interesaban por cosas diferentes, y como resultado de ese destino tan poco entrelazado, éramos como peces migratorios nadando en la noche.

… El día de una fiesta, la euforia y el sentimentalismo eran siempre dos caras de la misma moneda.

Mientras pensaba en estas cosas, de repente Kaito me puso las manos en los hombros.

“Hey, hey, Saku, sé sincero conmigo, ¿de quién es el yukata que más te gusta?”

Aparté su brazo de un manotazo antes de contestar. “Los chicos que les gusta juzgar la apariencia de los demás no son populares.”

“¿Qué tiene de malo? Está bien en un momento así.” “¿Y tú qué? Además, ¡tú cara está demasiado cerca!”

“Ugh…” Apretó el puño mientras seguía sujetándome el hombro con la otra mano.

“Quiero responder inmediatamente a Yuuko, a quien he estado apoyando desde la ceremonia de entrada, pero… el yukata de Yuzuki es tan erótico que ni siquiera estoy seguro de qué pensar de él, y me encuentro pensando sin querer que Haru es un poco linda. Mientras todas llevan yukata, Uchi es la única que viste de civil, así que eso la hace destacar.”

“Bueno, no tengo ninguna objeción.”

“¡¿Es realmente necesario reducir esto a una sola persona?!”

“Cambias de opinión como el viento de dirección.”

Mientras hablábamos de este modo, pensé: si tuviera que elegir… La que más me llamó la atención esta noche, probablemente sería… Yuuko, que caminaba delante de nosotros, se dio la vuelta de

repente. Su algodón de azúcar rebotó suavemente al hacerlo. “¿Hmm? ¿De qué están hablando?”

A la persona que sonreía como siempre, aunque su aspecto era diferente del habitual, le contesté.

“Estamos hablando de lo guapa que eres.” Gritó Kaito a mi lado. “¡¡¡Así es!!!”

Yuuko bajó las comisuras de sus ojos. “Como debe ser ♪.” Era difícil oír sonidos encima del suelo.

Clack, clack. Clack, clack, clack.

Aun así, seguía oyendo el sonido de las geta en mi cabeza.

Tras comprar ocho botellas de ramune, volvimos a nuestras colchonetas.

* * *

Antes   de   que   nos   diéramos   cuenta,   la   zona   había   quedado totalmente envuelta en la noche.

Como era de esperar, el número de personas comenzó a aumentar a partir de las 7:00pm, y el cauce del río, normalmente desierto, se decoró con coloridos motivos florales.

“Haru, tus piernas no deben separarse demasiado.”

“Haa~. Es todo porque es difícil moverte con este traje y no tiene elasticidad.”

“No esperes que el yukata sea tan funcional como la ropa deportiva.”

“Haru-chan, la posición sentada con las piernas cruzadas arruga menos la ropa que la posición tumbada.”

“¿De verdad? ¡Gracias, Uchi!”

“Ojalá lo hubieras dicho antes. ¡Es hora de sentarse con la espalda derecha!”

Escuché despreocupadamente las conversaciones de las chicas, pensando que realmente huele a verano.

Cómo decirlo, estas vacaciones de verano a los diecisiete años fueron perfectas, como si hubieran sido diseñadas a propósito.

Sonó mi teléfono y el nombre de Asu-nee apareció en la pantalla.

Ahora que lo pienso, después de nuestro viaje a Tokio, ya habíamos intercambiado números de teléfono y LINE.

Era un poco triste perder ese tiempo especial y esa relación en la que sólo podíamos preguntarnos cuándo volveríamos a vernos, pero era mucho mejor que ser “la admirable senpai y el simpático kouhai” para siempre.

Todo el mundo iba cambiando poco a poco, ya fuera yo, esa persona o todos los demás.

Mientras pensaba eso, abrí el mensaje. “¡——!”

En la pantalla había una foto de Asu-nee con un yukata. Pulsé sobre la imagen para que ocupase toda la pantalla.

El elegante yukata añil estaba decorado con un fugaz estampado de lirios blancos que parecían desaparecer al tocarlos. El cabello, ligeramente más largo, estaba recogido en una pequeña coleta, y hacía juego con un adorno para el cabello de color azul turquesa.

Quizá porque no estaba acostumbrada a hacerse selfis, sus tímidas miradas no iban dirigidas directamente a la cámara, y esa sensación un tanto infantil era muy entrañable.

Mierda, ¡ahora sí que estoy sonriendo!

Después llegó otro mensaje.

“También envíame una foto tuya en yukata. ¡¡¡¡Tienes que!!!!”

No pude contenerme más y me tapé la boca con la mano.

¿Qué le pasa a esta chica? ¡Es demasiado linda!

¿Dónde desapareció la mujer fantasma?

Pero aun así, pensé inconscientemente. En momentos como este, realmente siento la brecha de un año.

Asu-nee no estaba aquí.

Me preguntaba si vería los fuegos artificiales del próximo año en Tokio.

En ese momento, tal vez, la persona que estaría a su lado— “¿Oh?”

Kazuki me arrebató el teléfono de la mano. “¡AAAAAAAAAHHH!”

Grité involuntariamente.

“Hay tantas bellezas a tu alrededor, y sin embargo tienes a Nishino- senpai enviándote una foto suya en yukata. Eres un hombre pecador.”

“¡No mires los teléfonos de los demás sin permiso! ¿Qué eres?

¿Una novia paranoica?”

“También mándame una foto tuya en yukata… ¿Son una pareja de recién casados?”

“¡No lo leas en voz alta! ¡Te voy a meter en un puto barril y te voy a convertir en los primeros fuegos artificiales!”

Mientras intentaba arrebatar el teléfono de la mano de Kazuki… “¿Saku?”

“¿Saku-kun?”

““¿Chi-to-se?””

Voces frías pronunciaban mi nombre, eran tan duras y gélidas como una barrita adzuki recién sacada del congelador.

Miré en la dirección y vi a Yuuko sonriéndome. “¿Me prestas tu teléfono un segundo?”

“E-Esta es una conversación privada.”

Incluso Yua, Nanase y Haru sonreían a su lado, lo que daba miedo. “No voy a leer sus conversaciones en LINE… ¿No quieres enviarle

una foto a Nishino-senpai? La tomaré por ti.”

Kazuki le pasó el teléfono a Yuuko, haciendo lo posible por taparse la boca con el brazo.

“Vamos, Saku. Sonríe~.” “Ja, ja.”

Miré a la cámara, con las comisuras de los labios crispadas. Snap. Yuuko pulsó el disparador y le entregó el teléfono a Yua. “¡Pensé que habíamos terminado!”

“Saku-kun, ahora intenta hacer una mirada juguetona.” “¡Hey, ¿Yua-chan?!”

Snap. Después de una rápida instantánea, era el turno de Nanase.

Los     labios     de     Kaito     y     Kenta     se      torcieron, tratando desesperadamente de contener la risa.

“Chitose, haz una expresión como si estuvieras entre mis pechos y los de Yuuko.”

“¿No es mucho pedir?”

Snap. La última fue Haru.

“Hmm, entonces, Chitose, muéstrame la cara de amo a Haru.” “¿No sería demasiado aterrador enviar una foto así a Asu-nee?”

Snap, en cuanto se hizo la foto, todo el mundo pareció no poder contener la risa y estalló en carcajadas.

Las risas eran aún más fuertes que el ruido del festival.

Como si intentara prolongar este momento, como si deseara que el verano no acabara nunca.

—Boom, los primeros fuegos artificiales florecen en el cielo nocturno.

* * *

Después de disfrutar un rato de los fuegos artificiales, fui al puesto de comida a comprar algo. Gracias a Haru y Kaito, nos quedamos sin comida en un santiamén.

Normalmente, jugaríamos a piedra, papel o tijera o a cualquier otro juego para decidir quién sería el candidato, pero, por alguna razón, todos me lanzaron miradas amables en silencio.

¿Qué? ¿Eh?

Debería ir, ¿no?

¿He hecho algo tan imperdonable?

¿No sigue pareciendo juvenil aunque te alinees solo en el puesto?

Por cierto, después de enviar las cuatro fotos a Asu-nee, recibí una respuesta muy entusiasta por su parte.

Por eso me paseaba solo por la noche del festival.

La zona se llenó de un ambiente animado, como si las voces de los animados muchachos de la ciudad se hubieran recogido en una palangana y se hubieran vertido aquí.

Era la primera vez que veía fuegos artificiales en un lugar como éste. El fuerte ruido que parecía sacudir mi cuerpo me sobresaltó cuando los oí de cerca.

El escenario perfecto para que todos se emocionaran juntos, pero, como era de esperar, yo seguía prefiriendo observarlos desde un poco de distancia. Eso pensé y sonreí irónicamente.

El olor de la deliciosa comida se impuso al aroma de la tierra y la hierba de verano.

Había largas colas en todos los puestos de comida antes de que empezaran los fuegos artificiales, pero las colas han disminuido hasta el punto de que no se tardó mucho en comprar algo de comida.

Compré dos yakisoba, tres marumaru-yaki, dos perritos calientes y dos plátanos de chocolate, y conseguí meterlos en una gran bolsa de plástico que me dieron en el primer puesto.

Los perritos calientes y los plátanos con chocolate sólo alcanzaban para cuatro chicas.

Juro que no hice esto en represalia por lo que pasó antes.

Bueno, volvamos y veamos los fuegos artificiales tranquilamente.

Con ese pensamiento, me di la vuelta pero de alguna manera me encontré a Nanase de pie frente a mí.

“Hola.”

“Si vienes a ayudar, ya lo he comprado todo.” “Bueno, no vine para eso.”

Probablemente me vio cuando volvía del baño y me esperó para que volviéramos juntos.

Suspiré brevemente y abrí la boca. “¿Qué es eso? ¿Me estás tomando el pelo?”

“Sólo bromeaba~.” Una sonrisa traviesa apareció en su cara. “Hey Chitose, vamos a ver los fuegos artificiales desde el terraplén.”

“No creo que la vista sea muy diferente allí arriba.” “Vamos, vamos.”

Escuché las palabras de Nanase y la seguí cuando empezó a andar.

Pronto llegamos a la cima del terraplén y encontramos un lugar para permanecer juntos.

Me sorprendió ver que el ambiente de los fuegos artificiales era un poco diferente del de abajo.

“Entonces, ¿cuál es el problema?” Pregunté.

Incluso me trajo aquí específicamente, presumiblemente para discutir algo que no quería que otros oyeran.

Nanase giró lentamente la cabeza hacia mí, y la expresión de su cara era… de shock.

“¿Eh? ¡No puede ser! ¿Viste chicos de la Secundaria Yan en el lugar?”

“Haaaaaah~.” Dio un largo y exagerado suspiro. “Ahora sé qué tipo de chica crees que soy. Siento ser la chica que siempre te causa problemas.”

Era raro que se enfadara.

Hmph, giró la cabeza hacia otro lado.

“¡No, lo siento mucho! Pero… ¿entonces qué pasa?”

Nanase me miró con expresión severa en el rostro y habló consternada.

“¿No hay una sola razón por la que una chica le pediría a un chico salir a escondidas en medio de un espectáculo de fuegos artificiales que vinieron a ver con sus amigos?” Se acercó medio paso a mí. “Quiero ver los fuegos artificiales contigo, a solas.”

Ah, no tenía ni idea.

“No   podemos   quedarnos   mucho   aquí.   Todo   el   mundo   está esperando.”

“Se lanzarán miles de fuegos artificiales. ¿Puedes ver al menos diez de ellos conmigo?”

La mano de Nanase se acercó cuidadosamente a la mía, como temerosa y vacilante.

Inconscientemente, mis dedos se movieron.

“No te tomaré de la mano porque ya no somos novios. Así que préstame tu manga.”

Con eso, agarró con fuerza el borde de mi yukata.

Crack, crack. Las flores florecían, iluminando una y otra vez el hermoso perfil de Nanase.

Uno, dos, tres.

Por alguna razón, sentí que mis lágrimas estaban a punto de caer, así que miré al cielo nocturno.

Cuatro, cinco, seis.

El corazón titulado se desvanecía inesperadamente. Siete, ocho, nueve…

Quedaba uno, sólo uno más.

En ese momento, pensé.

—¿Puedo ponerle nombre a este sentimiento?

“¡…………!”

* * *

“¡Eres lento, Saku!” Gritó Kaito en cuanto regresé al grupo.

Nanase, que había salido después de mí, volvería un poco más tarde.

“Lo siento, había mucha gente en el puesto. Compré mucho.”

“Yuuko estaba tan preocupada que hasta fue a buscarte, ¿no la viste?”

“No, estaba bastante lleno.”

Sentí un dolor repentino en el corazón. Si me estaba buscando por los puestos de comida, lo sentiría mucho.

Cuando estaba a punto de ir a buscarla… “¡Oh! ¡Saku ya ha vuelto!”

“¿No te lo dije? Estaba ocupado mirando chicas lindas en yukata.” Yuuko y Nanase volvieron juntas.

“¿Me buscabas, Yuuko? Lo siento, parece que nos pasamos por un lado sin darnos cuenta.”

“No, está bien. Nosotros somos los que te obligamos a ir solo.” Ella respondió con una sonrisa brillante.

¿Por casualidad se encontró con Nanase? Afortunadamente, no perdió mucho tiempo buscándome.

El espectáculo de fuegos artificiales sólo duraba una hora, y ya íbamos por la mitad.

“¡Quiero sentarme al lado de Saku!”

Yuuko se quitó las geta y se subió a la colchoneta, así que moví un poco el cuerpo para crear un espacio.

“¿Qué has comprado?”

“Recomiendo el plátano con chocolate y los perritos calientes.” Respondí mientras repartía entre todos la comida que había comprado.

“Prefiero un marumaru-yaki.” “… ¿En serio?”

“¡Sí! ¡Son los que más me gustan!”

“¡Maldita sea, pensé que las chicas no se saltarían los plátanos de chocolate!”

“¿De qué estás hablando, Saku?”

Mientras charlábamos, Kaito gritó. “¡Oh, no he comido un plátano de chocolate en años!”

“¿Qué tal si te mando a volar sobre el río Asuwa?” “¿Por qué?”

No respondí, sino que partí el marumaru-yaki por la mitad con las puntas de los palillos desechables.

“Toma Yuuko, ten el más grande.” “Bien, aaaaa ♪”

“… Um, Kaito nos está mirando con lágrimas ensangrentadas.”

“¡No me hagas caso! Mi deseo de ver a Yuuko siendo alimentada supera mi deseo de enterrar a Saku.”

En serio, este tipo.

“… Por favor, cuídate primero, ¿de acuerdo?”

Volví a cortar el marumaru-yaki en trozos del tamaño de un bocado y lo tomé con los palillos.

“Bien, bien, aaaa~.”

Yuuko cerró los ojos, abriendo ligeramente los labios. Cuando acerqué la comida…

“¡Ahn!”

Haru salió por un lado y se lo comió de un bocado. “¡Marumaru-yaki, mmmm! ¡Qué rica está la yema!” Yuuko abrió los ojos y gritó. “¡Hey, Haru!”

“Ah lo siento, ¿querías comerlo?”

Haru   me   arrebató   los   palillos   de   la   mano,   tomó    todos los

marumaru-yaki que quedaban y los llevó a la boca de Yuuko.

“Aquí Yuuko, uno grande, di aaaa~.” “¡¡¡No quieroooooo!!!”

Yua intentó calmar a las dos.

“Santo cielo.” Kazuki suspiró. “Kenta, ¿qué piensas?” A Kenta se le iluminaron los ojos.

“¡Esto es increíble! Ahora mismo estoy coleccionando recuerdos de las vacaciones de verano, ¿no?”

“Bueno, entiendo que estés emocionado, pero no lo llamemos ‘coleccionar recuerdos’, ¿sí?”

“¡Después de todo, hay fuegos artificiales, festivales y chicas en yukata! Y sobre todo, ¡estoy con mis amigos!”

Kazuki estaba a punto de abrir la boca para burlarse de Kenta, pero, por alguna razón, la cerró y respondió con sinceridad: “Es cierto.”

“—Es increíble que el grupo pueda unirse.”

“¿Lo dices porque me he unido al grupo…?” Preguntó Kenta con curiosidad.

Kazuki negó con la cabeza.

“La verdad es que no. Sólo nos hemos acercado tanto a Yuzuki y Haru por estar en la misma clase. Incluso dejando eso a un lado, poder pasar el rato y divertirnos, y que todo el mundo se reúna para un espectáculo de fuegos artificiales, ¿no es algo precioso?”

Era raro que este tipo indiferente dijera algo tan sentimental.

Mirando a Kenta, que seguía sin entenderlo del todo, Kazuki continuó.

“No es tan grave. Por ejemplo, si hay un viaje próximo del club o de la familia, o si has hecho planes con otros amigos, o, bueno, ya sabes…” Se detuvo allí y murmuró sombríamente. “—Si alguien se echa novio o novia, es posible que el año que viene no podamos reunirnos así.”

Las palabras que se intercalaron entre los fuegos artificiales debieron de emocionar a todos los presentes.

Quizá esas palabras no iban dirigidas a Kenta, sino a otra persona. Tal vez iban dirigidas a sí mismo.

Con una sonrisa, Kaito rompió el tumultuoso silencio. “No digas esas cosas ahora.”

Kazuki también sonrió. “Así es. La gran final está a punto de empezar.”

Los fuegos artificiales se suceden en el cielo nocturno, como si anunciaran a todos que se acerca el final.

Boom, boom, boom. Pop, pop, pop.

Yuuko, Yua, Nanase, Haru, Kazuki, Kaito, Kenta. Todos miraban aturdidos al cielo nocturno.

Digamos, si fuéramos esos fuegos artificiales…

¿Podríamos seguir prometiendo volver a vernos en el mismo lugar el año que viene si florecimos tan plenamente y terminamos tan rápido?

¿Podríamos convertirnos en canicas de colores en el corazón de alguien?

—Boom, los últimos fuegos artificiales se dispararon hacia el cielo.

Un crisantemo especialmente enorme con una corona dorada floreció lentamente y acabó convirtiéndose en una lluvia dorada que caía a regañadientes.

… Se acabaron los fuegos artificiales de este año.

En el silencio que siguió, el humo blanco desapareció en la pantalla negra que era el cielo como los títulos de crédito.

“Nos vemos el año que viene.”

Alguien susurró suavemente, como una bengala.