Youjo Senki (NL)

Volumen 9

Capítulo 4: Amor Submarino

Parte 2

Eran muy conscientes de lo poderosa que era esta táctica. Después de todo, los imperiales lo habían hecho una y otra vez en el norte.

Se había vuelto tan familiar que les daba asco. Las fuerzas de la Mancomunidad incluso habían intentado ganar a los imperiales en su

propio juego desplegando magos marinos desde sus propios submarinos durante la invasión de la antigua Alianza Entente.

Pero inconscientemente habían bajado la guardia, convencidos de que ninguna flota de superficie podría superarlos. Y eso fue lo que condujo a este desastre.

Los oficiales de la flota distaban mucho de ser ineptos; dominaban la situación: que era un auténtico caos. Normalmente, los aviones de combate y los magos marinos impedirían que el enemigo se acercara siquiera.

“¡Todos a sus puestos de combate! ¡Fuego a discreción!”

El destructor Lewis se abrió al instante con todo lo que tenía preparado.

“¡Tiren todo lo inflamable! ¡Lancen todos los erizos!”

El destructor Victor había terminado de cargar sus erizos y lanzó todas las cargas hacia la posición aproximada de los submarinos enemigos. Descargaban sus municiones tan rápido como podían, pero un instante después, ambos quedaron instantáneamente incapacitados por explosiones secundarias.

“¡Lewis y Victor están acabados!”

Habían cumplido con su deber hasta el amargo final.

Aunque fuera por poco tiempo, al conseguir que la mayoría de las fuerzas imperiales se concentraran en la pareja de destructores, se concedió a las demás naves de su formación un breve respiro que se sintió inquietantemente como una sentencia suspendida.

“¡Cambio de rumbo! ¡A toda velocidad!”

Sin dejar de arrojar cualquier cosa remotamente explosiva, los barcos que conseguían adoptar una postura evasiva tenían suerte de seguir a flote. Desgraciadamente, una tormenta desastrosa se les acercaba.

¿Injusto? Sí, lo era.

La vanguardia, incluidos los buques de guerra y el portaaviones que habían sido aniquilados casi por completo al comienzo del enfrentamiento. Una cosa habría sido si hubieran sido atacados por una poderosa flota enemiga y hubieran dado al enemigo lo mejor de sí.

¿Pero perder por unos cuantos torpedos y un par de magos piojosos? “… ¡¿Cómo está pasando esto?!”

Nadie habría culpado a los oficiales por mirar al cielo y ofrecer todas las malas palabras del libro. A todos los de la Mancomunidad les parecía un mal sueño.

Si esto es un sueño, quiero despertar ahora mismo.

Pero se trataba de oficiales de la marina que encarnaban el espíritu de John Bull. En sus corazones, lamentaban su terrible destino. Pero lo único que salía de sus bocas era un flujo constante de órdenes para mantener a sus marineros alerta y en movimiento.

“¡Descarguen los torpedos de repuesto y las cargas de profundidad antes de que también nos vuelen a nosotros! ¡Rápido!”

Tuvieron que hacer todo lo posible para sobrevivir. Los restos de la flota tampoco descansaron. Para los destructores, fue terriblemente vergonzoso, pero arrojaron por la borda todo lo inflamable, incluidas sus cargas de profundidad.

“¡Sigan disparando! ¡Sólo hay unos pocos enemigos!”

“¡Llamen a los magos marinos! ¡El portaaviones necesita ayuda!

¡Ayuda con el control de daños!”

De alguna manera se las arreglaron para seguir luchando.

Por lo que parece, había menos de una compañía de magos atacando. Lógicamente, deberían haber sido capaces de manejarlos.

Tal vez una docena de enemigos. Eso fue todo.

¿Un puñado de imperiales enfrentándose a un escuadrón completo de la Marina Real? Esto fue una broma terrible.

Si no se hubieran acercado tanto, la red de defensa de la flota podría haberlos repelido o, al menos, mantenido a raya hasta cierto punto… Por supuesto, eso venía con la suposición de que su propia unidad de magos marines no fuera engullida por el incendio masivo que se desató en el portaaviones.

Aunque habían aumentado constantemente el volumen de fuego, faltaba densidad en las descargas de cada barco.

Todos los marineros lo sabían. Algo es mejor que nada. Aferrados a ese pensamiento como a una plegaria, tras disparar una lluvia de balas, incluso fueron creativos y levantaron una cortina de humo para ocultarse.

Pero la balanza de la batalla era implacable.

Una vez que les daban propina, no volvían; parecían despreciar los esfuerzos de la gente.

“¡E-El V-Vincent ha—!”

Aunque no hubiera ni siquiera una compañía de magos, Vincent no se salvó bajo su fuego concentrado. Apenas se mantenía a flote, pero tras ser engullido por una bola de llamas, quedó definitivamente fuera de combate.

El hecho de que no hubiera sido derribado por una explosión secundaria era la prueba de que su decisión de arrojar tantos explosivos como fuera posible era la correcta. Seguramente los magos imperiales tenían la intención de detonar cualquier torpedo o carga de profundidad a bordo. En el momento en que Vincent estalló en llamas, los disparos cesaron… pero al darse cuenta de que no iba a estallar por sí solo, reanudaron el ataque.

Lamentablemente, eso fue todo lo que consiguieron con sus esfuerzos.

¿Quizás era simplemente la impotencia de una nave que no podía contraatacar? El futuro de Vincent no era muy brillante.

Como parecían haber comprendido el estado del barco, los magos enemigos desplazaron el foco de sus disparos hacia la línea de flotación. Una vez abierto un agujero en su casco, la situación empeoró drásticamente debido a la inundación incontrolada.

Los villanos terminaron su malvada acción en un instante.

Luego persiguieron sin piedad al resto de los buques de la Mancomunidad.

“… ¡Los magos enemigos se acercan rápidamente!”

Sí, seguro que sí. El capitán rechinó ligeramente los dientes. Tras juzgar que Vincent ya no era una amenaza y abandonar sus intentos de desencadenar explosiones secundarias, era obvio lo que harían a continuación los magos imperiales.

Incluso cuando algunos magos marinos emergieron tardíamente de la lista Ark Royale, sus intentos de defenderse del enemigo fueron inútiles. No, ¡era peor que eso!

Las fórmulas que desplegaron sólo trajeron fuego fulminante sobre sus posiciones.

Incluso para los magos marines de élite, defenderse rodeados de fuego y explosiones estaba fuera de su alcance.

Para su enemigo, era asistencia divina. A cambio de proporcionar el más mínimo apoyo, se les obligaba a caer con suma facilidad.

Y el destino del último destructor, disparando todos sus cañones antiaéreos, estaba a punto de decidirse.

“¡Aquí vienen!”

“¡Mierda, mierda! ¡Son tan malditamente rápidos!”

Si la sofisticación tiene una estética, sin duda es la belleza cruel. La afilada curva trazada por los magos enemigos estaba supremamente pulida. Ante el jadeante público de abajo, adoptaron una prístina formación de ataque que habría sido fascinante observar si las circunstancias hubieran sido distintas.

Y lo hicieron con tanta naturalidad que cualquiera que los viera sabía que la parca estaba a punto de blandir su guadaña.

Sí, aquí es.

Aquí es donde morimos.

No tuvieron más remedio que enfrentarse a la realidad. El final se les venía encima.

“¡Diablos…!”

Fue como si a alguien se le escapara eso como para maldecir al cielo.

Allí estaban, el ataque final a punto de comenzar en cualquier momento. Pero de repente, los brutos imperiales se dispersaron y su formación se desorganizó.

Un instante después, el mundo quedó bañado en una luz cegadora.

La visión de la parca que surgió de la cuidadosa coreografía se desvaneció, y la muerte que parecía inevitable saltó por los aires de repente.

¿Una obra de Dios? ¿Fue un milagro? No, no, no.

“¡Refuerzos! ¡Son refuerzos de la flota principal!”

Mientras el oficial de comunicaciones hacía su feliz trabajo de dar la buena noticia, el mundo se llenó de luz. Era una lluvia de fórmulas ópticas de francotirador que caía sobre la unidad de magos aéreos imperiales.

“¡Vinieron!”

“¡Estamos salvados!” “¡Oh, Dios mío!”

Que las buenas noticias sean siempre así.

Fue menos un brote de alegría que una explosión de emoción.

Todos los que seguían vivos enloquecieron al ver los refuerzos.

No eran enemigos, sino aliados. ¡Los magos aéreos aliados habían venido a apoyarlos!

Habían cambiado en un instante. Hacía un momento, estos marineros habían proferido todas las maldiciones conocidas a Dios en el cielo, pero ahora alababan su gloria como si hubieran vuelto a nacer.

¿Y qué hay de malo en ello? Son valores perfectamente válidos para la Mancomunidad.

En cuanto a los magos imperiales… se dieron la vuelta rápidamente, huyendo con el rabo entre las piernas. Imaginar su indignación por haber visto interrumpida su diversión hizo que los marineros de la Mancomunidad se sintieran un poco mejor a pesar de su amarga derrota.

Las pérdidas fueron enormes. Demasiado doloroso pensar en ello.

Pero precisamente por eso alguien de la Mancomunidad se mofaría de su enemigo en esta situación. ¡Qué pena!

***

EL MISMO DÍA, EL 203º BATALLÓN DE MAGOS AÉREOS

Hablando de perder los toques finales.

¡Estábamos tan cerca de aniquilarlos literalmente! En lugar de eso, cometimos un error garrafal.

¡Llevamos a cabo un ataque de alto riesgo contra la flota enemiga en los V-2! ¡¿Qué hay de malo en querer cobrar dividendos?!

Nuestras posibilidades eran muy escasas, pero lo conseguimos:

¡nuestra fuerza de ataque ensangrentó su acorazado, su portaaviones e incluso los cruceros y destructores de escolta! ¡Estuvimos tan cerca de una victoria perfecta!

Nos merecíamos volver a casa con un trofeo en las manos.

Sin embargo, en el último momento, recibimos un golpe horrible de la nada. El golpe fue como descubrir que el chico que debía traer el postre había desaparecido a mitad de la comida.

Bueno, espera. Vamos a replantear esto de una manera más positiva.

Llegamos a comer el plato principal.

Devoramos la flota servida por el Estado Mayor que apareció a lo largo de la ruta de escape. Hicimos nuestro trabajo perfectamente.

Mientras el General von Romel no se retrase… la retirada no debería tener problemas.

Y no se equivocaría en un movimiento táctico. Seguramente, se las arreglarían para retirarse a salvo. E incluso si algo pasara, ¿y qué?

Si alguien llega tarde, es culpa suya.

Lo básico para ser un adulto en la sociedad es absoluto en el ejército. Si llegas tarde, te quedas atrás. Es un principio fundamental para actuar en grupo sin lugar a dudas.

Por eso, para Tanya, la aparición de los tardíos magos de la Mancomunidad, que aun así se las arreglan para irrumpir, es totalmente absurda.

Como la unidad se dispersó en cuanto nos atacaron, no sufrimos ningún daño real. Pero me gustaría exigir una indemnización por el grave impacto en mi estado mental.

Siempre se interponen en nuestro camino en el último segundo. Si vas a llegar tarde, ¡no aparezcas!

“¡Es un grupo de magos del tamaño de una brigada! ¡Vienen hacia nosotros rápidamente!”

“¡Tsk! ¡Se acabó el tiempo!”

Poseen la coordinación de alto nivel necesaria para poder romper la formación en un abrir y cerrar de ojos. El poder de organización necesario para mantener la cohesión de la unidad incluso en lo que es

esencialmente un ataque sorpresa. Estas dos cosas hablan de la extraordinaria calidad de mi unidad. Y a esa unidad, el 203º Batallón de Magos Aéreos, le gustaría mucho no verse superada en número.

Especialmente en una batalla sobre el agua. Si es posible evitarlo, entonces quiero evitarlo.

“¡Coronel! ¿Qué tal sólo dos naves más?”

“¡El tiempo es más valioso! ¡No seas avaricioso! ¡Nos retiramos!”

Tanya les pide que hagan las maletas, pero el ansia de combate del Mayor Weiss es tan grande que parece no poder reprimir su deseo de ir tras la presa que tienen ante sus ojos.

“¡No nos llevará mucho si lo hacemos ahora mismo! Por favor, ¡déjenos ir!”

Se lamenta de que puede acabar con ellos con unas pocas fórmulas.

¿Habla en serio? Bueno, probablemente podría lograrlo. El único problema es que eso no me importa en este momento.

Con los refuerzos enemigos acercándose, las reglas del juego han cambiado. Antes de su llegada, aniquilar las naves habría sido lo óptimo, pero… estos imbéciles.

Tanya chasquea la lengua y sacude la cabeza. Como profesional, sé separar las emociones de las necesidades… porque entiendo lo que requieren tiempos como estos.

“Ríndase, Mayor. ¡Nos retiramos!”

“… ¡Entendido!”

Weiss es un veterano, así que no protesta más de una vez. Es importante saber el momento y el lugar.

“¡Todas las unidades, en retirada! Les permitiré realizar algunos tiros de despedida a los magos enemigos, ¡pero eso es todo!”

Tanya pide formalmente la retirada y, al mismo tiempo, da luz verde a un ataque de acoso brusco para ensangrentar a los enemigos perseguidores.

En el momento en que decide intimidar a sus perseguidores, el objetivo pasa a ser ralentizarlos todo lo posible.

“¡Un momento! Antes de empezar a disparar—¡prohíbo disparar a cualquier nave a partir de este momento!”

“¡¿Qué?!”

“¡Mayor, si hundimos todos los barcos, esos idiotas enfurecidos nos perseguirán hasta el infierno!”

¿Soy la única persona que piensa por aquí? Lanzo un suspiro. Maldita sea, Weiss. Incluso después de todo lo que te dije, ibas a atacarlos en cuanto tuvieras la oportunidad, ¿no?

Justo cuando Tanya abre la boca para regañarlo, una voz diferente suena por la radio.

“Mayor, si quedan naves, las fuerzas de la Mancomunidad recogerán a los que vayan a la deriva. Si los magos están demasiado ocupados con las tareas de rescate, no podrán seguirnos.”

¡Bien, Visha! El rostro de Tanya se relaja de felicidad.

Mi ayudante siempre sabe lo que pienso. Realmente sigue siendo una asistente de primera.

“¡Lo que ella dijo, Weiss! ¡Haz buen uso de las tropas heridas!

¡Necesitarán a alguien que cuide de ellos y un lugar donde refugiarse!”

Con el poder combinado de Tanya y los comentarios de su ayudante, Weiss se da cuenta de inmediato. Señala a un destructor enemigo y luego mira a unos soldados en el agua y esgrime una mueca maligna.

“… Usted es más humanitaria de lo que hubiera pensado, Coronel.” “Soy humanitaria hasta la médula.”

Las miradas vacías de mi vicecomandante y mi ayudante deben de ser síntomas del veneno de la guerra. Después de todo, ¿quién puede negar que Tanya cree firmemente en el humanitarismo?

Mientras no afecte a mi propia seguridad, estoy a favor de ser humano.

“¿No es maravilloso amar al prójimo? Enemigos y aliados por igual deberían valorar más la vida.”

Hay al menos una brigada de magos marinos de la Mancomunidad acercándose rápidamente. Será imposible enlazar con el submarino con ellos pisándonos los talones. En realidad, será bastante difícil deshacerse de ellos y escapar limpiamente.

Normalmente, sería así. Pero parece que estamos de suerte.

Eso es porque los magos enemigos tienen un montón de gente que necesita su ayuda de inmediato. A partir de este momento, el destructor a punto de hundirse es significativo. Puede rescatar a la tripulación que se agita en el agua.

Y los magos de la Mancomunidad no abandonarán a la gente que necesita su ayuda.

“¡El sol se está poniendo! ¡Momento de irnos! ¡Bien hecho, tropas!”

“““¡Entendido!”””