Hazure Skill Kage Ga Usui (NL)

Volumen 3

Capítulo 4: Consejos

Parte 2

—Así que… me gustaría pedirte que no la veas, aunque pregunte por ti…

Era una petición difícil. Ayudar a la gente como Melissa era mi trabajo, y parte de él consistía en motivar para completar las misiones. Gil estaba siendo bastante egoísta, y yo no tenía ninguna obligación de obedecer. De repente, me di cuenta de por qué podría estar haciendo esto.

—Señor Gil, ¿está usted celoso de mí?

—…

El joven puso cara de piedra.

Había dado claramente en el blanco.

Un chico y una chica en una edad delicada habían dejado su casa juntos y vivían como aventureros. Por supuesto, él estaba interesado en ella.

—¿Así que os conocéis desde la infancia, supongo? —Pregunté.

—¿Eh? Oh, sí. Así es.

—¿Le has contado esto a Melissa?

—No… no lo he mencionado. Y no me parecería bien que ella supiera que estoy celoso…

Tal vez sea inesperado, pero a las mujeres les suele gustar saber que un hombre es envidioso.

—Creo que deberías decirle lo que sientes.

—¿Qué…? Pero eso es básicamente lo mismo que confesar que me gusta…

—¿No es así, sin embargo?

—Uh… Bueno, eso es cierto, pero…

Gil se estaba avergonzando.

Qué inocente. Ambos lo eran.

—Si puedes decírselo, entonces haré lo que me pides y no trabajaré con la señorita Melissa ni siquiera cuando venga. ¿Te parece bien?

—S-sí…

Milia soltó una risita por detrás de mí. Me di la vuelta y me puse un dedo en los labios. Tras animar un poco a Gil, lo despaché .

—Estoy deseando que llegue ese momento. Mi corazón revolotea sólo por saber qué pasará entre ellos dos…! —Milia estaba muy emocionada.

Por lo que tenía entendido, Gil y Melissa eran muy parecidos, así que estaba seguro de que todo iría bien.

Pasaron varios días y Gil se pasó por aquí para darme las gracias.

—Muchas gracias, señor. Cuando le confesé mis sentimientos, Melissa admitió que sentía lo mismo…

Melissa, que estaba al lado de Gil, se inclinó con bastante timidez hacia mí.

—Disculpe, señor, ¿podría hablarle de algo? Es sobre el chico con el que salí del pueblo…

Melissa había venido al Gremio de Aventureros para hablar conmigo en el pasado, pero había sido sobre Gil.

Los dos iban cogidos de la mano y parecían estar en las nubes.

—¿Estás saliendo con alguien? Enhorabuena —exclamó Milia, empujándome a un lado.

—Um, sí… Vinimos a agradecer al Señor Argan por ayudarnos a reunirnos.

Los dos se conocían de toda la vida y habían salido juntos de casa. Gil no había sido el único interesado en el otro.

—Yo sólo… siento que él piensa en mí como una hermana menor…

Evidentemente, Melissa había entendido mal. Así que le había dicho que intentara actuar como si estuviera interesada en otro hombre para ver cómo reaccionaba Gil.

…Hay que reconocer que no esperaba que me eligiera a mí.

Aun así, había funcionado al instante. A Melissa nunca le había gustado vivir como una aventurera. Ese era el sueño de Gil. Sabía que sus sentimientos no serían correspondidos si se quedaba en su pueblo, así que había seguido a Gil.

Con la cabeza aún agachada, Melissa dijo: —Estamos en deuda contigo.

—Por favor, no te preocupes. Estoy feliz de que haya funcionado. Supongo que esto significa que ya no son sólo amigos de la infancia.

—Sí.

La pareja era tan vergonzosamente sensible.

Neal y Roger miraban con ojos de pez muerto.

—¿Chile-hood free-ends? ¿Qué es eso? —preguntó Neal.

—No sé… Parece un nuevo tipo de monstruo… —respondió Roger.

—Luh-vers… gee-url-free-end… ¿Qué son esos otra vez…?

—No sé… Parece un nuevo tipo de monstruo… —repitió Roger.

Gil y Melissa se rieron tímidamente y se fueron.

—Estoy seguro de que esos dos se esforzarán al máximo en todas sus futuras misiones —comenté.

Milia observó con exuberancia la salida de la feliz pareja.

—Es maravilloso… Ambos trabajan para hacer feliz al otro. Es absolutamente espléndido.

Realmente deseaba lo mejor para ellos.

—Jefe… ¿Cómo me hago popular con las damas?

—No tiene sentido de la higiene, Señor Neal, así que le recomiendo que se bañe . Por favor, empiece por afeitarse esa barba incipiente.

—¡Si…!

—¡Pero, Neal, dijiste que la barba incipiente es una afectación masculina!

—¡Cállate! Será mejor que no me detengas .

Tras presenciar el insólito suceso, los demás aventureros presentes se alinearon ante mi mostrador.

La mayoría de los aventureros con los que trabajaba eran mujeres, pero a partir de ese día gané un montón de clientes masculinos.

—¿Cómo puedo conseguir gustar a las chicas, señor?

Durante un tiempo, mi trabajo se parecía más a dar consejos sobre el amor que a organizar misiones.