Rebuild World (NL)

Volumen 2 Parte 2: Vendetta

Capítulo 55: Armadura de Campo de Fuerza

De guardia en el cuartel general, Akira se sorprendió al encontrarse mucho mejor tras el tratamiento de Yatsubayashi. Su dolor ya había desaparecido. Y después de sus muchas experiencias con la medicina del Viejo Mundo, podía sentir que no se trataba de un analgésico — se estaba curando de verdad. Cuando la flexión y la tensión de sus miembros no le causaron ninguna molestia, se dio cuenta de que estaba casi completamente recuperado.

Supongo que el tratamiento ha funcionado de verdad, pensó.

Ese médico dijo que basaba la tecnología en reliquias, comentó Alpha. Debe ser más hábil de lo que parece. Además, conseguimos medicina del Viejo Mundo, así que todo salió bien.

O sea, que he tenido suerte, dijo Akira con una sonrisa despreocupada. Supongo que esto compensa la mala suerte que he tenido últimamente.

Por fin — no pudo evitar sentir — sus desgracias habían terminado por hoy.

***

En el cuartel general reinaba un ambiente tenso y el comandante de la expedición subterránea tenía un aspecto sombrío.

“¿Siguen sin poder contactar con la base provisional?”, preguntó a un subordinado con cierta aspereza.

“Lo intentamos con regularidad, señor”, respondió. “Pero no podemos pasar, y no podremos hacerlo hasta que la niebla incolora que rodea la base se disipe. ¿Tal vez deberíamos enviar cazadores a la superficie después de todo?”

“Ni hablar. La mayoría de ellos fueron contratados específicamente para trabajar en el distrito subterráneo, y no estamos autorizados a reasignarlos fuera de él a nuestro antojo. Enviarlos a luchar contra esos ladrones de reliquias ya era saltarse la ley.”

El cuartel general no sabía qué hacer con los ladrones. Habían conseguido expulsar a Kain y Nelia de los túneles, pero sus cazadores habían sufrido muchas bajas. Y aunque no se podía culpar a los oficiales de aquel primer encuentro imprevisto, ordenar una cacería humana excedería su autoridad. Los cazadores se habían alistado para exterminar nidos de escorpiones Yarata, mientras que entre sus enemigos había al menos dos combatientes fuertemente armados con armaduras potenciadas. E incluso si el comandante pudiera organizar una cacería humana local, veía pocas esperanzas de éxito — lo más probable era que los ladrones ya estuvieran lejos.

“Tendremos que enviar a alguien por tierra para alertar a la base en persona”, dijo. “Las fuerzas de defensa de la ciudad probablemente actuarán en cuanto se enteren, y entonces será su problema. Elige a un cazador que pueda hacer el trabajo y envíalo inmediatamente. Negocia los términos con ellos.”

“Sí, señor.” El subordinado se volvió hacia un terminal y empezó a buscar un candidato adecuado. Llevaría demasiado tiempo encontrar a un cazador que trabajara bajo tierra. Los afiliados a Druncam y a otros sindicatos tampoco estaban a su alcance — asignarles tareas más allá de sus obligaciones contractuales requeriría largas negociaciones con los altos mandos de sus organizaciones. El trabajador necesitaba encontrar a alguien que hubiera firmado individualmente, que estuviera lo más cerca posible de la sede y cuya ausencia no afectara gravemente a las operaciones. Y, convenientemente, había uno cerca.

El funcionario se apresuró a negociar.

***

“Entonces, ¿lo único que tengo que hacer es llevar mi terminal de trabajo a la base temporal?” Preguntó Akira.

“Así es”, confirmó el funcionario. “En realidad, sólo tienes que acercarlo lo suficiente para conectarlo. Una vez que esté al alcance, el terminal se pondrá en contacto con la base automáticamente. Así que por favor haga esto por nosotros, y puede dar por terminado el día. Veo que recibiste atención médica, así que no debes sentirte muy bien. Pasa por la base de camino a casa y tómatelo con calma.”

Esto era justo lo que Akira quería. Incapaz de creer su buena suerte, aceptó rápidamente el trabajo y empezó a prepararse para marcharse. Luego salió del edificio muy animado y se montó a horcajadas en su moto, que había aparcado cerca. Aún no había cumplido ni la mitad de su turno mínimo, pero con este trato, podía marcharse y aún así obtener crédito por un día completo de trabajo.

Sólo una carrera rápida por la base, y luego de vuelta a mi hotel para un agradable y largo descanso, dijo alegremente.

Me parece un buen plan, respondió Alpha con una sonrisa y un movimiento de cabeza. Y tu traje está un poco deteriorado, así que me gustaría enviarlo a reparar más tarde. Espero que Shizuka pueda encargarse del mantenimiento de emergencia.

Será mejor que nos pasemos también por Cartridge Freak de camino a casa.

Akira partió en su moto hacia la base temporal. El camino era llano, ya que había sido despejado para dejar paso a los envíos de suministros a la expedición subterránea. Akira se relajó un poco, pensando que aquello no llevaría mucho tiempo. La niebla incolora no le preocupaba, aunque había afectado seriamente al rendimiento de su escáner. Estaba en la superficie, y Alpha le alertaría de cualquier amenaza. Así que la dejó conducir mientras reflexionaba sobre los acontecimientos del día.

Había luchado contra Yajima, había luchado contra Shiori, y en conjunto había sido otro desastre. Entonces recordó que ayer había sido un calvario en toda regla, al igual que el día anterior. Este trabajo había sido una serie de días malos, se dio cuenta para su consternación, y podría seguir así hasta que terminara su contrato. Sin embargo, ahora se permitió tomárselo con calma, fichando inconscientemente. Hoy había sido otro fiasco, pero al menos ya había terminado.

O no.

Sin previo aviso, la moto se desvió debajo de él, tomando una curva cerrada de noventa grados que casi la derriba. Las ruedas patinaron lateralmente por el suelo, chirriando con la fricción de esta desaceleración forzada. Entonces, igual de repentinamente, la moto tomó velocidad de nuevo, viajando perpendicularmente a su curso original.

¡¿Alpha?! ¡¿Qué demonios?! Gritó Akira, demasiado asustado para reaccionar, pero que instintivamente se volvió para mirarla. Entonces la expresión de sorpresa se congeló en su rostro. A un lado de su motocicleta inclinada, al levantar la vista, vio un cielo azul, rascacielos derrumbándose y un enjambre de micromisiles a punto de llover sobre él.

Un instante después, los misiles impactaron, trazando arcos en el aire y estrellándose a su alrededor en una serie aparentemente interminable de explosiones. Las estructuras se derrumbaron. La carretera pavimentada voló en pedazos. En un abrir y cerrar de ojos, toda la zona quedó envuelta en fuego y humo.

Finalmente, el estruendo de las explosiones se desvaneció y el humo se disipó, dejando a su paso sólo un montón de escombros.

***

Kain y Nelia se encontraban a poca distancia del lugar del impacto. Una vaina de micromisiles vacía se desprendió de la armadura de Kain y se estrelló contra el suelo. El arma era demasiado voluminosa para transportarla por los túneles, pero dificultaba su uso en la superficie. Y aunque la pesada vaina normalmente requería un montaje específico en un tanque u otro vehículo, la armadura de Kain podía equiparla con facilidad.

Kain estaba de buen humor. Saber que había eliminado el único obstáculo que se interponía entre él y un camión lleno de reliquias hacía que la alegría de volar por los aires a un enemigo fuera aún mayor.

¡Menudo golpe de suerte! exclamó. ¡Justo cuando me preguntaba cómo llegaríamos hasta él bajo tierra, ha salido y nos ha ahorrado el trabajo! ¡Eso debería desbloquear el sistema de control!

Así que he trabajado tanto en nuestro plan de infiltración para nada, dijo Nelia, como siempre . Bueno, me alegro de que nos haya ahorrado la molestia.

A través de las cámaras de su armadura, Kain observó la escena que había creado para confirmar la muerte de Akira. Había disparado toda una serie de misiles. El cazador no podía seguir vivo.

¿Ha desaparecido el candado del camión, Nelia? preguntó.

Nelia había estado transmitiendo la vista al camión a través de la cámara de su armadura. El vehículo estaba mucho más cerca que la base temporal, y ella había colocado un pequeño relé para contrarrestar los efectos de la niebla incolora, así que la comunicación no era un problema. Una vez que el vendetta de Yajima analizara el vídeo y registrara la muerte de Akira, el sistema de control sería suyo. Nelia comprobó su progreso.

No, dijo. Sigue bloqueado.

¿Por qué? preguntó Kain. No podría haber sobrevivido a eso.

No me preguntes a mí. O sigue vivo, o tuvo problemas para registrar la muerte. Kain, acércate y busca el cuerpo — ese programa tendrá que reconocer una cabeza volada. No me importa tu estilo, pero recuerda: es culpa tuya si no podemos confirmar la muerte del objetivo porque insististe en ensañarte.

Está bien, está bien. Iré a pescar el cadáver. ¿Contento?

Las piernas de acero de articulación invertida de Kain aplastaron los escombros hasta convertirlos en polvo mientras se alejaba a pisotones por las ruinas en busca de los restos de Akira. En su camino, un trozo de mampostería cayó de un edificio en ruinas. Le dio de lleno en la cabeza — pero ni siquiera le arañó la armadura. Una vez en el lugar donde había estado Akira, pasó las cámaras por los alrededores en busca de salpicaduras de sangre o trozos del cuerpo del cazador. Sin embargo, no encontró nada parecido.

Se ha ido, murmuró Kain.

¿Cómo que se ha ido? preguntó Nelia, exasperada, por el comunicador. Debe de haber quedado enterrado bajo los escombros. O lo desentierras o lo escaneas. Desplazar ese montón no debería ser un problema para tu máquina.

Lo sé, lo sé. No te muevas.

Kain cogió un trozo de escombro con sus enormes manos y lo arrojó con ligereza a un lado de la carretera, donde aterrizó con un golpe sordo y pesado. Los restos de Akira no yacían bajo él, pero sí los de su motocicleta. La máquina destrozada demostraba el poder de los micromisiles.

Encontré su moto, informó Kain. Definitivamente este es el lugar.

No es suficiente, dijo Nelia. Necesitamos al piloto.

Estoy buscando.

Kain había optado por la fuerza excesiva para desahogarse. Ahora empezaba a arrepentirse de esa elección. Volviendo a centrar su atención en la búsqueda, reconfiguró su escáner de a bordo, reduciendo su área de búsqueda y aumentando su precisión para localizar el cuerpo de Akira bajo los escombros. Luego echó un vistazo a su alrededor, arrojando a la carretera todo lo que pudiera interferir con sus sensores. Pero no encontró nada que se pareciera a un cadáver.

Se ha ido, volvió a murmurar Kain. ¿Quizá las explosiones lo hicieron volar?

Intentó ampliar gradualmente su radio de exploración. Aún no había cuerpo. Sin embargo, no podía mover el camión sin él. Frustrado, enfadado y un poco desesperado, Kain tiró la cautela al viento y cambió a un escáner de área amplia. Entonces, no muy lejos, obtuvo una coincidencia.

¡Lo encontré! Se alegró Kain mientras giraba la cámara frontal de su armadura para mirar. Vio el vídeo y se puso rígido.

Akira tenía un rifle antimateria preparado para dispararle.

***

Alpha esquivó el ataque de Kain con todas las maniobras a su alcance. Tras calcular la trayectoria de cada micromisil y determinar que Akira no podría esquivarlos todos, corrió hacia el lugar donde sufriría menos daños. Entonces, poniendo el traje al máximo rendimiento, desequilibró deliberadamente la moto, plantó los pies de Akira en el suelo y, con el impulso de la moto, lo lanzó hacia arriba a modo de escudo. El bombardeo de misiles redujo inmediatamente el vehículo a chatarra, pero libró a Akira de un impacto directo. Saltó hacia atrás, sorteando la onda expansiva, e hizo todo lo posible por suavizar el impacto adoptando una postura defensiva antes de que Akira cayera al suelo.

Todo había terminado en un momento, pero el más mínimo paso en falso le habría costado la vida a Akira. Alpha ejecutó cada paso con una precisión perfecta, sobrehumana. Sin embargo, no salió ileso. Obligar a su traje a moverse a toda potencia supuso una enorme tensión para su cuerpo, y aunque había evitado los misiles, sus ineludibles ondas expansivas le habían estampado contra el suelo. Incapaz de soportar esta embestida, Akira había perdido el conocimiento, perdiendo decenas de segundos en los que incluso un momento de descuido podría ser fatal. Al final, sobrevivió gracias a la pura coincidencia, también conocida como pura suerte. El apoyo de Alpha — la suerte de la que había disfrutado desde su primer encuentro — apenas había bastado para contrarrestar esta última racha de infortunios y salvarle la vida.

Cuando Akira por fin recobró el conocimiento, luchó por orientarse. Su mente estaba confusa. A pesar de la dura superficie que le presionaba la mejilla, ni siquiera podía darse cuenta de que se había caído.

¿Qué? pensó vagamente. ¿Qué paso? ¿Estaba durmiendo? ¿Desde cuándo? ¿Y dónde? ¿En casa? ¿Fui a casa? ¿Me fui a casa? ¿No estaba aún de camino?

Akira se planteó una interminable letanía de preguntas que no podía responder mientras sus confusos pensamientos recuperaban poco a poco la claridad. Por fin, fue consciente de que Alpha llevaba un rato gritándole.

¡Akira! ¡Despierta! ¡Akira! ¡A menos que quieras morir, despierta ahora!

Alpha estaba gritando. Alpha, que había mantenido su sonrisa segura de sí misma por desesperada que pareciera su situación, le estaba gritando. En un instante, Akira se despertó de golpe. Intentó levantarse, y una sacudida de dolor punzante le atravesó. No pudo reprimir una mueca, pero se puso en pie a pesar de todo.

¡Contraataca! Gritó Alpha. ¡Ahora mismo! ¡Cada segundo cuenta!

Cuando Akira se puso en pie, su mano se movió por sí sola para recoger su CWH del suelo. Tenía los dedos torcidos, pero el traje le obligó a volver a colocarlos alrededor del rifle. La experiencia le había enseñado que no tenía tiempo que perder mostrando dolor — o llevaba a cabo las instrucciones de Alpha con rapidez y precisión, o moría. Así que mientras su cuerpo gritaba de dolor, lo movió en sincronía con su traje, colocándose rápidamente en posición de disparo con su CWH. Sin detenerse siquiera a preguntarse si su objetivo era realmente un enemigo, Akira apretó el gatillo.

***

Kain intentó esquivar, pero el disparo de Akira fue más rápido. La bala propiedad de CWH impactó directamente en el torso de su armadura. Un destello estalló en el punto de impacto, prueba de que el campo de fuerza de la armadura de Kain lo había protegido convirtiendo parte de la energía cinética del disparo en luz. Este poderoso sistema de defensa era lo que convertía a una armadura de gran potencia como la suya en una amenaza temible cuando, de otro modo, la plétora de armas de fuego superpotentes del Este la habría reducido a un blanco fácil. El impacto de la bala desequilibró la armadura de Kain, pero su autoequilibrador entró en acción y la estabilizó antes de que pudiera volcar.

Kain volvió a la ofensiva, levantando sus cuatro brazos para aniquilar a Akira y todo lo que le rodeaba con una ráfaga de disparos de armas pesadas. Su arsenal presumía de un tamaño, un retroceso y una potencia de fuego que sólo las armaduras potenciadas podían soportar, y el torrente de proyectiles devastadores que desataba pulverizaba con facilidad cualquier pared o escombro a su paso. Pero Akira había emprendido una acción evasiva en cuanto los brazos de Kain empezaron a moverse, y escapó por los pelos de la tormenta de disparos.

¿Kain? llamó Nelia por el comunicador. ¿Qué te ocurre? ¿Te has topado con un monstruo?

Es él. gritó Kain. Sigue vivo.

¿De verdad? Supongo que ajustaste la trayectoria del misil para dejar su cadáver atrás, así que no pudieron terminar el trabajo. Entonces, ¿qué fue eso, su último suspiro? ¿Lo sacaste de su miseria?

¡No! ¡Evadió mis malditos misiles! ¡Entonces me disparó y también esquivó mi contraataque! ¡Mi armadura de fuerza recibió un impacto masivo!

Qué raro. ¿Por qué traería munición tan poderosa a los túneles? No hay nada para usarla ahí abajo.

Tiene un rifle antimateria CWH, y probablemente el cartucho era de marca registrada. Kain hizo una pausa. ¿Para qué demonios los ha traído bajo tierra? ¡¿Esperaba embolsarse tanques en plena caza de bichos?! ¡Es una locura! gritó frenéticamente. Su armadura era casi inmune a la munición destinada a exterminar escorpiones Yarata, pero no a los cartuchos patentados por CWH. Su tarea poco exigente — acribillar a un objetivo desde la seguridad de sus impenetrables defensas — acababa de volverse lo bastante peligrosa como para llamarla combate.

Antes de morir, Yajima mencionó que podría haberse topado con un agente municipal, reflexionó Nelia con calma. Quizá se refería a él.

Explicó la posibilidad con más detalle. Yajima había metido la pata y la ciudad se había enterado de su plan, o al menos de la posibilidad de un robo de reliquias. Así que, como seguro, había colocado a un agente entre los cazadores de los túneles. Y había equipado a ese agente con una CWH y cartuchos patentados, suponiendo que cualquiera dispuesto a arriesgarse a la ira de la ciudad estaría bien armado.

Si tienes razón, las fuerzas de defensa podrían venir aquí, dijo Kain, nervioso. La teoría de Nelia era errónea, pero se ajustaba a los hechos lo suficiente como para convencerle . ¿Cuál es nuestro próximo movimiento? Sabes que no podemos vencerlos en una pelea.

Si la ciudad se tomara en serio la seguridad, no lo habrían enviado solo, replicó Nelia. O sea que lo han puesto aquí como precaución extra. Mientras lo matemos rápido, no tendremos de qué preocuparnos. Y, por suerte, tenemos tiempo, ya que la niebla incolora es demasiado espesa alrededor de la base como para que pueda hacer una llamada.

¡¿Así que, matarlo rápido y salir?!

¡Eso es! Manos a la obra.

Kain y Nelia salieron en su persecución. Quedarse demasiado tiempo podría llevarlos a una pelea con las tropas municipales, pero su botín de reliquias valía una fortuna. No podían renunciar a matar al cazador hasta que las fuerzas de defensa les respiraran en la nuca.

Sin prisa pero sin pausa, Yajima tendió la soga alrededor de Akira desde el más allá.

***

Tras eludir el asalto de Kain, Akira corrió por las ruinas — no tenía otra opción ahora que su moto era chatarra. Engulló las cápsulas que había comprado a Yatsubayashi mientras se movía, siguiendo el rastro de Alpha. El dolor que sacudía su cuerpo pronto disminuyó, aunque sólo gracias a los analgésicos — su cuerpo seguía siendo una ruina. Akira intentaba mover las extremidades, pero ya no estaban en condiciones de obedecerle. Su traje sostenía su cuerpo y le obligaba a correr.

¡Alpha! ¡¿Has visto a ese tipo encogerse de hombros ante un disparo de mi CWH?! , preguntó.

Eso era armadura de campo de fuerza , explicó Alpha. El destello donde impactó su bala se llama luminiscencia de conversión de impacto, y se produce cuando la armadura mitiga la fuerza externa convirtiendo una parte de la energía cinética entrante en —

¿A quién le importa? ¡Olvídate de la charla técnica y dame un plan de juego! ¡¿Qué puedo hacer después de que bloqueara un disparo de CWH?!

Seguir disparando y esperar que no salga completamente ileso, supongo.

¡¿No tiene ningún punto débil?!

A los efectos de nuestra situación actual, no.

Akira frunció el ceño. La munición de propiedad de CWH era excesiva contra cualquier monstruo de la zona de Kugamayama, y casi garantizaba la muerte de un solo disparo. Akira se había sentido seguro sabiendo que podía derrotar a cualquier oponente al que acertara. Pero ahora estaba siendo atacado por un enemigo que no sólo sobrevivía a un impacto directo, sino que devolvía el fuego. Se sintió sacudido.

Por ahora, no pienses en nada más que en ganar distancia, le ordenó Alpha. Y toma todas las cápsulas de recuperación que tengas. Si puedo sacarte de esta, lo haré. Como siempre.

Akira se tomó un momento para serenarse. Okay. Cuento contigo.

No te arrepentirás, respondió Alpha. Su voz era firme.

Pero no sonreía.

Akira siguió a Alpha hasta un edificio parcialmente destruido, hasta un lugar en su tercera planta con vistas al exterior. Una vez allí, tomó una dosis masiva de las cápsulas que le había comprado a Yatsubayashi.

¿Cómo te sientes, Akira? preguntó Alpha con gravedad.

Akira probó sus extremidades con unos ligeros movimientos. No siento dolor, respondió, con una sonrisa tensa, pero tampoco siento mucho de lo demás. Puedo moverme bien, pero prefiero no imaginarme cómo soy por dentro. Su traje seguiría moviéndose aunque las extremidades de su interior estuvieran hechas trizas. No sabría si realmente estaba en buena forma hasta que se lo quitara, y no tenía prisa por comprobarlo.

Intenta moverte lo menos posible — queremos aprovechar al máximo esa medicina. Si el enemigo te persigue, nos plantaremos aquí. Mantente preparado.

Okay, dijo Akira a regañadientes. ¿Supongo que no podré dejarle atrás?

Basándome en mi estimación de su movilidad y el alcance de sus sensores y armas, diría que es una posibilidad remota. Y a juzgar por su primer ataque, no tendrás ninguna oportunidad si te atrae a campo abierto. Espero que te des cuenta de lo mucho que te protegí de esa explosión escondiéndote detrás de edificios, escombros y tu moto.

¿Hiciste todo eso? No recuerdo esa parte.

La moto fue nuestra peor pérdida. Podríamos haber escapado si aún funcionara. Aún así, dejarte morir para salvar tu moto habría frustrado el propósito, así que lo consideré un gasto necesario.

Oh, okay. pensó Akira. Luego, con una pizca de frivolidad, dijo : ¿Y estás segura de que no puedo correr más que ese tipo?

¿Quieres probarlo? respondió Alpha, no del todo en seria. Sería una apuesta arriesgada, pero si tienes mucha suerte y resulta que tu enemigo es lento, tiene un radio de escáner minúsculo, sólo lleva armas de corto alcance y quizá también se haya quedado sin munición, puede que lo consigas.

Akira sonrió con pesar. Yo paso. Intento no contar con ninguna buena suerte aparte de encontrarme contigo.

Su encuentro con Alpha le había costado la fortuna de toda una vida. Por eso intentaba complementar su escasa suerte con más o menos buenas acciones, y por eso sólo contaba con eso y con el apoyo de ella para salir sano y salvo de su profesión, a menudo mortal. Akira creía sinceramente todo esto, y no sólo porque Alpha le hubiera dicho una vez algo parecido. Inconscientemente, sentía que algún día se encontraría con una desgracia que el apoyo de Alpha no podría contrarrestar, y que su propia suerte y habilidad no serían ni de lejos suficientes para sobrevivir a ella. Seguiría luchando, por supuesto. Hasta el último aliento si era necesario. Pero su determinación de luchar, incluso contra probabilidades imposibles, contenía una especie de resignación — una sensación de que tal vez ningún esfuerzo suyo podría cambiar el resultado.

Sin quererlo, Akira transmitió fragmentos de esos sentimientos tácitos a Alpha durante su conversación telepática. Ella los captó y adoptó un tono más enérgico. Deja que te aclare una cosa, Akira, dijo, casi enfadada . No pienso perder. ¿Crees que mi apoyo no puede soportar un pequeño problema como éste? ¿Que pertenece a una estantería en el pasillo de los descuentos?

Akira miró fijamente a Alpha. Ella le devolvió la mirada.

Akira sabía que Alpha no estaba presente físicamente. Estaba utilizando la realidad aumentada para entrar en su campo de visión. Sin embargo, la miró fijamente. Alpha que le devolvía la mirada era sólo una apariencia. En realidad, no lo veía a través de los ojos de su imagen. Aun así, le miraba fijamente.

Alpha sonrió. Mantén una voluntad firme, Akira, dijo, y todo seguirá como siempre.

En esa sonrisa, Akira vio la misma confianza que ella siempre había depositado en él. Ya no le esperaba una última batalla imposible de ganar, sino una lucha sin cuartel por la supervivencia. Akira exhaló, sonrió y dijo: Lo sé. Es mi parte del trato, ¿no? Siento haberme desanimado un momento. ¡Okay! ¡Ahora estoy preparado para todo!

Akira se armó de valor, decidido a sobrevivir a una crisis que superaba con creces su capacidad — a conquistar el último de una larga lista de peligros.

¡Ese es el espíritu! dijo Alpha. Sonrió al ver la expresión decidida de su rostro — y al comprobar que sus sentimientos internos coincidían con ella.

Era una sonrisa nacida del conocimiento de que sus palabras lo habían puesto en un mejor estado de ánimo, y que todos sus cálculos, conjeturas y predicciones le habían permitido manipularlo con éxito.