Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Volumen 3

Capítulo 5: Aprovechando La Marea

Parte 2

—Pero los aventureros de esta ciudad no están despiertos a las ocho…

—Mi gremio en Elise, que está bajo mi supervisión directa, empieza a trabajar a las ocho. Y sólo cerramos después de medianoche.

Elise era la mayor ciudad al oeste de la capital. Se encontraba junto a Lahti en la misma región.

—Bueno… Eso es porque las ciudades son de diferente tamaño… Y las sucursales también tienen un número diferente de empleados.

—Desde luego, no te faltan excusas —respondió la jefa de área con gafas mientras se subía las suyas. —Una felicitación del maestro del gremio no es excusa para dormirse en los laureles.

—No estamos…

Comprendí en gran parte lo que pensaba la señora de las gafas. Definitivamente no le había gustado que nuestra sucursal recibiera un reconocimiento público. Sin embargo, probablemente le preocupaba más que Iris fuera una amenaza potencial para su puesto. Cualquier logro que consiguiera nuestra sucursal bajo su dirección reforzaría su posición profesional.

—Si eso es lo que sientes, entonces tengo algunas cosas más que corregirte —espetó el jefe de área.

—No pretendía insinuar que estuvieras equivocado…

—Por favor, deja de hablar. Hay mucha gente dispuesta a ocupar su lugar —gritó el jefe de zona, ahora casi en estado de histeria.

Aquello era algo más que una amenaza vana. Sólo había unos pocos jefes de área en todo el Gremio de Aventureros; sin duda, ella tenía el poder de hacer que despidieran a un director de sucursal en una pequeña ciudad.

La sala se quedó en silencio, y tanto los empleados como los aventureros levantaron la vista de lo que estaban haciendo.

—He venido a hacer una inspección porque he oído que este gremio hacía un buen trabajo, ¿y qué me encuentro? Un rendimiento mediocre y un director de sucursal que sólo sabe quejarse.

—…¡No somos mediocres! P-por favor, deja de menospreciar a mis empleados! —Iris se armó de valor. Sus puños estaban temblando.

—Planta la cabeza en el suelo ahora mismo, aquí mismo y retira lo que has dicho. Hazlo y puede que te perdone . —Levantando un dedo, el jefe de zona lo clavó amenazadoramente en el suelo.

Sin embargo, Iris negó con la cabeza.

—¡Nunca en todo mi mandato he pensado que ninguno de mis empleados hiciera un trabajo inferior! Así que no me retractaré de lo que dije, y tampoco me inclinaré.

—Ohhh, ¿es eso cierto? Parece que vas a volver a trabajar en el piso entonces.

Suspiré.

Milia tiró de mi uniforme mientras observaba la escena.

—Señor Roland, esa mirada en su cara me está asustando. No puede, ¿de acuerdo? Sé que estás planeando decir algo. Te echará a patadas.

Sin embargo, dejé de lado el comentario de Milia y me dirigí hacia Iris y la mujer de gafas.

—Jefe de Área, la razón por la que Iris se opuso a la forma de hacer las cosas es porque cada ciudad tiene sus propias necesidades. Operamos de forma diferente para atender las necesidades de Lahti.

—¿A dónde quieres llegar?

—Quiero decir que lo que has propuesto no es sensato.

—Evidentemente, no quieres mantener tu trabajo.

—Roland —objetó Iris.

—Sólo guarda silencio.

—Oh, vale…

—Jefe de Área, hay mucha gente que puede sustituirte también.

—De todas las cosas que un empleado de baja categoría podría decir. ¡Estás despedido! Despedido, ¿me oyes?

Un revuelo recorrió el gremio.

—Si tú lo dices… Por cierto, ¿te has enterado de los nuevos puestos de asesor táctico?

—Por supuesto. El maestro del gremio me dijo que tiene a alguien de confianza en esta región que…

Le mostré al jefe de área mi bonificación, así como la carta oficial de nombramiento que había recibido junto con ella.

—Ese sería yo —afirmé.

—¿Qué? ¿Es eso… real?

Mientras leía la carta de nombramiento, el rostro de la mujer palideció.

—Intenté rechazarlo varias veces, pero el maestro del gremio me rogó, y acepté el trabajo porque no me dieron otra opción. Lamentablemente, al maestro del gremio no le queda más remedio que despedirte por insultarme.

—Um, perdón, ¡espera un momento! ¡Me retracto! Retiro lo que dije antes.

—Gracias. Me alegro de que hayamos podido llegar a un acuerdo. En ese caso… —Señalé el suelo. —Por favor, planta la cabeza en el suelo, justo aquí. Hazlo y te perdonaré.

La jefa de zona se mordió furiosamente el labio inferior. —Grrr…

—Conozco al maestro del gremio desde hace mucho tiempo… Se podría decir que somos uña y carne…

La verdad es que no habíamos pasado mucho tiempo juntos, pero eso apenas importaba.

—¿Qué crees que pasará cuando el maestro del gremio se entere de todas tus falsas acusaciones? ¿Qué te parece la idea de volver a trabajar desde abajo? —le espeté.

La señora de las gafas emitió un extraño sonido estrangulado. Después de un momento, declaró a regañadientes: —Parece que no hay nada malo en esta rama del gremio . —Con eso, hizo una salida rápida.

Todos los presentes, excepto yo, soltaron un enorme suspiro.

—Estaba tan preocupado…

—Mi pobre corazón…

—Aún así… Considerando todo…

—Sí. Sé perfectamente lo que quieres decir.

— ¡¡¡¡ Eso fue tan satisfactorio !!!!

Alguien me dio una palmada en el trasero.

Me giré para ver a Iris con aspecto desanimado. —Eso fue una imprudencia, sabes.

—Estuviste genial, D irector a de S ucursal —respondí.

—No tan suave como tú. Um, lo siento… en realidad me siento un poco débil por todo esto…

Iris se apoyó en mí y la ayudé a sentarse en una silla.

—Me alegro de que no hayas perdido tu trabajo —dijo.

—Podría decirte exactamente lo mismo —respondí.

—G-geez…

Alguien me golpeó ligeramente en la espalda.

—Mira su cara. La directora de la sucursal está totalmente enamorada de él.

—Son tan coquetos…

En ese momento, Iris dio una palmada brusca.

—Vale, vale, dejad de perder el tiempo. Volved al trabajo, todos.

— ¡¡¡¡ Sí, señora !!!!

Volvimos a darlo todo por el bien de nuestra directora de sucursal, que aparentemente se preocupaba por nosotros mucho más de lo que dejaba entrever.