Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Después de que la explosión destruyera nuestra oficina, se reparó y se renovaron algunos elementos, como la entrada y el mostrador de recepción. Tal vez por eso había tantos aventureros abarrotando el lugar en los días siguientes a nuestra reapertura.

Un día en particular, el jefe de área vino a hacer una inspección, y un malestar rondó la oficina todo el tiempo.

La jefa de zona era una mujer de unos treinta años que llevaba gafas sin montura.

Supervisaba todos los gremios de la región. Había cuatro regiones en total, una por cada dirección cardinal, con la capital en el centro donde se reunían. Básicamente, ella superaba incluso a Iris.

La jefa de zona había estado revisando documentos en un despacho y observando nuestro trabajo. Sus modales eran bastante refinados, lo que me hizo pensar que procedía de la aristocracia. De hecho, el sistema del Gremio de Aventureros había sido creado originalmente por nobles. Los puestos más altos los ocupaban con más frecuencia los ricos.

—¿Señorita Iris?

—¿Si?

Cuando la jefe de zona la llamó, Iris se apresuró a ir al lado de la mujer, tratando de deducir cuál podía ser el problema.

—¿Siempre hay tanto movimiento aquí?

—No, acabamos de reabrir desde la reconstrucción tras el accidente.

—¿Estás segur a de que no se debe simplemente a tu incompetencia?

—¿Perdón?

—¿Está segur a de que sus habilidades de enseñanza subóptimas no han provocado que todos sus empleados sean peores en su trabajo?

La jefa de área se deshacía en acusaciones mientras regañaba a Iris. Era como si quisiera que los empleados la escucharan.

—Y pensar que acabas de recibir una felicitación del cuartel general.

Cuando intenté preguntar algo, Milia me susurró: —Por lo visto, la señora de las gafas es de un gremio al que el maestro del gremio elogiaba regularmente.

—Ya veo. Así que esto es porque tenemos el premio esta vez.

—Ajá, es cierto. No creo que estuviera muy contenta con eso.

La jefa de área con gafas se volvió y nos miró directamente.

—Estás ocupada y, sin embargo, tienes tiempo suficiente para la cháchara.

—Lo siento…

Iris se apresuró a inclinar la cabeza varias veces.

—¡Tiene toda la razón, Jefe de Área! A menudo he pensado lo mismo sobre nuestra actuación. Yo diría que no lo estamos haciendo muy bien. No es de extrañar que se haya dado cuenta de ello . —Decidiendo hacer la pelota, Maurey estuvo de acuerdo con todo lo que dijo el jefe de área. Algunas cosas nunca cambian.

—Tsk . —Uno de mis compañeros de trabajo chasqueó la lengua.

—Tsk.

—Tsk.

—Tsk.

—Tsk, tsk.

—No te dejes llevar.

Un coro de dramática desaprobación sonó en respuesta a Maurey.

—Jefe de Área, ¿por qué no nos vamos a un lugar más tranquilo, como la sala de recepción? Le prepararé un té.

Maurey tenía la mirada más presumida que había tenido en los últimos tres meses mientras le indicaba con el pulgar que le siguiera a la sala de recepción.

—¿Y qué estás haciendo, entonces?

—¿Eh? Estoy… siendo hospitalario con un invitado importante…

—No tengo necesidad de té. ¿No ves lo ocupados que están tus compañeros de trabajo? Seguro que están ocupados porque están recogiendo lo que han sembrado. ¿No tienes ganas de ayudar?

—Oh, uh, um…

Cuando Iris vio que Maurey se tambaleaba, se llevó una mano a la frente.

—Maurey, por favor, ayuda en el mostrador de recepción y con la tasación.

—S-sí, señora… —Hizo un giro y se dirigió a su tarea. —El héroe hace una entrada elegantemente tardía… ¿Estoy en lo cierto?

Nadie entendió realmente lo que quería decir.

—Todo irá bien si me lo dejas a mí. ¿Qué debo hacer? Dime lo que necesites —añadió Maurey.

Con lo ocupados que estábamos, el empuje indirecto del jefe de área y las travesuras de Maurey, todo el mundo estaba a punto de estallar de irritación. Mientras atendían a su trabajo, mis colegas acumulaban las peticiones para Maurey.

—¿Por qué no preparas un poco de té?

—¿Por qué no haces una visita de cortesía a esa mujer de las gafas, eh?

—No necesitamos un héroe cuando tenemos a Roland.

—Usted es la vergüenza de esta sucursal, Señor Maurey.

Personalmente, creo que Milia ha hecho el comentario más mordaz.

—…Dad hoy vuestro mejor esfuerzo, todos —dijo Maurey, mostrando una sonrisa y dirigiéndose a los baños. Se le formaron pequeñas lágrimas en los ojos. ¿Qué le había pasado al héroe?

— Señorita Iris, por eso debe dirigir un barco ajustado .

—S-sí, señora. Tienes toda la razón…

Después, Iris tuvo que escuchar cómo el jefe de área la destrozaba largamente.

—¿Nueve en punto? ¿Para su hora de apertura? Bastante flojo, ¿no crees? Ya que eres tan ineficiente, deberías abrir mucho antes.