Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 4

Capítulo 4: La Sonrisa Del Sol

Parte 7

¡Duele, idiota! Ser abrazado por un montón de hombres no me hizo feliz.

Mientras nos abrazábamos, Hirano se acercó a toda velocidad. “¡Lo hicimos, Saku! ¡Lo hicimos!”

“¡Lo   hicimos   mi   trasero!   ¿No   dijo   alguien   que  quería      que volviera?”

“Cállate, acabo de cederle el protagonismo.”

Yūsuke volvió por detrás mientras arrastraba los pies. En silencio, levanté la mano derecha.

“Maldita sea, haciéndome esperar un año entero.”

—¡Slap!

Nos chocamos los cinco y continuamos.

“No lo empeoraras, ¿verdad? No te ayudaré más.”

“Un tipo que apenas puede mantenerse en pie no tiene derecho a preocuparse por los demás.”

“Je.”

“Hey, Saku, ¿quieres vol…?”

Sacudí la cabeza, interrumpiéndole. “Ha sido un gran partido.” Yūsuke rio suavemente. “Sí.”

“—Ahora por fin puedo poner fin al verano pasado.”

Me quité el casco con una mano y miré al cielo. El cielo era infinitamente azul y claro.

Me toqué suavemente la muñequera de la muñeca izquierda, levantándola lentamente hacia la sonrisa soleada que me daba las últimas fuerzas.

Tanto si se trataba del pasado como del futuro, me tomaba mi tiempo y pensaba en ello.

Así que por ahora, me tomaría un pequeño descanso para empezar el próximo verano.

Nos alineamos frente a la plataforma y gritamos nuestro más sincero agradecimiento.

Por Yūsuke, Hirano, el resto del equipo, el entrenador, los amigos de escuela media, los amigos de secundaria, Yuuko, Yua, Nanase, Asu-nee, Kazuki, Kaito, Kenta, Nazuna, Atomu, Haru.

—Y al béisbol. “¡Muchas gracias!”

* * *

—Al día siguiente, domingo, en el primer gimnasio de la Secundaria Fuji.

Hoy fue el partido de práctica contra la Secundaria Ashi.

El equipo femenino de baloncesto, que llevaba una semana sin verse, tenía expresiones un tanto incómodas en el rostro.

Al final, nunca encontré la ocasión de hablar con ellas.

Probablemente las palabras por sí solas no bastaban para transmitir el mensaje, y una reconciliación superficial no tenía ningún sentido.

En ese caso, ¿qué debo hacer?

Chitose ya me había mostrado la respuesta.

Misaki-chan sólo me miró fijamente antes de hablar brevemente: “Te lo dejaré todo a ti.”

Nana se acercó a mí y me dio una palmada en el hombro. “Todo el mundo puede jugar, sólo es cuestión de su humor.”

“Gracias.”

Me enteré de que, durante la semana pasada, había reunido a todas para realizar prácticas voluntarias como vice capitana.

Me sentí muy agradecida de tenerla en el mismo equipo que yo.

Sin embargo…

“Hey Nana.” La llamé. “¿Recuerdas cuando dije: no perderé con una chica que no puede recuperar su espíritu sin la ayuda de un chico?”

“Lo dijiste una vez.”

“Retiro lo dicho. He de admitir que son una buena ayuda.”

Nana se quedó un poco atónita, pero luego sonrió provocativamente.

“¿Oh?”

“No sólo contra Tōdō Mai, tampoco quiero perder contigo, Nana.” “Ya que me llamas de esa forma, ¿significa que hablas en serio?” En lugar de asentir, sonreí.

Nana extendió el puño en silencio. Choqué mi puño contra el suyo.

“Entonces Umi, por ahora, tratemos primero el problema que tenemos delante.”

“De acuerdo. Cuando esto acabe, arreglaremos el asunto como es debido.”

“Tengo que advertirte que tu corazón no es el único al que se le encendió el fuego ayer.”

“Para ser tan patético es un gran pecador.” Miré al público que estaba en el segundo piso.

Chitose bebía tranquilamente un refresco con el brazo izquierdo envuelto en un vendaje triangular.

Tras el partido, parece que le echaron un buen regaño en el hospital después de que explicara su estado.

De todos modos, él debió de darle una buena mirada a la hermosa enfermera que trabaja allí, así que se lo merecía.

Ah, ese tipo no miraba a Nana ni a mí, en realidad miraba a Mai.

¡Cómo se atreve!

Te fascinaré tanto que no podrías apartar los ojos de mí ni un segundo, así que prepárate.

Los miembros del equipo terminan su calentamiento y se reúnen en círculo.

Estaba entre Sen y Yō, hombro con hombro con ellas. “Umi, umm…”

“Lo que pasó antes…”

Las dos abrieron la boca al mismo tiempo, pero las interrumpí dándoles una palmada en la espalda.

“No voy a disculparme, tampoco se disculpen conmigo.” “¡¡——!!”

“Pero hey, si ustedes sienten que pueden hacerlo, ¿pueden por favor prestarme su poder? Derrotemos juntas a la Secundaria Ashi.”

Sin esperar respuesta, pisoteé el suelo y grité. “¿LO AMAS?”

“““¡SÍ!”””

Nana, Sen, Yō y todas las demás pisaron el suelo al unísono. “¿TU AMOR ES REAL?”

“““¡LO AMO HASTA LA MÉDULA!”””

“¡ENTONCES ENVUELVE TU CORAZÓN EN LLAMAS!”

“““¡NO SOMOS CHICAS QUE SÓLO ESPERAN!””” “AL HOMBRE QUE AMAMOS—”

“““¡SALTAMOS SOBRE ÉL!””” “SI NOS IGNORA—”

“““¡NOS HAREMOS NOTAR!””” “WE ARE—”

“¡¡¡FIGHTING GIIIIIIIIRLS!!!”

Las chicas zapatearon en el suelo del gimnasio como un tambor. Ambos equipos se alinearon al otro lado del campo.

Mai y yo caminamos hacia la línea central y nos estrechamos la mano como representantes.

“Te ves muy bien, Haru.” “¿En serio?”

“Pensé que estarías deprimida por lo que pasó el otro día. ¿Pasó algo?”

“Bueno, supongo que se puede decir eso.” Miré a Chitose.

Mai me dirigió una mirada maliciosa, propia de las chicas de secundaria.

“Ah, ¿se trata de un chico?”

“Prometo esperar a darte una paliza antes de hablar de amor.” “Interesante. Te haré pedazos y me llevaré a tu hombre.”

“No subestimes a una doncella enamorada.”

Tras un ligero choque de manos, abandoné la escena. En su lugar, Yō entró en la línea central y se enfrentó a Mai.

Swoosh, la pelota fue lanzada.

Yo también voy a encontrar mi final—cariño.

* * *

—Demonios, si nuestros espíritus pudieran salvar fácilmente la distancia entre nuestras habilidades, no tendríamos ningún problema.

Después del tercer cuarto, me quedé mirando el marcador mientras me rehidrataba.

La puntuación de la Secundaria Ashi fue de cincuenta y dos, la nuestra fue de cuarenta.

Aunque hacíamos todo lo posible por aguantar, la distancia iba aumentando poco a poco.

Nuestra defensa fue realmente el mayor problema.

Aunque ya lo sabía, Sen y Yō en particular no estaban totalmente concentradas en el juego.

Miré a las dos de modo que no se dieran cuenta de mi presencia.

No sabía de qué hablaban, pero en sus caras se dibujaban finas sonrisas.

Quizás eran aún más conscientes de lo que ocurría, Sen estaba más pasiva en su juego que de costumbre y los movimientos de Yō eran un poco bruscos.

Sin embargo, creía que era yo quien no conseguía mejorar la situación hasta que ocurrió esto.

No era fácil ser un modelo para los demás. Realmente no podía llegar a ser como él.

Chitose no animó especialmente, se limitó a observar el partido en silencio.

En serio, ¿ni siquiera un mero te quiero?

¿Y no dijiste que ibas a llevar un happi con mi nombre y ondear la bandera por mí?

… Mentiste.

Ayer conseguí todo lo que necesitaba, así que asegúrate de que estas ahí para ver hasta el final.

Pasaron los dos minutos del intermedio y volvimos a la cancha.

Bueno, por ahora, no tenía más remedio que correr por las chicas.

Desgraciadamente, había estado corriendo hasta morir bajo el sol abrasador con los dos idiotas durante la última semana.

Una cosa tan pequeña no me cansaría en absoluto.

Al recibir el balón de Sen, puse mucha fuerza en mis piernas. Quememos la cancha.

Empecé a acelerar alrededor de la línea central, y luego también cargué contra la línea enemiga.

Una persona, dos personas, utilicé fintas y giros para superar los obstáculos.

“¡Ya lo tienes, Mai!” Esto es un fastidio.

“Lo siento, esto es un callejón sin salida.” “¡Eso es lo que quiero!”

Intenté abrirme paso a la fuerza, pero me pisaba los talones y no podía quitármela de encima.

Mientras tanto, estaba rodeada de jugadoras de las que se suponía que me iba a librar.

Ese ha sido el patrón durante un tiempo.

A menos que pudiera atravesar la defensa de Mai, no tenía sentido intentar pasar a las demás.

“¡Maldita sea, Sen!”

Mi intención era pasarle el balón a ella, pero ella parecía no esperar que hiciese eso. Miraba hacia otro lado.

Mai aprovechó este momento de duda y realizó un robo.

“¡Devuélvemelo!”

Perseguí su espalda tan rápido como pude mientras ella se alejaba de mí como un misil.

“Eres rápida. Pero eres la única que me sigue.” Cuando arrebataron la pelota, Nana estaba de pie lejos. En cuanto a las demás… olvídalo, correría a por ellas.

“Debe ser duro, ¿verdad? Tener compañeras de equipo que no pueden seguir el ritmo.”

“No seas tan engreída, te morderás la lengua.”