Chitose Kun Wa Ramune (NL)

Volumen 4

Capítulo 3: Encendiendo El Fuego Del Espíritu De Lucha En El Corazón

Parte 8

“—Demonios, se acaban las bolas.”

Atomu jadeaba y apoyaba las manos en las rodillas.

Haru corría por el campo todo lo que podía con esta temperatura, pero ella sola no era suficiente para recuperar las cien pelotas que se golpeaban a diestro y siniestro.

Los tres estábamos cerca de nuestros límites.

Me encontré imaginando estúpidamente que así sería la actividad de un club.

Tanto Atomu como yo estaríamos en el equipo de béisbol de la Secundaria Fuji, y esos compañeros estarían a nuestro alrededor.

Siempre nos acalorábamos durante los entrenamientos y los demás nos miraban impotentes desde sus puestos. Y a pesar de las quejas, siempre se quedaban con nosotros hasta el final.

Una vez terminada la práctica, todos iban a Takokyu a las nueve de la noche para cenar un combo Jumbo.

Si hubiera una mánager como Haru que nos gritara: “¡Son un montón de idiotas!” Sería una gran incorporación.

Pensé en algo que nunca ocurrió.

Si al menos hubiera recordado la cara y el nombre de Atomu, si al menos lo hubiera arrastrado al club de béisbol aunque tuviera que atarlo el pasado abril…

Nunca habría obedecido las exigencias desmesuradas del entrenador y habría montado un escándalo.

Después de eso, probablemente nos echarían a los dos del club de béisbol.

Por extraño que parezca, tuve la sensación de que si este tipo hubiera estado conmigo entonces, habría podido soportarlo cuando hui.

Bueno, no importa. Tal nunca pasó.

Puse con cuidado el bate en el suelo y estiré el cuerpo.

Tratar el equipo de béisbol con cuidado era la estética que admiraba de los jugadores de béisbol.

Recordé que había utilizado a mi preciado ex compañero para romper la ventana de cristal de la habitación de Kenta. En ese momento, pensé en cómo tenía que soportar el mismo dolor que mi compañero.

Quería que Atomu y Haru descansaran un poco más, así que iba a recoger las pelotas por mi cuenta. Sin embargo, en el momento en que di el primer paso—

“¡Hey Sakuuuu!” “¡Yaho, Chitose!”

Voces animadas resonaban en el campo de béisbol vacío de un día festivo. Inconscientemente giré la cabeza hacia allí.

“… ¿Qué están haciendo aquí?”

Estaban Yuuko, Nazuna, Yua, Nanase, Kazuki, Kaito y Kenta. Todos mis amigos estaban reunidos aquí.

“Espera Nazuna, ¿por qué no llamaste a Atomu-kun?”

“¿Qué? Mi favorito es Chitose-kun. ¿Por qué no te conformas con Atomu en su lugar, Yuuko?”

Las   dos   caminaban   rápidamente   hacia   mí.   De  algún   modo, empezaron a tutearse.

Al ver a este numeroso grupo de personas, Atomu habló en tono solemne.

“Oi, ¿no te dije que no se lo dijeras a nadie?”

“¿Eh, de qué estás hablando? Tienes el descaro de decir eso cuando me llamaste para contarme esto, fue como si hubieras recibido una carta de tu primer amor. No vengo a verte a ti, vengo a ver a Chitose- kun.”

Yua se acercó a nosotros. “Saku-kun, Haru-chan, Uemura-kun, ¿ya han almorzado? He hecho unas bolas de arroz, sopa fría de miso y limón encurtido con miel.”

“Por favor, sé mi mánager de por vida, Yua.”

Haru volvió del campo y respondió a mi broma. “Querido ♡ ¿Mi limón encurtido con miel no es suficiente para ti?”

“Una foto de una tarta no me llenará el estómago—¡no me golpees el plexo solar!”

“Déjame ayudarte, Umi.” Dijo Nanase con una suave sonrisa. “Gracias, Nana.”

Kaito, con una nevera ridículamente grande colgada del hombro, levantó la voz.

“¿Por qué actúas como si fuéramos extraños, Saku? Siempre puedes pedirnos ayuda en un momento así, ¿verdad, Kazuki?”

“Creo que sería incómodo si tuviera que inclinarse y preguntarnos directamente.”

Un poco más lejos, Kenta estaba inquieto, parecía querer decir algo. En cuanto le vi, grité.

“¡Oi, Atomu! Kenta está asustado por tu culpa. ¿Por qué no te inclinas y te disculpas ante él?”

“¡Oh! Perdona que te tome el pelo, así que date prisa y recoge las pelotas ya, encerrado.”

“Quiere decir: ‘Realmente quería que Chitose me prestara atención, así que sólo estaba tonteando contigo, lo siento’. ¿No es así, chico tsundere?”

“Tsk, ¡prepara tu trasero ahora mismo! ¡Te patearé tan fuerte que te volaré el puto cerebro!”

“¡Adelante! ¡Voy a decorar el cielo nocturno con tus patéticos lanzamientos como regalo para Orihime y Hikoboshi!”

“Um, King, Uemura-kun… Estoy bien, de verdad.” ““¡CÁLLATE!””

“E-Eso es demasiado.”

Después, disfrutamos del almuerzo que nos trajo Yua y practicamos hasta que se puso el sol.

Nanase, Kazuki y Kaito ayudaron a Haru a recoger las pelotas en outfield, mientras Kenta recogía las pelotas lanzadas por ellos cuatro y hacía rodar las pelotas hacia el montículo del lanzador.

Yua repartió agua y toallas a todo el mundo. Yuuko y Nazuna seguían animando, aunque no sabía si era realmente animar o gritar.

Y para colmo, hasta Asu-nee, que pasaba por allí, se puso a su lado y les gritó: “¡Muestren su lado genial!”

En ese momento, me vino a la mente un pensamiento.

Si no hubiera dejado el club de béisbol, probablemente no habría vivido esta escena.

Si hubiera seguido centrándome en las actividades del club, habría tenido muy poco tiempo para estar con mis compañeros y no me habría podido permitir el lujo de ocuparme de los problemas de Kenta. Si no hubiera estado deprimido en aquel momento, probablemente no me habría acercado a Asu-nee.

Incluso con Atomu y Nazuna, nunca me habría acercado tanto a ellos.

Al principio lo lamentaba mucho, incluso pensaba en ello en mis sueños mientras seguía lloviendo en mi corazón durante mucho tiempo.

Sin embargo, quería valorar el presente que había alcanzado luego de pasar por tanto.

Todos estaban conectados.

No había forma de volver atrás, de empezar de nuevo o de reiniciarlo todo.

No, ya no tenía ganas de hacer eso.

Por eso, prepararía mi bate para el mañana.

Mi mañana, el mañana de Haru, el mañana de Atomu, el mañana de Yūsuke, Hirano y el entrenador.

Creía que este bate definitivamente volaría hacia el futuro.

* * *

—Entonces era viernes, el día antes del primer partido. Acompañado por Haru y Atomu, terminé el último ajuste.

“Por fin eres capaz de golpear todos los lanzamientos, ¿eh? Te llevó mucho tiempo, genio.”

“El lanzador se descuidó un poco en el medio y entorpeció mi ritmo.”

“¿Qué? ¿Cómo te atreves?”

Me preguntaba cuántas pelotas había golpeado en la última semana.

La piel de mi mano se desgarró y sangró muchas veces, se secó durante la noche y volvió a sangrar al día siguiente.

Me acerqué al montículo del lanzador.

“No voy a darte las gracias porque tú también te divertiste.” “Desde el principio nunca espere nada. Pero si no me muestras el

resultado, te echaré en Tojinbo^[30].”

“Lo siento, pero lo haré bien. Después de todo, soy un genio.” “¿Cómo puedes decir eso cuando pareces un saco de basura?”

—¡Clap!

Chocamos los cinco y nos desplomamos en el acto.

Mirando al cielo, los suaves cúmulos de nubes se hinchaban en lo alto mientras flotaban en el aire. La mitad inferior estaba teñida de naranja, como un banco de ballenas nadando en el mar del crepúsculo.

Desde la dirección del río, fluía el húmedo aroma de la noche.

En menos de treinta minutos, los alrededores estarían completamente a oscuras y este peculiar trío se disolvería. Haru había ido a la tienda a hacer unas compras. Ahora era el momento de tener una conversación de hombre a hombre.

“¿Por qué dejaste el béisbol, Atomu?” “¿Qué sentido tiene preguntar eso ahora?”

“Mañana haré el servicio conmemorativo por ti.”

Después de decir eso, Atomu pareció estupefacto al principio antes de reírse. “En la final del torneo prefectural de la escuela media, tuviste tres turnos contra un lanzador, dos hits, una caminata, dos home runs y cinco RBI^[31]. ¿Recuerdas lo de la caminata^[32]?”

“No recuerdo mucho, ¿fue durante el turno final para el bateador?” “—Eso es una caminata intencional.” Se rio de sí mismo.

Una caminata intencional era una caminata hecha a un bateador por un lanzador con la intención de eliminar la oportunidad del bateador de batear las bolas lanzadas y ponerlo en primera base. Aunque era lo mismo que llegar a base luego de hacer hit, por el contrario, se consideraba una estrategia táctica negativa, ya que se prefería una

caminata a dejar que el oponente conectase un buen hit.

“Después de todo, el juego consistía en ganar. Como era la política del equipo, había que obedecerla.”

“No, las instrucciones del entrenador en aquel momento eran que hiciera lo que quisiera. Así que dependía de mí decidir si quería hacer una caminata intencionada o ir de frente.”

No dije nada y le dejé continuar.

“Empecé a jugar al béisbol en la escuela primaria y no tenía miedo a nada. Realmente creía que era un genio y me enorgullecía el hecho de haber trabajado docenas de veces más que los demás, independientemente de mi talento. Utilicé este brazo derecho para vencer a gente capaz conocida y llegar hasta la final.”

Sin embargo, continuó.

“En ese partido, por primera vez en mi vida, tuve miedo. Realicé mis mejores lanzamientos con confianza y lo di todo, pero volaron fácilmente hacia el público. Nunca había pensado que pudieran ocurrir dos home runs del mismo bateador en un partido.”

El cielo se oscurecía.

La voz de Atomu sonaba algo quebrada.

“Íbamos ganando por una carrera y el partido se reducía a la última entrada. Con dos outs y un corredor en primera base, bastaba un home run para dar la vuelta al marcador y terminar el partido. Sin embargo, en una situación en la que a cualquiera le temblarían las manos, entraste en la zona de bateo con una sonrisa en la cara, como si estuvieras disfrutando. En cuanto vi eso, supe: ‘Oh, mi lanzamiento va a ser bateado’. El verdadero genio y héroe era este tipo, yo sólo era un actor secundario para que él tuviera una gran actuación.”

A diferencia del contenido de sus palabras, su tono era tranquilo.

“Probablemente pensé en cientos de excusas, convenciéndome de que era el último recurso por el bien del equipo, que la caminata intencional era parte de la estrategia, y que un pitcher maduro era aquel que realmente podía vencer al oponente… pero como resultado de huir de ti, mi mentalidad se quebró y fácilmente dejé que el siguiente bateador tomara tres bases.”

Como si no pudiera contenerse más, Atomu empezó a reírse en voz alta.

“Fue entonces cuando aprendí algo. En ese momento, no disfruté del juego. Tenía tanto miedo que salí corriendo con el rabo entre las piernas, y no había forma de llegar más lejos. Aunque pudiera ser un jugador decente, no podía ser como los jugadores estrella que admiraba en la televisión. Así que decidí dejarlo.”

“… Ya veo.” Con eso, me levanté y agarré mi bate. “Entonces continuemos el juego que no terminamos entonces.”

Tomé una pelota y se la lancé a Atomu.

“… Pfft, jajajaja. Aunque sólo puedo lanzar una vez más.” “Y sólo puedo hacer un swing más.”

Entré en la zona de bateo y comencé mi rutina habitual. Atomu se acercó al montículo, adecuó el suelo y respiró hondo.

“Maldición, realmente he tenido un buen verano.”

Sus ojos ardían de pasión mientras me miraba con fiereza.

Como   para   sacar   toda   la   fuerza   de   su   cuerpo, hizo   girar ampliamente los brazos.

Levanté mi bate.

“El verano está a punto de empezar.” Sonreí.

La bola recta más potente de la última semana voló hacia mí. Balanceé el bate de madera lentamente y golpeé—

“Adiós.”

Al salir del campo, de alguna manera su espalda parecía mostrar una sonrisa inocente.

* * *

Después de recoger nuestras cosas, Haru y yo nos dirigimos a un espacioso y llano cauce del río situado a pocas manzanas de distancia.

Encontramos un lugar para sentarnos y compartimos un papico que compramos en la tienda.

“Una semana pasó tan rápido.”

Después de decir eso, Haru sonrió con expresión complicada.

“La mitad de mí se siente así, y la otra mitad tiene ganas de llorar. Incluso durante el periodo de exámenes, pude hacer prácticas por la mañana. Probablemente sea la primera vez que me alejo tanto tiempo de las actividades del club.”

“¿Qué pasa con tus compañeras de equipo…?” Sacudió la cabeza en silencio ante la pregunta.

“He estado en contacto con Nana. Ella dijo que todo el mundo se ha calmado, pero me pregunto si va a estar bien.”

“Porque el problema fundamental no se ha resuelto.”

Aunque se reconciliaran en la superficie, eso no significaba que se llenaría el vacío en sus conciencias.

En ese caso, sin duda algún día el conflicto se repetiría, y la próxima vez podría incluso crear una ruptura irreparable.

Me sentí frustrado por no poder ofrecer ningún consejo, pero yo mismo sabía que se trataba de un problema que no podía resolverse con palabras.

“Pero sabes que…” Haru habló mientras sostenía el papico casi vacío en su boca. “Viéndolos así a Uemura y a ti, siento que ahora tengo alguna idea de lo que puedo hacer para ayudar a mis compañeras.”

“Estabas haciendo tu propio entrenamiento cuando íbamos por la mitad de la sesión de práctica.”

Al principio, Haru se limitaba a perseguir vagamente las pelotas que golpeaba con una expresión algo aburrida. Pero en algún momento, sus ojos recuperaron claramente la chispa y empezó a utilizar la práctica de un modo que podía aplicarse al baloncesto, como recortar en mitad de la carrera y seguir corriendo sin descanso.

“Eres muy fuerte. No huyes, sino que eliges afrontar el problema de frente.”

“Idiota.” Haru se puso el puño delante del pecho antes de tendérmelo. “Esta es la pasión que recibí de ti hace un año, y también ahora.”

Hice lo mismo que ella, cerrando el puño delante de mí pecho y luego chocándolo con el suyo.

“Estoy aquí porque me devolviste la pasión.”

Como para confirmar algo, frotamos lentamente nuestros puños, a izquierda y derecha, y acabamos entrelazando los dedos.

“Busquemos la respuesta que el ‘yo’ de aquel día y el ‘tú’ de ahora

aún no han encontrado, Haru.” “Hagámoslo juntos.”

Los ojos de Haru brillaron. “Chitose, cierra los ojos.”

No pregunté por qué, decidiendo que estaba dispuesto a aceptar lo que me esperara más allá de ese punto.

Los sonidos y olores de la noche parecían abrazarme mientras mi visión se oscurecía.

Poco a poco fui rememorando los recuerdos de la semana pasada. Eran los momentos que Haru me había dado.

Porque me animó, porque lloró, porque me hizo llorar… Podría volver a pisar ese campo.

Finalmente, nuestras manos entrelazadas se soltaron y unas pequeñas yemas tocaron mi mejilla, se deslizaron por la comisura de mis labios y luego, como un abrir y cerrar de ojos, desaparecieron.

Algo suave me rodeaba la muñeca derecha. “Ya puedes abrir los ojos.”

Cuando abrí lentamente los ojos, vi que Haru sonreía algo tímida, con las mejillas ligeramente sonrojadas.

“¿Una muñequera?”

En mi muñeca había una muñequera de color ultramarino brillante, tenía el mismo color que el del club de baloncesto femenino de la Secundaria Fuji.

“Quería darte algo como un amuleto de buena suerte, pero no se me ocurrió nada. Puedes ponerla en tu bolso.”

“Está un poco apretada. ¿Es tuya?”

“¡Sí!   Creo   que   esto   es    más    sincero,   y   tal   vez   contenga determinación para ganar.”

“……”

“¡No la huelas! Claro que la he lavado.”

“Es broma.” Me reí entre dientes y luego palmeé suavemente la muñequera. “Aunque no podría usarla en un partido debido al reglamento de béisbol de secundaria, la guardaré en mi bolsillo trasero.”

“¿No es porque quieres sentir a Haru-chan en tu piel?” “Porque me hace sentir como si me estuvieran azotando.”

“¡Así que esa es la razón! Si tienes tantas ganas de que te azoten,

¡puedo azotarte ahora mismo!”

En cuanto la vi levantar la mano, salí corriendo. Haru se rio y me persiguió con entusiasmo.

Me dolía todo el cuerpo y tenía las manos tan magulladas que ni siquiera sabía si aún las sentía o no.

Sin embargo, mi cabeza estaba tan clara como el cielo azul del verano, y mi pecho estaba caliente como si mi sangre estuviese hirviendo.

Al poco rato, Haru me agarró por la espalda y los dos caímos juntos al suelo.

Levantamos la vista hacia la noche, jadeando como tontos, y vimos que era del mismo color ultramarino que la nuestra.

“Hagamos de mañana un día que no se olvide dentro de diez o veinte años.”

La luna brillaba con la luz del sol, y yo cruzaba lentamente las manos sobre ella.