Tensei Shitara Slime Datta Ken (NL)

Volumen 15

Capitulo 3: Ira En El Campo De Batalla

Parte 3

Ya, varias tropas enloquecidas corrían hacia el frente. El equipo Kurenai, el equipo Hiryu, la Alianza de Guerreros del Señor de las Bestias y las guerreras del cielo se vieron obligados a luchar duro contra ellos.

Pero también estaban aquellos confundidos y desconcertados—pero no derrotados—por los cambios dentro de ellos mismos. Esos eran los verdaderos guerreros que buscaba Gradim.

Diez mil murieron inmediatamente.

Cinco mil quinientos se transformaron completa e irreversiblemente en bestias mágicas. Cinco mil hicieron la transformación, solo para perder la razón y volverse locos.

Cinco mil transformados en una forma de bestia humana, también volviéndose locos. Cuatro mil se convirtieron en Guerreros Bestia imbuidos de poderes animales.

Y cuatrocientos despertaron como Caballeros Quimera.

Fue fortuito para Gradim que las probabilidades resultaron más o menos como él había anticipado. Había muchas razones para creer que los resultados habrían resultado mucho peores, dado el grupo relativamente pequeño de sujetos de prueba.

La División de Bestias Mágicas, como resultado de esto, ahora era mucho más pequeña de lo que solía ser. Sin embargo, su poder como ejército se había disparado.

Los miembros enloquecidos de la División pronto encontraron su fin. Tenían algún valor como señuelos, pero una vez que perdían la cabeza, realmente no había vuelta atrás; Gradim estaba mentalmente preparado para descartarlos sin remordimientos. Entre los sobrevivientes, la mitad—alrededor de diez mil—aún podían retener su inteligencia mientras luchaban. Eso fue un poco más de lo que esperaba Gradim, y aunque más de la mitad de ellos nunca podrían volver a su forma humana, eran una valiosa fuerza de combate. Gradim estaba bastante satisfecho con eso.

Pero sobre todo, ahora tenían 400 Caballeros Quimera—y con ellos, nunca más perderían contra nadie. Meditando sobre esto, Gradim asintió con satisfacción. Aun así, era demasiado pronto para relajarse. Llevó mucho tiempo alcanzar estos resultados, pero aún necesitaban reorganizar sus fuerzas en el campo. Quería tomar el mando, pero desafortunadamente había un obstáculo en su camino—Carrion.

Por ahora, tendría que confiar en sus Tres Generales. Baraga, el Dragón Azul, estaba luchando contra Gabiru; Nazim el ave bermellón estaba en un feroz combate con Frey. Eso dejó solo a Gozaline, la tortuga negra.

「¡Gozaline, reforma nuestras fuerzas de inmediato! 」

「¡Ee-hee-hee-hee-hee! Muy bien. Estoy encantada de ver que los resultados fueron aún mejores de lo esperado」

「Efectivamente. ¡Ponte a trabajar de inmediato! 」

Un rápido mensaje telepático fue todo lo que necesitó. Realmente deberían haber cerrado sus filas mientras tenían diez mil señuelos pseudo-bestias enloquecidos corriendo—pero al menos Gozaline estaba a salvo, lo que alivió mucho a Gradim. Tan egoísta como era, confiaba en aquellos que consideraba lo suficientemente dignos.

“¡Hah! Demasiado concentrado en tus tropas para molestarte conmigo, ¿eh?” “Por supuesto. Comando un ejército, te das cuenta. No soy una bestia salvaje”.

“Y acabas de ordenar a la mayoría de ellos que mueran, ¿no es así? No me hagas reír”.

“Esa es la naturaleza de la guerra, tonto. Si no puedes hacer un compromiso similar, nunca mereciste gobernar nuestra tierra. ¿Y escuché que fuiste expulsado de tu trono de rey demonio por un recién llegado?

¡Lo siento por los hombres y mujeres que sirvieron a alguien tan impotente como tú!” “¡¡Cierra la boca!!”

Carrion cortó a Gradim con ira—pero había demasiada urgencia impaciente en su ataque. Por mucho que nunca quisiera creerlo, Gradim se había vuelto mucho más fuerte de lo que esperaba.

“Vaya, ese ataque no hará mucho. A mis ojos, apenas pareces estar corriendo hacia mí”.

Con ese comentario alegre, Gradim se movió detrás de Carrion, un par de grandes garras equipadas en su mano derecha. Estas eran sus Garras de Tigre Blanco, cada una emitiendo un brillo blanco plateado; un arma de clase divina que lleva su nombre y que le prestó el emperador. Desde entonces, los había transformado por su propia voluntad, y siendo de clase Divina, podían atravesar a cualquier oponente— incluso formas de vida espiritual. Dada la velocidad casi divina de Gradim, eran una excelente combinación para su estilo de lucha.

Así que Gradim usó su juego de pies bien perfeccionado para mantener a Carrion a su merced. Incluso la armadura de clase Leyenda que protegía a Carrion era tan buena como la chatarra contra las Garras de Tigre Blanco.

“¿Qué pasa, eh? ¿No dijiste que me ibas a matar? ¿Eso fue solo palabrería, o qué?”

“Ah, cállate. Tsk… Pensé que sería más fácil matarte, pero esto no va a ser como pensaba…”

Carrion también se había vuelto mucho más fuerte—todo ese entrenamiento con Milim había hecho maravillas por él. Le permitió continuar peleando este combate sin recibir un golpe letal. En cierto modo, Gradim estaba aún más sorprendido por eso. Cualquier diferencia en la fuerza del arma tenía una correlación directa con la fuerza general de la batalla, y asumió que esa diferencia terminaría la pelea mucho antes que ahora. Los dos eran muy similares, incluso en sus habilidades. Pero mientras Carrion tenía una ventaja en fuerza latente, Gradim tenía ventaja en armamento—y, en general, eso le daba una ventaja.

Gradim, claramente entendiendo esto, se movió para acabar con Carrion mientras se aseguraba de mantenerse protegido. Pero luego, en ese momento, sucedió algo que Gradim nunca podría haber predicho.

“¿Qué? ¡¡Estoy… rebosante de poder…!!”

Esta era la señal de una evolución—el comienzo de su propio Festival de la Cosecha, la progresión hacia un rey demonio. Pero despertar en estas condiciones supuso un gran desafío para Gradim.

“¿Por qué estoy… tan cansado…?”

Ya estaba inestable sobre sus pies. Carrion, que no desaprovechaba esta oportunidad, huyó del peligro y se recompuso.

“¿Qué pasa? ¿Ya estás exhausto?”

Luego observó a Gradim más de cerca. Claramente algo estaba pasando—pero ¿era bueno o malo para él? Gradim claramente estaba ganando poder—que era lo suficientemente visible para cualquiera que lo mirara. Las magículas pululaba a su alrededor, un aura enorme fluía de su cuerpo. Pero el propio Gradim apenas parecía capaz de mantenerse en pie ahora.

¿Qué está sucediendo? Esto no es eso del ‘despertar’, ¿verdad?

Carrion recordó de repente una historia que había escuchado recientemente. En la fiesta de la victoria de Rimuru, según la historia, realizó una ceremonia de evolución de sus oficiales—pero algunos de ellos estaban tan abrumados por una fatiga irresistible que tuvieron que abandonar el evento antes de tiempo.

Tienes que ir a dormir por un tiempo en el camino para convertirte en un verdadero rey demonio,

¿verdad? ¡Y eso es exactamente lo que le está pasando a este tipo!

El Señor de las Bestias no era tonto, pero tampoco era la persona más ingeniosa del mundo. En este momento, sin embargo, estaba demostrando una gran perspicacia—tal vez la situación que amenazaba su vida estaba agudizando un poco su cerebro.

Frey sugirió que la evolución requiere un cierto número de almas… y las tropas de Gradim están muriendo por miles a nuestro alrededor, ¿no?

Efectivamente, las condiciones estaban dadas. Ascender a un verdadero rey demonio requiere una gran cantidad de almas impulsadas por el odio. No todos guardaban rencor contra Gradim, por supuesto, pero soportar todo el odio de aquellos a los que has matado era una de las pruebas necesarias para el despertar. Esto le estaba pasando a Gradim ahora mismo, en medio de una intensa batalla, y estaba completamente indefenso. Era simple causa y efecto, en realidad. Los soldados que confiaron en Gradim debieron sentirse terriblemente traicionados, con sus almas estropeadas por el odio hacia su comandante.

Carrion no podía leer la situación tan lejos, pero aun así la juzgó como una gran crisis y una gran oportunidad.

“Supongo que el cielo está de mi lado después de todo”. “¡E-Espera! Espera un minuto…”

“Siempre ha sido sobre ti toda tu vida, ¿no es así? Es hora de pagar por eso”.

“¡No! Piénsalo con calma un momento. Puedes llamarte el más fuerte solo si me ganas cuando estoy en perfectas condiciones. Esto no será más que una victoria a medias para ti. ¡Lo lamentarás el resto de tu vida!”

Gradim estaba profundamente preocupado. Si no actuaba en este momento, seguramente lo matarían… pero estaba atormentado por una fatiga que no podía hacer. Todo fue tan inesperado que no pudo pensar en ninguna medida a tomar contra eso. Se giró hacia sus generales confiables—pero Baraga y Nazim estaban enfrascados en un feroz combate, y mientras Gozaline simplemente estaba reorganizando tropas, el ataque que enfrentó de las fuerzas de Rimuru significaba que no podía simplemente correr en ayuda de Gradim.

En ese mismo momento, nadie podía ayudarlo. Cayó de rodillas.

¡Dios… maldita sea…! Finalmente llegué aquí… Un paso más y alcanzaría el máximo poder…

Podía sentir ese poder estallando dentro de él—y una somnolencia igualmente fuerte que era inútil resistir. Una vez que despertara, podría derrotar incluso a Velgrynd. Ya podía imaginárselo… pero la realidad era mucho más cruel para él. Si ni siquiera Rimuru pudo resistir esta prueba, no había razón para que Gradim pudiera.

Ahora su rostro era un lío de lágrimas y frustración.

“Esto… ¡No puedes hacer esto…! ¡¡No puedes, maldita sea…!!”

Con ese último grito, Gradim se durmió. Y si un aspirante a rey demonio no lograba sobrevivir a esta terrible experiencia… se enfrentaba a la muerte.

“¡Bueno, no tienes suerte! Tienes la oportunidad de tener una muerte agradable y pacífica mientras duermes. ¡Hasta luego, entonces! ¡¡Rugido de bestia!!”

Carrion no era alguien que mostrara piedad en un momento como este. Tal vez sería una historia diferente si todavía se viera a sí mismo como un rey demonio todopoderoso, pero ahora solo era el comandante de un ejército. Había venido a reforzar a sus aliados, por lo que era natural que pusiera la victoria por encima de su propio orgullo.

Así, un hombre ardiendo en ambición, uno a un solo paso de alcanzar alturas aún mayores, fue derrotado por Carrion.

Las primeras personas en ser abrumadas por esta derrota inimaginable fueron los Tres Generales de Gradim. Eran fuertes aliados, fascinados por el camino del Rey Bestia y compartiendo sus sueños. Su ira y dolor eran lo suficientemente palpables como para afectar toda la situación de guerra que los rodeaba.

El primero en reaccionar fue Baraga. Dejó de enfrentarse a Gabiru, giró sobre sus talones y corrió al lado de Gradim.

“¡¡Gradim-sama!!”

Todo lo que había debajo de la cabeza de Gradim había sido borrado por el rugido de la bestia de Carrion. El rostro disgustado contó toda la historia. Sería imposible revivirlo de este estado.

“Oh, qué… qué horrible… Justo cuando su anhelado deseo casi se cumplía…”

Gabiru llegó, siguiendo al lamentable Baraga. Permaneció en guardia, con su atesorada Vortex Spear apuntando directamente hacia él.

“Carrion-sama”, dijo, con los ojos todavía en Baraga, “¡mis felicitaciones por su gran victoria! ¡Estoy realmente asombrado por su brillante autoridad en el campo de batalla!”

Estaba elogiando a Carrion por derrotar a un general enemigo, y lo decía en serio. Gradim, con su ofensiva de clase Divina, era más poderoso que Gabiru a pesar de que aún no era un rey demonio. E incluso si fue un golpe de suerte coincidente lo que lo selló, era natural que elogiara a Carrion.

Pero el receptor de este elogio parecía extrañamente pálido. “Vaya, vaya, odio decirlo, pero él no solo…”

Estaba sumido en sus pensamientos, aparentemente incapaz de darle a Gabiru una respuesta coherente. “¿Mmm? ¿Cuál es el problema?”

Gabiru se preguntó si se sentía bien. Carrion se dio la vuelta, luciendo terriblemente preocupado, y luego dijo la impactante verdad.

“Lo siento chicos. Sé que hice todo este camino para colaborar, pero parece que se acabó para mí”. “¿Qué? ¡¿Estás herido?!”

“No, eso no. Es esa cosa del ‘despertar’. Creo que las almas que se suponía que iba a conseguir Gradim están pululando por mí. Hombre, qué maldición. Ahora entiendo por qué estaba tan malditamente indefenso…”

“¡¿Qué?!”

El tono de Carrion era burlón. Gabiru, sintiendo la levedad de la situación, no pudo ocultar su sorpresa. “Entonces, sí, lo siento, pero voy a dormir aquí. Intenta protegerme cuando puedas, ¿de acuerdo?” “¡Pero por supuesto! Puedes estar seguro de eso”.

Gabiru sonrió, con la esperanza de tranquilizar a Carrion. Carrion se la devolvió y luego le dio la espalda. “Espero verlos cuando vuelva”, dijo, y luego se durmió. Lo tomó con la mayor firmeza posible, pero así es como funciona el sueño evolutivo.

Baraga estaba menos que entusiasmado con esto. Si las cosas hubieran sido diferentes, él habría estado haciendo guardia, no Gabiru—y Gradim estaría disfrutando de su sueño en este momento, no Carrion.

“¡¡Nooooooo!! ¡Nunca! ¡Nunca cosecharás todos los beneficios después de no hacer nada para sembrarlos! ¡¡Me niego a dejar que esto pase!!”

Se enfureció con Gabiru y Carrion. En su mano había una reliquia brillante de Gradim—sus Garras de tigre blanco, un arma de clase divina que encarnaba y proyectaba la voluntad de cualquiera que reconociera como su maestro.

“Garras de tigre blanco, préstenme su poder. ¡Debemos vengar a Gradim-sama!”

Las garras brillaron más radiantemente, como si respondieran a la llamada de Baraga. Entonces la luz convergió en la forma de una sola lanza.

“Ah… ¡Me has reconocido como tu maestro!”

Baraga se regocijó. En su mano estaban las garras de tigre blanco recientemente reformadas—ahora llamada Lanza de Dragón Azul.

“¿Tu nombre era Gabiru? ¡Entonces déjame matarte y despachar al ladrón que yace ante nosotros!” “¡Hah! Yo también he hecho una promesa de hombre a hombre. ¡Sepa que no permitiré que se perturbe

el sueño de Carrion-sama!”

Con ese desafío rugido, se reanudó la batalla entre los dos gigantes.

Mientras volaba por el aire, enzarzada en un combate de alta velocidad, Frey también evaluaba la situación en tierra. Para esto, usó la habilidad extra Ojo Celestial, una forma de visión que observaba un rango determinado y ofrecía una vista panorámica de esquina a esquina para el usuario.

“… Oh. Así es como funciona la evolución”.

Su mente aguda le dijo de inmediato lo que estaba sucediendo en el suelo, dándole la respuesta correcta incluso mientras seguía defendiéndose de Nazim.

“No… Gradim-sama…”

“Dicen que la suerte es parte de la habilidad de uno… y supongo que es realmente cierto”.

“¡Tú! ¡Cómo te atreves a burlarte de Gradim-sama! ¡Ni siquiera puedes ponerme un dedo encima!”

“Esa no era mi intención. Simplemente estaba declarando hechos; no quise burlarme de ti. Y no es que no pueda tocarte; es solo que todavía no lo he hecho. Desearía que no sacaras conclusiones”.

Frey, una mujer pasiva que rara vez hacía movimientos audaces por su cuenta, poseía una fuerza encomiable como antigua reina demonio. Su conteo mágico no se compara con el del ave bermellón, pero una mezcla de velocidad y técnica le permitió defenderse bien de Nazim.

“Gran charla, viniendo de alguien que no ha hecho nada más que evadirme hasta ahora”. “Veremos quién tiene la boca más grande una vez que esto termine”.

También se mantuvo firme verbalmente. Algunas personas tienen un don natural para hacer que otras personas te odien, y Frey era de ese tipo. Ni siquiera la reina demonio Milim podría superarla en ese frente.

Y Frey no solo estaba huyendo de su oponente, tampoco—la estaba observando, buscando debilidades. Desde el punto de vista de la fuerza, no tenía nada con qué vencerla. Ella era más rápida, pero Nazim tenía más resistencia. Parecía estar en una batalla perdida… pero, de nuevo, la victoria a menudo puede surgir de lugares inesperados.

“Estás entrando en pánico, ¿no?” “¿Qué? ¿De dónde vino eso—?”

“Finalmente obtuve el poder de ver las almas de las personas. Mi ‘ojo’ se ha adaptado a eso, pero déjame decirte que tener esta ‘percepción’ es muy conveniente…”

Frey se dio cuenta de que su Ojo Celestial había mejorado. Lo que la hizo sonreír. Esto podría darle una ventaja después de todo. Y sintió que la información que acababa de recibir sería la clave de su victoria.

“¿Qué estás viendo?”

Las garras de Nazim agarraron la parte superior del brazo de Frey mientras escupía las palabras con disgusto. Esta pequeña victoria la hizo sonreír. Las garras de arpía tienen un efecto de interferencia mágica que puede bloquear las habilidades de cualquier cosa que agarren.

“¡A-ja-ja-ja-ja! Eres una tonta, ¿lo sabías? ¡Tan absorta en la conversación que me dejaste atraparte!”

Su tono se iluminó. Tenía asegurada la victoria, y eso solo demostraba que estuvo aterrorizada todo el tiempo.

Frey mantuvo la calma durante la crisis, observando a Nazim, revisando cada acción de ella. “¡Toma esto! ¡¡Onda de choque!!”

Entonces comenzó el bombardeo de Nazim, que parecía hacer de esto un asunto unilateral. La ropa de Frey se rasgó por el impacto, pero su expresión no estaba contorsionada por la angustia. Continuó observando fríamente a Nazim; a su enemigo le pareció extraño, pero lo descartó como un engaño. Le dolía admitirlo, pero su hermana gemela Frey tenía una mente aguda. Nazim era la luchadora más poderosa en términos de fuerza simple, pero una tramposa astuta como Frey era difícil de manejar.

¿Tratando de engañarme para salir de mis garras, entonces? No… Estoy segura de que está buscando una oportunidad, tratando de cambiar las tornas en cualquier momento.

Así que Nazim siguió jugando con Frey, creyendo que un ataque continuo era su mejor opción. Pero Frey permaneció completamente despreocupada.

“¿Tal vez un poco más?”

Era un pequeño murmullo, pero resonó con fuerza en los oídos de Nazim. “¡¿Qué?!” ella exigió sin pensar.

“Vas a despertar muy pronto, ¿verdad? Tu conteo mágico está aumentando más y más en comparación con cuando comenzamos, parece. Y una vez que despiertes, supongo que te dormirás como Gradim. Eso es todo lo que tengo que esperar, ¿eh?”

Frey estaba sonriendo como un demonio mientras hablaba.

Nazim se puso pálida. Sí, ella era consciente de los síntomas que estaba sintiendo. Esta, de hecho, era la causa de su aterrorizada impaciencia. Frey la tenía resuelta.

“¡¿Y-y qué, entonces?! ¡Te mataré ahora mismo y me retiraré a un lugar seguro!”

La desgarradora verdad de las palabras de Frey solo aumentó la alarma inquietante de Nazim. Tenía que deshacerse de ella antes de que comenzara el sueño evolutivo—era la única manera. Con esa decisión tomada, aumentó su fiereza un poco, atacando con toda su fuerza—pero ahora carecía de los medios para darse cuenta de que esto era exactamente lo que Frey quería.

“¡¡Onda de choque…!!”

Una feroz descarga eléctrica atravesó a Frey por enésima vez. Pero no la quemó, ni siquiera la lastimó en absoluto. El impacto la hizo perder un poco el equilibrio, pero por lo demás, nada.

¡Esto es una locura! ¿Cómo puede estar tan despreocupada con esto?

Pero cuando se dio cuenta de eso, ya era demasiado tarde.

“¿Parece que te estás preguntando algo? Pero ahora estoy segura de ello. Nuestra madre, la reina anterior, quería que fueras feliz en un mundo donde nuestro rebaño fuera irrelevante.

“¿Qué?”

“Si supieras el secreto de la reina, tendrías que ser asesinado. Por eso te desterró sin decirte nada”. “¡No me vengas con eso!” Nazim gritó con rabia. “¿Cómo podría sobrevivir un pollito recién nacido

después de ser abandonado así? ¡Tenía toda la intención de dejarme morir!” Pero Frey la despidió con calma.

“Y, sin embargo, sobreviviste. Esa es una prueba positiva de que alguien te estaba cuidando a escondidas. Mamá siempre te mimó así”.

“¡¿…?!”

Era algo que Nazim siempre se preguntaba. Se preguntó cómo se las arregló para sobrevivir en sus días más jóvenes, antes de que pudiera recordar. Fueron sus instintos mutantes, supuso, los que la ayudaron a superar esa prueba—pero después de escuchar las palabras de Frey, comenzó a preguntarse si había otra explicación.

Aun así, después de todo el odio que se había acumulado en su mente, Nazim no estaba dispuesta a cambiar su postura.

“¡Estás fanfarroneando! Ahora estoy sobre ti. Estás tratando de engañarme y ganar ventaja, ¿no es así? Hubiera sido lindo de tu parte simplemente rogar por tu vida, pero tu orgullo como antigua reina demonio no te lo permitiría, ¿verdad?”

Frey, habiendo agotado todas las demás opciones, le estaba haciendo creer que tenía un gran plan listo para derribarla. Pensar en ello de esta manera tenía sentido para Nazim—de hecho, casi estaba forzando su mente a llegar a esa conclusión. Entonces, suponiendo que la estaban engañando, aumentó la intensidad de su electricidad.

“¡Muere! ¡¡Onda de choque máxima!!”

Toda la fuerza de su violento ataque de electrocución golpeó a Frey. Y ese era el momento que ella había estado esperando.

“Es muy malo. Te liberaron de tu destino y ahora has vuelto tú misma para morir”. “¿Eh?”

“Solo puede haber una reina. Maté a nuestra madre para apoderarme de su trono. Y si no te hubieran abandonado, también habríamos tenido un duelo a muerte”.

“¡Entonces te habría matado!”

Como una rara arpía de tipo luchador, Nazim tenía absoluta confianza en sus habilidades de batalla. Perdía ante Frey en velocidad de vuelo, pero la conquistaba en todo lo demás. No había forma de que pudiera perder en una pelea—e incluso ahora, estaba al borde de la victoria. Quería burlarse de Frey y su acto, apenas digno de ser llamado los murmullos de un mal perdedor. Pero las siguientes palabras de Frey la hicieron cambiar de opinión.

“Una reina arpía necesita tener ciertas habilidades, ya ves. Alguien con ellas puede ser reconocido como la próxima reina. El error que cometiste fue nacer como parte de mí”.

“Deja de hablar como si supieras absolutamente todo sobre mí—”

“¿Oh? Bueno, déjame darte el resumen, entonces. La reina tiene una ventaja indiscutible contra todos los ataques de su propia especie. En otras palabras, tengo inmunidad contra todos los ataques basados en nuestra especie”.

“¡No me mientas! ¡Eso es absurdo!”

Había un rincón de la mente de Nazim preguntándose si esto era cierto, pero lo descartó como imposible. Si esa historia era cierta, inmediatamente contradecía la afirmación de Frey de que ella mató a la reina anterior.

“Estoy segura de que estás tratando de tomarme por sorpresa con tus mentiras. ¡Deberías haber pensado en algo más plausible!”

“Es algo triste que no me creas… pero es la verdad. Y, por cierto, no es un hecho que una reina antigua y una nueva deban luchar entre sí. Normalmente serían dos hermanas compitiendo por el trono—y cualquiera que se apodere de los poderes de la otra para sí misma lo ganaría todo”.

Eso, y la hermana ganadora también obtendría el poder de convertirse en un potencial rey demonio. “¡¿Qué…?!”

“Pero tuve que matar a Madre porque eras imperfecta. Pero lo que realmente no puedo perdonarte es cómo nuestra Madre quería que vivieras, y cómo pisoteaste todo ese deseo. No sé si naciste antes o después de mí, pero realmente desearía que hubieras podido vivir tus años en paz en otro lugar”.

“¡Basta! ¿Crees que ya me has ganado? Tengo otras habilidades además de mis habilidades naturales de arpía, ya sabes. Si te ataco con ellas—”

“Demasiado tarde. Ya he acumulado suficiente energía. Y odio verte sufrir más, así que déjame acabar contigo de un solo golpe ahora mismo”.

“¡N-No…!”

Fue solo entonces que Nazim notó que las alas de Frey habían adquirido un tinte púrpura. Sus hermosas alas de un blanco puro, cubiertas con una malla dorada, habían sido descoloridas por las ondas de electricidad violeta. La comprensión de lo que era, hizo que Nazim se congelara.

¿Estaba almacenando la electricidad que liberé en ella? ¡¿Qué tan poderoso podría ser eso…?!

Ella trató de escapar presa del pánico, pero las garras que sostenían el brazo de Frey se negaron a moverse. La propia mano delgada de la reina también se había aferrado al brazo de Nazim. Si Nazim hubiera despertado antes de encontrarse con Frey hoy, el resultado podría haber sido diferente… pero, al menos, eso seguiría siendo una hipótesis para siempre.

“Adiós, mi hermana. ¡¡Eco-reflexión!!” “¡Espera—!”

Frey no dudó. Descartó toda vacilación una vez que se convirtió en reina.

De repente, liberó su electricidad almacenada. Esta era la habilidad que había adquirido—la habilidad única Duplicador, permitiéndole recibir cualquier ataque que un oponente aterriza en su cuerpo y devolver el golpe con la misma intensidad. No era una habilidad fácil de usar, dado que requería que ella sufriera daño—pero dado que el ataque provino de una compañera arpía, Frey podía dominarlo, a pesar de enfrentarse a un oponente contra el que normalmente tendría pocas posibilidades.

Así que, golpeada por esta gran cantidad de energía eléctrica a la vez, Nazim fue instantáneamente chamuscada, carbonizada y asesinada.

“No me importa si eres mi hermana mayor o menor, pero que nuestra madre te mimara, ciertamente me hizo pasar un mal rato. Aunque te envidio un poco, Nazim. Al menos sabes a ciencia cierta que tu madre te amaba…”

Fue una pequeña medida de buena voluntad hacia Nazim mientras caía al suelo. Pero las palabras no la alcanzaron. El reencuentro entre las dos hermanas arpías había llegado a su fin, y no habían estado ni cerca de entenderse.

Y ojalá hubiera terminado ahí.

“… ¿Qué? ¡Las almas reunidas hacia Nazim vienen por mí ahora!” Una repentina sensación de somnolencia se apoderó de Frey.

“No puede ser… ¿Sueño evolutivo? Oh… Así que quieren descargar su resentimiento conmigo en lugar de con Nazim…”

Frey no iba a rechazar exactamente una invitación para convertirse en una verdadera reina demonio… pero este no era el momento ni el lugar. De hecho, pensó que Carrion se veía ridículo allí abajo. Iba a reírse de él más tarde, pero ahora esto no le parecía tan gracioso. Sin embargo, no tiene sentido quejarse de ello.

“¡Lucía! ¡Clara! Protéjanme durante todo esto. A Carrion también, por favor”. “¡Sí, Frey-sama!”

“¡Como desees, mi reina!”

Los dos tomaron medidas rápidamente. Frey luego voló al lado de Carrion. Sería más fácil protegerlos si estaban juntos, razonó. Carrion también tenía a Sphia de los Tres Grandes Licántropos protegiéndolo, y los tres juntos ayudarían a aumentar las posibilidades de supervivencia.

Y además:

Santo cielo. Vine aquí para ayudar a nuestras fuerzas, pero ahora solo las estoy ralentizando. Quedarse dormido en medio de un campo de batalla… Nunca pensé que cometería un error como este en mi vida.

Ella se retorcía internamente de vergüenza. Realmente era lo último que esperaba. Pero aun así se sintió atraída a quedarse dormida, sin saber si alguna vez volvería a despertarse.

Gabiru estaba enfrascado en un combate mortal con Baraga—y fue la Lanza de Dragón Azul en las manos de Baraga lo que resultó ser el factor decisivo. Era inaceptable desde el punto de vista de Gabiru que una diferencia en las armas determinara un resultado como este, pero la realidad era que incluso su preciada habilidad Piel de Dragón no podía proporcionar mucha defensa contra los ataques de lanza del Dragón Azul.

“Infligir heridas a personas como yo… Un enemigo digno de hecho”.

“¡Kah-ja-ja! Yo diría lo mismo de ti. Tenía la intención de acabar contigo de un solo golpe, pero eres mucho más problemático de lo que esperaba”.

Ambos resultaron gravemente heridos. Pero ninguno de los dos dejó de atacar. Solo se estaban lastimando más, pero a ninguno de los dos les importaba.

“El hecho de que luches a mi nivel después de mi despertar es realmente asombroso. ¡Pero no puedo dejarme vencer!”

“¡Hmph! Incluso sin despertar, Gradim-sama era mucho más fuerte que tú. Si hubiera logrado la hazaña, ni siquiera le habrías dado una pelea “.

“¡Disparates! ¡Hay muchos que sirven a Rimuru-sama que son más fuertes que yo! ¡Eres un buen luchador, sin duda, pero en comparación con Ultima-dono, no eres más que un pececillo en un estanque!”

Gabiru no se dio cuenta de que esto equivalía a llamarse a sí mismo un pececillo también. No tenía exactamente el don de la palabra que sí tenían algunos de sus compatriotas, pero en su mente, quería decir todo lo que decía.

Y aunque podría haber estado luchando por defenderse, aún estaba atento a la situación de guerra que lo rodeaba. Atreviéndose a exponerse un poco, intentó alejar a Baraga del durmiente Carrion, cambiando con éxito su ubicación poco a poco.

Sphia-dono se ha apresurado a ayudarnos, así que estoy seguro de que Carrion-sama estará bien. Ahora no quedará atrapado en el meollo del asunto si desencadenamos algunos movimientos a mayor escala.

A su manera, Gabiru estaba elaborando estrategias. Y mientras lo hacía, Frey derrotó a uno de los Tres Generales.

“¿Qué? ¡No! ¡¿Ahora Nazim también fue asesinada?!”

Siguiendo los pasos de su líder, la mujer que habían tratado informalmente como su segunda al mando ahora también estaba muerta. Darse cuenta de esto enfureció a Baraga.

“¡P-Pagarás por esto! ¡Esta lanza se usará para vengar la muerte de mis amigos!” Ahora él realmente estaba entrando en su propio.

“Un auténtico Caballero Quimera es aquel que ha obtenido el poder de Bestializarse, anteriormente privilegio exclusivo de los licántropos. ¿Ves lo que quiero decir? Se nos ha otorgado La Bestia, un tratamiento médico especializado, para integrar artificialmente los poderes del hombre y la bestia. Eso es lo que somos—lo último en poder de guerra”.

Mientras pronunciaba este discurso, el cuerpo de Baraga comenzó a cambiar rápidamente. Había sido innegablemente humano antes, pero ahora mostraba cada vez más las características de un dragón. Hizo que su uniforme militar se abultara, pero se las arregló para resistir sin rasgarse, ya que se transformó en algo que se parecía más a un dragonewt que a un dragón completo.

“Ahhh… Esto se siente bien. ¡Desbloquear el verdadero poder es una sensación edificante!”

Fue la primera vez que Baraga probó esta transformación. Pensó que era posible para él, pero nunca se lo contó a nadie, manteniéndolo como su pequeño secreto. Pero ahora que Gradim—a quien admiraba y respetaba—había muerto, todas las ataduras de su mente se habían levantado. Con su camarada Nazim también caída, no había más razón para dudar más.

“¡Vengan a mí, todos ustedes!”

Baraga estaba llamando a las tropas que servían debajo de él, actualmente corriendo como locos por el campo de batalla. Estos pobres soldados, reducidos a bestias mágicas irreflexivas, aún obedecían las órdenes de esta presencia abrumadoramente fuerte, sus instintos lo reconocían como el superior entre ellos. Lo mismo era cierto para aquellos en algún lugar del espectro entre humanos y bestias.

Entonces Baraga se abalanzó sobre todos ellos. Sus magículas fluyeron hacia él—casi visiblemente, como un pulso—y las víctimas devoradas se secaron como momias, con sus vidas esparcidas por el viento.

“¡Q-Qué hazaña! Esos eran tus soldados, ¿no? Y ahora tienes—”

“No eran más que forraje para el enemigo tal como estaban. Deberían estar agradecidos de haber tenido que morir sirviéndome”.

“¡Qué egoístamente malvado de tu parte! ¡Me niego a dejar que este ultraje no se castigue!”

Gabiru cargó con su lanza, sus instintos le decían que Baraga sería un problema si no lo controlaba. A juzgar por la situación, probablemente estaba obteniendo energía de sus soldados para aumentar su conteo mágico hasta el máximo que esta forma actual le permitía. Su conteo mágico todavía estaba a la altura de Gabiru—al borde de lo que podría llamarse un rey demonio despierto artificialmente—así que sería duro criticar a Gabiru por entrar un poco en pánico. Esa prisa, sin embargo, condujo al peor resultado posible.

“¡Tonto! En el campo de batalla, el primero en morir es el que pierde la paciencia. ¡¿Pensaste que estaría tan preocupado con mi comida que bajaría la guardia?!”

Había dos propósitos en las acciones de Baraga. Una era reforzar su nueva capacidad de poder. La otra era hacer que Gabiru actuara demasiado pronto, y funcionó—estaba casi saltando hacia una muerte segura.

“¡¿Qué?!”

Cuando se dio cuenta, ya era demasiado tarde. Baraga estaba usando sus pies para manejar ágilmente la Lanza de Dragón Azul, y cuando Gabiru entró volando, la punta le atravesó el estómago. Su coraza de acero mágico no cubría su abdomen, y ni siquiera la habilidad piel de dragón de Gabiru podría resistir un ataque desde un punto ciego del que ni siquiera era consciente.

“¡Gah… Gwahh!”

Gabiru escupió sangre, con un agujero abierto en su estómago. La escena hizo que Baraga se riera a todo pulmón.

“¡Kah-ja-ja! ¡Ahora me alimentaré de ti—el mayor honor que jamás recibirás!” Habría sido el final para Gabiru. Pero el destino no se lo permitió.

Confirmado. Activando la habilidad única Fanfarrón… Exitoso. El destino del sujeto Gabiru ha cambiado y ha evitado la muerte.

Era la voz del mundo. Incluso el mismo Gabiru se había olvidado de la habilidad única Fanfarrón, pero ahora su poder acababa de alterar su destino.

Había adquirido esta habilidad única cuando Rimuru se convirtió en un verdadero rey demonio, pero sus efectos seguían siendo desconocidos en ese momento. Todo lo que sabía era que tenía el efecto de aumentar o disminuir el poder de sus ataques. Se volverían más fuertes cuando estuviera mentalmente en racha, pero más débiles cuando se sintiera más tímido o pusilánime. El poder se adaptaba a la personalidad de Gabiru a la perfección, pero no era exactamente la más conveniente de las habilidades únicas para aprovechar.

“¡Gwah! ¿Eh? Estoy bastante seguro de que me atravesaron el estómago hace un momento…”

Lo hizo preocuparse un poco. Pero nunca fue de los que se preocupan por los detalles. Así que fácilmente lo desvió de su mente y preparó su lanza hacia Baraga.

“¡No! ¿Qué acaba de suceder?”

Desde el punto de vista de su enemigo, esta realidad no era tan fácil de aceptar. Finalmente había ideado un plan para atrapar y matar a Gabiru, este poderoso enemigo. Una vez que lo tuvo abrumado, seguramente estaba en la bolsa. Esto parecía injusto.