Toaru Majutsu no Index – Genesis Testament (NL)

Volumen 2

Capítulo 2: Píldora negra – Y_Rosa_ROJA.

Parte 5

-Oh vaya. Me han notado. Esa mentalista sigue lleno de sorpresas y mucha diversión. Tal vez solo somos un buen par.

Anna sonrió mientras descendía de la plataforma peatonal cubierta de nieve hacia la multitud en la superficie.

Un trabajador a tiempo parcial en una bicicleta roja con el tema de Papá Noel quedó atrapado entre la multitud con un teléfono y una bolsa aislada, presumiblemente después de que alguien ordenara algo en esta área sin pensar. Aparentemente, estos escudos humanos dificultaban el ataque de esas chicas, por lo que la señorita Sprengel pasó junto al pobre trabajador a tiempo parcial y siguió caminando. Estaba empezando a pensar que usar una bicicleta podría ser divertido porque había visto un puesto de alquiler de bicicletas con un tema navideño que formaba un árbol de metal al unir una tonelada de bicicletas a una puerta giratoria hecha con postes de metal en forma de cruz.

(Estoy seguro de que pueden adivinar hacia dónde me dirijo, entonces, ¿se asustarán si llego antes de lo previsto?)

La niña desnuda se acercó más a su tela roja y sonrió con frialdad. El peligro de ser su favorito era bastante obvio en ese chico que se acercaba a la muerte debido a un beso inesperado de ella.

Las espinas de esta rosa dañarían toda la vida a su alrededor.

Atravesó el Distrito 15, que seguía festejando como en Sodoma (lo que no debería haber sido una gran sorpresa para una ciudad construida por Aleister) y se acercó al distrito vecino.

Ese fue el Distrito 7.

Pero justo antes de que llegara, una estrella fugaz negra cayó sobre su cabeza.

Misaka Mikoto se había dejado caer directamente hacia abajo con una espada de arena de hierro hecha juntando toda la arena de hierro que pudo encontrar y moldeándola en una espada que vibraba rápidamente.

Anna simplemente levantó su pequeña mano.

Pero sus dedos estaban cruzados de una manera inusual por simplemente extender tu mano.

Eso fue suficiente para detener un ataque capaz de atravesar un tren blindado.

-Y esto es insoportablemente aburrido, Misaka Mikoto. Eras algo interesante cuando borrabas la línea entre la ciencia y la magia con la A.A.A., pero ya no. Ahora eres simplemente común y fuerte. Puedes aumentar tus parámetros todo lo que quiera, pero sus movimientos en sí mismos son de una sola nota. No estoy interesada en un jefe de evento que requiera el equipo más fuerte, así que piérdete ya.

-¿¡!?

Mikoto no esperaba un golpe limpio.

En el instante en que trató de abrirse paso, no fue Anna Sprengel la que fue destruida. Era uno de los árboles de metal que se encuentran aquí y allá en el Distrito 15. Era un puesto de alquiler de bicicletas que se hacía uniendo todas las bicicletas a postes de metal para formar un árbol.

Una gran nube de nieve se dispersó en el aire alrededor de su punto de aterrizaje.

Grietas desconcertantes recorrían toda la escalera de metal y hormigón en la que estaba Anna. Los postes de metal fueron cortados en pedazos y la niña aparentemente de diez años fue arrojada al suelo junto con los restos de muchas bicicletas.

Eran productos de alquiler, por lo que no usaban nada sofisticado como marcos de carbono o aluminio.

Eso significaba que Mikoto podía controlarlos a través del magnetismo.

(No tengo que derrotarla. Si puedo aplastarla bajo todos estos restos y evitar que se mueva, no podrá causar más problemas. Una vez que la atrape, puedo aplicar aún más presión desde todas las direcciones. con mi magnetismo para atraparla de verdad!!)

-Esto no te llevará a ninguna parte. -Esas palabras dejaron sin piedad los escombros para atravesar el corazón de la niña. -Dije que no estaba interesada en la fuerza bruta. Porque ya sé quién gana en un concurso como ese.

Era como si un volcán hubiera entrado en erupción.

Fragmentos de hormigón y barras de refuerzo afiladas esparcidas por todas partes. Misaka Mikoto (y Shokuhou Misaki que se aferraba a sus caderas) salieron volando en picada. Fueron lanzados en un ángulo alto, por lo que en lugar de volver a caer al suelo Mikoto plantó sus pies en la pared de un edificio cercano para pararse sobre él.

-¿¡Lo que acaba de suceder!?

-Espera, ¿qué es eso?

Las preguntas de Mikoto y Shokuhou eran sutilmente diferentes.

Cuando Mikoto parpadeó y volvió a mirar, notó una figura translúcida de pie junto a Anna Sprengel. Sostenía un pequeño puño hacia arriba de una manera tonta.

¿Qué era?

Ella honestamente no lo sabía.

Parecía una silueta humanoide de la altura de un hombre adulto, pero tenía grandes alas de cisne que le crecían en la espalda, y toda su cabeza se había transformado en un halcón retorcido, un águila o alguna otra ave de rapiña. Emitía un brillo de platino pálido y no había forma de confundirlo con una persona común. Pero a pesar de la silueta siniestra, un halo brillante se cernía sobre su cabeza devoradora de hombres.

Cualquiera sabría lo que eso simbolizaba.

Incluso los libros ilustrados para niños usaban eso para significar un ángel.

Mikoto sintió una terrible sensación de maldad, repugnancia y rechazo subiendo por su columna vertebral, como si hubiera visto un cadáver en descomposición plagado de gusanos siendo nombrado ganador de un concurso de belleza y nadie lo cuestionara.

Esa cosa estaba mal.

No se trataba de la división entre ciencia y magia. Incluso Mikoto, una adoradora de la ciencia que no sabía nada de lo oculto, podía decir que esto era una blasfemia.

Esa fue la única palabra que se le ocurrió para este ser que destrozó los valores ordinarios de las personas solo por existir.

-Aiwass. -susurró sin rodeos la niña cubriendo perezosamente su desnudez con una tela delgada.

¿Ese era su nombre? Mikoto ni siquiera estaba segura de que sus oídos lo hubieran escuchado correctamente. Si analizara las frecuencias altas y bajas con un dispositivo auditivo, podría encontrar que se pronunciaba de manera completamente diferente.

En cualquier caso, esto estaba en otro nivel por completo.

Incluso puede haber sido la fuente que compartió su “poder” con el monstruo conocido como Anna Sprengel.

Pero Misaka Mikoto se obligó a sí misma a tener una visión positiva de la situación.

-Le sacamos esto. Eso significa que logramos romper esa sonrisa confiada de ella.

-¿U-u-um, Misaka-san? Realmente dudo que mi Mental Out vaya a funcionar con ese ángel halcón, así que, si ya terminaste conmigo, ¿podría regresar a la cama del hospital de ese chico y…?

-¡¡Eso significa que la verdadera batalla finalmente ha comenzado!! Estamos en el camino correcto aquí. ¡¡Si seguimos así, podemos obligar a Anna a usar todo lo que tiene a su disposición!!

-¡¡¡¡Por favor, déjame irme!!!!

La niña los miró desde el suelo.

Ya no estaba sonriendo.

Anna Sprengel habló con ese extraño monstruo a su lado.

Ni siquiera miró hacia ese socio confiable.

-No salgas cuando no te haya llamado, tonto. Estás arruinando mi diversión.

Misaka Mikoto se desbordó.

Ella pensó que su visión se había vuelto completamente roja.

Anna había poseído un medio para ganar en cualquier momento, pero había decidido no usarlo. Ella había prolongado la pelea mientras bailaba elegantemente a lo largo de la línea entre la vida y la muerte, como si estuviera tratando de extraer hasta la última gota de sangre.

¿Realmente no tenía nada más para ella?

¿No tenía un deseo ferviente que no podía esperar ni un segundo más para cumplir o una ansiedad de que las cosas nunca volverían a ser iguales si arruinaba las cosas aquí? ¿No experimentó una impaciencia o un odio tan intensos que se perdió de vista? ¿Estaba realmente llena de tanta confianza que podía tomar tantos desvíos como quisiera y elegir tantos métodos y opciones como quisiera probar?

¿A pesar de que Mikoto tenía que preocuparse por todas las personas no relacionadas que resultaron heridas, la amenaza definitiva para el hospital y los microbios que se comen la vida de ese niño desde adentro?

-Dame un descanso, tú-

Mikoto reunió fuerza en su ceño y apretó los dientes con tanta fuerza que pensó que podrían romperse.

Se preparó para dejar escapar un rugido.

Pero justo antes de que pudiera hacerlo, la señorita Sprengel suspiró y dijo más.

-Porque, tonto, puedo matarlos instantáneamente incluso sin tu ayuda.

***

Un siniestro temblor recorrió la totalidad de Ciudad Academia.

***

El aire estaba quemado y nadie se movía.

Esta era la atmósfera siniestra de las secuelas de una batalla, donde incluso los cadáveres fueron abandonados.

Y en medio de todo…

-Hm, hm, hm, hm.

Una niña pequeña escondió su piel suave con un paño rojo y tarareó una canción navideña desafinada.

Ella no se molestó en mirar hacia atrás.

No quedó nadie para interponerse en su camino, por lo que sus pequeñas piernas cruzaron con calma la frontera del distrito y entraron en el Distrito 7.

Esa era su tierra natal.

Ese hospital estaba ubicado allí.

(Ahora, entonces. Me pregunto si esos pequeños héroes inocentes sabían lo que significa preocuparse por la vida de otra persona. Significa que crees que tu propia vida no está en riesgo y que no es tu momento de irte).

Anna Sprengel siguió la navegación de su teléfono mientras hablaba en voz alta.

-Creer que eres especial y que no morirás es una forma común de megalomanía en los adolescentes, pero dudo seriamente que el mundo real sea tan amable.

Todos morían eventualmente.

Pero en la mayoría de los casos, no sabían que se acercaba su momento.

***

Entre líneas 2

Algo salió de su estómago.

Pensó que era vómito, pero en cambio era sangre. Después de salpicar algo del color del jugo de tomate en el fregadero antibacteriano, Kamijou Touma se tambaleó hacia atrás.

Con tantos pacientes viviendo en espacios compartidos, se formarían filas en los baños si fueran los únicos lugares con espejos para arreglarse y lavabos para lavarse la cara. Por eso los hospitales a menudo tenían estaciones de lavado separadas.

Por lo general, se usaban para mantenerse limpio y presentable incluso mientras estaba hospitalizado.

No estaban hechos para ponerse pálidos por la desesperación.

-St. Germain potenciado, ¿eh? -suspiró Othinus desde su hombro.

La mirada en su diminuto rostro en el espejo decía que no podía llamarse a sí misma un dios de la guerra si el color salpicado en el fregadero fuera suficiente para desconcertarla.

El orgullo a menudo se podía tomar como algo negativo, pero también era reconfortante estar rodeado de personas con el conocimiento adecuado de qué hacer en una crisis.

-¿Sabes lo que me está pasando?

Este es un fenómeno inexplicable en lo que respecta al análisis científico de Ciudad Academia. Kamijou Touma confía plenamente en la habilidad del doctor con cara de rana. Ese hombre lo había salvado innumerables veces. Pero por eso le pesaba tanto que esto fuera demasiado para ese doctor.

Esas chicas Tokiwadai podrían haber ensanchado sus ojos ante su tono de voz aquí. Era inusual para él revelar su debilidad de esta manera.

El dios tuerto de quince centímetros, que también era su entendido, dejó escapar un suave suspiro y cruzó las piernas mientras estaba sentada en su hombro.

-El Mago St. Germain es una colonia de microbios parásitos. Ah, y no infectará a nadie más a menos que se tomen ciertas medidas específicas, así que no tienes que preocuparte por eso. Me imagino que el mismo St. Germain quería evitar diluirse y alterarse al propagarse indiscriminadamente.

-…

-Eso significa que St. Germain mismo no tiene fuerza vital para ser utilizada como fuente de poder mágico. Esto podría ser más fácil de entender desde una perspectiva oriental que occidental. Sin un cuerpo que contenga los órganos, vasos sanguíneos y nervios, la “energía” no puede circular y no puede refinar esa energía en poder mágico. Es por eso que St. Germain siempre usa un cuerpo anfitrión para refinar la fuerza vital en poder mágico antes de usar la magia. Para un esper de Ciudad Academia, los efectos secundarios de eso actúan como un ataque interno que destruye el cuerpo.

Kamijou se limpió los labios pegajosos con el dorso de la mano, pero sus labios aún se sentían asquerosos. Miró hacia abajo y descubrió que el dorso de su mano también estaba ensangrentado. La piel se había abierto y el líquido rojo oscuro rezumaba.

Incluso después de ver la herida, no sintió ningún dolor evidente allí.

Probablemente tenía demasiadas heridas para distinguir una sola. Todo su cuerpo se sentía caliente e hinchado y podría haber jurado que había crecido al doble de su tamaño habitual. Era una bola de dolor con forma humana.

-El método era diferente, pero esto es más o menos lo mismo que está haciendo Anna Sprengel disfrazada de una empresa gigante de electrónica. -dijo Othinus. -Los estudiantes de esta ciudad están siendo atacados por el conocimiento a través de Internet, mientras que un microbio te ataca directamente desde adentro, pero en ambos casos, todo se reduce al tabú de un Esper que usa magia.

Oyó un grupo de pasos que pasaban a toda prisa fuera de la puerta corredera. Las enfermeras probablemente corrían a una habitación de hospital después de recibir una llamada de enfermera.

Encontrar a las personas colapsadas en sus dormitorios o en las calles y luego transportarlas al hospital fue bastante difícil, pero el problema no terminó ahí. El número de víctimas de R&C Occultics solo continuaría creciendo. Una vez que llegó a cierto punto, incluso era posible que los hospitales dejaran de funcionar.

E incluso después de todo esto, todavía no tenían idea de lo que Anna estaba tratando de lograr.

¿Por qué los Rosacruces querían causar este daño devastador a Ciudad Academia?

(¿Qué se supone que haga?)

Se cuestionó a sí mismo.

Por lo menos, sabía que nada mejoraría si simplemente esperaba aquí. Si no hacía algo mientras aún podía moverse, rápidamente se quedaría sin opciones.

Pero, ¿dónde se suponía que debía ir y qué se suponía que debía hacer allí?

Abrió el grifo para lavar la sangre roja que se sentía como si hubiera sido drenada directamente de su vida.

-Lo sabrás muy pronto. -dijo Othinus desde su hombro.