Ore no Imōto ga Konna ni Kawaii Wake ga Nai (NL)

Volumen 14: RUTA ALTERNATIVA DE AYASE II.

Capitulo 2: Comprendido Algo de Ayase

Parte 3

Ayase se acercó hacia mí nadando mientras escuchaba splash, splash.

¡¿Eh? ¡Su respiración… no se ve ajetreada…! ¡No puedo creerlo! ¡Qué impresionante es Ayase! ¡¿Acaso no solamente mi hermana menor puede ser la hermosa chica súper deportiva?! Haaa… He perdido toda mi autoconfianza.

—Haaa… Haa… Ayase… eres impresionantemente… rápida… ¿Eh…? Haaa… Haaa…

Mientras intentaba recuperar el aliento, me esforzaba para poder hablar… Mientras Ayase

me respondía sonrojadamente: “Ehehe… Gracias por el cumplido”.

—Voy muy seguido a la piscina con Kirino.

—Haaa… Haa… ¿Eh? ¿Con Kirino?

—Así es, me invita diciéndome que es para conservar el estilo, y ahora… se ha vuelto mi

gran habilidad.

Ahora entiendo. Ya puedo aceptarlo. Normalmente, en una competencia con Kirino, definitivamente yo no le ganaría.

Pero… definitivamente no logro recuperar el aliento…

—Oye… Onii-san… este…

—¿Eh? ¿Qué ocurre…?

Lo siento, Ayase. Todavía no logro recuperarme, muy apenas puedo hablar. Quizás se deba a que hasta hace unos momentos Ayase estaba moviéndose rápidamente, pero su cuerpo estaba caliente.

Volteó a ver hacia abajo y en voz baja exclamó;

—… En este lugar… nadie puede vernos…

—¿Eh…? Haaa… Ha…. Cough… Ya veo… ¿Y…?

—¿Eh…? Pues… este…

Más tarde me arrepentiré de esto, pero… a mi cerebro le faltaba oxigenación y es por eso que respondí tan tontamente. Al hacerlo, Ayase tenía una expresión que denotaba estar nerviosa por “un cambio inesperado en los planes”.

—… En este lugar… Podemos…

—¿Eh? ¿Qué cosa…? 

—¡C-Cielos! ¡No eres rápido para comprender las cosas! ¡Qué idiota eres, Onii-san!

Ayase estaba totalmente roja de la cara y golpeó la superficie del mar. ¡Splash! Levantó una gran cantidad de agua con ello.

—¿Eh…?

¡No lo entiendo! ¡No es tan grave como para que hagas algo como eso!

—Haaa… Haaa… ah…. Creo que por fin pude volver a respirar como de costumbre…

¿Entonces…? ¿Qué era lo que me decias, Ayase?

—¡Cielos! ¡Nada! ¡Olvídalo!

¿Qué? ¿Ahora yo tengo la culpa?

—Te quejabas de Kirino por no saberse comunicar, pero te comportas como ella, ¿sabes?

Expresé lo anterior con algo de enojo, pero no lo dije en un mal sentido.

—¿Eh? ¿Acabo de comportarme como Kirino?

Cuando la comparo con Kirino, ella se alegra… Vaya, esto es algo raro…

Así fue como desperdicié una oportunidad única en un millón sin darme cuenta de algo importante, para seguidamente proponer que regresáramos a la superficie de la costa.

Luego de que regresáramos a la costa. Había sido humillado en natación por Ayase, así que pensé que debería conseguir vengarme de cualquier manera;

—¿Qué tal si ahora jugamos volibol, Ayase?

Esa fue mi propuesta.

—Me parece bien, hagámoslo.

Ayase respondió con una gran sonrisa.

No sé si se deba a que la comparé con Kirino, pero ahora parece estar de muy buen humor.

—Entonces, iré a comprar una pelota.

Y, así sucedió. Al final, luego de comprar la pelota de playa, regresé al lugar y—

—¿Eh…?

Ayase estaba hablando con alguien— a pesar de no parecer una buena persona, Ayase hablaba con ella.

—¡Oh, pero si es Ayase!

Era una mujer, así que no estaban coqueteándole. ¿Será una amiga de Ayase? No, ella es…

Rápidamente me dispuse a ser cuidadoso y comprender la situación. Al hacerlo, Ayase volteó a verla nuevamente y la llamó por su nombre.

—¡K-Kanako!

Así es. Era nada más y nada menos que Kurusu Kanako. Una amiga y compañera de clases de Ayase y Kirino. Tenía doble coleta. El traje de baño rojo aumentaba aquella impresión de ser un pequeño demonio. Con un tono de niña mimada que la caracterizaba, ella expresó;

—¿Qué haces aquí? ¿Estás en una sesión fotográfica? No veo a tu equipo de fotografía…

—Te equivocas, Kanako. Porque la sesión fotográfica del día de hoy, ya la tuve.

—Hmm… En ese caso, ¿qué haces en la playa?

—M-Me gustaría preguntártelo también a ti, Kanako. Estás usando un traje de baño muy lindo.

—¿Eh? ¿Este…? Ehehe… ¡Es súper lindo! Realmente me queda muy, muy bien a mí, ¿no?!

Tomando el moño que tenía en su pecho, Kanako se veía muy orgullosa de sí misma y alegre.

Bueno, es lindo, eso debo admitirlo. Aun cuando está muy lejana de tener la belleza de Ayase o Kirino, podía decirse que era una chica hermosa. Eso se debe a lo poco abultado que se veía su estómago.

—Así es, es un lindo traje de baño. ¡Pareces una sirena!

Con un tono adecuado, Ayase la halagó.

—¿Y? ¿Qué haces aquí, Kanako?

—Estoy esperando a que alguien me coqueteé.

—¿Esperas a que te coqueteen?

—Sí. Miyamoto me dijo que los chicos buscan chicas en el verano, así que vine a buscar unas citas. Pero, creo que ya es muy tarde, pronto será septiembre…

Kihihi, reía mientras mostraba sus colmillos.

—Miyamoto me dijo: “Vamos, eres demasiado linda, Kanako. Atraerás muchos hombres”. 

Con un estómago como ese, lo dudo bastante. Lo único que podrá atraer será a tiburones y lolicones. No sé quién sea esa tal Miyamoto-san, pero claramente se ha equivocado de persona. ¿O será que Kanako estará mintiendo a propósito? Esa es la impresión que me da…

Ayase parecía estar algo aburrida, así que se apresuró a terminar la plática.

—Hmm… Ya veo… ¡Buena suerte!

—¡Gracias! ¡Te aseguro que conseguiré a un hombre mayor atractivo y con dinero, que tenga una estatura cercana a los 170cm!

¡Esa chica debería conocer sus límites! ¡Requiere de un gran milagro como el que yo tuve por poder salir con Ayase!

—¡Que te vaya bien, Kanako!

—¡Nos vemos! ¡Espera, no me engañarás, Ayase! No estás en ninguna de tus sesiones fotográficas, ¿qué estás haciendo aquí en la playa? ¿Hay algo que no quieres decirme?

—Ahaha…. No es nada de eso, Kanako. Es solo que, me da pereza explicártelo, eres una entrometida, me gustaría que te fueras a otro lado de una buena vez.

—¡Qué directa eres…!

Ayase no se contiene para nada cuando habla con Kanako. Puede que, en cierto sentido, así sea su relación.

—¿Y…?

Preguntó insistente y maleducadamente Kanako a Ayase. Al hacerlo, Ayase tocó su cabello con una de sus manos, y denotando confianza en sí misma—

—¡Estoy en… una cita!

—¿Una cita? Ah… ¿Con ese chico con el que estabas en la Comiket de verano…? ¿En serio?

¿Ese era tu novio, Ayase?

—Fufuh… así es.

—¿Acaso no me dijiste en aquel entonces que no era tu novio…?

—Porque en aquel entonces todavía no salíamos. A decir verdad… luego de verte en aquel lugar, Kanako, durante nuestro regreso…

—Ah, espera, espera… ¿Cuánto más tardarás en platicármelo? ¿Mucho? 

Expresó Kanako, mostrando cansancio y poco interés en una plática que parecía durar mucho.

—¿Kanako…? ¿Sabes que es de mala educación no escuchar las historias de la persona hasta el final? ¡Tú fuiste quien insistía en saber qué hacía aquí, ¿no?!

—Sí, pero… tuve un mal presentimiento.

—Por cierto, ¿ya terminaste tu tarea de las vacaciones?

—Por supuesto que no, ehehhe…

—¿En serio? Aah… Pensé en juntarme contigo para estudiar juntas, pero definitivamente no lo haría con una chica tan maleducada como tú.

—Tratándose de una plática suya, Ayase-sama. Aunque sea un poco molesto para mí, la escucharé con alegría.

Ah, ha cambiado su actitud… Kanako ha llegado a incluso a frotar sus propias manos y

mostrarle algo de respeto…

Por cierto, tal parece que realmente tiene interés en completar sus tareas de verano. La evaluación que tenía de Kanako en mi mente, ha mejorado un poco.

Dirigiéndose hacia Kanako, quien ahora parecía haberse vuelto el hermano pequeño de ella, Ayase asintió con la cabeza,

—Bien, ¿desde dónde quieres empezar?

—¿Eh? Eso no es…

—¡KA-NA-KO!

—¿Qué tal si empezamos con cuándo fue que se empezaron a llevar tan bien? V-Vamos… hace unos momentos estabas hablándome de ello…

Impresionante, Kanako es demasiado débil frente Ayase…

—Ah, cierto, de eso hablaba. De lo mío con Onii-san…

—¿Eh…? ¿Acabas de llamar a tu novio: “Onii-san”? Eso me da asco…

—Aah… No te preocupes por ese término. Te lo explicaré a detalle. Así que no digas que es asqueroso.

—Sea como sea…. Oye, eso duele… no me agarres de la cabeza… 

Seguramente, no le dirá a Kanako que yo, soy el hermano de Kirino, hasta que ella misma se lo cuente a Kirino.

—Mi novio, Kyousuke-san es mayor que yo. Tres años mayor que yo. Un estudiante de tercero de preparatoria. Seguramente lo viste aquel día durante la Comiket de verano.

—Sí, claro que lo recuerdo.

Oh, jamás imaginé que alguien como ella que se la pasa diciendo: “no recuerdo los rostros de las personas que no me interesan”, haya dicho lo anterior. De alguna forma, me hace pensar que, para Kanako, “el novio de su amiga Ayase” es un personaje importante.

¡Dejando eso de lado! ¡Quién diría que Ayase me llamaría “Kyousuke-san”…! Wow… ser llamado por ella por mi nombre, es simplemente impresionante. Ah, escucharlas a escondidas no era mi intención, pero… Ya me he tardado demasiado en volver con ella,

¿qué hago?

Sin remedio alguno, seguí quedándome viendo su plática de esta manera. Luego de escuchar mi nombre, Kanako puso una cara de reflexión, diciendo: Mumumuh…

—¿Kyousuke…? ¿Kyousuke…? Creo que…

—¿Qué ocurre, Kanako?

—Creo haberlo escuchado alguna vez… Bueno, no importa. ¿Dices que se te declaró durante su regreso de la Comiket de verano?

—Así es, pero no te me adelantes.

—¡Estoy haciéndolo para acabar rápido con esto e irme a comprar un helado!

—Ven aquí, Kanako, esto tomará algo de tiempo y el sol está fuerte, ¿sabes?

Ayase tomó fuertemente la muñeca de su amiga. No podría escapar de ninguna forma.

—…. Claro…

Casi como rindiéndose ante ella, con una expresión de perdición, Kanako entró al parasol.

Seguidamente, se sentó en la silla playera. ¿Será bueno ir a comprarle un helado también a ella?

—Escúchame, Kanako… Aquel día, luego de despedirnos, Onii-san y yo… estábamos en buen ambiente… Kyousuke-san… 

Fue entonces cuando, tratando de escapar de una plática tan vergonzosa como esa, me fui a la tienda. Para cuando regresé con helados para los tres—

—Espera, ¿eso no significa que fuiste tú quien se declaró, Ayase?

—Sí, ¿por qué?

—¡Ya sabes, Ayase! ¡Has rechazado muchísimas confesiones de otros chicos antes! Eso

me pone a pensar que, realmente lo que querías era confesarte tu misma…

—Ahora que lo dices… puede que así sea…

La plática entre ellas dos, aún continuaba. Me daba la impresión que Kanako ya estaba muy interesada y sorprendentemente de que Ayase podría haber tenido muchas ganas de contar la historia. Casi como si estuviera teniendo un sueño, mi novia;

—Pero, ¿sabes? Luego de que le confesara mis sentimientos y le dijera que me

gustataba… él también se me confesó.

—Heee… ¿qué te dijo?

—“¡Casémonos!”

—Debe ser un tonto.

—Algo así.

¡Lamento ser un tonto! ¡Y también lamento estar escuchándolas! Ayase es demasiado franca.

¡Aun cuando dijo que no debería decirle a Kirino, ella está ahora mismo contándoselo a una niña tonta que cuenta fácilmente lo que le dicen! Bueno, seguramente no habrá problema, porque fue decisión de Ayase hacerlo.

—Hihi, pero eso da mucha risa.

Kanako dejó salir una sonrisa, mostrando sus colmillos.

—¡¿Con qué clase de hombre estás saliendo?! Siempre me quedé pensándolo…. ¿Acaso

estás saliendo con ese chico debilucho? Realmente no es mi tipo para nada, ¿sabes?

¡Lo siento por ti, maldita niña! ¡Pero, estoy muy consciente de que, no me dejaré enredar en tus trampas, no funcionarán conmigo!

—Ahaha… diría que él es muy interesante.

—Oye, Ayase… ¿podrías no encajarme tus uñas en mi muñeca? 

—¿Tanto te sorprende?

—Por supuesto que sí, eso dueleeeee…

Me pregunto si Kanako no le teme a la muerte… O, mejor dicho, ¿será que le faltan habilidades de aprendizaje? Aun habiendo experimentado que, al decir malas cosas de mí, Ayase no la tolerará, sigue con esa actitud maleducada e indiferente, hasta yo puedo sentir el dolor que ahora tiene…

Para cuando finalmente Ayase ya había liberado a Kanako, ella soltó un gran suspiro: Fuu

fuu…

Aun así, volvió a comenzar a atacarme.

—Puede que su estatura sea algo alta, que su rostro no sea tan malo, pero… ¿no crees que era mejor partido aquel chico que era capitán del club de fútbol que se te había confesado?

—Me siento bien con Kyousuke. Cualquier otro no.

—Hmpf. Bueno, pero ¿qué fue lo que te atrajo de tu novio?

Buenísima pregunta. Debo elogiarte por ello, Kanako. Ante una “pregunta clásica”, Ayase se mostró algo nerviosa.

—Eeeh….

Seguidamente, cubrió su rostro con ambas manos.

—¿Qué fue lo que me atrajo de él…? ¡Eso es demasiado vergonzoso, Kanako…!

Aquella imagen de Ayase en bikini, retorciéndose por pensar en ello, era tan hermosa que, me hubiera gustado preservarla para toda la vida.

Al contrario, comprendiendo el pensamiento de una chica, Kanako se molestó;

—¿Eh…? Qué molesta eres. ¿Acaso no eres quien me obligó prácticamente a escuchar tu historia? ¿Por qué te comportas así? La verdad es que quieres decírmelo, ¿no? Quieres decirme qué es lo mejor de tu novio, ¿no? Sea como sea. Lo entiendo bien. ¿Podrías dejar de ser así de molesta? Habla de una buena vez y déjame ir ya.

Luego de pedírselo con algo de hartazgo, Ayase dejó entrever su mirada llena de buen humor.

—¡Claro! ¡Te lo contaré! 

—Ah… Me duele mi muñeca…

… Qué relación de amistad tan extraña es esta.

—Verás… Lo que me atrajo de mi novio es…

—¿Qué cosa…?

—¡Todo de él!

—¡¿Eh…?!

Expresó Kanako con una expresión de estupefacción.

¡Uoooh! Me emocionaba en el lugar en el que estaba. Luego, Ayase comenzó a hablar como Kirino, cuando se emociona al hablar de Eroges—

—Es demasiado pervertido y a pesar de eso… no toma la iniciativa para besarme. Aun cuando estamos en un momento perfecto para besarnos, hace que cierre los ojos y… luego me besa en la frente…

—Uwaaah…

¡No! ¡No lo hagas! ¡No cuentes nada acerca de aquellos episodios en los que me equivocado en grande! ¡Me moriré! ¡Mi corazón no lo resistirá!

—Es ese lado suyo el que… es adorable… tierno… y me encanta…

—Uheee…

Kanako dejó salir un suspiro.

Mientras yo me encontraba a punto de morir de vergüenza.

Kanako dirigió una expresión de desdén al lugar en donde frente a sus ojos no se encontraba

el “novio de Ayase”.

—¿Eh…? Entonces, ¿todavía no se han besado? ¿Incluso en unas situaciones como esas…?

—¡Claro que sí! ¡Aunque fue mi iniciativa! Luego de que mi novio se equivocara en

grande… me armé de valor e hice muack…

Incluso Ayase se atrevió a demostrarlo con esos getos.

—¿Se besaron…?

Incluso Kanako, quien estaba escuchándola, se sonrojó.

—Me sentí… muy feliz.

Ayase presionó ambas de sus mejillas con sus manos y comenzó a menearse. Con las mejillas sonrojadas, Kanako dejó entrever lágrimas en sus ojos.

—Haaaa…. Qué conmovedor…