Sokushi Cheat Ga Saikyou (NL)

El joven regordete, Daimon Hanakawa, y el engendro del Dios Oscuro, Lute, que ahora había tomado la forma de una joven, finalmente habían llegado a la capital.

“Está bastante lleno de gente, ¿eh? ¿Hay algún festival o algo así?” preguntó Lute al ver las calles nocturnas todavía llenas de gente.

“¡Je je je, suenas como un verdadero pueblerino! Algo así podría verse en cualquier lugar de Japón. ¿Estás diciendo que es raro en este mundo?”

“Realmente estás dejando que el hecho de que te perdoné la vida se te suba a la cabeza, ¿verdad?” Lute se estaba hartando del tipo pero había renunciado a enfadarse con él. Hanakawa estaba hablando sin parar, como si estuviera totalmente a salvo. “Te das cuenta de que hay muchas maneras de hacerte daño sin matarte, ¿verdad?”

“¡Jeheh! Mientras sepa que no voy a morir, no tengo nada que temer. ¡Soy un sanador, después de todo! No importa las heridas que me hagas, puedo volver a la normalidad inmediatamente. Mientras me resuelva a ver tu tortura hasta el final, ¡no tengo nada que temer!”

“¿Es así? Por cierto, nuestro objetivo está debajo de la ciudad.”

“¿Oh? Se necesita mucho valor para construir una ciudad de este tamaño encima de un Dios oscuro que intenta matar a la gente.”

“Eso es por el sello de mi señor. No es como si pudiera escapar cuando quiera.”

Esa era información que los humanos no tenían. El sellado había ocurrido hace más de mil años, después de todo, así que no era sorprendente que no supieran los detalles. Según la leyenda, el Alto Mago había sellado la bestia de abajo y construido la ciudad encima de ella, pero en realidad, todo lo que el Alto Mago había hecho era levantar las murallas alrededor de la ciudad. El inframundo mismo había sido creado por el Dios oscuro Albagarma para encerrar a su propia hermana.

“Pero incluso si está atrapada ahí abajo”, continuó Lute, “su engendro aún puede llegar a la superficie”. Por supuesto, los humanos no sólo han estado sentados sobre sus manos aquí arriba. Una cierta línea de sangre ha estado manteniendo otro sello encima de eso. Por lo tanto, los rangos de todas las habilidades se reducen mientras están en la zona. Entonces, ¿qué piensas? ¿Deberíamos probar cuán efectiva es tu curación aquí?”

Hanakawa se movió en un instante. Antes de que Lute pudiera terminar de hablar, se había puesto de rodillas, sin prestar atención a la gente que le rodeaba.

“¡Dejé que se me subiera a la cabeza! ¡Lo siento!”

“¿No crees que dependes demasiado de la mendicidad?” Lute replicó, mirándolo.

“Si alguien como tú está dispuesto a hablar, si hago esto, ¡al menos me dará algo de tiempo! Si tengo tiempo, entonces quizás cambien de opinión sobre lo que planean hacer, ¡y mis oportunidades de vivir aumentarán!”

“Bien, sólo levántate ya.” Tenerlo de rodillas en medio de la calle atraía demasiado la atención.

Hanakawa se puso lentamente de pie. “Así que, ahora que estamos en la ciudad, ¿qué es lo que sigue?”

“Bueno, obviamente tenemos que entrar en el Inframundo, pero no sé dónde están las entradas o cuán estrictamente están controladas. Primero, necesitamos hacer una recopilación de información.”

“Ya veo. En situaciones como ésta, supongo que lo típico es visitar una taberna”, dijo Hanakawa, recordando detalles que había recogido de varios mangas y videojuegos.

“Una taberna, ¿eh? ¿Quieres decir como esa?”

“El problema es que parecemos niños. Podríamos entrar, pero ellos dirían: ‘Eh, ¿dónde está tu madre?’ o ‘Si buscas un poco de leche, prueba en otro sitio'”. Numerosos letreros de tiendas a su alrededor mostraban fotos de vasos de cerveza, botellas y barriles. “¿No hay un montón de ellos, sin embargo? Bueno, supongo que deberíamos intentar echar un vistazo dentro.”

Sin nada más que hacer, eligieron la opción más cercana. Aunque se les acosara por parecer demasiado jóvenes, el hecho es que Hanakawa tenía un engendro del Dios Oscuro con él. Con la confianza que generaba ese pensamiento, entró audazmente en la taberna.

“¡Bienvenido! ¿Mesa para dos?” Una camarera los saludó con una voz amistosa. No parecía tener ninguna intención de tratar de ahuyentarlos.

Después de ser guiado a una mesa, Hanakawa pidió algo de comida y bebida. Había pasado mucho tiempo viviendo en este mundo, así que sabía muy bien lo que había que pedir para sacar el máximo provecho de un lugar como éste.

“Es la primera vez que vengo a una taberna”, dijo Lute. “¿Cómo reunimos información aquí?”

“Ahora que lo mencionas, no estoy seguro. ¿Quizás sólo escuchemos las conversaciones de los demás?”

“Cielos, estabas tan confiado, que pensé que tenías un plan real. Hey, disculpe,” su compañero llamó a una de las camareras, “¿puedo hacerle una pregunta?”

“¡Ohh! ¡Qué natural! ¡¿Tal vez podría imitarte para atraer a las chicas para mí?!”

“Parece que hay mucha gente afuera. ¿Hay algún festival o algo así?”

“¡Hey! ¡¿No me has oído?!” Hanakawa interrumpió. “Para una ciudad como esta, esa cantidad de gente es perfectamente normal -”

“¡Sí!”, intervino la camarera. “¡Los candidatos a sabios llegaron hasta el quinto piso del inframundo! ¡Nadie había pasado antes del tercer piso, pero llegaron hasta allí después de unos pocos días! Es la primera vez que alguien ha hecho un progreso significativo en casi mil años, ¡así que todos están celebrando!”

“¡¿Qué?!” Hanakawa lloró mientras Lute lo miraba con una expresión engreída.

“¡Y aún mejor! ¡Algunos de los candidatos a sabios incluso vinieron a nuestro establecimiento! ¡Mira, justo ahí!”

Hanakawa miró hacia donde la camarera estaba señalando. Tres chicos con un uniforme familiar estaban sentados alrededor de una mesa: Shinya Ushio, Keiichi Munakata, y Mitsuo Yatate. Tres chicos a los que había visto regularmente pasar el rato juntos en la escuela.

Habían sido un poco marginados porque no hablaban de otra cosa que de Eroge, pero aunque Hanakawa era tratado de la misma manera por sus compañeros, nunca había tenido mucho contacto con ellos. Por supuesto, parte de eso era sólo una diferencia en sus aficiones, pero también se habían burlado de él por ser un desagradable idiota cuando hablaban.

“A quién le importa si el juego te hace llorar, al final te vas a frotar una afuera”, murmuró Hanakawa mientras miraba al trío, y los viejos rencores salieron rápidamente a la superficie. “¡Espera, esto es malo! No podemos ser vistos por ellos! ¡Tenemos que hacer algo!” En lo que respecta a esos tres, Hanakawa había abandonado la clase sin avisar. No podía aparecer delante de ellos como si nada hubiera pasado.

” ‘ Algo ‘ , ¿eh? Bueno, eso no es problema”. Lute agitó una mano en el aire. “Puse una barrera para que la gente no nos prestara atención”.

“¿Será suficiente?”

“Si nos hiciera completamente invisibles, sería más problemático de lo que vale.”

“Para ser un engendro del Dios Oscuro, eres bastante tacaño con estas cosas, ¿no crees?”

“De acuerdo, bien, vamos a presentarnos. ¡Oh, vamos! ¡Si haces eso ahora, el camuflaje no funcionará!” Lute detuvo a Hanakawa en el momento en que le vio intentar caer de nuevo sobre sus manos y rodillas.

“¡Jeheh! Si no nos notan, quizás deberíamos acercarnos e intentar escuchar su conversación. Han estado pasando tiempo en el Inframundo después de todo, ¿verdad?”

“Eso suena como una buena idea… pero algo parece fuera de lugar.” Lute detuvo a Hanakawa otra vez mientras el chico se ponía de pie. Mirando a los tres candidatos, vio a una mujer con capucha de pie junto a ellos.

◇ ◇ ◇

“¡¿Quién demonios se cree Takatou que es?!” Shinya Ushio, el Maestro Eroge, se quejó borracho. “Apareciendo de la nada y agarrando a todas las chicas buenas…”

“Se va todas las noches con Ninomiya, Carol y Dannoura, ¿verdad? ¡Caramba, estoy celoso!” el Maestro Eroge, Keiichi Munakata respondió. Tenía numerosas botellas de cerveza vacías a su lado. Y aunque eso sería un problema en Japón, más de la mitad de los estudiantes habían empezado a beber desde que llegaron a este mundo.

“Él tampoco hizo nada”, Mitsuo Yatate, el Maníaco Eroge, estaba de acuerdo. “Sólo lo llaman cuando hay bichos. Ushio está trabajando mucho más duro, ¡¿por qué no somos tan populares como él?!”

Los tres habían sido buenos amigos desde que entraron en el instituto.

“Bueno, eso es porque empezaron a llamarnos los Nobles Eroge, ¿verdad?”

“¿Pero por qué sólo nosotros? ¡No obtuvimos poderes como estos porque los queríamos!” Ushio se enfureció mientras Munakata le devolvía otro trago.

“Si el Don refleja los gustos e intereses de la gente, cualquiera querría ser capaz de detener el tiempo, o ver a través de la ropa de la gente, o ser invisible en un vestuario, o ser capaz de atar a la gente con tentáculos, ¡¿verdad?! ¡¿Entonces por qué las chicas nos miran como si fuéramos basura?!”

“No, lo de los tentáculos eres tú.”

“Sí, eso es algo diferente.”

“¡¿Por qué?!” Yatate se lamentó, rechazado incluso por sus propios amigos.

“Bueno, ustedes todavía están mejor”, dijo Ushio con celos. “Podéis hacer lo que queráis sin que nadie se dé cuenta.”

No podían usar sus poderes con sus propios compañeros, pero mientras se dirigieran a cualquier otro, sus habilidades podían ser usadas libremente.

“Supongo que. Le di un buen vistazo a esa camarera antes.” El poder de invisibilidad de Munakata era bastante amplio, permitiéndole ver a través de cualquier cosa que quisiera.

“Oye, yo tampoco puedo usar los tentáculos en secreto. Y no, no los uso así. Sólo disfruto sintiendo cosas con ellos.” Yatate podía hacer brotar tentáculos de donde quisiera, y podía sentir cualquier cosa que los apéndices hicieran.

“Pero no hay nada que pueda hacer con mi Time Stop que no sea ilegal.” El poder de Ushio le permitía congelar objetos en el tiempo. Era increíblemente útil en la batalla, pero no era particularmente adecuado para las actividades eróticas encubiertas. Los objetos que detenía se hacían completamente inanimados, así que incluso si congelaba a una chica, se sentiría como una piedra al tacto.

“Pero en realidad, ¿necesitamos usar nuestros poderes? No necesitamos a las chicas de nuestra clase. ¿Por qué no vamos a un burdel o algo así? Esta ciudad parece lo suficientemente degenerada como para tener lugares así.”

“¿No crees que las chicas nos despreciarán aún más si se enteran?”

“Ya nos ven como pervertidos sin esperanza, ¿a quién le importa lo que piensen? Tenemos mucho dinero, y ahora somos héroes explorando el Inframundo, ¿verdad? ¿No crees que seremos populares entre los locales?”

“¡Eso… eso es! ¡¿A quién le importa la clase?!”

Habiendo tenido una gran idea, el trío brindó por ellos mismos. Después de engullir sus bebidas, notaron que alguien estaba de pie a su lado.

“Buenas noches. Ustedes son los candidatos a Sabio, ¿correcto?”

Era una mujer joven. Incluso sin oír su voz, la capa con capucha que llevaba no era suficiente para ocultar su figura. Los tres chicos se excitaron inmediatamente al verla.

“¡Oye, como dije, los héroes como nosotros son populares!”

“Parece que. No hay forma de que tipos tan asombrosos como nosotros no sean populares, ¿verdad? ¡Normalmente, todo tipo de chicas vendrían a nosotros!”

“¿Eh? Pero…” Mientras Munakata intentaba usar su visión de rayos X con ella, se dio cuenta de que algo no iba bien.

Usar tu Don contra otros compañeros va en contra de los términos de tu Juramento. ¿Estás seguro de que deseas continuar?

Había recibido un mensaje de advertencia de la habilidad de Sora Akino. Debido a sus efectos, si rompían sus juramentos, morirían, pero al menos fue lo suficientemente indulgente para darles una advertencia de antemano.

La chica se quitó la capucha, revelando una cara familiar: Ayaka Shinozaki. Una de las compañeras de clase que habían dejado atrás como cebo en el autobús.

“Entonces, ¿tú también estás viva?”

Mientras los tres la miraban en estado de shock, ella agarró la muñeca de Ushio.

“Te tengo”, dijo con una dulce sonrisa. Luego retiró su mano derecha, golpeando a Ushio en la cara con todas sus fuerzas.

Con el golpe se estrelló contra la mesa, haciéndola volar, pero Ayaka lo sostuvo en su lugar por el brazo. Trepando sobre él mientras caía al suelo, comenzó a darle golpes en la cara.

El repentino ataque envió una ola de excitación a través de la taberna. Tal vez cosas como esta eran comunes, ya que los otros clientes parecían estar disfrutando del espectáculo.

“¡Basta!” Yatate gritó mientras numerosos tentáculos viscosos brotaban a su alrededor.

Aunque se les prohibía usar sus poderes contra sus compañeros como regla, no se aplicaba en el caso de defensa propia.

Sus tentáculos se envolvieron alrededor de Ayaka en un intento de contenerla, pero ella no se detuvo en lo más mínimo. Sin prestarle atención a la masa retorcida, su continuo asalto a Ushio también hizo pedazos rápidamente los tentáculos.

Yazaki soltó un grito, derrumbándose en el suelo mientras se le transmitía el dolor agonizante de los tentáculos que se estaban desgarrando.

“¡¿Qu-Qué te pasa?! ¡¿Por qué estás haciendo esto?!” Munakata podía usar su invisibilidad libremente, pero no parecía tan útil en esta situación.

“Venganza, por supuesto”, Ayaka regresó con naturalidad mientras continuaba golpeando a su desafortunada víctima.

“¿Qué estás haciendo, Ushio? ¡Detenla!”

“Y-yo he estado, intentando…”

“No hay manera de que algo así funcione contra un dragón”, Ayaka interrumpió.

Los otros clientes habían estado mirando alegremente antes, pero la brutalidad de la escena finalmente los dejó en silencio. Aún así, ninguno de ellos se movió para detenerla. Cualquiera que lo intentara probablemente sería asesinado. Eso era obvio para cualquiera que presenciara su despiadado ataque.

El único sonido que resonaba en la taberna era el del rostro de Ushio siendo golpeado una y otra vez. Finalmente, dejó de moverse, y Ayaka finalmente dejo de golpear con los puños.

Se puso en pie, con las manos chorreando sangre. “¿Ahora entonces, Munakata?”

“¡¿S-sí?!”

“Iré por todos ustedes, matándolos uno por uno. Así que asegúrate de estar bien aterrorizado. ¿Puedes decírselo a la clase por mí? Oh, es cierto… si hay un cuerpo, podrían ser capaces de revivirlo, ¿verdad?”

Ayaka señaló hacia el cuerpo de Ushio. Después de pronunciar un breve canto, el cadáver — y el suelo de la taberna debajo de él— fue incinerado.

“Cada uno de ustedes va a terminar así.”

Y con esas palabras, los clientes que quedaban en la taberna se dispersaron como moscas.

◇ ◇ ◇

“¿Qué fue eso? ¿No se suponía que Ayaka era un personaje de niña rica malcriada? ¡¿Cuándo se volvió loca?!” Hanakawa estaba completamente sorprendido por la repentina muestra de crueldad de su antiguo compañero de clase.

“Wow, eso fue asombroso”, Lute respiró, impresionado. Desde la perspectiva del engendro del Dios Oscuro, Ayaka era algo especial.

Hanakawa comenzó a entrar en pánico. “A juzgar por lo que vimos, está bastante ofendida por haberse quedado atrás en ese autobús. En ese caso, ¡yo también podría ser uno de sus objetivos!”

“Oh, ¿en serio?”

“¿Qué quieres decir con ‘Oh, ¿en serio?’? ¡¿Qué vas a hacer si me matan?!”

“Dije que no te mataría, seguro, pero eso no significa que me importe si alguien más lo hace.”

“¿Qué pasa con Yogiri Takatou? ¡Sin mí, ni siquiera sabrás quién es!”

“Esos chicos estaban con los candidatos a Sabio, ¿verdad? Si le pregunto a uno de ellos, estoy seguro de que me lo dirán.”

“O-Oh… pero, uhh, después de viajar tanto tiempo juntos, estoy seguro de que hemos desarrollado algo así como una amistad, ¿verdad? Y tú dirías: “¡De ninguna manera lo dejaré morir aquí! ¡El único que puede matarlo soy yo! Y luego cuando tú y Ayaka peleen, terminarán con algo como, “Sabes, viajar contigo no fue tan malo después de todo…”

“Absolutamente no.”

“Suponía que…” Hanakawa se aseguró de permanecer lo más quieto posible mientras hablaban. Ayaka parecía satisfecha con matar a Ushio por el momento, ya que rápidamente dejó la taberna después de eso. “B-Bueno, tal vez deberíamos ir a otro lugar a buscar información.”

Los clientes se habían ido y el personal estaba totalmente aturdido, así que no había mucho que ganar quedándose. Pero cuando los dos se fueron, otro cliente entró.

“Oh, ¿pasó algo aquí?”

Una hermosa chica con un vestido blanco había entrado y miraba alrededor de la taberna con una sonrisa divertida. Sus ojos se encontraron con los de Hanakawa.

“Huh, parece que el sigilo no funciona”, murmuró Lute, confundido.

“¿Eres Hanakawa, por casualidad? Buenas tardes. Soy el Sabio Sion. ¿Te acuerdas de mí?”

Ante el inconfundible peligro al que se enfrentaba, Hanakawa hizo todo lo posible por no gritar.