Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 4

Capítulo 4: La Sonrisa Del Sol

Parte 10

Mi salto aún no estaba en su punto más alto, pero parecía que la pelota iba a entrar, así que más me valía lanzarla, ¿no?

—Gasp.

No estaba saltando recto en absoluto, y mi cuerpo iba a la deriva.

—¡Swish!

Pero era como si ya hubiera visto este espectáculo.

El sonido de los aplausos de mis compañeras llegó a mis oídos. “Vaya, ¿qué pasa con ese tiro? Olvídate de estar con chicos y sal

conmigo.” Habló Mai.

“Sólo si puedes darme más placer que él.” Señalé con el pulgar al público.

“Pan comido.”

“¿Estás mentalmente preparada para ir a la luna?” “Te amo, Haru.”

“Gracias, Mai. Pero mi amor ya está agotado.” Ah, fue tan divertido.

Tenía a Nana, Sen, Yō, y a mis preciadas compañeras de equipo.

Delante de mí estaba el adversario al que tenía que derrotar, y el hombre al que amaba observaba la escena.

Estaba tan contenta que estaba a punto de volverme loca. Quería correr más rápido, quería saltar más alto.

Me preguntaba hasta dónde podría llegar y qué podría alcanzar.

Algún día, de pie en un futuro lejano, ¿no se reiría de mí yo del

presente?

La respuesta a esa pregunta debe estar más allá del cielo de verano. Pero por ahora—

—dimos otro paso adelante.

Sólo quería vivir una vida apasionada.

* * *

“¡Aaaaaaah, volví a perder—!”

De camino a casa, yo, Chitose Saku, no pude evitar reírme al oír los gritos de Haru mientras caminábamos uno junto a la otra por el cauce del río al anochecer.

La Secundaria Fuji se había unido como una sola y atacó furiosamente para empatar el partido, pero a falta de treinta segundos, Tōdō Mai anotó un tiro de tres puntos y acabaron perdiendo por tres puntos.

“Es una verdadera lástima. Si hubieras ido así desde el principio, no sabríamos qué equipo hubiese ganado.”

No lo dije para halagarla. La actuación de la Secundaria Fuji en los últimos cinco minutos fue tan asombrosa que me dio escalofríos.

Las habilidades con el balón de Haru eran especialmente diferentes a las de antes, lo que sólo podía describirse como un despertar.

No conocía los detalles de la técnica, pero era como si bailara graciosamente con Tōdō Mai, con un aspecto muy hermoso y feliz.

Cuando le dije sinceramente lo que pensaba, sonrió y me contestó que era culpa mía, sin dar más explicaciones. Se limitó a suspirar de forma pretenciosa.

“Pero aun así, es aburrido. Iba a celebrarlo con ramune.”

“Tengo la mano izquierda atada, no te desquitarás conmigo,

¿verdad?”

“¿No suena el swoosh del ramune como champán? Sí, ¿verdad?”

El sonido encajaría con el cielo menguante. Bueno, ese tipo de cosas no eran tan malas, pensé.

Después del partido, Haru estaba rodeada de sus compañeras de equipo llorando y Tōdō Mai, que de alguna manera se las arregló para unirse a ellas.

Pensaba llamarlas si tenía tiempo, pero el ambiente no me lo permitía.

Así que una vez que nuestras miradas se cruzaron, levanté levemente la mano para decirle que estaba a punto de marcharme cuando—

“¡Espera un momento, Chitose! Vámonos juntos a casa.” Haru gritó hacia los asientos de los espectadores.

Había sido una escena emotiva hace un momento, pero entonces las chicas del equipo empezaron a gritar emocionadas.

Gracias a la intervención de Haru, Nanase me lanzó una mirada aterradora y dijo: “Sólo por hoy te dejaré libre de culpa”, e incluso Tōdō Mai, por alguna razón, me fulminó con la mirada.

Esperamos a que ambos equipos se enfriaran, se asearan y terminaran sus reuniones antes de volver a reunirnos.

El ambiente era muy tranquilo.

Pensé que debía contarle algo sobre estos dos últimos días llenos de pasión. Cosas que había estado pensando durante el partido de ayer, cosas que había estado sintiendo durante el partido de hoy, o incluso agradecimientos y disculpas que no se habían dicho directamente. Pero habíamos terminado esas conversaciones en nuestras jugadas.

Incluso Haru, que no había hablado mucho desde hacía un rato, debía tener la misma idea en mente.

“Eh, Chitose.”

“¿Hmm?”

“¿De verdad vencí a Tōdō Mai?” “Más claro imposible.”

“Ya veo.” E hizo un gesto con el puño.

Paró su bicicleta de cross y sacó una botella de ramune de su bolsa de deporte. Parecía que se había enfriado en la nevera, ya que la botella goteaba rocío fresco sobre sus manos.

“Chitose, manos.”

Mientras intentaba entender a qué se refería, arrancó el envoltorio retráctil del ramune, abrió la botella y me la entregó.

“No puedes abrirla tú solo, ¿verdad? Te ayudaré.” A eso se refería.

Sujeté la botella, agarrando la parte superior con la mano derecha. “¿Puedo?”

Al ver sus ojos húmedos inclinados hacia arriba cuando me preguntó, me sentí un poco avergonzado, así que respondí con ligereza. “Sí.”

“Entonces lo haré yo.”

—Pop.

Haru presionó la canica con la mano izquierda y luego apretó con fuerza mi mano derecha.

Se mantuvo erguida…

—Smooch.

Sus pequeños labios tocaron mi laringe y la chuparon ligeramente.

Mi mente se quedó en blanco. Estuve a punto de tragar saliva, presa del pánico, pero me contuve por la vergüenza.

Los chirridos de las cigarras sonaban como si se burlaran de mí.

Aunque quisiera apartarla, mi mano derecha estaba sujeta con fuerza, mientras que la izquierda seguía colgando miserablemente.

Haru no se movía.

El sudor resbaladizo y el olor a antitranspirante me rodeaban, mareándome.

Pronto empezaron a brotar burbujas frías de la botella, el dulce líquido mojó nuestras manos entrelazadas.

Pasaron unos segundos como si alguien hubiera jugado una mala pasada a las manecillas de un reloj, y finalmente Haru dio un paso atrás.

Levantó la vista hacia mí, que me quedé mudo y helado, y luego se lamió los labios mientras murmuraba salado.

“Tsk, apuntaba a los labios pero aún me faltan diez centímetros.” “… H-Haru.”

“Pero de todos modos, yo puse la primera marca.” “¡¡——!!”

“—Te amo, Chitose.” Haru sonrió, mostrando una sonrisa brillante. “Los diez centímetros restantes los llenarás tú algún día.”

Nos vemos en la escuela.

Tras decir esto, se subió rápidamente a su bicicleta de cross. Un sudor fresco brotó, como después de la escuela hace algún tiempo.

Su camiseta estaba hinchada por el viento cuando se alejaba pedaleando del lugar. Su corta coleta se agitaba a derecha e izquierda como si saludara a alguien.

Yo… yo…

Inquieto por no poder sujetarme el pecho, que estaba a punto de arder por tener las manos ocupadas, me bebí el ramune de un trago.

Pronto sonó un clink que me hizo saber que la botella estaba vacía.

La mitad del cielo que veía a través de la botella era del color ultramarino que me había protegido entonces.

Con una mano, abrí lentamente el tapón y coloqué una canica de ramune en mi palma. La levanté hacia la otra mitad del cielo, que también era muy hermoso.

En ese momento, me dio una patada en la espalda. Tan apasionada, deslumbrante, fuerte y gentil—

La sonrisa solar de Haru me sigue fascinando hasta hoy.

Siempre había una marca a la entrada del verano. Debía de ser algo que sólo podía encontrarse dando el primer paso, como el mayor secreto del mundo.

Tras el final, sin duda llegaría un nuevo comienzo.

—El sudor de las chicas estalló como burbujas de gaseosa, trayendo el aroma del verano de este año.