Hell Mode (NL)

Volumen 4

Capítulo 14: Defensa del Castillo Lapolka

Al día siguiente, el Ejército del Señor Demonio llegó por fin al Castillo Lapolka. Como era de esperar, los monstruos optaron por rodear la fortaleza por los cuatro costados. Los Jugadores Sin Vida habían pasado tres días enteros aniquilando a los monstruos al sur de la fortaleza, pero todo ese esfuerzo no había servido de nada gracias a que los monstruos aprovecharon la ventaja del terreno mediante la fuerza bruta.

Cuando salió el sol, el Ejército del Señor Demonio se lanzó al ataque. Los elfos esperaban sus órdenes mientras miraban por las cuatro murallas la marea que se acercaba. Los muros oriental y occidental no eran tan gruesos como los del norte y el sur, ya que no habían sido diseñados para ser tripulados; sin embargo, aún quedaba algo de espacio a lo largo de la parte superior. Los soldados llenaban ese espacio en filas ordenadas.

Los monstruos insectoides de aspecto grotesco se acercaban poco a poco. Un joven soldado elfo no pudo evitar apartarse ansiosamente al verlos. Sin embargo, justo cuando lo hizo, una voz sonora sonó desde un punto elevado sobre el edificio más alto de la fortaleza.

“Concéntrate en la lucha. Este es tu país y tu lucha, ¿no es así?”

“¡S-Sí, señor!”

El joven soldado alzó la vista al oír la voz y se encontró flotando en el cielo a un dragón tan enorme que sólo su cabeza medía varios metros de largo. Se trataba, por supuesto, del General Dora. La visión de los soldados Doras bajo su mando, todos ellos tan altos como el muro que protegía la fortaleza, preparándose para la batalla parecía casi divertida. Sus cuerpos eran tan gigantescos que, comparados con ellos, los monstruos insectoides eran como hormigas normales para los elfos.

Justo antes de que los monstruos llegaran a las murallas, Allen dio una orden a distancia desde su ubicación sobre el océano . General Dora, estos monstruos son de los que trepan por las murallas para atacar directamente a los elfos. Sea minucioso en incinerarlos hasta la muerte.

“¡Sí, Maestro!” Contestó la general Dora antes de dirigirse a sus subordinados. “¡Ustedes! ¡Asegúrense de quemarlos a todos!”

“¡ROOOOAAARR!”

Los Soldados Dragón B comenzaron a disparar su Habilidad, cubriendo toda la longitud de la pared en llamas. Columnas de humo con el penetrante hedor de la quitina quemada y el ácido se elevaron hacia el cielo mientras los soldados elfos se unían y empezaban a disparar sus arcos.

“¡Usen sus habilidades! ¡Úsenlas sin parar!” Gritó el general Dora. Aunque los generales y oficiales elfos estaban presentes, él estaba dando órdenes a las tropas de forma proactiva.

Interesante. Parece que los Invocados a los que se les han dado los puestos de General y Soldado asumen sus respectivos papeles de forma natural.

Mientras Allen seguía analizando la señal de la invocación con la que estaba compartiendo, miles de monstruos que parecían escorpiones desplegaron las alas que mantenían ocultas bajo el exoesqueleto de sus espaldas y se elevaron hacia el cielo a la vez.

“¡Derríbenlos! ¡Que no entre ni uno solo!”, aulló un general elfo con voz alarmada.

Cada vez que una fortaleza había caído en el pasado, se había debido a un único punto de fallo, un único muro que se abrió paso antes de convertirse en un embudo que los monstruos atravesaron en masa. Los oficiales sabían que en el momento en que dejaran pasar a los monstruos, su pérdida estaba garantizada; incluso la fortaleza más septentrional, con sus impresionantes muros del doble de altura que los de Lapolka, había caído de la misma manera. Para colmo, se enfrentaban a monstruos voladores, contra los que los elfos ya no tenían superioridad aérea. La decisión de dar prioridad a matar a estos escorpiones voladores se basó, por tanto, en experiencias pasadas impregnadas de miedo y retrospectiva.

General Dora, usa Fuego Infernal de la Furia.

“¡Insectos insignificantes que se atreven a ponerse a nuestra altura deberían conocer su lugar!”

La luz destelló con tal intensidad que casi parecía un golpe físico, tras lo cual un chorro — o más bien, un haz de llamas estalló de la boca del general Dora. Los miles de monstruos aéreos fueron todos atrapados por el fuego incandescente y borrados sin dejar rastro. Otros monstruos que se retorcían y arrastraban por la superficie de la montaña también quedaron atrapados y fueron sumariamente reducidos a polvo, estrellados contra las rocas que inmediatamente empezaron a derretirse como la lava.

Uno de los soldados elfos se quedó sin aliento ante el espectáculo. “E-Esto es una locura. No estoy soñando, ¿verdad?”

“¡¿Qué estás haciendo?! ¡Protege este muro con tu vida!” Rugió el general Dora.

“¡S-S-Señor, sí, señor!”

Bien, las cosas van bien. Parece que el lado este puede arreglárselas solo. Tuve que hacer que el general Dora usara su habilidad Despertada prácticamente desde el principio, pero aún puedo sustituir a los otros Dora y hacer que hagan lo mismo cuando sea necesario.

El tiempo de reutilización de las habilidades despertadas de las invocaciones era de un día entero. Por lo tanto, era muy importante saber cuándo utilizarlas.

A continuación, Allen dirigió su atención al muro occidental. Allí encontró una batalla realmente extraña.

“¡Clack, clack, clack!”

“¡CLACK, CLACK, CLACK!”

El General Antsy de diez metros de altura estaba dando órdenes a sus Soldados Antsys que a su vez estaban haciendo que un ejército de Lil Antsys luchara en el frente en una formación elíptica.

“¡Sigan con la Magia Curativa! ¡Denle con todo lo que tengan!”

“¡Señor, sí, señor!”

El muro de este lado estaba tripulado por tantos arqueros como magos sanadores. Estos últimos estaban apoyando desesperadamente a los diez Insectos B que luchaban en el nivel del suelo.

Bien, bien. Los monstruos están apuntando a los Insectos B por estar fuera de las murallas, mientras que los curanderos elfos están posicionados detrás de ellos y mantienen su HP al máximo. Parece que este lado podrá seguir durante mucho tiempo.

En contraste con el lado este, donde los dragones B respiraban fuego y arrasaban las filas de monstruos atacantes, en el lado oeste los insectos B llevaban la mayor parte de la lucha mientras los curanderos elfos de la retaguardia lanzaban hechizos de curación AoE. Por supuesto, cuando a muchos de los sanadores les quedaba poco MP, usaban una Bendición del Cielo para recuperarlo. Programando cuidadosamente el uso de esos objetos, los sanadores podían seguir prestando apoyo a los Insectos B durante un largo periodo de tiempo.

Cada uno de los Insectos B había tenido la oportunidad de usar su Habilidad Despertada, Engendrar, dos veces. Esto significaba que había 2.000 Lil Antsys luchando en nombre de los elfos. Todos ellos habían heredado las estadísticas de sus padres en las posiciones de General o Soldado, lo que les otorgaba una Defensa mínima de 2.750. También habían recibido mejoras de las invocaciones de tipo pez y de los elfos, lo que les hacía inmunes a la mayoría de los ataques de los monstruos. Los que recibían daño eran curados rápidamente por los curanderos elfos. Sólo en contadas ocasiones moría alguno de ellos.

Un cierto número de Lil Antsys y Antsys estaban de pie a cierta distancia para centrarse en la ducha de las fuerzas enemigas con su Habilidad, Ácido Fórmico. El ácido que generaban era tan cáustico que derretía los exoesqueletos de los monstruos de tipo insecto, dejándolos tan vulnerables que podían ser rematados fácilmente incluso por Lil Antsys, que no tenían ni de lejos el Ataque que tenían la Bestia B y Dragon B. Una y otra vez, las mandíbulas de las hormigas gigantes se cerraban sobre los puntos débiles de sus enemigos, acabando con sus vidas.

Los arqueros elfos dieron prioridad a matar a los monstruos que se agolpaban alrededor de los Insecto B. Sus flechas cayeron como una lluvia sobre las alimañas, reduciendo franjas enteras a meros cadáveres con cada descarga.

Parece que será fácil recoger piedras mágicas de este lado cuando acabe la lucha. Muy bien, hagamos que se muevan lentamente a lo largo del muro.

Aunque era necesario un ligero ajuste, el frente occidental también parecía resistir bien. Cada Insecto B podía crear cien Lil Antsys más cada día, lo que significaba que mientras murieran menos de mil en veinticuatro horas, su número en realidad iría en aumento. Y al ritmo que iban las cosas, esto parecía el resultado garantizado.

Muy bien, así que las paredes oriental y occidental se establecen.

Satisfecho con cómo iban las cosas, Allen comprobó la posición del sol a través de los ojos de sus Invocaciones. La batalla había comenzado con la salida del sol, y ahora era alrededor del mediodía. Ambos bandos habían estado luchando durante ocho horas seguidas.

“Ya era hora. ¡Muévanse, pero mantengan el fuego de cobertura!”

“¡SEÑOR, SÍ, SEÑOR!” Las tropas elfas se dirigieron a las escaleras y comenzaron a descender por las murallas, sin dejar de desatar sus ataques en todo momento.

A continuación, otro grupo subió rápidamente las escaleras y asumió las posiciones de las tropas anteriores, haciéndose cargo de la lucha. Al mismo tiempo, un tercer grupo se reunió al pie de la escalera, a la espera. Los que estaban agotados tras ocho horas seguidas de combate se dirigieron a las zonas de descanso situadas cerca del centro de la fortaleza.

Me alegro de que esto funcione. ¡El Ejército del Señor Demonio pensó que estaba siendo inteligente con su estrategia de no dar un respiro a los elfos, pero hemos tomado contramedidas!

Esta vez, el Ejército del Señor Demonio estaba tomando claramente un nuevo enfoque. Ya no se limitaba a cargar en masa en una gran fuerza como había hecho en Tiamo. La fuerza que se dirigía al sur sobre el mar estaba asaltando a Allen con un bombardeo constante, impidiéndole descansar. Esta era, en teoría, una buena estrategia para usar contra humanos y elfos, ya que generalmente tenían mucha menos resistencia que los monstruos. Y así estaban haciendo los demonios en su lucha contra Lapolka. Tenían números más que suficientes para atacar por turnos y mantener a los elfos luchando durante todo el día. El Ejército del Señor Demonio era muy rápido en adoptar nuevas estrategias, lo que indicaba que tenía una estructura de mando muy eficaz.

Desgraciadamente para el Ejército del Señor Demonio, Allen se había enterado con antelación de esta nueva estrategia por haberse enfrentado a ellos dos días antes. Entonces había llegado rápidamente a la conclusión de que el Ejército podría utilizar el mismo truco al atacar el Castillo Lapolka, y por lo tanto aconsejó a los generales elfos que dividieran sus 300.000 tropas en tres grupos de 100.000 cada uno y los hicieran luchar, esperar y descansar durante ocho horas por turno. En resumen, había traído el concepto del sistema de tres turnos de su propio mundo a éste y lo había aplicado a la guerra.

Entre los soldados había quienes estaban preocupados por el hecho de que sólo hubiera 100.000 combatientes en un momento dado. Para calmar esas preocupaciones, Allen complementó su estrategia reforzando sus fuerzas con Invocaciones Delegadas y repartiendo tantas Bendiciones del Cielo que los soldados podían luchar y utilizar sus habilidades sin restricción alguna.

En el marco de esta estrategia, el sueño se consideraba tan crucial como el propio combate. Para ayudar a los soldados a obtener el descanso que necesitaban, Allen había utilizado la Habilidad Despertada de Hierba F, Hierba, para crear árboles en macetas de dos metros de altura y los había colocado en el centro de cada una de las áreas de descanso. Anteriormente, cuando Allen envió al General Grifo a Lapolka, lo había cargado no solo con Bendiciones del Cielo sino también con estos árboles en macetas que emitían una fragancia que reducía el tiempo de recuperación de MP natural de seis horas a tres para cualquiera que la oliera en un radio de cien metros. Además, la fragancia también poseía el mismo efecto calmante emanado por la Habilidad normal de Hierba F, Aroma, cuya eficacia ya había sido probada cuando ayudó a Rodin, el padre de Allen, a dormir durante la agonía de su grave lesión abdominal.

Ahora Allen le pidió al Espíritu B que estaba apostado como su apoderado en el Castillo Lapolka que entrara en una de las áreas de descanso para que él pudiera comprobarlo. Efectivamente, encontró a todos los soldados dentro ya profundamente dormidos a pesar de toda la adrenalina que debería haber estado corriendo por sus venas de luchar por sus vidas hace unos minutos.

“Esto es simplemente mortal, Maestro. Nunca dejo, de sorprenderme”, suspiró Ellie.

Los cuatro bandos están aguantando bastante bien hasta ahora, pero el bando sur se está quedando bastante rezagado a la hora de despachar a los monstruos. No es de extrañar, ya que allí envié el menor número de invocaciones y no tienen ataques a distancia.

Satisfecho con lo que vio a través de los ojos de Ellie, Allen se dirigió entonces hacia la pared sur, donde encontró a los monstruos atacantes de tipo insecto arrastrándose por sus cuatro Piedra B. El general y los tres soldados poseían respectivamente 7.000 y 5.000 de Resistencia. Al igual que los Insectos B del oeste, estas Piedras B también estaban totalmente potenciadas, con mayor Evasión y menor daño recibido, entre otros efectos. Esto los hacía casi invencibles contra los monstruos de Rango B, que sólo tenían alrededor de 1.000 de Ataque.

Dicho esto, también hay monstruos que pueden usar habilidades — por lo que sé, algunas de esas habilidades pueden ignorar la Resistencia o reducir la Defensa. Y no puede faltar el monstruo de Rango A.

Los Piedra B medían veinte y quince metros, incluso más que los muros de la fortaleza. Esta altura les permitía usar sus escudos redondos para raspar a los monstruos que trepaban por cualquier parte de los muros. Sin embargo, cuando se dieron la vuelta para hacerlo, un esqueleto con túnica levantó su bastón con una joya roja en la punta y apuntó a una de sus espaldas expuestas.

¿Ah?, es un monstruo de rango A, ¿no? Qué suerte. Espejo, prepárate para usar Reflejo Total.

Una enorme bola de fuego apareció en el extremo del bastón del esqueleto y salió disparada hacia delante como si fuera a quemar tanto a la Piedra B como a los elfos que estaban encima de la pared. Sin embargo, la Piedra B se dio la vuelta en el momento justo y utilizó el escudo con el que se había estado rascando para bloquear el ataque. Las llamas invirtieron rápidamente su dirección y arrasaron toda la zona frente a la Piedra B con una fuerza aún mayor que antes, reduciendo a cenizas al esqueleto y a todos los monstruos de la zona.

***

Incluso cuando el sol se había puesto, los monstruos seguían atacando a la luz de su magia y sus antorchas. Tal y como Allen había previsto, pretendían luchar durante toda la noche. Ya habían pasado dieciséis horas, por lo que el siguiente grupo de soldados elfos que había estado a la espera se hizo cargo rápidamente del tercer turno. Lo mismo estaba sucediendo en el lado de Allen también, y él estaba empezando a sentirlo alrededor de la madrugada.

“Supongo que ya es hora de que me eche una siesta”, murmuró Allen.

“Su voluntad es nuestra orden, Maestro. No le defraudaremos”, respondió Ellie.

Todavía nos quedan 850.000 para llegar. Fui y prometí volver en cinco días, así que tengo que acelerar el ritmo. Los monstruos están haciendo todo el trabajo al venir hacia mí, así que fijemos la cuota de mañana en 200.000. ¿Podría atacar a más de ellos al mismo tiempo si me adentrara más en sus filas?

Después de ducharse, Allen comió un molmo mientras reflexionaba sobre cómo le habían ido las cosas ese día e ideaba formas de aumentar su eficiencia — este momento en el que se tomaba su tiempo para contemplar y teorizar era su parte favorita. No tardó en echarse una siesta a lomos de su grifo.

***

Habían pasado cinco días desde que el ejército del Señor Demonio comenzó su asalto al castillo de Lapolka. Los elfos habían mantenido desesperadamente a raya a los monstruos todo este tiempo, creyendo firmemente en su victoria final. Sin embargo, aunque Allen había enviado regularmente Pájaros B para traerles más Bendiciones del Cielo y asegurarse de que nunca se les acabaran, la fuerza de batalla de los elfos se estaba reduciendo lentamente, y alrededor del diez por ciento de los 300.000 soldados habían perdido la vida en los combates hasta el momento. Por supuesto, este sacrificio había producido resultados proporcionales.

En los lados este y oeste, donde luchaban los Dragones B y los Insectos B, la mitad de los 500.000 monstruos atacantes originales habían muerto. Muchos factores diferentes habían contribuido a esta hazaña sin precedentes, entre ellos haber luchado cinco días enteros sin parar, que los elfos tuvieran la capacidad de curarse tanto como fuera necesario, la introducción del sistema de tres turnos y la ayuda de las inagotables Invocaciones.

Durante esos cinco días, el número de Lil Antsys no había dejado de crecer, hasta el punto de que ahora había 3.000 más que al principio de la batalla. Y cuanto más numerosos eran, más eficientes eran matando a los monstruos.

Por el momento, no se observaba ningún cambio en la política del Ejército del Señor Demonio de ejercer presión sobre el Castillo de Lapolka desde los cuatro flancos. Sin embargo, redirigieron 200.000 soldados del norte y del sur para reforzar a los escasos efectivos del este y el oeste.

A lo largo de todo esto, los Jugadores Sin Vida habían contribuido al esfuerzo bélico lo mejor que pudieron desde lo alto de sus Pájaros B. Krena y Dogora cabalgaban en solitario mientras Volmaar volaba con Sophie y Keel con Cecil. Todo este tiempo, habían estado siguiendo las instrucciones de Allen de luchar de una forma centrada en ayudar a los elfos a soportar la embestida.

“Allen llega tarde”, refunfuñó Keel. “¿No es hora de que vuelva?”

“Estoy seguro de que aparecerá en cualquier momento”, respondió Cecil. “Anoche me confirmó que volverá hoy.”

“¿Por qué tarda tanto, entonces?” Keel vio a un elfo herido y enseguida le lanzó Magia Curativa.

Dogora y Krena, que se especializaban en el combate cuerpo a cuerpo, estaban luchando a la defensiva montando sus grifos arriba y abajo a lo largo de la muralla de la fortaleza y atacando las espaldas de los monstruos trepadores, dando prioridad a los de Rango A que eran demasiado para los elfos.

De repente, Krena se percató de que tres dragones de rango A venían a la carga. “¡Vienen tres dragones! ¡Dogora, ayuda por favor!”

“¡Ya lo tienes!”

Krena logró detener a uno mientras Dogora trabajaba con Volmaar para suprimir a otro. Sin embargo, eso dejó al último dragón un camino libre directo a la pared. Los elfos de la muralla empezaron a dispararle de inmediato, pero no tenían suficiente potencia de fuego para derribarlo antes de que se acercara lo suficiente para atacar.

Al ver esto, Sophie asomó la cabeza por detrás de Volmaar y gritó con una voz lo suficientemente alta como para llegar a todos: “¡Yo me encargo de esto! ¡Krena y Dogora, por favor, retrocedan!”

Sophie cambió rápidamente el anillo de resistencia que llevaba puesto por uno de +1.000 MP que hacía juego con el que ya llevaba en la otra mano, utilizó una Bendición del Cielo para recargar sus MP y levantó el bastón con ambas manos. Al ver a lo lejos la neblina de calor que surgía en torno a la figura de Sophie, Krena y Dogora interrumpieron rápidamente su lucha y pusieron distancia entre ellas y los dragones.

“Oh gran espíritu, por favor, atiende mi llamada.”

Una masa de llamas apareció ante el Pájaro B que montaba Sophie. Rápidamente creció en tamaño, adoptando finalmente una gran forma humanoide.

“Soy el gran espíritu del fuego, Ifrit. Hija de los elfos, el contrato de tu raza con el Soberano de los Espíritus me obliga a prestarte mi ayuda.”

Sophie había utilizado su Habilidad Extra, Manifestación del Gran Espíritu, para llamar al gran espíritu del fuego, Ifrit, a este mundo. Su rostro no parecía tener boca, pero su voz se oía alta y clara.

Sophie dijo respetuosamente: “Mi más sincero agradecimiento, Lord Ifrit.”

En respuesta a las instrucciones de Sophie, Ifrit salió disparado hacia el dragón que se acercaba a la fortaleza, cubierto de llamas que rugían con intensidad creciente. Cuando lo alcanzó, cargó directamente contra el abdomen del monstruo. Al momento siguiente, el dragón voló en pedazos.

“Qué poder…” Cecil, el único otro Jugador capaz de usar Magia de Fuego, era la más asombrada por lo que acababa de ocurrir. Hacer explotar a un dragón que seguramente tenía resistencia elemental al fuego estaba muy por encima de sus capacidades.

Después de eso, Ifrit acabó con los dos dragones restantes y aniquiló a todos los monstruos de la zona.

Gracias a la Materialización de grandes espíritus, Sophie podía invocar a los grandes espíritus del fuego, la tierra, el viento y el agua y pedirles que atacaran a su enemigo, la curaran o la ayudaran en la batalla de cualquier otra forma. El tiempo de reutilización de esta habilidad extra era de un día entero. Su duración se basaba en el valor máximo de MP de Sophie — para activar la habilidad extra tenía que agotar todo su medidor de MP — razón por la que había cambiado el anillo que llevaba.

“Veo que esta vez has elegido a Ifrit”, dijo una voz detrás de Sophie.

Se dio la vuelta, eufórica. “¡Lord Allen!”

Ante los ojos de Sophie estaba Allen, encaramado al general Grifo. Aunque sólo había estado fuera unos días, a ella le pareció que había pasado mucho más tiempo.

“Ah, ahí estás.” Cecil hizo que Keel acercara a su grifo y se encaramó a la parte trasera del Pájaro B de Allen. Al parecer, se sentía más cómoda en el asiento de detrás de Allen únicamente por lo a menudo que se había sentado allí en el pasado. “¿Has tenido algún problema?”

“Más o menos”, respondió Allen. “Todavía no he acabado del todo con todo un millón, pero tengo las cosas controladas.”

Como había prometido, Allen había regresado a Lapolka. Aún quedaban unos 100.000 monstruos viajando por el océano, pero sabía que sus Invocaciones eran capaces de manejar ese número por sí solas y por eso se había apresurado a volver con Grifo.

Ahora… parece que aún quedan unos tres millones en total. Como era de esperar, el lado norte es el que más tiene. Matarlos a todos llevará tiempo.

Gracias a su Invocación, Allen comprendió completamente la situación de la guerra. El lado sur se mantenía firme gracias a sus cuatro Piedra B, así que añadió cinco Dragones B para apoyarlos.

“Doras, apóyalos.”

“¡Entendido, Maestro!”

En cuanto al lado norte, que se enfrentaba al mayor número de monstruos, Allen les envió siete Dragones B. Las Invocaciones rápidamente se pusieron a trabajar asando a los monstruos que se aferraban a las paredes mientras cuidaban de no dañar a los soldados elfos.

Sí, el Dragón B es realmente el mejor para eliminar a la basura, gracias a su ataque AoE.

“Así que… el Ejército del Señor Demonio ya ha terminado de cambiar turnos, ¿verdad?” Allen preguntó.

“¿Eh? Oh, sí, hace unas dos horas”, respondió Cecil.

De acuerdo, bien.

Para cansar a los elfos, el Ejército del Señor Demonio había estado luchando en turnos de doce horas. En otras palabras, utilizaban un sistema de dos turnos. Aunque tenían más resistencia que los elfos, el hecho era que los monstruos luchaban durante doce horas seguidas. Y eso era algo que Allen pretendía aprovechar.

“Todos, vamos a acabar con los monstruos agotados. ¿Todos están listos para continuar?”

“¡Vaya, parece una idea de Allen!” Respondió Krena, riendo.

Quiero decir, soy Allen después de todo, pensó Allen irónicamente antes de decir en voz alta: “¡Muy bien, vamos!”

“¡Vámonos!” repitió Krena.

Los Jugadores Sin Vida se lanzaron de nuevo a la lucha con la nueva inyección de energía que habían recibido con el regreso de Allen.