Kajiya De Hajimeru (NL)

Volumen 3

Capítulo 1: En Medio Del Bosque

Parte 2

Rike asintió con aprecio. La casa de su familia estaba cerca de una región montañosa en la que era más fácil extraer menas y minerales, así que a menudo estaba tan poco familiarizada como yo con la fauna del bosque.

—Los ciervos con cuernos te atacan si te acercas a uno en un movimiento en falso. De vez en cuando, los he visto tomar la iniciativa contra los lobos.

—Vaya —reflexioné. Había asumido que como los ciervos con cuernos eran, ya sabes, ciervos , eran herbívoros, pero la idea de ser acorralado por uno cuando pretendías ser el cazador… Era una propuesta aterradora. Por supuesto, matar o morir era lo mismo desde la perspectiva del cazador y del ciervo.

Miré a mi alrededor para distraerme de la brutal realidad de la pirámide alimenticia, y mis ojos se posaron en la rama de un árbol cercano. “¡Mira, es un pájaro de hoja!” Estaba picoteando una fruta.

Los pájaros de hoja se llamaban así porque sus plumas se parecían a las hojas. Cuando se quedaban quietos, se mezclaban perfectamente con la flora. ¿Este mundo tenía depredadores con ojos agudos que eran hábiles trepadores? ¿Tal vez una especie de reptil? ¿Por qué, si no, las aves de hoja habrían desarrollado un mecanismo de camuflaje a pesar de anidar en lo alto de los árboles?

—¿Hay serpientes que sean buenas para trepar? —pregunté.

—Uh-huh, las hay — dijo Samya de forma despreocupada, como si fuera algo cotidiano. Tal vez lo fuera. Después de todo, las serpientes poblaban todos los rincones de la Tierra, excepto las regiones polares, así que las posibilidades de que no existieran aquí eran escasas.

—Hay toneladas de especies diferentes, pero hay un tipo de serpiente marrón que parece una rama de árbol y es conocida por ser una trepadora excepcional —Explicó—. También es rápida.

—¿Y el camuflaje de las aves de hoja es una táctica para engañar a los ojos de esas serpientes?

—Podría ser. Aunque, las serpientes de rama en este bosque tienden a ser pacíficas —respondió ella—. Pero hay que tener cuidado para que no acaben en tus pertenencias. Les gustan los espacios reducidos.

—¿Perdón? —dijo Diana, sorprendida.

¿Le dan miedo las serpientes a Diana? No tenía ningún problema con las serpientes, y a juzgar por la compostura de Samya durante su explicación, al menos estaba acostumbrada a ellas.

—Tendré cuidado… — murmuró Diana.

—Claro, pero no te preocupes demasiado — la tranquilizó Samya—. Ya he intentado agarrarlas accidentalmente muchas veces, y siempre se han escabullido sin atacar. Tampoco son venenosas, así que estarás bien, aunque te muerdan.

—E-Eso es bueno — dijo Diana con ansiedad.

—Aun así, es mejor tener cuidado si estás nerviosa —dije—. Samya, tú también. No hay remedio si no te das cuenta de una, pero trata de evitarlas.

—Lo tengo, lo tengo — dijo Samya.

Había un tipo de serpiente en mi antiguo mundo llamada “Tiger keelback”. Sus glándulas venenosas estaban situadas en la parte posterior de sus mandíbulas. No tenían músculos para activar su veneno, por lo que una mordida rápida era improbable que filtrara algo en la víctima. Por ello, se pensó que no eran venenosas durante mucho tiempo.

La serpiente de rama podría tener una historia similar, aunque no había ninguna garantía—lo mejor sería evitar ser mordido, y punto.

Mientras seguíamos caminando, Rike le preguntó a Samya:

—¿Hay otros animales bonitos en este bosque?

—¿Tanuki, cachorros lobos, ummm…pájaros de hoja, y las ardillas? Pero por lo demás… — Samya se cruzó de brazos y cerró los ojos pensativa. Prácticamente podía ver un montaje de diferentes criaturas en su cabeza.

Pronto, abrió los ojos y dijo:

—Tengo uno. Deberíamos poder encontrar alguna en esta estación… — tomó la delantera y nos hizo un gesto para que la siguiéramos.

Al parecer, nos esperaba un regalo de temporada.

La hierba y la maleza crujían bajo nuestros pies mientras caminábamos. Cuando llevábamos menos de una hora recorriendo el bosque, Samya se detuvo. Rike, Diana y yo nos detuvimos donde estábamos. Parece que habíamos llegado a nuestro destino.

Samya nos hizo un gesto para que avanzáramos.

Seguí el ejemplo de su silencio y me quedé callado. Las tres nos acercamos a Samya.

Señaló delante de ella una pelota esponjosa que estaba rebotando en el suelo. La criatura de los pomposa no estaba sola—había al menos diez de ellas, todas en grupo, saltando y retozando juntas.

Era un espectáculo extraño, pero tenía que admitir que eran bonitos.

Observamos las bolas de pelo durante un rato antes de retirarnos tan silenciosamente como nos habíamos acercado.

—Tenías razón. Eran adorables, pero ¿qué eran? —pregunté.

—Conejos — respondió Samya.

—¿Así que son de un tipo diferente a los que tienen orejas de hierba?

—Mmhmm. En esta temporada, los que acabamos de ver todavía están cubiertos de pelaje. Cuando haga más calor y comience la temporada de lluvias, empezarán a mudar. Su pelaje se volvería demasiado pesado si se empapara.

—Wow —dijo Diana—. ¿Son aún más pequeños debajo de todo el pelaje?

Samya asintió con fuerza.

—Sí. Con sus abrigos primaverales, no son más grandes que un ratón. Tienen poca carne, y su pelaje es más grueso y duro de lo que parece. Los Bestiales nunca los cazamos.

Pensé que su pelaje, tan esponjoso como era, podría ser un buen sustituto del algodón… pero parecía que sería más fácil criar ovejas para obtener lana que cazar esos conejos.

—Aun así, eran preciosos —dijo Rike.

—Cuando me encuentro con alguno durante una cacería, siempre me siento en paz con sólo mirarlos —Samya sonrió, y todos le devolvimos la sonrisa.

Miré hacia la franja de cielo que apenas se veía entre los árboles.

—Hemos llegado muy lejos, así que será mejor que volvamos pronto.

A juzgar por la ubicación del sol, si regresábamos ahora, llegaríamos a casa alrededor del atardecer. En otras palabras, si nos quedábamos fuera más tarde, estaría oscuro para cuando llegáramos a la cabaña.

Los demás estuvieron de acuerdo, así que dimos la vuelta y regresamos a casa.