Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Volumen 3

Capítulo 8: Misión A Gran Escala Y Una Antigua Compañera, Parte I

Parte 2

El disgusto era evidente en sus rostros.

—Es probable que no tardemos más de diez minutos en matar a todos los que están aquí —afirmó Roje.

—Espera —La tomé de la mano mientras intentaba ponerse en pie y la senté de nuevo.

—¿Por qué me detienes?

—Puede que funcione una vez, pero piensa en la escala de este lugar. Si no atrapamos a la gente detrás de esto, todo volverá a suceder.

Obviamente, yo también quería hacer algo, pero teníamos que encontrar una solución más permanente. Como había aristócratas entre el público, eso significaba que el anfitrión también tenía que ser un miembro de alto rango de la sociedad.

—Y si los tres hacemos algo, causaremos una conmoción —añadí.

Sin embargo, si yo fuera el único en actuar…

El número siete, una chica que había estado corriendo, fue atrapado.

—¡Nooo! ¡ Deeetentee !

La gente del público se reía mientras veía a la niña llorar y sollozar por su vida. Fue absolutamente repugnante.

Bajé de un salto las escaleras y activé mi habilidad de Discreción. Para evitar que me notaran, me moví con la mayor rapidez posible.

—¡Gya-ha-ha-ha-ha! —El hombre de la arena sonrió y dejó escapar una risa que me hizo cuestionar su inteligencia. Intentó hacer caer su cuchilla sobre la chica.

Por favor, déjame llegar a ella a tiempo.

Salté de los asientos del público y entré en la arena, robando el hacha de guerra de la mano del hombre grande.

—¿Qué? ¿Dónde está el hacha? —dijo.

Mis ojos se encontraron con los de la chica que sollozaba. Le indiqué que se callara poniéndome el dedo en los labios.

Le he dado un hachazo al hombre con todas mis fuerzas.

Shwunk.

Su cabeza salió volando por los aires.

Inmediatamente salté lejos de su cadáver. Los efectos de mi habilidad habían expirado, pero afortunadamente, había un punto que el público no podía ver. Por lo que pude ver, era una salida. Me apresuré hacia ella, escondiéndome en la oscuridad. Apenas lo hice, toda la sala estalló en un alboroto.

—¡¿Qué acaba de pasar?!

—¿Dónde está su cabeza?

—¡Ja, ja, ja! El tipo murió, ¡eso sí que es entretenimiento!

Algunos espectadores especialmente retorcidos creyeron que esta evolución formaba parte del espectáculo.

El número siete, la niña que había sido la única persona que me vio, vino corriendo. Los otros nueve niños la siguieron desesperadamente.

—Uh, um… Gracias… por salvarme.

—Todavía no te he rescatado —le dije.

Una fuerte patada fue todo lo que se necesitó para abrir la puerta cerrada, y nos dirigimos fuera de la arena. La zona estaba desierta, ni siquiera había guardias apostados. Los diez niños llevaban marcas de servidumbre en el cuello. A los humanos con demasiado tiempo y dinero nunca se les ocurren buenas ideas cuando se les deja a su aire.

—Nos iremos por aquí.

Basándome en la disposición de esta red de cavernas y túneles, supe que podíamos volver al pasaje del que Roje, Dey y yo habíamos salido. Nos encontramos con algunos guardias, pero los eliminé fácilmente y llevé a los niños de vuelta a la superficie.

De repente me acordé de cuando había rescatado a la cuadrilla de chicas guapas hace un tiempo. Cuando les pregunté si tenían algún sitio al que ir, todos los chicos negaron con la cabeza. Dejarlos solos aquí no serviría de nada, así que establecí una puerta y los hice saltar conmigo hasta mi casa.

Era la primera vez que transportaba a tanta gente, así que los efectos me dejaron exhausto. Mientras recuperaba el aliento en la puerta, Rila salió al oír el alboroto.

—Bribón… ¿qué crees que estás haciendo? ¿No has ido a trabajar…? ¿Y qué hacen estos niños aquí?

—Te informaré más tarde. Son antiguos esclavos. Por favor, cuida de ellos hasta que vuelva.

Tendría que deshacer sus marcas, pero eso tenía que esperar. La arena seguramente sería un caos ahora, y tenía que volver.

—Mm-hmm. Muy bien —aceptó Rila.

—Cuento contigo —dije.

Los niños parecían vacilantes, pero cuando Rila les hizo un gesto para que entraran, entraron con ella.

Inmediatamente volví a la entrada de la arena subterránea a través de la Puerta.

Dado que por donde Roje, Dey y yo habíamos entrado era una salida de emergencia sellada, era posible que sólo los que dirigían la operación conocieran su existencia. En ese caso, era probable que no hubieran hecho la arena, sino que hubieran reutilizado algo ya creado. Volví a los asientos del público y descubrí que el desorden se había calmado y que las cosas pasaban a los combates a muerte uno a uno.

—Veo que has robado el espectáculo —afirmó Roje con amargura.

Parecía que me había visto después de la decapitación. Llamar la atención debilitó los efectos de mi habilidad, después de todo.

—No me importa un partido que alguien haya consentido, pero no podría quedarme de brazos cruzados viendo morir a los niños —respondí—. ¿Qué pasa ahora?

—La dirección se disculpó por las molestias. Ahora están pasando a los combates adecuados —explicó Dey.

—Si me hubieras dicho lo que ibas a hacer, podría haber ayudado… —refunfuñó Roje. Evidentemente, tenía un sentido de la justicia moral más fuerte de lo que yo esperaba.

—Lo siento. Era más fácil operar por mi cuenta con una multitud mirando.

Incluso entonces, apenas lo había conseguido. No había habido tiempo para comunicarse.

—Fue vistoso, despiadado y despiadado como un rayo. Qué hermoso asesinato —comentó Dey—. No pude verlo bien, pero comprendí de inmediato que era obra suya, amo Roland . —Dey soltó una risita, con cara de satisfacción.

Parecía que el espectáculo de la caza de esclavos había sido el único acontecimiento descabellado. La batalla actual era entre dos combatientes armados, y se hizo evidente rápidamente que nada estaba fuera de los límites. Mientras que los combatientes a veces se mataban entre sí, había otras batallas que terminaban cuando uno de los bandos ya no podía continuar.

—Fuimos a preguntar a la gente de nuestro entorno mientras tú no estabas —Dey.

—¿Qué has encontrado?

Roje respondió por ella: —Por lo que he podido averiguar, nadie sabe quién organiza el espectáculo. Simplemente se les invita y asisten. Lo mismo dicen de las personas que los han introducido en esto.

—Esperaba que este fuera un club exclusivo que rechazara a todos los forasteros, pero supongo que no es el caso —respondí.

Ninguno conocía la identidad del cabecilla, pero no parecía importarles mientras pudieran ver un espectáculo brutal y hacer sus apuestas. Eso era lo único que les importaba a estas personas.

—A mí me pasó lo mismo —añadió Dey—. Nadie sabía nada.

—El líder debe ser muy minucioso.

Pensando en ello, Roje ofreció: —Podría decirse que lo necesitan, dado el tipo de espectáculo que están llevando a cabo.

Asentí con la cabeza. Era muy probable que así fuera.

Por un momento, consideré la posibilidad de hacer prisioneros a los guardias para obtener información, pero decidí que era poco probable que supieran algo. Cualquiera que supiera la verdad estaría al otro lado de la entrada principal de la arena.

Justo cuando intentaba levantarme, llegó un anuncio.

—¡Y nos dirigimos directamente al siguiente juego ! ¡Es hora de lo que todos han estado esperando! ¡La asesina de trescientos monstruos y demonios durante la Guerra Humano-Enemigo! ¡Mercedeeeeees!

Un hombre gigantesco que portaba una espada tan grande como una persona normal apareció a la vista, y la multitud enloqueció.

—¡Mercedes! ¡Mátalo!

—¡He apostado un millón por ti! ¡No te dejaré vivir si pierdes!

—Este próximo encuentro será su primera ronda de combate mortal, ¡pero por favor denle la bienvenida a la autoproclamada Chica Maga Enmascarada!

Todo el lugar se agitó al ver quién había entrado.

Era una joven delgada y menuda que mantenía su rostro oculto. No parecía mayor de la adolescencia.

—¡Es sólo una niña!

—Vamos, ¿intentas burlarte de Mercedes?

La chica parecía dudar, pero inclinó la cabeza.

—Han dejado que un a niñ a sea voluntari a … —El rostro de Roje se torció de ira.

El combate comenzó sin ni siquiera una señal, ni siquiera un gong. Mercedes lanzó su enorme espada contra la muchacha, pero ella fue más rápida al desenfundar, lanzando un hechizo.

—Eso es… —murmuré.

—Hmm… Esa niña parece saber lo que hace.

Al parecer, Roje había reevaluado su opinión sobre la Maga Enmascarada.

Con un fuerte sonido de rasgueo, la joven disparó algo parecido a una flecha mágica que impactó de lleno en su oponente. Sin embargo, no pareció hacer mucho daño.

—Es una mala idea usar magia fuerte desde el principio.

—¿Por qué?

La chica no tardó en entrar en acción, y comenzó a soltar débiles ataques mágicos contra el hombre en rápida sucesión.

Los abucheos y los silbidos sonaron en todos los rincones del estadio.

Cada vez que detectaba una oleada de maná, se expandía una barrera antimágica alrededor de los espectadores.

—Tienes que medir las habilidades del oponente. Seguro que estarás bien si un ataque poderoso golpea de verdad, pero qué pasa si fallas. Si se acercan a ti, estarás acabado inmediatamente.

—…Eres tan inteligente, Roland…

La Maga Enmascarada siguió con su andanada, pero el hombre se defendió sin muchos problemas.

Entonces, un círculo mágico de color azulado se extendió bajo los pies de la joven.

—Mide las capacidades físicas de tu enemigo con pequeños hechizos, y luego busca una apertura. Detenlo en su camino. Cuando sepas que le vas a dar seguro, usa la magia que mejor se te da.

—…Lo tengo…Lo intentaré.

El hombre sólo tardó cinco segundos en darse cuenta de que la andanada había cesado y acercarse a ella mientras mantenía la guardia.

Este fue el momento decisivo.

—Tiene tanto maná… es aterrador… Sobre todo teniendo en cuenta lo joven que es… —susurró Dey.

Cuando se enfrentaba a un oponente desconocido, la forma de enfrentarse a él era mantenerlo desviado con golpes rápidos al principio. Una vez que se creaba una abertura, se les podía golpear con alguna magia ofensiva que tuviera fuerza. En el pasado, instruí a una niña prodigio de la magia de ocho años en los puntos más delicados del uso de hechizos en combate. Era tan capaz que se había unido al grupo de héroes a pesar de su edad.

—¡Explosión estelar!

Un hechizo ofensivo de color ultramarino que había visto innumerables veces salió disparado con un sonido explosivo.

Recordé que esa magia había acabado con un ejército enemigo de varios miles de personas en el pasado. Afortunadamente, también pude notar que este disparo en particular no había sido a plena potencia.

Un terrible estruendo recorrió la arena, resonando mientras los asientos del público se estremecían y sus ocupantes gritaban. Parte de la barrera destinada a proteger a los espectadores fue destruida. El hombre, que había estado justo en la línea directa de la explosión, había sido borrado de la existencia, con espada larga y todo.

—Lo sabía. Es Lina —dije.

El motivo por el que mi antigua compañera estaba aquí era una incógnita. Si Almelia o Elvie supieran que esto era lo que había estado haciendo, estoy seguro de que me lo habrían mencionado.

—…Esa magia. Siento como si la hubiera visto antes —susurró Roje.

La chica enmascarada, Lina, hizo una reverencia y se fue. Qué la había llevado a involucrarse en esto?

—Creo que es una de mis antiguas asociadas —dije—. Tal vez la reconozcas como la principal lanzadora ofensiva del grupo de héroes —respondí.

—Bueno, eso lo explica.

—Me la he encontrado varias veces en el campo de batalla —añadió Dey—. No puedo creer que una niña tan pequeña lanzara todos esos desagradables hechizos… Realmente hay todo tipo de gente en el mundo.

Si Lina estaba involucrada en esta lucha clandestina, tal vez supiera más sobre la gente que mueve los hilos.

El evento principal iba a comenzar pronto, pero me levanté de mi asiento. Los pasos de la arena estaban más vigilados que antes, probablemente porque yo había eliminado a algunos guardias. Sin embargo, es posible que el aumento de la seguridad no se deba únicamente a mí.

Había espacio suficiente para que dos personas se cruzaran en los pasillos y, al poco tiempo, dos hombres que parecían vigilantes de este establecimiento se acercaron a mí.

Podría haberlos eliminado, pero no quería causar más conmoción.

Además, si no pudiera pasar por un par de míseros guardias, nunca habría sobrevivido tanto tiempo.

Activé discreción y saqué un trozo de papel de mi bolsillo: notas del trabajo. Lo lancé lejos de donde estaba y me aseguré de que hiciera un leve ruido al impactar.

—Ese sonido de ahora…

—¿Pasa algo?

Cuando los guardias se movieron para inspeccionar mi distracción, me escabullí entre ellos.

—Supongo que fue sólo mi imaginación.

—Vamos. No me asustes así.

Una vez que se fueron, salté hacia el techo. Cubrí mis dedos de maná y me agarré a la pared. Luego me arrastré silenciosamente por el techo de la caverna, dirigiéndome hacia adelante.

Volví a bajar al suelo una vez en un lugar desierto. Como sabía que Lina estaba aquí, lo único que tenía que hacer era seguir su conocido rastro de maná.

Después de caminar un rato, encontré varias salas que salían del pasillo, junto con señales de monstruos y bestias mágicas.

Sin duda, los retenían para espectáculos en los que lucharían contra esclavos humanos. Sentí la presencia de Lina desde una puerta del fondo. Acercando el oído, escuché el sonido en la sala de más allá.

—Lina, babyyy, buen trabajo ahí fuera.

La voz en sí misma sonaba masculina, pero el tono se sentía femenino.

—Lo has hecho muy bien. Puedo darte tu parte como recompensa ahora mismo.

—…Me alegro…Pero…me siento mal…por el hombre con el que luché…

—No, no, querida, no deberías. Son todos delincuentes, así que tratar con ellos de esta manera es en realidad mucho mejor para el mundo.

En ninguno de los combates que había presenciado se había mencionado que los participantes fueran delincuentes. De haber sido así, el locutor probablemente habría explicado lo malvados que eran los luchadores y habría enumerado sus fechorías para animar al público.

—…Si fue…me alegro…Ya que me dio pena…

—Vaya, qué amable eres, Lina.

—¿Cuántas veces más tengo que castigarlos, señor…?

—Sólo unos pocos más, así que seguid con el buen trabajo. Celebraremos el próximo evento en tres días. Vendré a buscarte. Mientras tanto, puedes esperar.

Detecté que alguien se acercaba a la puerta, así que me desvanecí entre las sombras. Nada más hacerlo, surgió un hombre musculoso.

—…

Por su aspecto, podía decir que era hábil. Es probable que sea la persona con esa voz enfermiza y dulce.

Tras asegurarme de que sólo quedaba una persona en la sala donde había escuchado la conversación, abrí la puerta ligeramente y me asomé. El interior estaba decorado como una sala de espera, aunque de forma escasa. Me metí dentro y cerré la puerta tras de mí.

—Lina —llamé.

Hacía mucho tiempo que no nos veíamos.

—…¿Roland? ¡Roland! —La chica corrió hacia mí y me abrazó sin preguntar nada—. Roland, Roland, Roland. Eres realmente tú…

—Todo el mundo parece decir eso siempre que me reúno con ellos . —Intenté devolverle el abrazo a Lina, pero justo cuando lo hice, se aferró a mi cuello.

Su voz es un susurro, Lina dijo: —Pensé que nunca te volvería a ver…

La consolé dándole una palmadita en la cabeza —Parece que has crecido un poco.

—Uh-huh, lo hice. Un poco.

Había muchas cosas de las que hablar, pero aquí estábamos rodeados de enemigos.

—Pongámonos al día y hablemos de lo que ha pasado más tarde. Conozco una ruta para salir de aquí. Deberíamos irnos.

La persona que había estado hablando con Lina estaba claramente involucrada en la arena subterránea. También podría regresar en cualquier momento.

—Oh… Vale…

Lina escribió una nota con un bolígrafo y una hoja de papel de una mesa cercana. En ella explicaba que iba a salir y que volvería más tarde.

Una vez que hubo garabateado el burdo mensaje, se volvió hacia mí y asintió con la cabeza. Luego se apresuró a volver a mi lado y me apretó la mano.

—¿No te irás de nuevo…?

—Todavía no estoy seguro —le dije.

—Hmph… Eres como mi hermano mayor… así que tienes que quedarte conmigo…

Le di a Lina otra palmadita en la cabeza mientras se enfadaba, y luego nos fuimos juntos.

Lina llevaba el equivalente a un pase entre bastidores. Cualquiera que la viera no intentó detenernos mientras volvíamos a los asientos del público. Tendría que averiguar más tarde cómo entraban los invitados en esta arena subterránea.

Y lo que es más importante, tenía que informar sobre la misión y preguntar a Lina qué estaba pasando.

Tras encontrar a Roje y Dey, salimos por la salida de emergencia por la que habíamos venido. Lina me agarró la mano todo el tiempo y no dio muestras de soltarla.

Dey miró a la chica maga de arriba abajo. —Un a enan a como tú hizo todo eso…

Lina seguía siendo tímida con los desconocidos y por eso se puso detrás de mí.

—¿De qué estás hablando? El genio mágico no depende de la edad —afirmó Roje. —Que haya quienes tengan talento con los hechizos sólo unos años después de su nacimiento es sólo una parte del mundo mágico.

—Lo sé, pero… su nivel de habilidad es realmente absurdo —respondió Dey antes de dejar escapar un pequeño suspiro.

Como había gastado bastante maná, hice que Roje activara la Puerta para llevarnos de vuelta a mi casa.

◆

Al ver a Lina, los ojos de Rila se abrieron de par en par.

—¿Otro niño?

—Soy… Lina… Es… un placer conocerte…

Aunque arrastró las palabras, las tres mujeres lo encontraron conmovedor.

—Esto parece estar haciendo cosquillas a mis incipientes instintos maternales…

—M-muy de acuerdo. Me siento como si estuviera mirando a un cachorro…

—Tienes razón. Creo que necesita protección…

Lina se acobardó ante las miradas del trío y volvió a esconderse detrás de mí.

—Por favor, deja de mirarla como si fuera un animal exótico. Informaré directamente a Iris de lo que ha ocurrido. Esto probablemente debería ir a alguien más alto, pero creo que el curso de acción correcto es informar a mi superior directo.

Los antiguos niños esclavos se bañaban o comían. Les quité la marca de servidumbre de uno en uno.

—Oye, humano. ¿Qué piensas hacer con esos niños?

—Pueden hacer el examen de aventurero si quieren, o puedo enviarlos a sus ciudades de origen, si lo prefieren. Llevará tiempo y esfuerzo. Roje, Rila, ¿puedo contar con ustedes para preguntarles lo que quieran?

—¡Hmph! ¿Por qué iba a hacer eso…?

—Si eso es lo que deseas, entonces lo haré —respondió Rila.

—¡Por favor, déjame el asunto a mí!

Roje volvió a dar un golpe de timón.

—Dey, por favor, comprueba si hay trabajo para estos niños. Independientemente de lo que elijan, necesitarán algo de dinero.

—Okaaay.

Rila y Roje se pusieron a hablar con los niños mientras Dey se dirigía al Gremio de Aventureros. Lina y yo nos quedamos solos.

—Bueno, entonces, parece que tenemos mucho de qué hablar.

—…Ajá.

Me senté en la mesa vacía del comedor y Lina se subió a mi regazo.

—…

—…

Debería haber sabido que lo haría. Sin embargo, no había ningún problema real con ella.

Rápidamente le conté a Lina lo que había sucedido desde que nos separamos, omitiendo la parte del Señor Demonio.

—¿Tú… trabajas en el gremio…?

—Sí. Por el momento.

—Eso es muy raro . —Lina se rió. Se acercaba a la edad de Maylee pero actuaba mucho más joven. Cuando le pregunté qué le había pasado, empezó a explicarse—. Su Alteza Real… me dio mucho dinero, así que el orfanato del que provengo también recibió mucho dinero.

Los orfanatos solían ser gestionados por los señores que gobernaban la zona como parte de su labor benéfica. La directora del que Lina era originalmente una antigua ministra nombrada por el anterior señor. Sin embargo, explicó que, al parecer, cuando el poder cambió de manos, las cosas fueron a peor. El señor recién instalado se embolsó el presupuesto que le había dado el Rey Randolf.

También robó todos los fondos que Lina entregó al director (al que se refería como su padre) para pagar las deudas.

—Mi padre decía que trabajaba mucho y que no necesitaba hacer más, pero que nunca llegaba el dinero. Le pareció extraño, así que fue a preguntar por ello…

Finalmente, el director del orfanato fue detenido acusado de intento de extorsión al señor gobernante.

Lina se limpió las lágrimas de los ojos con sus pequeñas manos. Lo mejor habría sido pedir ayuda a un adulto como yo o a otra persona, pero no había nadie cerca para ayudarla.

—Entonces vino un hombre llamado Paska y me dijo: ‘ Necesitas mucho dinero para salvar a tu padre. Yo te enseñaré cómo. ‘

Ese era el hombre con el que Lina había estado hablando en la caverna subterránea.

De alguna manera, había oído hablar del talentoso joven mago. Basándose en su oportuno ofrecimiento de ayuda, tenía que tener alguna conexión con el noble corrupto. Al parecer, Paska había traído a Lina a la arena subterránea por primera vez hoy.

—Si peleo mucho y gano, entonces dijo que dejarían salir a papá de la cárcel…

No hay duda de que Lina era un prodigio de la magia, pero seguía siendo una niña. Unos malvados la habían engañado para que luchara por dinero.

—Estoy trabajando muy duro —añadió la chica.

—Ya veo —dije mientras le daba una palmadita en la cabeza.

—…me gusta cuando haces eso…

Lina se empujó alegremente hacia mi mano. Empezó a ponerse pegajosa y se aferró a mí.

Nos quedamos así un rato hasta que se durmió con una mirada tranquila.

Lina se había esforzado al máximo a pesar de estar sola y sin nadie a quien consultar. Cuanto más pensaba en cómo debía sentirse ella, más crecía en mi pecho una sensación de frío y tranquilidad.

—Paska, ¿fue…?

Sólo le había visto una vez, pero recordaba su cara.