Koujo Denka (NL)

Volumen 7

Capitulo 1: ¡No Es Verdad!

Parte 6

Miré a Sida y me sentí aliviado de verla atónita en silencio.

Entonces escuché una fuerte carcajada. Sin que yo lo supiera, mi querido abuelo se había unido a nosotros y ahora estaba cerca con una mano en la barbilla. “Qué plan”, dijo. “Señorita Fosse, me gustaría tener el beneficio de su opinión: ¿en qué términos terminaría esta guerra?”

“¿Eh? ¡¿Qué?! U-Um…”

Felicia entró en pánico y se volvió hacia Sasha, pero la hija de Earl Sykes exclamó: “¡Ahora, realmente debo descifrar ese código oriental hoy! Padre ha estado demasiado involucrado en el espionaje de primera línea como para ser de alguna ayuda. ¡Está dejando que su admiración por Walker ‘el Abismo’ se escape con él! Cada uno de sus gestos gritaba que estaba trabajando duro mientras evadía la conversación”.

El secretario principal con gafas miró a Emma y Sally a continuación, pero las criadas se protegieron con papeleo. En su último apuro, tartamudeó mi nombre, suplicando ayuda.

Naturalmente, apreté los puños y le hice señas de que le deseaba suerte.

“Yo… yo no estoy en absoluto calificada para hablar sobre esos asuntos”, le dijo Felicia a mi querido abuelo en un último esfuerzo.

“Escuché que te ganaste el respeto de Allen”, respondió. “Entonces, tus opiniones son tan buenas como las de él”.

Felicia se quedó en silencio por un momento. Por último, dijo, “haría una sola demanda, y estaría dirigida al Principado de Bazel”.

“¿Y Atlas? Estamos ganando esta guerra; incluso la anexión es una posibilidad”.

“No les pediría nada”.

Antes de que me diera cuenta, el clamor en el pasillo había disminuido. Todos escuchaban atentamente.

“¿Y qué le exigirías a Bazel?” presionó mi querido abuelo.

“Permiso para usar el correo de grifo en su principado”, respondió Felicia.

“¿No ‘dentro de su principado’?”

“No, ‘adentro’. La liga no parece tener ningún concepto de rutas aéreas todavía”.

Todos jadearon. ¿Estaba planeando usar a Bazel como punto de apoyo para monopolizar todas las rutas aéreas de la liga?

“¿Es eso así?” Mi querido abuelo sonrió. “Gracias. Emma, Sasha y Miss Fosse parecen cansadas. Ocúpate de que descansen”.

“¡¿Qué?!” ambas chicas gritaron al unísono.

“¡De inmediato, venerable maestro!” Emma respondió rápidamente. Luego, se volvió hacia mí y me guiñó un ojo. Estos dos hacía tiempo que necesitaban un descanso.

Emma y Sally comenzaron a capturar a la desconcertada Felicia. Lily contuvo a Sasha, aunque me preocupaba lo que la doncella pudiera estar susurrando al oído de la mujer noble. Capté lo que sonaba sospechosamente como “¿No quieres saber qué es lo que realmente le gusta a Richard-sama?”

“¿E-Emma? ¡¿S-Sally?!” Felicia gritó en pánico. “Yo… todavía tengo trabajo que necesito—”

“¡No, señorita, lo primero que necesita es un baño!” Emma declaró.

“Y luego un agradable y largo descanso hasta mañana”, agregó Sally.

“¡Yo… me lo tomaré con calma después de que termine de trabajar!” Felicia se lamentó.

Emma y Sally me enviaron otra señal.

Con melancolía afectada, dije las palabras mágicas: “Qué tristeza, mi Nii-sama, verte trabajar demasiado, Felicia”.

“Seguro que a él no le importaría”, respondió Felicia nerviosa. “Pero tú, um, ¿realmente crees eso?”

Estoy seguro de ello. Pero tal vez… ¿quieres molestarlo?

“¡N-No! Yo… yo solo quiero ayudar a Allen a mi manera, y luego darle mi opinión una vez que esté sano y salvo. ¡Alguien tiene que decirle que no se exceda!

Ah, lo sabía. Es fuerte, mucho más fuerte que Lydia Leinster, la Dama de la Espada.

A pesar del dolor en mi corazón, le sonreí a mi antiguo estudiante de último año y le dije: “En ese caso, debes descansar cuando lo necesites”.

Los ojos de Felicia se abrieron, luego murmuró: “E- Está bien”.

“Entonces, ¿qué estamos esperando?” Emma y Sally lloraron.

—Tú también, Sasha-Ojou —gorjeó Cordelia, levantando a la mujer noble de aspecto abatido.

Sasha murmuraba: “Qué vergüenza. ¿Cómo podría yo, una hija de la Casa Sykes, dejarme vencer en cuestión de inteligencia?”

Lily, mientras tanto, intentaba silbar, aunque sin éxito. ¿Con qué diablos había llenado la cabeza de Sasha?

Las chicas seguían gimiendo “trabajooooo” y “descifradoooo” cuando las criadas las sacaron de la habitación. Una vez que se perdieron de vista, mi querido abuelo se dirigió al salón:

“Esa joven era la señorita Felicia Fosse. El Cerebro de la Dama de la Espada respondía por ella personalmente. Recuerda su nombre, será conocido en todo el continente algún día.”

***

Una vez que Felicia y Sasha se ocuparon, nos dirigimos a la oficina de mi querido padre en la parte trasera del tercer piso, acompañados por mi querido abuelo.

“Esto es lo suficientemente lejos, Sida”, instruí a la criada en entrenamiento cuando llegamos a la puerta. “Gracias por esperarme. Puedes descansar ahora.

“¡No, la esperaré, Lynne-Ojou!” ella insistió. “¡Y luego te ayudaré a lavar esos lugares difíciles de alcanzar en el baño! ¡Le prometí a la Gran Luna que lo haría!

“No me voy a bañar contigo. Ahora ponte en marcha.

“¡¿Q-Qué?! P-Pero Lyyynne…” Suplicó Sida, sus ojos húmedos por las lágrimas.

Cielos. Soy demasiado blanda para mi propio bien.

“No me mires así,” dije, evitando el contacto visual. “Una taza de té recién hecho después de mi baño sería encantador”.

“¡P-Por supuesto, mi señora! ¡E-entiendo!” La criada en entrenamiento se estremeció de emoción y saltó de alegría. También la atrapé murmurando para sí misma. “¡Sí! Funcionó tal como la Lily-sama dijo que lo haría”.

¿Acaba de decir “Lily”?

“¿Hay algo en mi cara?” preguntó la sirvienta mayor, respondiendo a mi mirada haciendo un espectáculo de cepillarse las mejillas. “No puedo esperar para saltar en el baño y luego beber una buena taza de té”.

Pase lo que pase, ¡no puedo dejar que Sida siga los pasos de Lily!

Con esa resolución firme en mi pecho, lancé una mirada a mi querido abuelo, que había estado esperando pacientemente. Él asintió amablemente, así que abrí la puerta de la oficina y entré.

Encontré a mis padres, Lisa Leinster, la antigua Dama de la Espada, y Liam Leinster, vestidos con sus uniformes militares y estudiando detenidamente un mapa del campo de batalla colocado sobre el escritorio en el centro de la habitación. Levantaron la vista cuando entramos.

“Lamento llamarte aquí ahora”, dijo mi querida madre. “Sé lo cansadas que deben estar, chicas”.

“¡Estamos bien!” Lily y yo le aseguramos.

“Suegro, gracias por supervisar la sede”, agregó mi querido padre. “Realmente lo aprecio”.

“No lo menciones; todo lo que hago es sentarme en una silla”.

Justo cuando nos unimos a ellos en el escritorio, la puerta se abrió y una voz musical anunció: “¡Estoy en casa!”. Entró mi querida abuela, Lindsey Leinster, recién llegada de una visita a la capital de nuestros enemigos, la ciudad del agua. Era toda sonrisas y estaba vestida para viajar, con un sombrero de tela en la cabeza.

Detrás de ella, vi a un imponente hombre pelirrojo en uniforme: el bajo duque Lucas Leinster. Mi querido tío sonrió cuando nos vio a Lily ya mí, luego siguió a mi querida abuela a la habitación.

“Suegra, ¿cómo respondieron los principados del sur y la ciudad del agua?” mi padre preguntó gravemente. “Después de nuestra gran victoria en Avasiek, la intensificación de esta guerra los beneficia tan poco como a nosotros”.

“La ciudad del agua estuvo preciosa, como siempre”,

respondió mi abuela. “Oh, Celebrim está con Maya”. Aparentemente, el ex segundo al mando del cuerpo de sirvientas, Celebrim Ceynoth, la había acompañado en su misión.

Mi abuelo colocó una silla frente al escritorio y mi abuela se deslizó en ella sin la menor afectación. Dejó que sus piernas colgaran ociosamente mientras informaba: “Cuatro de los seis principados del sur acordaron esperar y ver. Solo que el estado de las cosas allí es… un poco extraño. Sus ojos brillaron con un profundo intelecto mientras pasaba su delgado dedo sobre el mapa. “Los cinco principados del norte se han opuesto históricamente a nosotros, mientras que los principados del sur y la ciudad del agua se han opuesto a la guerra. Pero como dice Regina, están lejos de estar unidos en este momento”.

Tiré de la manga derecha de mi prima mayor y susurré: “Lily, ¿quién es Regina?”

“La formidable dama que gobierna el principado sureño de Rondoiro”, susurró la doncella.

Las conexiones de nuestra querida abuela nunca dejan de sorprenderme.

Mi madre echó hacia atrás sus hermosos cabellos escarlata y se dirigió a mi padre. “Anko nos trajo la noticia de que la familia real escapó a salvo hacia el oeste. Anna informa que nuestros enemigos en la capital real están plagados de problemas de suministro, pero han retirado la Orden Violeta a la capital del este. Lo que significa que el Gran Árbol aún no ha caído. Liam, sabemos casi todo lo que desearíamos. ¿Cuál es tu decisión?”

Todos los ojos se volvieron hacia mi padre, que estaba de pie con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Lentamente, los abrió y luego declaró audazmente:

“Las necesidades deben. ¡Dividiremos nuestros ejércitos en dos… y enviaremos nuestra fuerza principal a la capital real!”

No hace falta decir que dividir nuestras fuerzas sería un error táctico: sería mucho mejor aplicar todo nuestro poderío contra nuestros enemigos divididos. Pero las circunstancias conspiraron para negarnos el camino más seguro. El enemigo en la capital real parecía encontrar retrasos en este momento, pero

¿quién podía decir cuándo marcharían hacia el sur? Lo mejor que podíamos hacer era retomar la capital real y luego la oriental y sofocar la rebelión antes de que tuvieran la oportunidad de actuar. Y, naturalmente, rescatar a mis dos queridos hermanos debía haber estado en nuestras mentes.

Mi abuelo levantó la mano. “Lindsey, Lucas y yo nos ocuparemos de la liga. Tomaremos a Felicia, Sasha y la mitad de las fuerzas del bajo ducado. Algunos exaltados entre la nobleza del sur están clamando por anexar todos los principados del norte; no podemos arriesgarnos a dejarlos aquí.”

“Supongo que demasiada victoria puede ser un problema por derecho propio. Estoy profundamente en deuda contigo. El tuyo también, Lucas.” Mi padre se inclinó profundamente ante mis abuelos y luego le dio al tío Lucas un ligero golpe en el pecho.

“¡Soy tu hombre, Liam!” respondió mi tío, con una amplia sonrisa. “¡Les deseo a usted y a mi cuñada una campaña audaz! ¡Puedes contribuir a la gloria militar de los Leinsters!”.

“Acabamos de recibir noticias de que los Howard están a punto de enfrentarse al Imperio Yustiniano en el campo”, agregó mi abuelo, asintiendo enfáticamente. “Ha llegado el momento de que nuestra fuerza principal marche sobre la capital real. Walter no permitirá que los imperiales saquen lo mejor de él, especialmente no con el profesor de su lado.

Pensé en mis amigas del norte: Tina Howard y Ellie Walker. Tenía muchas ganas de hablar con ellas de tantas cosas: Nii-sama y Onee-sama, la rebelión…

¿Siempre he sido así de débil?

Podía imaginarme a la Señorita Primer Lugar plantando sus manos en sus caderas y sacando su pecho inexistente mientras decía: “Hm… Parece que me necesitas más de lo que pensaba, Lynne. En ese caso, supongo que tendré que escucharte. Después de todo, soy la líder de nuestra clase”.

“Yo también tengo mucho que contarte, Lynne-Ojou.

¿Escucharías?” añadiría su criada, tímida pero feliz, pareciendo la hermana mayor y menor de Tina al mismo tiempo.

Me retracto, ¡no tengo nada que decirle a Tina! ¡Ellie y yo tendremos una linda charla por nuestra cuenta!

¡Y nunca, nunca retrocederé hasta que la Señorita Primer Lugar se disculpe! Estoy segura de que mi Onee-sama me apoyará en…

Me congelé, recordando cómo mi Onee-sama me había aterrorizado en el campo de batalla. Su furioso “¡Fuera de mi camino!” todavía resonaba en mis oídos.

“Lynne, Lily, lo han hecho bien”, dijo mi padre. “Déjanos trabajar en los detalles”.

Sentí una punzada en mi corazón. Tenía miedo de preguntar, pero… ¡pero necesitaba saber! Me armé de valor y dije: “Queridos padre y madre… ¿cuáles son sus planes para mi Onee-sama?”

Cualquiera podía ver que era peligrosamente inestable: una espadachina enloquecida que simplemente cortaba cualquier cosa en su camino y la incineraba con esas terribles llamas. Podría romperse y explotar en cualquier momento.

“Me gustaría mantenerla en la capital del sur”, dijo mi padre pesadamente, presionando sus manos contra su frente.

“Pero ella nunca estaría de acuerdo con eso”, agregó mi madre. “Si dimos la orden…”

Mi Onee-sama desecharía todo lo demás y saldría corriendo para reunirse con mi Nii-sama, sin importarle si perdería su propia vida como resultado.

“Llevaremos a Lydia con nosotros”, concluyó mi madre. “Lynne, Lily, quiero que ustedes dos sean su ‘vaina’ mientras Allen está fuera”.

“Sí, entiendo”, respondí con tristeza.

“Lo haré”, repitió Lily, igualmente desanimada.

¿Puedo hacerlo? ¿Puedo, cuando mi Onee-sama, la Dama de la Espada, con sus alas de llama negra y carmesí, me llena de tanto terror?

“Lynne-Ojou”. Lily tomó tiernamente mis manos entre las suyas. ¿Cómo podría rechazar a mi prima cuando actuó así? No estaba jugando limpio.

Mi padre aplaudió. “Bueno, entonces, Lynne, Lily, realmente deben irse ahora. Realmente aprecio todo lo que han hecho”.

“Muchas gracias”, dije. Su alabanza calentó mi corazón.

“¡Hora de un baño con Lynne-Ojou!” cantó Lily.

“¡Yo… yo no me voy a bañar contigo!” farfullé. “¡Está fuera de la cuestión!”

“¡Awww! ¿Por qué no? ¿No viste lo sola que estaba Sida hace un momento? Tenía esa mirada de ‘Me pregunto si Lynne-Ojou me odia’”.

Gruñí como si me hubieran golpeado. “S-Sólo estás diciendo eso para ponerme nerviosa. ¿Por qué diablos alguna vez odiaría a Sida? Ella es… Lily,

¿qué es ese pequeño orbe que tienes en la mano?”

“¿Por qué diablos odiaría alguna vez a Sida?” mi voz repetía desde la grabadora.

Grité y traté de arrebatar el orbe, pero Lily se había ganado su lugar como la número tres del Cuerpo de Doncellas de Leinster: se retiró hacia la puerta con tal gracia que casi parecía estar bailando. ¡El nervio de ella! ¡El nervio puro y descarado!

A pesar de mi furia, me incliné ante los adultos, que continuaban con su discusión, antes de seguir a Lily fuera de la habitación. Justo cuando la puerta se cerró detrás de nosotros, vi a mi madre girarse hacia mi padre, luciendo más desconsolada de lo que nunca la había visto. Murmuró: “Si sucede lo peor, si Lydia…”

¿Qué? Dejé de caminar a pesar de mí misma. ¿Q- Qué… acaba de decir mi querida madre?