Koujo Denka (NL)

Volumen 7

Capitulo 3: Gruñí

Parte 4

La chica pareció alarmada y luego salió corriendo. “¿Qué pasa?” Pregunté, siguiendo con desconcierto.

Se detuvo al poco tiempo… pero no pude ver nada. Acerqué mi luz al lugar que teníamos delante, pero solo reveló una pared de piedra sucia.

La niña saltaba arriba y abajo emocionada. “¿Aquí? No veo ningún—”

Tan pronto como había rozado la pared con mi mano derecha, una emoción me atravesó.

Así es como me sentí luchando contra el dragón negro o ese demonio de cuatro alas, como si el miedo a una brecha infranqueable tuviera mi corazón en sus garras. Y todavía…

La chica no sintió tal cosa. Por el contrario, estaba moviendo la cola de muy buen humor y parecía que quería saber por qué estaba tardando tanto.

Supongo que no daría muy buena impresión si tirara la toalla ahora.

Sonriéndome a mí mismo, volví a tocar la pared. ¡Un instante después, el maná surgió detrás de mí! Me di la vuelta sorprendido para encontrar las lámparas de maná en las paredes encendidas y la serpiente de fuego volando hacia mí. Salté a un lado y se estrelló contra la pared, que lo absorbió.

“¿Q-Qué en el mundo ?!”

Una puerta de color negro azabache emergió donde estaba seguro de que había habido piedra en blanco un momento antes. Siguió un torrente de maná escarlata vívido y comenzó a construir simultáneamente ocho de las fórmulas de hechizos más intrincadas que jamás había visto.

“¡P-Podría ser este maná…!”

“¡El mismo tipo usado en la fórmula de Blazing Qilin!” exclamé. “Entonces… ¡este debe ser el ‘sello del Demonio del Fuego’!”

Sentí que mi corazón se acobardaba. Había tenido a Lydia y Tina a mi lado en ese encuentro. Ahora, sin embargo…

Pequeños dedos cálidos se cerraron alrededor de mi mano izquierda. La chica con orejas de zorro me sonrió amablemente, como si dijera: “No te preocupes. Estoy aquí, ¿recuerdas?”

Mi mente se asentó. Había visto sus fórmulas antes, así que debería ser capaz de Lydiar con ellas. Y si dejo que el miedo se apodere de mí…

“No tendré ningún derecho a ver el futuro de Lydia, o el de las niñas”.

Las fórmulas de hechizo se estaban extendiendo para cubrir no solo la puerta sino toda el área a su alrededor. Su belleza me puso verde de envidia, y su precisión fue verdaderamente incomparable. Pero también eran descaradamente hostiles. Si desataran su magia, sería un hombre muerto.

Respiré hondo, toqué la puerta negra para iniciar mi interferencia… e inmediatamente me llevé una desagradable sorpresa: el gran volumen de información casi me frió el cerebro. Tuve que luchar para no caer sobre una rodilla.

Mentalmente, conté lo que había aprendido:

• Estas fórmulas se parecían a las de la serpiente de fuego.
• Todos estaban encriptados, y la encriptación cambiaba a una velocidad vertiginosa. Secuestrarlos o colapsarlos era imposible.
• Este cifrado era casi idéntico al cifrado utilizado en el diario que contenía la fórmula del hechizo de Blazing Qilin.
• Estos hechizos contenían cantidades asombrosas de maná, más de lo que Lydia podría generar ahora y a la par de lo que imaginé que Tina podría lograr algún día en su apogeo. Quienquiera que los hubiera hecho era, sin duda, un genio sobrehumano.

• ¡Si se dispararan, golpearían con la fuerza de la magia de asedio estratégico!

Las fórmulas continuaron creciendo todo el tiempo, llegando incluso a la escalera de caracol por la que habíamos bajado. Hice una mueca. ¡A menos que las desarme, estos hechizos no solo arrasarían la isla sino que también dejarían su marca en el paisaje circundante!

La chica me miró, desconcertada. Ella no debía haber sido capaz de seguir lo que estaba pasando.

Descifré el cifrado y estaba a punto de desarmar el primer hechizo, pero cambió antes de que tuviera la oportunidad. “¡Lo siento!” Dije mientras luchaba con las fórmulas que cambiaban rápidamente. “¡Con mi maná, esto podría ser un poco difícil!”

La niña me dirigió otra mirada perpleja, luego juntó las manos y comenzó a cantar. Luces pálidas comenzaron a congregarse a mi alrededor y a brillar más intensamente.

“Quien en el mundo…”

Dejé que mi pregunta se desvaneciera en estado de shock cuando mi maná se disparó repentinamente.

¿Había sido vinculado a la fuerza a los resplandores parpadeantes?!

Sentí que podía hacer cualquier cosa. Solo había experimentado esta sensación abrumadora una vez antes, cuando forjé un vínculo profundo con Lydia durante nuestra lucha contra el dragón negro. E incluso eso podría no haber sido tan intenso.

Lo sabía. Este niño es un gran hechizo. Y estas luces son elementales, así que… No, todo eso puede esperar.

Confiando en mi maná recién descubierto, me puse a desarmar las fórmulas por la fuerza bruta. Mientras estaba en eso, agité mi mano derecha y dirigí múltiples lanzamientos del hechizo avanzado Imperial Light Recovery hacia la chica y hacia mí. Una vez que nuestras heridas sanaron, intenté levantar la maldición, pero fue en vano.

Estas marcas de maldición están más allá de los límites. ¡Si tan solo hubiera pasado más tiempo estudiando la purificación!

Aun así, estaba logrando detener la propagación de los hechizos mientras los separaba. Uno, dos, tres, cuatro… Por fin, rompí la séptima fórmula. Justo cuando me enfrenté al octavo y último, la dificultad se disparó por las nubes. Gruñí cuando la fórmula final me hizo retroceder, incluso devorando los hechizos que pensé que ya había desarmado.

¡No es bueno!

En ese momento, un hechizo de apoyo desconocido apareció en la puerta, y la escritura vino con él. La fórmula era elegante pero sólida y se basaba en los ocho elementos.

¿Esto se deriva de la magia botánica?

Rápidamente incorporé la nueva fórmula a la mía, acelerando mi descifrado.

Me di cuenta de que el mensaje era bastante antiguo porque la primera mitad se había deteriorado hasta volverse ilegible, y las letras utilizadas me permitieron reducir el período de tiempo. ¡La rama occidental del clan de los lobos había usado este dialecto hace aproximadamente doscientos años!

…Los tres cruzamos el corredor dimensional y llegamos aquí, en las profundidades de la torre del laboratorio de los Etherhearts. Y aunque levantamos siete de los sellos sobre la puerta negra, decidimos retirarnos. Para cualquiera de mi familia que pueda leer esto, dejo un hechizo para ayudarlo y el nombre que desbloqueará el sello final. Cuando te pongas a ello, no tuve el coraje de ver lo que hay al final. Si te resultó útil, espero que dejes un fruto del Gran Árbol en mi tumba. El nombre es…

El nombre y la fecha habían desaparecido, pero podía adivinar. No muchas bestias hablaban el dialecto occidental del clan de los lobos y anhelaban la fruta del Gran Árbol.

Ya veo. Entonces, él vino aquí también. Ahora, dos siglos después, aquí estoy con el mismo nombre.

¿Nunca cesarán las maravillas? Y para colmo… Miré a la pequeña zorrita que cantaba y sonreí. “Tu nombre también es Atra”.

Sus ojos dorados se abrieron. “Atra”, murmuró, tímida pero llena de alegría.

Las luces que nos rodeaban adquirieron un brillo deslumbrante y el maná a mi disposición aumentó en un orden de magnitud. El sello que había luchado conmigo tan obstinadamente se derritió. Entonces, por fin, la fórmula del octavo hechizo se desintegró. Toqué la superficie desnuda de la puerta negra y empujé con todas mis fuerzas.

Por el rabillo del ojo, vislumbré a la serpiente ardiente transformándose en una hechicera con largo cabello carmesí y un par de diminutos anteojos.

¿Dónde la he visto? ¡Esa visión cuando sellé Blazing Qilin!

Al momento siguiente, Atra y yo fuimos absorbidos por la puerta negra. Todavía podía oírla cantar.

***

“¿Qué demonios…?”

Lo siguiente que supe fue que estábamos parados en un camino de piedra desconocido. Miré a mi alrededor pero no vi ni rastro de la puerta o del lugar del que acabábamos de salir. Una luz suave brillaba sobre nosotros y sentí una brisa agradable. Flores que nunca había visto antes florecían junto al camino, que discurría entre arboledas de árboles frondosos. Este no era un reino de oscuridad subterránea por ningún tramo de la imaginación. No había una persona a la vista.

“¿Algún bosque?” murmuré mientras examinaba el paisaje. “No, los árboles están dispuestos demasiado bien para eso, y este camino está claramente hecho por el hombre. ¿Un jardín abandonado hace mucho tiempo, tal vez? Tina podría contarme más al respecto”.

Miré hacia arriba y vi ramas de árboles atravesando los restos esqueléticos de un edificio, que parecía como si alguna vez hubiera estado cubierto de vidrio.

Y muy por encima…

“¿Una bandada de grifos verde mar?” Que yo sepa, esa raza solo habitaba las regiones orientales del reino. Me desconcertó la evidencia por un tiempo. Entonces, se me ocurrió una explicación. “Estas deben ser las ruinas de un invernadero, o algo parecido. Aún así, ¿cómo llegamos aquí desde tan bajo? ¡Vaya!

Atra tiró de mi mano izquierda con las suyas. Aparentemente, ella quería que la siguiera. No podía empezar a adivinar dónde estábamos, pero opté por seguir su ejemplo por el momento. Salimos juntos.

Mientras continuábamos por el camino, experimenté una fuerte sensación de déjà vu. Aunque este lugar obviamente fue construido a mayor escala, el diseño de sus pasillos, la forma en que se plantaron sus árboles y flores, e incluso la ubicación de lo que alguna vez debió haber sido un área de descanso, tenían similitudes sorprendentes con el invernadero de Tina en las afueras de la capital del norte.

“O al revés”, reflexioné. “Tal vez este lugar fue la inspiración”.

Ni siquiera la capital real podía presumir de un invernadero tan grande como el de Tina. Simplemente me había impresionado su tamaño en ese momento. En retrospectiva, sin embargo, no pude evitar preguntarme cómo incluso una casa ducal había logrado superar a la primera ciudad del reino. Dudaba que el duque Walter hubiera ocultado deliberadamente la información. Lo más probable es que él mismo no lo supiera. Tendría que preguntarle quién había diseñado ese invernadero la próxima vez que nos encontráramos.

Mi investigación sobre la difunta madre de Tina y Stella apenas había progresado, aunque había estado en ello desde el invierno. Sin embargo, había aprendido su apellido original: Etherheart. Y acababa de leer ese mismo nombre en el mensaje de la puerta.

“Lo que significa que la duquesa Rosa podría haber sabido sobre este pla- ¡Ah!”

Un chorro de agua fría puso fin abruptamente a mis especulaciones. Un grito musical llamó mi atención sobre Atra, que se había subido a los restos de una fuente justo delante. El agua seguía brotando en la palangana en ruinas. Su mirada traviesa y su cola moviéndose me dijeron que quería jugar.

“¡Ahora! ¿Alguien ha sido malo?” exigí, mirando de mí mismo a la chica. “¡Los niños que no se portan reciben… esto!” Salté a la antigua fuente y comencé a lavar a Atra en el flujo de agua limpia.

Con cariño, reflexioné que Karen y yo habíamos saltado a menudo a un canal como este en nuestro camino a casa después de jugar. Pero mientras me ponía nostálgico, Atra se soltó de mi agarre y alegremente me salpicó agua.

“Ahora lo has hecho”, amenacé cuando la chica revoltosa se dio la vuelta para huir. Era como una niña bestia mientras se empujaba a través del agua, ladrando alegremente.

Una vez que nos quitamos la suciedad, continuamos nuestro camino, comiendo suculentas frutas arrancadas de los árboles que pasamos. Me fascinó descubrir que los pájaros y los animales pequeños no huían cuando nos acercábamos. Parecía que la gente se había convertido en un espectáculo desconocido aquí.

Atra le dio un tirón a mi mano izquierda.

“Oh, lo sabía”, dije cuando la puerta de una habitación privada muy parecida a la de Tina se hizo visible más adelante.

Me acerqué a la puerta de madera y con cautela puse mi mano sobre ella. Aunque desprovista de barreras, había sido encerrado en capa tras capa de magia de preservación. Lentamente lo abrí, luego me congelé.

“Esto es… increíble”, murmuré, asombrado.

La habitación estaba completamente cubierta de estanterías. Comenzaron cerca de la puerta y continuaron a lo largo de las paredes. Una vez más, me recordó a la habitación de Tina, pero en una escala mucho mayor. Toqué un volumen: Un registro de todos los caballeros y magos del cielo. Esos títulos extintos alguna vez denotaron a los maestros vivos más fuertes del combate a corta y larga distancia, respectivamente.

“Sin polvo.”

Los hechizos de preservación evidentemente se extendieron a toda la habitación. Apenas podía esperar para leer detenidamente esta biblioteca privada. Sin embargo…

Miré a Atra. El juego entusiasta la había dejado cubierta de hojas sueltas, lo que significa que lo primero que debía buscar era…

“Un baño, supongo” murmuré con resignación.

“Con toda la magia que preserva este lugar, aún podría ser utilizable. Así que—

“¡Oye! ¡Regresa aquí!”

Atra corrió más adentro de la habitación, con las orejas y la cola erizadas. Supuse que no era fanática de los baños.

Incluso más como la joven Karen, entonces.

Riendo entre dientes, me embarqué en un juego de etiqueta con el niño.