Tensei Shitara Slime Datta Ken (NL)

Volumen 15

Capitulo 3: Ira En El Campo De Batalla

Parte 4

“¡Esto es una completa tontería! ¡¡En ese caso, me aseguraré de perforar tu corazón la próxima vez!!”

Todas las magículas que Baraga absorbió lo hicieron crecer rápidamente en poder. Ahora, pensó, sería un juego de niños derrotar a Gabiru, con trucos sucios o no. Así que agarró su Lanza de Dragón Azul con ambas manos.

Una vez más, los dos luchadores se miraban fijamente. Una vez más, Gabiru estaba en desventaja. Obtuvo una tirada de salvación kármica en este momento, pero el rayo no caería dos veces por él. Sin que Gabiru lo supiera, la habilidad única de Fanfarrón, ‘Cambiar Destino’, requería un largo tiempo de recuperación antes de que pudiera reactivarse. No importa cuánto lo deseara, solo podía aprovechar esa habilidad una vez al día como máximo.

Así que a Gabiru no le quedaban otros secretos a su disposición. Peor aún, después de esta batalla maratónica, había agotado rápidamente su fuerza física. Regresar del borde de la muerte, como lo hizo ahora, requeriría un período prolongado de descanso para la mayoría de las personas.

Pero a pesar de todo eso, Gabiru sonrió, sin mostrar signos de miedo.

“¡Gwah-ja-ja-ja! Tu técnica es aguda, pero aún no estoy derrotado. Con un maestro tan excelente como el mío, no deberías esperar ganar tan fácilmente”.

Gabiru agudizó su concentración, preparándose para responder a lo que fuera que Baraga intentara con él.

… Y entonces el destino hizo su elección.

No fue por nada que las habilidades de Gabiru hicieran por él. Fue justo el momento en que nació Ciel en la mente de Rimuru. Y justo cuando estaba a punto de gastar la energía que le quedaba en un último golpe decisivo, una voz celestial se acercó para ayudarlo.

¿Deseas poder? Entonces déjame dártelo. Acepta mi actualización para tu habilidad única.

¡¿…?!

Gabiru no preguntó qué significaba eso. La voz se sentía tan cálida, tan familiar, que solo escucharla tenía un efecto calmante. Entonces, sin dudarlo, Gabiru estuvo de acuerdo en su mente.

El efecto fue dramático.

Una sabia elección. Sacrificaré la habilidad única Fanfarrón para otorgarte una nueva habilidad.

Tan pronto como la voz desapareció, un nuevo poder despertó en Gabiru.

El último regalo, Humorista, otorgada por Ciel, incluía cinco efectos: Acelerador mental, Alterar destino, Controlar imprevistos, Controlar Espacio y Barrera Multicapa.

Acelerador mental elevaba su velocidad perceptiva hasta un millón de veces. Alterar destino era una mejora de la habilidad cambiar destino de Fanfarrón. Esto podría activarse a voluntad de Gabiru, aunque aún estaba limitado a un uso por día.

Controlar imprevistos era, a su vez, una mejora de la habilidad Efectos inesperados de Fanfarrón. Hasta ahora, solo podía aumentar su poder de ataque a través de acciones no intencionales; ahora podía desencadenar esto a voluntad. Sin embargo, aún actuaba en función de su estado de ánimo, por lo que solo cuando estaba emocionado y motivado, sus ataques ganaban más fuerza.

Controlar Espacio era la misma habilidad que ya estaba disponible para Benimaru y los otros altos oficiales. Su aplicación principal era para el transporte espacial, lo que permitía al usuario regresar libremente a cualquier lugar que hubiera visitado anteriormente siempre que no se hubiera producido ninguna interferencia externa. Dicha interferencia también podría usarse para evitar que tu enemigo escape de la batalla contra ti. Esto lo hacía extremadamente útil.

Finalmente, Barrera Multicapa era una técnica defensiva a la que Rimuru ya le había dado un gran uso. Una combinación de varias barreras de un solo propósito, podría proteger al usuario de prácticamente cualquier tipo de ataque—y gracias a que Gabiru estaba bajo la autoridad de Rimuru, ahora él también tenía acceso a ella.

Gabiru entendió correctamente los efectos de una habilidad que hasta ahora había sido mayormente opaca para él. Ciel lo expuso todo en su campo de conciencia, después de ralentizarlo un millón de veces. Fue una experiencia verdaderamente conmovedora.

Entonces, sin pensar, dijo:

“Increíble… ¡Realmente increíble! ¡¡Me siento invencible!!”

Las emociones de Gabiru ya se elevaban a nuevas alturas y, en su caso, eso fue lo mejor que pudo haber hecho. Sonrió, desvaneciendo la oscuridad del aire, y solo eso aumentó proporcionalmente sus poderes.

“¡¿Q-Qué está pasando?! ¡Tus poderes se han disparado de la nada! ¡¿Qué has hecho?!”

“¡Gwah-ja-ja-ja! Lamento reventar tu burbuja, pero realmente tengo un gran maestro. ¡Y mientras disfrute de su protección, no puedo ser derrotado!”

Era una gran charla del entusiasta Gabiru, a pesar de que todavía había muchas posibilidades de perder esta batalla. Su cuerpo estaba lleno de un poder casi desbordante mientras hablaba. Ahora sería difícil detener su impulso.

“¡Prepárate para morir!”

“¡Hah! ¡Permíteme tallar mi poder en tu cuerpo!”

Así que los dos, ambos tan fuertes como un rey demonio despierto, se enfrentaron con todas sus fuerzas. El intercambio duró un solo momento—y fue Gabiru quien ganó. La Lanza de Dragón Azul, balanceada con absoluta imprudencia, fue rebotada por la Vortex Spear de Gabiru. Dejando a Baraga abierto de par en par, y antes de que tuviera tiempo de recuperar el equilibrio, un empujón de Gabiru le dejó un gran agujero en el pecho.

“¡Gahahh! Yo… todavía no he terminado… Con mis habilidades de recuperación, esto no significa nada…”

Baraga también se jactó de las consumadas habilidades curativas exclusivas de los licántropos. Tomando la energía de aquellos que lo servían, podía curar un determinado nivel de herida casi al instante. Intentó usarlo para arreglar este también… pero las cosas no funcionaron de esa manera. Para asombro de Gabiru, la combinación de Alterar destino y Controlar imprevistos se activó para él, y juntos le quitaron las habilidades curativas a Baraga. Alterar destino podría funcionar solo una vez al día—pero ese límite solo se aplica cuando se usa en el mismo objetivo. Como acababa de descubrir Gabiru, también podía invocarlo contra un enemigo.

Tal como dijo el propio Baraga, el primero en morir en la batalla era el que perdía la paciencia. “E-Esto es más poderoso de lo que pensaba…”

Y así, Gabiru había obtenido no solo nuevas fuerzas, sino una victoria innegable por su propia mano.

Mientras tanto, Gozaline, la última sobreviviente de los Tres Generales, se enfrentó a un enemigo inesperadamente formidable.

Con la derrota de su comandante Gradim, la División de Bestias Mágicas había caído en un gran desorden. Antes de que pudieran siquiera intentar reagruparse por completo, una enorme fuerza de demonios entró en escena. ‘Enorme’, tal vez, era exagerar—eran alrededor de 500 en total—pero sus cualidades hacían de cada uno de ellos un ejército de un solo hombre.

Estos eran los Caballeros Diabólicos, una fuerza temible bajo el mando directo del rey demonio Rimuru. Y aunque los Caballeros Quimera eran casi el doble de poderosos que ellos en términos de magia, tenían dificultades sorprendentes para ganar ventaja en batalla—así de capaces eran como luchadores.

Ver que las cosas no salían como esperaban hizo crecer la frustración de Gozaline. Y fue justo en ese momento cuando el destino llamó a la puerta.

¿Qué es eso…?

Una sombra retorciéndose apareció en el borde de su visión. Algo en eso hizo que sus instintos hicieran sonar las alarmas. Apartó los ojos de la batalla, tratando de averiguar qué era. Hizo bien en hacerlo, pues si esta sombra se hubiera quedado sola, habría muerto sin saber nunca lo que le pasó—aunque se podría decir que así habría sido más feliz.

La figura sombría ondulaba justo donde yacían los restos del Coloso Demoníaco. Ahora estaba frente a Gozaline, quien todavía estaba tratando de entender qué estaba ocurriendo.

Ante ella ahora había un apuesto joven sin camisa con cabello negro que le llegaba hasta la cintura. Su piel era de un tono marrón oscuro, con un brillo opaco. Casi parecía ser de naturaleza metálica—pero, de hecho, de la cintura para abajo, el hombre se había fusionado con el Coloso Demoníaco arruinado. Ante los ojos de Gozaline, los restos se fundieron en metal líquido y cambiaron de forma cuando la parte inferior del cuerpo del hombre hizo lo mismo.

“Oh mi… estoy desnudo, ¿no? Qué mortificante”.

El tono de voz del hombre, extremadamente inapropiado para su buena apariencia, era idéntico al del enemigo con el que Gozaline acababa de luchar.

“Dudo en preguntar… pero ¿eres Gadra-dono?”

El hombre le sonrió. “¡Bueno, por supuesto que lo soy! ¿O pensaste que me habías vencido allá atrás?

Bueno, no si tengo algo que decir al respecto”.

El misterioso hombre desnudo era el mismo Gadra.

“¿Me estás tomando el pelo? ¡Usaste un hechizo de autodestrucción para acabar con tu propia vida!

¡¿Cómo puedes estar vivo cuando quemaste tu existencia de esa manera?!”

Gozaline estaba teniendo problemas para tratar de comprender esto, pero las palabras de Gadra la estaban poniendo en pánico. Ella trató de aprovechar la conversación, no queriendo ser arrastrada por él más.

“Ah, ahora lo recuerdo… Usé el Sacrificio mágico elemental para matarme, ¿no? ¿Y crees que morí por eso? Bueno, un hombre de mi calibre nunca puede realmente morir por suicidio. Y te aconsejo que nunca te duermas en los laureles hasta que la batalla haya terminado por completo”.

Gadra rápidamente creó algo de ropa para ponerse mientras hablaba. No era muy halagador para él, pero—pensó que—sería mejor que permanecer desnudo.

“¡Basta de tonterías! ¡Responder a mi pregunta!”

Gozaline, por su parte, quería deshacerse de Gadra sin pensarlo dos veces. Pero se encontró adoptando una postura cautelosa. Se suponía que estaba completamente muerto, pero aquí estaba, de vuelta a la vida.

No podía saber si sería totalmente honesto con él, por lo que, independientemente de su respuesta, Gozaline tenía la intención de poner toda su energía en su próximo ataque.

Conociendo a este viejo, estoy segura de que está tramando un truco u otro. Tal vez preparó algún tipo de sacrificio sustituto por adelantado. Quiere molestarme, estoy segura, ¡pero sé que mi poder puede aplastar cualquier estúpido juego suyo!

Su cuerpo de acero mágico, a pesar de las apariencias, era extremadamente pesado. Incluso si ella simplemente chocara contra él, aún sería un impacto estremecedor con suficiente velocidad. Además, si lanzaba un golpe punzante de alta frecuencia con todos sus tentáculos, se convertirían en balas vivientes que destrozarían todo lo que tocaran.

Gozaline concentró todas sus fuerzas en sus piernas. Al imaginarse a sí misma como una bala de cañón, provocó una explosión en la tierra para ganar fuerza propulsora—otra de sus habilidades secretas.

Ahora su objetivo estaba directamente sobre Gadra—pero el viejo hechicero, sin darse cuenta de esto, comenzó a ofrecer un comentario sincero sobre lo que acababa de suceder.

“¡Así es! He sido reencarnado. Verás, preparé un arte misterioso conocido como Reencarnación de antemano, para una situación como esta. Usarlo significa decir adiós a este mundo por un tiempo, pero también me otorga una nueva vida conservando todos mis recuerdos. Es algo maravilloso, ¿sabes?”

“… ¿Y?”

“Bueno, la tasa de éxito no es tan alta, pero las recompensas potenciales que obtienes son increíbles.

Y en este punto, me he reencarnado tantas veces que está casi garantizado que funcionará”.

Es un hecho—la primera vez que intenta algo es cuando es menos probable que lo logre correctamente.

Adalmann había fallado en esto, y ciertamente no fue porque Gadra no estuviera calificado.

Para sí mismo, Gadra siempre tenía algunos hechizos mágicos establecidos de antemano que podían invocarse instantáneamente cuando era necesario. Personas como Razen tal vez podrían preparar uno o dos de estos a la vez, pero Gadra siempre tenía al menos tres listos en todo momento. Uno era una magia de teletransportación para un escape rápido; otro era un hechizo de autodestrucción para quitarse la vida— y se aseguró de que el hechizo de Reencarnación estuviera siempre activo, para que estuviera a salvo incluso si la muerte se lo llevara.

Era claramente un lanzador cauteloso, pero esta vez, había sucedido algo imprevisto. Al invocar la Reencarnación, el alma de Gadra se había escapado de su cuerpo físico. Protegida por la magia, se suponía que el alma volvería a entrar en el ciclo de la reencarnación, en busca de su próximo cuerpo—pero luego entró en juego una cierta promesa.

Gadra le había pedido previamente a Diablo que lo convirtiera en su aprendiz, pero esta solicitud se suspendió. Normalmente, Diablo lo habría rechazado de inmediato, pero al demonio le había gustado Gadra, gracias a sus grandes elogios compartidos por la magia de Rimuru. “Eres un hombre interesante”, le dijo Diablo en una fiesta, “y no me disgusta la gente interesante. Te haré uno de los míos—si decido que eres realmente útil para Rimuru-sama”.

El hechicero asumió que esta era solo la manera de Diablo de decir que no mientras era cortés al respecto, pero aun así hizo lo mejor que pudo, con la esperanza de ganarse la aprobación del demonio. Sin embargo, para ese momento, ya había caído en su tentación. Su hechizo de reencarnación había sido reescrito, sin que él lo supiera. Ahora, si elegía morir por el bien de Rimuru, era posible que renaciera como un demonio.

Los demonios, por supuesto, eran una raza nacida con habilidades de lucha. Y dado que Gadra ahora era uno—con sus viejos recuerdos y todo—era natural que tuviera una reencarnación muy especial.

El único problema era su cuerpo físico. Como formas de vida espiritual, los demonios los necesitaban para permanecer en este mundo. Gadra normalmente tendría que poseer el cuerpo de alguien o contactar a Diablo y pedir una convocatoria, pero con Ciel manifestándose en la mente de Rimuru, el destino también estaba trabajando rápidamente para él.

Si buscas un cuerpo físico, te lo concederé. Te daré más poder también. Entonces…

Así que, concluyó la voz, por favor sea útil para Rimuru-sama.

Este fue un sueño hecho realidad para Gadra. “Por supuesto”, casi gritó, y con eso, se concluyó el contrato. Este fue el nacimiento de una nueva raza—los demonios metálicos.

Ahora su cuerpo estaba vestido de negro, tal vez como corresponde a sus raíces en una tribu oscura. Su cabello, ojos y piel eran todos de tonos oscuros—pero también tenían un brillo metálico, dándole una especie de atmósfera artificial hecha por el hombre. Pero no se inspiró en el viejo Gadra. En cambio, se basó en una encarnación anterior—su primera vida, de hecho, cuando era joven. Fue reproducido a partir de los recuerdos grabados en su alma, no basado en nada de su nueva especie.

De hecho, gracias a que era una raza nueva, no estaba sujeto a ninguna de las restricciones típicas que enfrentaban los demonios. El conteo de magia del Gadra actual era comparable al de Clayman fuera de control, y junto con su conocimiento y experiencia de vidas anteriores, sin duda era mucho más fuerte ahora. Gadra realmente se sintió renacer, y como para saborear esto, ahora se sentía bastante hablador mientras evaluaba a Gozaline.

“¿Así que te has convertido en un ‘demonio de metal’? ¿Esta cosa nueva?” ella le preguntó. “Ciertamente lo parece, sí. Y déjame advertirte, me he vuelto un poco más poderoso. Sugeriría que te

rindas ahora mismo, de hecho, porque no tienes ninguna posibilidad. Hazlo y te perdonaré la vida, en

nombre de tus antiguos camaradas”.

“¡Solo un tonto estaría de acuerdo con eso!”

Lista y esperando la oportunidad, Gozaline corrió hacia Gadra, su tremenda velocidad convirtió su cuerpo en una enorme bala. Gadra, pensó, estaba demasiado ocupada parloteando como para hacerle frente—pero al momento siguiente, sus ojos se abrieron con sorpresa. Justo antes de que ella lo alcanzara, su cuerpo fue forzado contra su voluntad en otra dirección.

“Extraño, ¿no? Bueno, para decirlo en términos simples, usé magia para manipular el magnetismo local para crear un poderoso campo magnético. Aplique una corriente a él, y puedo colocar una fuerza electromagnética en un objetivo dado, como lo hice hace un momento”.

El objetivo, en este caso, era Gozaline. Para alguien como Gadra, bien estudiado en la ciencia de otros mundos, podía hacer mucho con su magia. Acorralar las mejores habilidades de Gozaline no fue molestia para él.

“Tú…”

Gadra se paró aquí con aire distante, con un gran libro en su mano izquierda. Usó su derecha para pasar las páginas con cuidado.

“¿Te gusta eso? ¿Ahora entiendes mis poderes? Ahora adelante, ríndete por mí, por favor”.

Gozaline interpretó esto como condescendencia. Él no lo dijo de esa manera, pero para ella, esto era una herida en su orgullo como mujer fuerte. Es por eso que rendirse no era una opción.

“Está bien. ¡No quería romper esto, pero veo que debo decidirme!”

Así que Gozaline se tragó sus pastillas y lanzó La Bestia. Esto iba a desbloquear una fuerza incalculable dentro de ella, tal como lo hizo con Baraga. Pero Gadra no tenía motivos para esperarlo.

“Oh querida. Bueno, en ese caso, ¡puedes ser el sujeto en el que probaré mi nuevo poder!” Gadra miró con deleite, como un científico mirando a un conejillo de indias.

“Regalo definitivo Grimorio… ¡Despliégate!”

El libro en su mano izquierda brillaba con una luz siniestra. Dentro estaba toda la magia que Rimuru— o, en esencia, Ciel—controlaba. Al ver todas las hermosas fórmulas mágicas que se alineaban en las páginas, el rostro de Gadra se iluminó de éxtasis. Luego seleccionó el más adecuado para este momento exacto.

Hellflare limitado.

Este era un arte desarrollado por Benimaru, pero Rimuru lo había convertido en una habilidad para sus propios fines. Y dado que la magia es en sí misma un tipo de habilidad, estaba incluida en su Grimorio.

“… ¿Eh?”

Era una versión inferior en comparación con lo que su inventor podía conjurar, pero aun así no se quedaba atrás en cuanto a potencia. Y con él, antes de que entendiera lo que estaba pasando, Gozaline ardió en llamas, quemada instantáneamente sin posibilidad de reparación.

“Ah, quería presumir de ello un poco más. Pero, oh, bueno”.

Gadra intentó acariciarse la barba mientras murmuraba esto, solo para no encontrar nada allí—ni siquiera un poco de barba.

“¡Ah, maldita sea todo! Parezco un hombre joven ahora, ¿no? Bueno, no puedo creerlo. Mi cabello también es oscuro como la noche—tendré que invertir en un poco de tinte, supongo… ¡Oh, espera! En realidad, puedo lanzar algo de magia de transformación para manejar eso, ¿no? Vamos a ver…”

Así que alegremente comenzó a hojear su Grimorio.

Por lo tanto, Gradim y los otros líderes principales de la División de Bestias Mágicas estaban todos muertos. Pero todavía había peligro en el campo de batalla—y la fuente de ese peligro estaba encantada de ver la cabeza de Gradim rodando frente a él.

“¡Qué hermosa pieza de presa para cenar!”

Quien tomó esta cabeza en la mano y la devoró sin dudarlo fue Vega el Poder, uno de los líderes de Cerberus. Había estado encubierto en la División de Bestias Mágicas bajo las órdenes de Yuuki, y mientras masticaba los restos de Gradim, descubrió que su cuerpo comenzaba a rebosar de poder. Su físico ágil, que parecía como si perteneciera a una bestia carnívora, creció un tamaño más grande, hasta que alcanzó la altura del Gradim. La mejora de su musculatura hizo que su uniforme pareciera hinchado en él.

“Hmm… No está mal… pero no lo suficientemente bueno todavía”.

Pero mientras Vega murmuraba para sí mismo, seguía encontrando presas cada vez más sabrosas: la carbonizada Nazim, el ave bermellón; el desmembrado Baraga el Dragón Azul; y Gozaline la Tortuga Negra, ahora solo un montón de metal derretido. Silenciosamente, se coló en sus lugares de descanso, participando silenciosamente en cada uno sin que nadie se diera cuenta—una hazaña que fue posible gracias a su propio poder innato, la habilidad única Carroñero.

………

……

…

Vega nació en la capital real de Ingrasia. Él no estaba al tanto, pero uno de sus padres era un ex inquisidor mágico del gobierno que se convirtió en un demonio. Tomando demasiados elementos mágicos, su padre ya no podía volver a su forma humana; enloquecido, atacó a su madre, y Vega fue el resultado.

Por lo tanto, era un desecho desde el nacimiento, un monstruo. La gestación duró solo unos tres días, y tenía plena sensibilidad y conciencia desde el día en que nació. Pero cuando era un bebé sin razón ni habilidades lingüísticas, los que lo rodeaban, incluida su madre, lo temían como un monstruo. En lugar de recibir amor, casi lo matan y lo obligan a esconderse.

Pero durante la próxima década, Vega encontró formas de sobrevivir. Comía ratas, buscaba sobras e hizo lo que fuera necesario para mantenerse con vida.

Finalmente, tras una pelea, consumió a un ser humano que estaba al borde de la muerte. Y fue entonces cuando se dio cuenta. A su alrededor—había muchas presa por todas partes.

Ahora que también había venido a cazar humanos, Vega se había convertido en un monstruo en nombre y acción. Naturalmente, llegó la orden de acabar con esta abominación, y fue Yuuki quien se hizo cargo. Con la ayuda de Izawa Shizue, quien ya actuaba como su instructora en ese momento, capturó con éxito a Vega.

Pero aunque debería haber sido ejecutado legítimamente, Yuuki sintió que la fuerza de Vega era demasiado para desperdiciarla. Estaba dotado de un cuerpo robusto y sentidos de lucha excepcionales, y Yuuki también pensó que tenía potencial para seguir creciendo. Con el entrenamiento adecuado, incluso podría convertirse en un peón útil para él.

Entonces Yuuki engañó a Shizu haciéndole creer que se había ocupado de Vega. Luego se acercó a Damrada para que este ‘monstruo’ se criara en el Imperio—y ahora había crecido para convertirse en un temible guerrero.

………

……

…

Y afortunadamente para Vega, la batalla entre los refuerzos de Caballeros Diabólicos y los Caballeros Quimera se estaba volviendo cada vez más intensa. Gracias a eso, pudo cumplir su misión personal sin llamar la atención. Las extremidades de una bestia tenaz, un cuerpo de acero mágico duro, el poder de un dragón que repele la magia, incluso alas que podían volar por el cielo—Vega los encontró todos en poco tiempo.

Aún mejor, había recogido la Lanza de Dragón Azul, un arma de clase Divina. Todavía no lo había reconocido como su amo, pero a Vega no le importaba. Vertió su propio poder en ella, obligándola a convertirse en uno con él, literalmente doblando su propia voluntad. Era el poder de Controlar Metal, una habilidad que había aprendido del consumo de Gozaline.

Tomar un arma de clase Divina como esta transformó todo el cuerpo de Vega en una forma aún más siniestra. La espeluznante armadura alienígena que lo cubría lo hacía verdaderamente inidentificable como demonio—y en este punto, Gabiru y los demás finalmente se dieron cuenta.

“¡¿Qué?! ¡Mira! ¡Otro gigantesco demonio misterioso!”

Las fuerzas de Gabiru dejaron escapar gemidos exhaustos ante sus gritos emocionados: “¡Pero Gabiru-sama, tenemos las manos llenas!”

“En efecto”.

“Es batalla tras batalla. Nuestros suministros se están agotando. ¿Qué debemos hacer, Gabiru-sama?”

Su consternación era comprensible. El equipo Hiryu estaba muy fatigado y llegando a su límite. Si los Caballeros Diabólicos hubieran llegado más tarde, las líneas del frente habrían caído hace mucho tiempo.

Después de todo, habían estado confiando en gran medida en la Alianza de Guerreros del Señor de las Bestias, junto con las Guerreras Celestiales, y ahora ambos estaban lejos del frente. “Oh, mierda”, dijo primero Sphia. Cuando Gabiru le preguntó qué le pasaba, ella respondió que estaba “como locamente somnolienta”. Entonces se dio cuenta. Había comenzado—el sueño evolutivo que era una parte clave del Festival de la Cosecha, en el peor momento posible.

Carrion y Frey estaban muy cerca de despertar, por lo que esto era una conclusión inevitable. Era un fenómeno fisiológico irresistible e insoportable, y no tenía sentido quejarse de ello.

Así que Gabiru y su equipo estaban luchando para mantener este espacio protegido solos. Otras unidades también se enfrentaban al enemigo a su propia discreción, pero la fuerza de Gabiru estaba anclada en este lugar, lo que aumentaba aún más su intensa fatiga. Ver a Vega aparecer en medio de esto hizo que la sangre se drenara de su rostro.

“No se preocupe, Gabiru-sama. Permítanme razonar con este primero. Su nombre es Vega, y es amigo del joven Yuuki”.

La repentina presencia de Gadra hizo mucho para calmar a Gabiru. “¡Espero que lo hagas, entonces!”

“Yo me encargo”.

Los dos hombres, que se habían hecho amigos en algún momento, sonrieron y asintieron el uno al otro. Entonces Gadra dio un paso hacia Vega.

“Ha pasado mucho tiempo, Vega”.

“¿Mmm? Ohhh, viejo Gadra, ¿eh? Escuché que cambiaste de bando con el rey demonio Rimuru, pero supongo que esa historia es cierta”.

“Mm-hmm. Y eso significa que estoy peleando junto a Yuuki aquí. ¡Pero me alegro de verte! Si no estuviera cerca, te habrían tratado como su enemigo”.

“¿En serio?”

Vega miró a Gadra, quien se acercó a él de una manera amistosa y distante. Luego de inmediato desvió la mirada. Para él, había asuntos mucho más interesantes que atender.

Ahora estaba mirando a Carrion y Frey—y alrededor de ellos, cosas aún más deliciosas para cazar. Su boca estaba salivando profusamente, su mente estaba extasiada mientras reflexionaba sobre cómo sabría la carne.

“Puedo servir como tu intermediario con ellos, así que si pudieras echarnos una mano—¡¿bwaah?!” Gadra había tratado de darle una palmadita en el hombro a Vega de manera amistosa, pero el puño de

Vega rápidamente lo derribó. Lo había tomado directamente en la cara, tomado completamente

desprevenido. Vega, por ahora, se había potenciado hasta el punto en que superó a un rey demonio despierto, uno con más del doble de magículas que Gadra. Incluso como un demonio de metal con una excelente defensa física, todavía no era rival para Vega, cuyo cuerpo entero era acero mágico de clase Divino. Con un solo golpe, fue derribado en un silencio inconsciente.

“¡¡Gadra-dono!!”

Sabía que no podía contar con ese hombre, pensó Gabiru mientras gritaba. Dada la cantidad de confianza que rebosaba Gadra, no se le podía culpar por pensar eso. Ahora sus esperanzas se desvanecieron, su mente se llenó de decepción—y peor aún, los poderes de Vega estaban más allá de la imaginación.

Ahora este monstruo estaba mirando a Carrion y Frey, sin molestarse en ocultar sus intenciones mientras se lamía los labios. Su propósito era claro—si no era derrotado, obtendría acceso a un poder aún mayor. Ni siquiera sabían si podían ganar, y si Vega tenía éxito, se volvería realmente imparable. Gabiru, al menos, no tendría ninguna posibilidad de ganar, por lo que todos tendrían que hacer lo mejor que pudieran contra él.

Siempre disfruto sobresalir así, pero quizás esto sea demasiado bueno…

Estaba empezando a arrepentirse un poco de esto.

Gabiru estaba listo para dar un paso adelante, pero se detuvo cuando se dio cuenta de que había alguien frente a él.

“Ehhh, Gabiru-han, déjame encargarme de esto por ti”. “¡Ay! Laplace-dono, ¿no es así? ¿Por qué estás aquí?” “Bueno…”

Porque todos me dejaron en paz, casi dijo antes de callarse. Le haría parecer demasiado incómodo. “… ¿Por qué crees? ¡Para ayudarte, por supuesto!”

“¡Ahhh! ¡Qué maravillosamente tranquilizador, Laplace-dono! “Sí. ¡Todos pueden estar tranquilos conmigo alrededor!”

Concluyendo enérgicamente su charla con Gabiru, Laplace se volvió hacia Vega, su (presunto) amigo. “Entonces, Vega, ¿por qué golpeaste al viejo Gadra de esa manera?”

Se dio la vuelta ligeramente mientras preguntaba. Eso molestó a Vega. “¿Eh? ¿No es obvio? Porque el viejo estaba tratando de bloquearme”. “¿Bloquearte?”

“UH Huh. No puedo dejar que alguien me bloquee una buena comida. Y por eso es mejor que tú también te mantengas al margen, Laplace. Eres un viejo amigo, así que te dejaré en paz esta vez”.

Laplace dejó de girar.

“Tienes un divertido sentido del humor, ¿lo sabías? ¿No crees que te estás olvidando un poco de tu lugar?”

El timbre de su voz era el mismo que antes, pero la atmósfera a su alrededor era tan tensa que se sentía como algo completamente diferente. Pero a Vega no le importaba.

“Eh. ¿Mi lugar? ¡¿Crees que estás en posición para darme órdenes?! ¡Escuché que ese bastardo de Yuuki fue derrotado por Rudra, y solo recibo órdenes de personas más fuertes que yo!”

Él soltó una carcajada ante eso, su risa resonó en el campo de batalla.

“Bueno, eso seguro que no es gracioso. No tienes ningún don para la comedia, hombre”. “No estaba destinado a ser divertido—¡¿rrk?!”

La risa gutural se detuvo abruptamente. En un instante, Laplace se acercó a Vega y lo agarró por el cuello.

“Qué tal poco de respeto, ¿eh? O de lo contrario patearé tu trasero”. Lo levantó en el aire, a pesar de ser la mitad de su tamaño.

Vega luchó, agitando brazos y piernas. Respirar ya no era necesario para él, pero aún no estaba acostumbrado a eso, por lo que este tratamiento era profundamente desconcertante. Laplace, mientras tanto, aterrizó una rodilla explosiva en su cuerpo—y colgando por el cuello como estaba, no tenía forma de escapar. Se encogió en el suelo una vez que Laplace aflojó su agarre, tratando de recuperar el aliento.

“E-Espera. Lo siento, me dejé llevar. ¡Ya estoy más tranquilo! ¡Por favor, perdóname!”

Laplace estaba pensando en darle a Vega una patada en la cabeza, pero esta súplica lo hizo reconsiderar. “No soy tan amable como mi jefe”, murmuró con frialdad. “No esperes segundas oportunidades”.

“Lo sé”.

“¡Bien! Así que sé amable y quédate conmigo, ¿no? Y no intentes nada divertido, o me aseguraré de que pagues por ello”.

Vega asintió. “Está bien. Entonces, ¿qué estamos haciendo ahora?”

“Voy a dirigirme a nuestro presidente. Me imagino que probablemente pueda hacer algo para ayudar a Tear y Footman a volver a la normalidad. Tenemos que encontrar una manera, ¿verdad? O de lo contrario, nunca salvaremos al jefe. Así que hagas lo que hagas, no te alejes de mí, ¿de acuerdo?”

“Bien, bien”.

Vega asintió profundamente en acuerdo. Su afán por complacer a Laplace sugería lo asustado que estaba de él. Laplace solo suspiró ante la vista.

“¿Todo bien, entonces?” preguntó Gadra preocupado, ahora de nuevo en pie. “¡Anciano!”

Vega instintivamente se preparó para el combate. “¡Ah, Gadra-dono! ¿Estás bien ahora?”

Gabiru estaba feliz de verlo, aunque un poco sorprendido. “Así que estabas bien, ¿eh, viejo?”

Laplace no se sorprendió en absoluto, como si hubiera esperado esto.

“Pero por supuesto. Perdí el conocimiento por un momento, pero estaba completamente preparado con mis medidas de emergencia. Solo estaba fingiendo estar derribado porque entonces podría atraparlo con la guardia baja y golpearlo con uno de mis mejores hechizos”.

El regalo definitivo Grimorio estaba equipado con Acelerador mental y Cálculo Paralelo, casi como si eso fuera un hecho. Con él en la mano, incluso cuando fue noqueado, una línea de pensamiento paralela tomaría el control después de eso.

“Ya veo, ya veo. ¡También me engañó!” “Hombre, oh hombre. Qué tipo, ¿eh?”

“Sí, bueno, no pasé todos estos años perdiendo el tiempo, ya ves. ¿Pero no deberíamos preocuparnos por Vega en su lugar?”

Laplace trató de cambiar de tema, pero Gadra aún no había terminado de perseguir a Vega. “¿A mí?”

“Sí tú. Me temo que no puedo confiar mucho en ti”. “¡¿Por qué no?!”

Vega actuó como si no tuviera idea. Exasperaba a Laplace.

“Para ser honesto”, dijo encogiéndose de hombros, “yo tampoco confío en él. Pero sigue siendo uno de los míos, ¿sabes? Y lo entiendo si quieres que lo borre, pero realmente quiero confiar en él aquí. Además, no puedo hacer nada sin el permiso de mi jefe de todos modos. Escuchará razones siempre y cuando no se deje llevar, entonces, ¿qué tal si le damos un poco de holgura solo por esta vez?”

Qué dolor de cabeza, pensó con amargura.

El principal problema de Vega era su asombrosa falta de inteligencia. Era demasiado leal a sus propios deseos y nunca pareció preocuparse por los sentimientos de los demás. Pero no estaba del todo mal. Nunca lo hizo bien en un grupo, pero dale una orden y estarás seguro de que la cumplirá, al menos hasta cierto punto. Entre eso y su innegable fuerza, sería una pena acabar con él ahora mismo. Sus arrebatos problemáticos ocasionales podrían agotar su paciencia demasiadas veces, temía Laplace, pero por ahora, se mantendría a su lado y lo vigilaría atentamente.

Lo había atrapado justo a tiempo hoy, pero Vega estaba a un paso de causar serios problemas. Si hubiera puesto un dedo sobre Carrion o Frey, Laplace no lo habría defendido ni un poco—de hecho, se habría deshecho de él allí mismo. El mero hecho de que lo intentara ya era bastante malo, pero…

“Bueno, no tengo la autoridad para hacer la llamada, pero ciertamente puedo entender tu línea de pensamiento. Yo mismo estoy familiarizado con Vega, y mientras no le cause problemas a Rimuru-sama, no veo ningún problema con eso”.

Gadra también estaba familiarizado con Vega. Y aunque no se sintió bien para él hablar en su nombre, todavía quería dar algunos comentarios discretos.

“Sí, eso es lo que me preocupa…”

Laplace parecía tan ansioso como cuando dio esa vaga advertencia. Solo Gabiru entre ellos podría encontrar en sí mismo para reírse.

“¡Gwah-ja-ja-ja! Aquí todos somos hombres—aprendemos de nuestros errores. Muy bien; ¡Yo también confiaré en él! ¿Vega, era? ¡Escucha a Laplace-dono y trata de convertirte en el mejor guerrero que puedas ser!”

Palmeó a Vega en la espalda mientras hablaba.

A pesar de la aprensión de todos, ahora no era el momento de quedarse preocupado. Laplace no perdió tiempo en sacar a Vega de la escena.

“¿Crees que eso fue lo correcto?”

“No esperaría ningún problema. Si esto ayuda a que Vega crezca un poco, nos beneficiará a todos. Si no, estoy seguro de que Laplace hará lo que sea necesario”.

“… Una línea de pensamiento bastante siniestra allí”.

“¡Gwah-ja-ja-ja! ¡La adulación no te llevará a ninguna parte conmigo, te lo haré saber!

Gadra no había querido decir eso como un cumplido, pero se mordió la lengua. No hay necesidad de provocar aún más problemas. Estaba empezando a sentirse un poco más relajado por aquí, pero la batalla aún continuaba. Recordando esto, los dos cambiaron mentalmente de marcha y se prepararon para volver a entrar en la refriega. Entonces llegaron algunas buenas noticias.

“¡Mi hermano, tengo noticias de Moss; Rimuru-sama ha derrotado a Velgrynd-sama! Nuestras fuerzas principales han asaltado la aeronave principal del enemigo y ahora están comprometidas en una batalla final con sus altos mandos. ¡Tenemos que seguir luchando aquí!”

La voz de Souka, de vuelta al frente después de un descanso, sonó alto mientras daba la noticia. Fue un gran impulso moral para todos los que estaban del lado de Rimuru y un gran desmotivador para el Imperio.

Los Caballeros Quimera, la piedra angular de las fuerzas imperiales—los que no estaban en una loca forma de berserkers—ahora se dieron cuenta de lo mala que era su situación. No tenían comandante y no podían esperar más refuerzos, incluso cuando sus enemigos parecían crecer continuamente en número. Eliminar al comandante enemigo también les parecía inútil. Tratar de matar a los antiguos reyes demonio que ahora estaban sentados en el campo de batalla simplemente lograría que los rodearan y los aniquilaran. Si tuvieran una cadena de mando militar funcional, las cosas podrían haber sido diferentes—pero simplemente no había nadie a cargo.

Varios de ellos ya estaban huyendo, viendo su futuro. Mientras tanto, las fuerzas de Rimuru estaban encantadas.

“¡Wow! ¡Su Majestad lo ha hecho!”

“¿É-Él venció a Velgrynd-sama? No puedo creerlo… ¡pero tal vez debería haber esperado eso de él!” “Hemos ganado. ¡Esto no es más que una limpieza ahora!”

Gabiru y Gadra no fueron la excepción, por supuesto.

“¡Ah, maravilloso! ¡Siempre supe que Rimuru-sama estaba cortado de una tela diferente!” “Supongo que sí, sí. Me había vuelto mucho más fuerte de la nada, así que pensé que algo así había

sucedido. Esa voz debe estar conectada con Rimuru-sama, tal como lo supuso Diablo-dono…”

“¿Qué dijiste, Gadra-dono?”

“Ah no importa. Aún tenemos un trabajo que llevar a cabo aquí. ¡Vamos!”

Había tal cosa como tener demasiada curiosidad. Gadra lo sabía muy bien, por lo que decidió no continuar con esto—eso, y no estaba seguro de que involucrar a Gabiru en la pregunta fuera una buena idea. Gabiru le devolvió la mirada, con sus pensamientos girando hacia el campo de batalla. Y con su grito más fuerte del día, dio la orden de avanzar.