Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 9

Capitulo 12: El Modelo a Seguir

Había pasado una semana desde que Aoba Kasamatsu empezó a cocinar en casa de Itsuki. Se pasaba por allí cada dos días y, tal y como afirmaba, era tan buena en la cocina como Chihiro. Gracias a eso, Itsuki pudo seguir alimentándose con una comida sabrosa y saludable incluso sin Chihiro, lo que le permitió seguir concentrándose en su trabajo.

Pero esta noche, mientras ambos comían juntos, el timbre de la puerta empezó a sonar repentinamente de forma frenética.

“¡Oye! ¡Deja de pulsar el botón del timbre!”.

Itsuki abrió la puerta enfadado, y se encontró con Nayuta Kani allí. Ella estaba respirando agitadamente, con las mejillas sonrojadas y sudorosas; seguramente había venido corriendo.

“¿Qu-qué pasa Kanikou? Luces como si tuvieras prisa…”.

En lugar de responder, Nayuta desvió la mirada hacia el suelo. Cuando vio los zapatos de Aoba, su cara quedó en blanco.

“ ”.

“Um… ¿Kanikou. ?”.

“¡Hnnnnhh!”.

Itsuki trató de hablar con ella mientras miraba aquellos zapatos, pero Nayuta estalló en ira mientras

fulminaba con la mirada a Itsuki, se quitaba los zapatos de una patada, y entraba furiosa. Avanzó hacia la sala de estar y le gritó a la perpleja Aoba que se encontraba dentro.

“¡¡Pequeña ladrona!!”.

“¡¿Eh?! ¡¿Qué?! ¡¿Qu-Quién eres?!”.

Aoba parecía totalmente confundida. Nayuta nunca dejaba que las revistas o similares publicaran su foto y se había perdido la ceremonia de entrega de premios del año pasado, así que Aoba no tenía ni idea de su aspecto.

“¡¡Soy la novia de Itsuki!!”.

…Nayuta se encontraba en el departamento editorial asistiendo a una reunión sobre los diversos proyectos relacionados con Panorama en los que participaba. Al terminar, Yamagata la citó aparte para decirle algo que quería comprobar, por si acaso. Básicamente, la nueva autora Aoba Kasamatsu acudía regularmente al apartamento de Itsuki Hashima, pero, ¿ella lo sabía? Nayuta desde luego no, por lo que se dirigió corriendo a la casa de Itsuki.

“¿Novia…?”.

Pensando en lo que había dicho Nayuta, Aoba hiló las palabras—y se puso en pie de un salto, con las cejas arqueadas.

“¿Eres…? ¡¿Tú eres Nayuta Kani?!”.

“Sí”, respondió Nayuta con abierta hostilidad.

“Ah, ahh…ahhhh…”.

Aoba no fue capaz de dar una respuesta coherente. Al cabo de unos instantes, se sintió tan abrumada por la emoción que se puso a llorar.

“¿Eh? Qué… ¡¿Eh?!”, Nayuta, insegura de lo que significaba esa reacción, empezó a asustarse.

“Yo… tenía muchas ganas de conocerte. ¡Nayuta Kani…! Yo… leí tus novelas, significaron mucho para mí… por eso empecé a escribir… Gané un premio… pero hicc… nngh… ¡Hyaahhhh!”.

“¡E-Espera! Vamos, ¡¿qué pasa contigo?!”.

Nayuta miró a su alrededor, al límite de sus capacidades. Esta chica estaba ahora llorando delante de ella.

“Básicamente”, dijo Itsuki, “ella es una gran admiradora tuya, Kanikou”.

Los labios de Nayuta temblaron un poco, sus ojos se movieron entre Itsuki y Aoba, mientras pensaba infructuosamente en cómo manejar esta situación.

***

Hermanita

Una vez que Aoba se calmó un poco, ella e Itsuki le explicaron la situación a Nayuta, quien parecía no estar muy convencida.

“Hmm… Sí, sé que sería duro para ti si Chihiro no pudiera venir por un tiempo… pero realmente no estoy segura de que una chica la cual no es su novia irrumpa en la casa de un hombre todo el tiempo…”.

“Tú irrumpiste en este lugar dos años antes de que fuéramos pareja”, comentó Itsuki con calma.

“Estaba destinada a ser tu otra mitad desde el momento en que nací”, gritó Nayuta en respuesta, “¡por lo que no había problema!”

“¡No te preocupes!”, exclamó Aoba. “¡Respeto muchísimo a Itsuki-oniichan como escritor y en todo, pero no tengo ese tipo de sentimientos hacia él! ¡E incluso si algo de ese tipo llegase a ocurrir entre nosotros, nunca intentaría arrebatarte a tu novio, Kani-sensei! ¡Lo juro por mi vida! ¡Puedo darte una promesa por escrito ahora mismo si lo deseas! ¡Si alguna vez traiciono a Kani-sensei, juro que lo pagaré con mi vida!”.

Nayuta se apartó un poco de Aoba, quien hablaba completamente en serio. “¡N-No es necesario que jures con tu vida! ¡¿Y—y por qué lo llamas Onii- chan?!”.

La observación hizo que Itsuki y Aoba intercambiaran miradas.

“Um… La hice hacerlo una vez a forma de broma, pero en realidad se sintió bastante bien, así que…”.

“Y siempre había querido llamar a alguien Onii-chan, y como que me dejé llevar. Si no te gusta, Kani-sensei, dejaré de hacerlo”.

“¡Por favor deja de hacerlo, gracias!”, respondió Nayuta enérgicamente.

“Aw…”.

“Si quieres que te llamen así”, le dijo a Itsuki, quien se quejó suavemente, “¡yo lo haré en su lugar!”.

Esto lo hizo sonrojarse un poco. “Bueno… O sea, eres mi novia, no mi hermanita… No se sentiría del todo bien…”.

“Oh, ¿de verdad…? No, supongo que no… Ee-jee- jee…”.

La reacción de Itsuki hizo que Nayuta se sonrojara visiblemente. Aoba los miró a ambos con asombro. Ver actuar tan íntimamente a dos autores que respetaba mucho la llenaba de una alegría muy pura.

“¡Realmente se aman el uno al otro…! Hacen una gran pareja. Estoy tan celosa…”.

Nayuta sonrió ante esto. “¡Nya-ja∼! Me alegro de que lo entiendas. De acuerdo. Te daré permiso especial para decirle Onii-chan a Itsuki si quieres”.

“¡¿Lo harás?!”, exclamó Itsuki.

“¡Nya-ja-ja! ¡Sólo porque tengas uno o dos personajes más de hermanita a tu alrededor nuestro amor no se verá afectado!”.

“¡Muchas gracias! Ahh, me gustaría poder encontrar el tipo de amor que ustedes dos tienen…”.

“Ee-jee-jee… El amor no es la clase de cosa que

encuentras. ¡Es ese tipo de cosas en las que caes…!”.

Desde luego, ella no había inventado esa frase, pero la forma en que Nayuta la pronunció hizo que los ojos de Aoba brillaran.

“¡Wowww! ¡Eso es muy profundo, Kani-sensei! ¡Muy profundo!”.

“Jee…jee-jee-jee…”, Nayuta retorció triunfalmente la nariz. “¿Verdad que sí?”.

“¡¿Tú—utilizas tus propias experiencias amorosas en tu trabajo?!”.

“Mmmm, en cierto modo sí, pero también en cierto modo no…”.

“¡¿Qué significa eso?!”.

“Me refiero a que no se puede escribir una buena novela sólo con experiencia… y tampoco puedes hacerlo sólo con imaginación”.

“Ahhhh… Qué profundo⁴…”.

En realidad, no había nada profundo en lo que decía Nayuta, pero Aoba lo estaba interpretando con mucha más generosidad de la que merecía.

⁴ Yamete kudasai.mp3 v:

“¡¿Te importaría si pregunto algo más sobre la serie

Panorama?!”.

“¿Ohhh? No sé… Supongo que soy de las que dice todo lo que tiene que decir en su trabajo, ¿sabessss?”.

“¿Ésa es tu postura?”, regañó Itsuki.

“¿Puedes complacerme un poco? ¿Por favor?”.

“Bueno, si insistes… Puedes preguntar. Pero no demasiado, ¿de acuerdo?”.

“¡Muchísimas gracias! ¡Oh, esto es increíble!”.

…Nayuta Kani tenía legiones de fans apasionados que la alababan constantemente como una genio de la escritura. Pero nunca interactuaba directamente con ellos en sesiones de autógrafos o similares, e independientemente de lo que pensaran, Itsuki y Yamagata nunca le dedicaban grandes elogios por su trabajo. Y aunque el productor del anime, el reparto de voces y otras personas implicadas en la franquicia adoraban su trabajo, todos se cuidaban de respetar sus límites: al fin y al cabo, eran negocios.

Antes de que su primera novela fuera aplastada y de que conociera a Itsuki y cambiara de opinión, Aoba no le habría dedicado a Nayuta todos estos sinceros elogios. Al fin y al cabo, se consideraba su igual. Ahora, sin embargo, Nayuta Kani no era un objetivo a derribar—era simplemente una novelista a la que Aoba adoraba. Y para Nayuta, era prácticamente la primera vez que interactuaba con una auténtica fan en persona… y le resultaba apasionante.

“Oh, cierto. Ao, ¿quieres venir a mi casa más tarde? Me gustaría preguntarte más sobre cómo es la vida de un adolescente de preparatoria en estos días”.

Ahora Nayuta estaba dejando entrar a Aoba plenamente en su vida, invitándola a visitarla mientras se deleitaba con la comida que preparaba.

“¡¿Tu casa, Kani-sensei?! ¡S-sí! ¡Sí, me encantaría!”. Para la agradecida Aoba, la respuesta era obvia.

***

Hermanita

Y así una hora más tarde, Aoba se encontraba desnuda junto a Nayuta en su casa, siendo examinada en cada centímetro de su cuerpo. Al fin y al cabo, Kaiko Mikuniyama estaba buscando nuevas modelos.